Noche de verano

Una joven hace realidad su mejor fantasía de hacerlo con dos chicos a la vez.

Estimado amigos, hoy me dispongo a contaros una nueva historia, pero he de deciros y repetiros (no me cansaré de hacerlo) que todo lo que narró es real, todas las historias me sucedieron en algún momento de mi vida y nunca he inventado nada, podéis creerme o no creerme pero os repito que todo lo que cuento me pasó alguna vez.

Bueno, tengo 32 años pero ya con diecisiete empecé a tener contacto con el sexo, así en m ya van casi 15 años de sexo, aventuras y desventuras, como siempre hago repetiré que soy delgada, de piel blanquita, pelo oscuro rizado, piernas largas aunque solo mido uno setenta, cultito respingón y una talla ochenta de sujetador, vamos unas tetitas bonitas pero chiquitas.

El caso es que yo siempre he sido bastante desvergonzada y loca, nunca me cortaba de nada ni me daba pudor hablar o hacer nada, en lo que al sexo se refiere no tengo tabúes y vivo mi sexualidad a tope sin temor a que me tachen de "puta" o chica fácil, pues no lo soy, afortunados son aquellos que han tenido la suerte de compartir una cama conmigo, jejeje, también soy orgullosa y segura de mi misma.

El caso es que el verano pasado me sucedió algo que nunca olvidare, hice realidad un sueño que siempre había tenido.

Eran las nueve de la noche y como siempre andaba con mi amigo Juan dando un paseo, él era mi mejor amigo y siempre andábamos juntos, muchas veces hablamos de sexo pero el y yo solo éramos amigos, nunca habíamos hecho nada, y yo ni siquiera me lo había planteado. El caso es que nos sentamos en los césped a hablar, yo llevaba mis pantalones de lycra ajustados, tipo mallas y una camiseta blanca, el lugar estaba bastante solo pues los viernes por la noche en verano por allí no hay demasiada gente.

Larry era el mejor amigo de Juan, media metro sesenta y era moreno, muy fuerte, siempre se le veía hinchado, parecía un chico duro pues siempre llevaba camisetas ajustadas que le quedaban perfectas, él era también un amigo de confianza y aquel día se unió a la conversación, pues lo césped están bajo su bloque y aquella noche decidió bajarse un rato con nosotros.

El caso es que yo bajo los pantalones llevaba un precioso tanga, y como estaba sentada por detrás se me podía ver no solo la parte de arriba sino casi todo el tanga con su forma de t, ya sabéis el hilo que rodea la cintura y parte del que baja hacia abajo. Entonces Larry me dijo:

-Cinthia se te ve el tanga-

-¿Y que?- le contesté yo- ¿nunca has visto uno o que? Entonces comenzamos a debatir y les dije que no entendía que misterio tenía aquello, no podía entender porque se ponían así de excitados por ver aquello. Entonces comenzó Larry a picarme y la verdad... a mi en piques nadie me gana. -Si tan poca vergüenza te da... ¿porque no te dejas que lo veamos?- me dijo

-Tio, que a mí me da igual, bájame el pantalón si quieres y lo compruebas.

Así que desabroche la cremallera del pantalón y le puse el culo en su cara mientras él ponía las manos en mi cintura. -Bájalo- le dije yo.

Y aunque no sabía si iba a ser capaz, aunque supuse que lo haría, lo hizo dejando mi culito al aire, a mí me hizo gracia pero como había gente por allí me lo subí rápido y me volví. Sus caras lo decían todo, había quedado prendados y yo pude notarlo.

