Noche de tormenta de nieve

Como una noche solitaria se convierte en una llena de pasiön y lujuria con una mujer madura y desconocida.

La nieve caía tan fuerte que los limpiadores del parabrisas no alcanzaban para despejar el vidrio. Andrés estaba muy preocupado de chocar, ya que estaba en medio de una ruta interprovincial y si chocaba allí, no tendría medios para pedir ayuda. Él se había olvidado su teléfono celular en su casa y ahora estaba a merced de los elementos. El meteorólogo había predicho nieve pesada. Él había reducido la velocidad a casi 5 kilómetros por hora, arrastrándose a lo largo del camino. Andrés pasó una señal que rezaba "Casa de Comidas y Alojamiento'. Así que decidió salir de la interprovincial e ir al alojamiento hasta que pasara la tormenta de nieve.

Encontró el desvío después de una señal en el camino. Andrés manejó cuidadosamente entre el camino lodoso cubierto de nieve, hasta que las luces del auto iluminaron la casona y respiro aliviado. Estacionó su automóvil cerca del hotel tanto como le fue posible. El viento y la nieve en su cara lo hicieron temblar de frio, hasta que pudo alcanzar la entrada de la casona. Una vez dentro respiro profundo el aire caliente que provenía de la chimenea a leña, sacudió la nieve de sus zapatos y de su abrigo, se acerco al escritorio del hotel y pidió un cuarto. El empleado negó con la cabeza y le dijo que todas las habitaciones estaban ocupadas o reservadas por causa de la tormenta, y que lo único que podía ofrecerle era dormir en una de las sillas en el salón. También le dijo que si él tuviera alguna cancelación de las reservas, le dejaría una a él primero. Andrés cabeceó y miro el reloj detrás del escritorio. Leyó siete treinta PM. Y pregunto si el restaurante estaba abierto. Hambriento, fue por una cena caliente, una bebida después de la cena y a esperar que alguien cancelara su reservación. Dejo su abrigo en la guardarropa del restaurante, Andrés tomo asiento en una mesa, tomó el menú y pidió una botella vino, mientras examinaba el menú.

La mesera sonrió y le dijo que por el tiempo era casi seguro que habría varias cancelaciones antes de la medianoche, oyendo esto, Andrés se sintió mas animado, pero por ahora solo tenia una silla donde pasar la noche, idea que no lo satisfacía completamente.

La mesera muy amablemente le recomendó el plato de pastas con salsa de carne y Andrés lo pidió. Las pastas se las sirvió cuando él terminó su entrada. Andrés terminó su cena y quedo sentado para terminar de beber a sorbos su vino. Él rechazó el postre y decidió terminar con un coñac en el bar, a la espera por una cancelación de algún cuarto. Entrando al bar Andrés vio a sólo dos personas, un mozo y a una mujer sentada en un taburete en la barra. Andrés escogió un taburete cerca del centro de la barra y pidió un coñac. El mozo trajo su bebida y Andrés empezó a beber a sorbos su coñac, Andrés podía oír al mozo hablar con la mujer. Podía verla muy bien en el espejo detrás de la barra. Ella parecía más alta que la mayoría de las mujeres, sentaba derecha en su taburete. La Miro furtivamente a ella mirando sus piernas bien formadas, Andrés noto que la mujer seguramente era mas alta que él.

Ella llevaba un traje negro con una falda corta que revelaba sus muslos muy bien formados, una blusa blanca y un saco corto, botas de cuero con tacos finos de por lo menos unos 10 cms. El pelo de la mujer era oscuro, largo, caía directamente sobre sus hombros. Su cara revelaba algunas arrugas, pero no había ninguna duda que ella fue una belleza en sus años más jóvenes.

‘Una señora muy alta y encantadora, ' pensó cuando él pidió al mozo otra bebida, quien lo sirvió rápido, pero cortésmente, cuando el mozo se dio prisa para volver a hablar con la señora. Andrés podía oír algo de la conversación, ella era una vendedora de cosméticos que viajaba a una reunión de la compañía. El mozo le preguntó su nombre y ella contestó, "Judith…" "así que, Judy, te alcanzó la tormenta de nieve y terminaste acá?" él le preguntó.

"Judy, es para las mujeres mas jóvenes" ella le dijo con naturalidad "A mi edad, yo pienso que Judith es el nombre mas apropiado para usar. Y sí, la tormenta de nieve me atrapó y aquí estoy. Por suerte, conseguí el último cuarto disponible." Ella miro a Andrés y preguntó, "La tormenta también te trajo hasta acá?" "Desgraciadamente, sí," Andrés contestó con una sonrisa. Judith devolvió su sonrisa como una mueca y le hizo señas.

"Por qué no se acerca. Va a ser una noche larga y aburrida" El mozo y Andrés se sonrieron por lo espontáneo de la nueva invitación y Andrés se acerco para sentarse al lado de Judith, trayendo su bebida con él.

