Noche de verano
Ser follada no es tan fácil
A petición de mi Amo me lo he organizado para ir a cenar con el. Mi trabajo y mis compromisos con entidades de la ciudad lo hacen creíble.
Unas sandalias y un vestido corto y liviano, un foulard como detalle.
Me ha citado por los alrededores de la plaza más emblemática de mí ciudad dejándome claro que debía de llevar un pequeño tanga y sujetador. Mí sujetador añadió, y yo le entendí. Un sujetador de media copa que me regaló y que deja desnudos los pezones manteniendo el pecho firme, aunque puedo alardear de firmeza natural.
Añadió detalladamente donde quería que le esperase, quieta y de espaldas a la pared. Así me mantuve cuando le vi aparecer. El hizo como si yo no estuviese ahí. Se entretuvo y demoró su llegada a mi lado. Este comportamiento me puso aceleradamente nerviosa y excitada, tan disimuladamente como pude miraba a uno y otro lado intentando ver si había alguien que me pudiese parecer cómplice de mi Amo.
Al llegar definitivamente donde yo le estaba esperando, lo hizo hablando por teléfono y así se mantuvo, a un palmo de mí, hablando como si yo no estuviese. Le podía oír perfectamente y escuchar que hablaba de forma coherente de un tema que nada tenia que ver ni conmigo ni con el sexo y como me ignoraba me excitaba todavía más.
Dejó de hablar y se guardó el teléfono, se puso frente a mi y casi se arrodilló, yo seguía quieta. puso una mano al lado de cada una de mis piernas y fue subiéndolas mientras las acariciaba. Ya a medio muslo se entretuvo en un vaivén con una caricia que me estaba humedeciendo. Terminó alcanzando mi pequeño tanga y primero y sin previo aviso introdujo todo un dedo dentro de mi sexo y allí se estuvo moviéndose. En un momento recuerdo que me dí cuenta que yo me había apoyado a la pared con firmeza y entonces el cogiéndome el tanga lo empezó a deslizar por mis piernas hasta quitarlo.
Si bien la zona no a tocar de la plaza que he comentado no es de las más transitadas algunas personas pudieron ver lo que iba sucediendo aunque creo que nadie se paró a observarlo. Ya sin el tanga el se levantó y me abrazó para rubricar aquel instante con un beso de lenguas deseosas de pasión.
Esta vez no me abrió la puerta del coche, por contra cuando el ya tenia la suya abierta me dijo: levántate el vestido hasta la cintura y entra y siéntate. Hace tiempo que he aprendido que la mejor manera de que nadie se de cuenta de lo que haces es haciéndolo, así, con naturalidad, sin gestos bruscos ni contradictorios. Ya sentada el puso su mano sobre mi forzándome a mantener las piernas bien abiertas y empezó a conducir sin dejar de torturar mi clítoris y sexo.
En uno de los momentos me dijo, hoy te darás cuenta de que follar es más difícil de lo que parece y como la gente folla menos de lo que desea.
Me llevó a un restaurant de Barcelona. Buena cena y mejor compañía, estuvimos hablando de cosas distintas y tampoco podía faltar conversar sobre el sexo, poniéndonos al día de nuestras travesuras y de ciertas intenciones que deseaba desarrollar tanto conmigo como con su otra sumisa y su propia esposa, también sumisa.
Durante la cena no cabe detallar que sus manos desaparecieron más de una vez debajo de la mesa así como que yo mantuve el miembro firme con mi mano.
Ya terminando la cena volvió a repetir que me daría cuenta de lo difícil que es follar.
Llegamos donde el coche. No tuvo que repetírmelo, me levanté el vestido hasta la cintura y me senté. Antes de poner el coche en marcha me masturbó con indisimulado deseo y mis flujos salieron libres sobre el asiento de cuero. Como si nada hubiese ocurrido activó el mecanismo y levantó la capota y se puso a conducir. Yo me mantuve con la pierna separadas y mi sexo al descubierto. Reconozco que excitadamente orgullosa.