Juan entonces me recordó la ultima conversación que habíamos tenido sobre mi mayor fantasía sexual y si también sería capaz de ser tan lanzada con ella. Mi mayor fantasía era hacerlo con dos chicos a la vez y ellos parecían dispuestos a hacerme la realidad pues ambos estaban muy excitados. Había visto que no tenía miedo y que era fácil picarme así que parecían dispuestos a intentar acostarse conmigo los dos a la vez, el caso es que yo de primeras les dije que no, que eran amigos míos y no me molaba aquello, que prefería que fueran dos chicos desconocidos pero claro... venga a picarme y picarme, que sino eres capaz, que solo eres lanzada de boquilla y tal, así que cogí y les dije:

-Vamos, venga pero aquí no puede ser. -Subamos a mi casa que estoy solo- dijo Larry.

Tierra trágame, no contaba con eso, y es que pensé que así saldría de aquel embrollo en el que yo solita me había metido, ahora me encontraba entre la espada y la pared.

Pero claro como yo soy mujer de armas tomar y pensaba que ellos no iban a ser capaces acepte la proposición y nos subimos a su piso. Entramos en su casa y nos fuimos a la habitación, yo volví a intentar asustarlos con mi decisión y mi poca vergüenza, y volví a hacerme la lanzada, me quite mis zapatos dejando mis preciosos pies desnudos y baje mis pantalones quedando en tanga pues mi camiseta era tipo top y no me cubría ni el ombligo así que el culo... ya podéis imaginar.

Cogí y me fui para la cocina, descalza y meneando mi culito, la escusa era beber agua, la intención provocarlos... al rato volví, ellos estaban también descalzos sin camiseta pero con sus pantalones cortos pero dada la calor que hacía aquello no quería decir nada, gran error el mío. Me tumbé en la cama con total pasividad y cerré los ojos cuando de repente siento que alguien acaricia mis pies, me encantaba pero más cuando empieza a subir, dos manos empiezan a subir por mis piernas mientras otras dos me invitan a levantarme quedando sentada en la cama, Juan que es el que está detrás me levanta la camiseta y me quita el sujetador, así que empieza desde atrás a cogerme las tetas y pellizcarme los pezones, me puso a cien, de allí ya no podía escapar. Entonces me vuelvo y me quedo frente a Juan, lo empujo y lo siento en la cama, mientras le quito el pantalón y los calzoncillos... pero claro... mientras yo hago esto... no olvidéis que Larry estaba atrás...

y no se iba a estar quieto, cuando mire hacia atrás este estaba ya totalmente desnudo y se disponía a arrebatarme la única prenda de ropa que me quedaba, mi pequeño tanga, tardamos poco en estar desnudos, que locura tan maravillosa, yo deseaba aquello, ya no podía echarse atrás, lo deseaba desde hacía tiempo, era mi gran fantasía. Entonces me senté sobre Juan, él sabía que yo tomaba la píldora por lo que pasábamos de condón, ni muerta, hubiera sido romper el aire místico que la situación tenía. Juan tumbado totalmente y yo encima, agarre su pene con mi mano y lo introduje en mi chochete, he de decir que Juan me sorprendió con tan buen aparato... estaba en la gloria cuando de repente sentí como Larry me penetraba por detrás... fue la mayor y más intensa sensación que jamás he sentido. Empecé a gemir, gritar y botar mientras uno me tocaba el pecho el otro me besaba el cuello y me agarraba de la cintura...

De repente siento un gran calor dentro de mi cuerpo y oigo gemir a Larry, quería verlos correrse antes que yo así que aguante a que Juan se corriera dentro de mí... fue cuando explote... al notar ese fabuloso calor en mi interior... quedando entonces exhausta en la cama. Los tres quedamos varios minutos desnudos en la cama después del esfuerzo, me levante entonces, cogí mi ropa y entre en el cuarto de baño, me lave y me vestí y cuando salí estos se encontraban ya totalmente vestidos como si nada de aquello hubiera ocurrido, así que los tres nos hicimos los locos, nos bajamos y el verano siguió su cauce y aunque Juan de vez en cuando me lo recuerda he de decir algo, si volviera atrás repetiría, no me arrepiento, fue una noche de verano fabulosa. Autor: yoland30@hotmail.com