"Hola, soy Andrés" él les dijo. Judith y el mozo, Carlos, empezaron a charlar sobre bueyes perdidos. Carlos les servio otra ronda de bebidas a Judith y Andrés, mientras hablaban en broma sobre la tormenta de nieve y su condición.

"En el pronostico dijeron que caerían de 20 a 30 cms de nieve por mañana," dijo a Andrés. "Dios, cómo voy a hacer para salir de acá con tanta nieve" Judith dijo cambiando la gravedad en su voz. El bar repentinamente quedo en silencio hasta que Judith rompió el silencio con una risa encantadora. "Ése es un punto…bueno o malo?" preguntó sonriendo abiertamente. Carlos se negó a decir palabra alguna

"Parece que vamos a pasar el día acá adentro" Andrés respondió. Los tres se rieron por la contestación de Andrés y pidió otra ronda para a él y Judith. Judith terminó su bebida y dio a cada uno de ellos un beso y dijo que era tiempo de un sueño reparador.

Ella se puso de pie sobresaliendo por varios centímetros por encima de Andrés y Carlos. En sus tacones altos ella era por lo menos 15 o 20 cms más alta. Los hombres quedaron impresionados, sobre todo cuando ellos vieron sus pechos pujar contra la blusa blanca por debajo de la chaqueta del traje. Judith salió del bar, fue hacia el ascensor y desapareció detrás de las puertas. "Hermosa mujer" Andrés comentó a Carlos, apurándose a vaciar su copa de coñac, mientras lo estremeció el pensamiento de pasarse la noche en una silla. Andrés miro su reloj para ver que era casi las once y treinta PM. Pagó su cuenta y dejo una propina generosa a Carlos, y se encamino a ver si había alguna cancelación. Cruzando los dedos él esperó que una cancelación hubiera sido recibida. Se acerco con prisa al escritorio y le pregunto al empleado, quien secamentente le respondió "Usted puede usar cualquiera de las sillas del salón."

Andrés con mucho fastidio fue al salón puso su abrigo por la parte de atrás de la silla cuando el empleado le aviso que tenia una llamada.

"Hola" dijo con intriga. "Hola, no conseguiste cuarto?" una voz dijo en su oído, era Judith.

Andrés sonrió abiertamente y dijo, "pensé que yo habías dado por terminado el día de hoy." "Eso intente, pero pensé que por esta noche podíamos compartir mi cuarto y así ahorrar algo de dinero, que te parece?" "Sí, me parece genial" Andrés respondió complacido

"Ok, mi habitación es la 220, subí cuando quieras" Judith continuó

"Ya subo" contestó. Andrés sonrió, agarró su abrigo y enfilo hacia el ascensor.

Unos minutos después él golpeó a la puerta del cuarto 220. La puerta se abrió y apareció Judith, llevaba una túnica de seda larga hasta suelo al mejor estilo oriental, ondeó su cabellera y lo invito a pasar.

"Me alegro que hayas aceptado compartir el cuarto" Judith murmuro cuando cerró con llave la puerta. Andrés puso su abrigo encima de una silla y giro para quedar de frente a Judith. Ella lo abrazó y lo besó profundamente, le quito el saco, la corbata, y la camisa. La boca de Andrés busco lamer las magnificas tetas y mordisqueo por sobre la tela a la vez que sus manos le desabrochó su cinturón, dejando caer sus pantalones al suelo. Ella enganchó sus dedos pulgares en sus calzoncillos y los abajo hasta llegar a sus tobillos, ella de rodillas empezó a besar su verga rápidamente endurecida. Suavemente, ella lo empujó sobre la cama, termino de quitarle los calzoncillos y los calcetines dejándolo totalmente desnudo. Judith sonrió ligeramente dejando caer su túnica al suelo revelando su maravilloso cuerpo desnudo y los pechos magníficos. Judith tenía una figura encantadora y un triangulo de pelos prolijamente arreglado cubriendo su concha húmeda.

"Nada mal para una mujer de mas dé cincuenta años" ella dijo, "Qué pensas vos?" "Muy hermosa para ser una cincuentona, Judith. Te ves muy bien!" Andrés respondió casi sin aliento. Ella se volvió hacia la cómoda, revelando su culo espléndido a él, y le ofreció dos píldoras azules,

"Una o dos Viagra, Andrés ?" Andrés sonriente levanto dos dedos y tomó las píldoras que ella le ofrecía. Ella vertió un poco de agua en un vaso y él tragó la magia de ‘las pastillitas '.