En un semáforo a tocar de Enric Granados me dice: Ya verás. acerca el coche al chaflán y llama a dos chicos de unos 30 años que iban caminando. "Bona nit, teniu un moment?" - Os gusta mi esposa ?, nos apetece una noche especial, queréis acompañarnos ?. Yo me quede de piedra, excitada sí, pero de piedra. No merece la pena repetir la respuesta. Puso el coche en marcha y me dijo: Hoy no se si follarás, pero no será por tu culpa y por nada del mundo pienses que no gustas. Eres una mujer que pagarían por follarte pero lo que hoy vivirás puede ser un éxito de primeras o un fracaso absoluto.
Circulando por la zona volvió a parar el coche y a llamar a otro chico, esta vez solo, guapo y con clase vistiendo. Un poco mayor que los anteriores. Este fue educado pero también rechazó la oferta no sin mirarme y casi que diría deseándome y se marchó justificándose, creo que me habéis cogido con el paso cambiado.
Vamos a hacer una prueba dijo mi Amo al rato y acercando el coche para parar. Se acercaban 4 hombres y una señora. más de 40 años. Apostaríamos que eran una pareja y 3 amigos en una cálida noche de verano, sin mayor pretensión. Aquí la señora fue más ágil. No está mal, pero os irá mejor si buscáis un local especializado y casi sin pararse añadió mirando a uno de los hombres "Joan, si et ve de gust, per nosaltres no te n'estiguis". Otro fracaso, yo estaba entre sumida en un frustre personal y excitada porque mi Amo no paraba de manosearme.
Explicado así parece corto, pero el tiempo pasaba y enfiló el coche dirección a mar creyendo yo que era para coger la autopista. Quedó un último intento, en la zona después del Port Olímpic se puso a conducir muy lentamente hasta que paró el coche y se puso a morrearme y manosearme hurgando con deseo dentro de mi sexo y ano y susurrándome que no ahogase mi placer, que me soltase. Al otro lado de la acera había un grupo de 5 chavales. "estigues, que son criatures. -ja han fet la mili respondió" y siguió masturbándome a la vez que desnudaba mis pechos. Los chavales no tardaron en darse cuenta. Seguían a lo suyo pero notaba que intentaban mirar disimuladamente. Mi Amo me dice. espera y salió del coche, se fue hacia ellos y señalándome me ofreció. Los chavales respondieron con risas pero se levantaron y se marcharon, no muy lejos, supongo que para seguir espiando.
Mi Amo puso el coche en marcha y me repitió que no me culpase, y que ya en la cama no dudase en masturbarme recordando las caras ya que ellos estarían haciendo lo mismo y diciéndose que si no les llegamos a coger de improviso las cosas que me harían.
Durante el camino de regreso estuvimos hablando de cosas que espero no tardar en publicar, relativas a nuestro pasado reciente y proyectos de futuro y al llegar a mi ciudad paró el coche en un pequeño recinto a tocar de la estación de la RENFE y me hizo salir del coche y allí me folló. Si alguien se acercaba tenía que hacerlo en coche, andando tenía que dar un pequeño rodeo y lo que lo hacia morboso eran los balcones de los pisos cercanos que por la hora debían de estar desiertos. Pero en verano nunca se sabe.
Follada, llena de leche y sin tanga ni sujetador, se despidió de mí cerca de mi casa y con el coche ya cubierto y besándome me dijo: recuerda, lo que hoy a sido un fracaso otro día puede ser una suma de éxitos.
En aquel momento tenia el cuerpo vibrando del placer que me había dado follándome, pero tuvo razón. Fui a la cocina, al baño, me puse a leer un rato y cuando ya creí que podía ir a dormir. En la cama no pude dejar de masturbarme imaginando algunos de los que no supieron aprovecharlo y curiosamente el placer más intenso fue imaginando a la pareja que llegando a su casa hicieron el amor recordando el singular episodio con que se les había sorprendido.