"Acomódate en las almohadas," ella dijo cuando subió a la cama. Andrés obedeció y Judith puso sus manos alrededor de sus pelotas. Un frío instantáneo atravesó sus pelotas, cuando comprendió que ella tenía un cubo de hielo de en una de las manos. Él gimió de placer y Judith rió tontamente, rodó sus pelotas en sus palmas, mientras su verga se infló al máximo. Ella bajo su prepucio para exponer la cabeza sensible, y la beso para deleite de Andrés . "Mi amor, tenes una verga encantadora" y empezó a lamerla desde la base hasta la cabeza y abajo de nuevo, cubriéndolo con su saliva.

"Mmmm," Judith gimió al beber las primeras gotas que aparecían brillantes de la sensible verga de Andrés. Su lengua rodeó la cabeza y chupo con firmeza la esponjosa glande que resumía más liquido. Judith se quito la verga de la boca y la llevo a sus pechos, frotándola en cada pezón, luego ofreció sus pezones a Andrés. Avariciosamente, Andrés cubrió su pezón izquierdo con su boca, lamió y chupo como se amamantara de cada pezón, mientras Judith gemía de placer. Él cambia de un pezón a otro. Judith suspiró cerrando sus ojos, mientras sentía que empezaba fluir los jugos de su concha más rápidamente. Andrés apretó sus tetas con las palmas y las junto hasta que sus pezones se tocaron. Él cubrió ambos pezones con su boca y chupo de ellos, Judith gimió encantada.

"Oh Dios que bueno es esto," dijo suspirando Judith, cuando él apretó sus pezones con sus labios y dientes. Andrés sostuvo sus pezones juntos con sus dientes mientras se extendió entre las piernas abiertas de Judith para poner su verga entre ellas. Judith abrió la boca cuando la verga de Andrés toco momentáneamente su clítoris buscando penetrar profundamente dentro de los pliegues de su concha.

"Mmmmmmm," ella gimió, cuando se sintió empalada por la lanza de carne. Ella cerro los músculos de su vagina apretando la verga de Andrés, sintiéndola latir dentro de ella. Andrés gimió de placer al sentir como Judith sostenía su verga ‘prisionera ' dentro de su concha. Ella levanto la espalda y empezó a frotar sus tetas por la cara de Andrés, mientras él la tomaba por el culo para forzar su verga más profundo dentro de ella. Ella abrió la boca más y besó a su amante apasionadamente, apretando la concha sobre la verga de Andrés. Judith empezó a moverse lentamente, subiendo para sostener simplemente la dura verga dentro de su concha, entonces empujaba hacia abajo para empalarse de nuevo y de nuevo en su concha maravillosa. Ella tiraba la cabeza hacia atrás y apretaba los ojos disfrutando totalmente de la masculinidad muy profundo dentro de ella. Andrés respiró más pesadamente cuando ella lo cogia a él. Él alcanzó a chuparle los pezones y ella abrió la boca, pero la cogida continuaba sin pausa. Sus labios formaron una sonrisa ligera cuando ella subía y se bajaba rítmicamente,

"Oh ssssiii, sssiii…chupame las tetas, cómeme los pezones," ella susurró. Andrés sintió que estaba por explotar, e hizo un esfuerzo para retener su leche hirviente dentro de los huevos. Él se concentró para permitirle a Judith disfrutar totalmente de su verga mientras mordía sus pezones, aumentando más aun su placer. Judith empezó a aumentar el ritmo de su empalamiento y Andrés se dio cuenta de que su orgasmo estaba por venir. Su gemir era constante y ruidoso cuando ella clamó,

"me vengo…me vengo…estoy acabando" Andrés empujo su verga dura más fuerte y mas profundo dentro de la concha caliente y mojada, cuando ella hizo erupción en un orgasmo completo, su concha involuntariamente apretaba y soltaba la verga con cada espasmo

El néctar que brotaba del interior de la concha de Judith mojó el pelo púbico de Andrés y también las pelotas, goteando hacia abajo mojando el ano de Judith que grito,

"así mi amor…así" Su concha y clítoris estaban muy sensibles ella apenas pudo mantenerse consiente mientras Andrés pistóneaba dentro de ella. Ella intentó detenerlo, pero él la sostuvo firmemente por la cintura y continuó cogiendola muy duro.

"Oh dulce, cómo necesitaba esto!" ella lloró, y se vino de nuevo. Los espasmos de su concha caliente trajeron a Andrés casi al orgasmo, pero él se resistió maravillosamente. Judith cayó de espaldas abriendo la boca en busca de aire, su concha latiendo, él empujaba su verga muy adentro de ella con cada respiración que ella tomaba. Andrés sostuvo su verga dentro de ella, los labios de Judith se abrieron ligeramente y Andrés la beso profundamente cuando ella todavía se esforzaba por respirar.

"Estupendo!" ella alcanzo a decir cuando le devolvió el beso,

"Es maravilloso, como me coges… te necesitaba." Su concha continuaba dando espasmo,

"No puedo creer que hayas aguantado tanto" dijo cuando se empezó a recuperar. Él besó su barbilla, ambos párpados, sus labios temblorosos, sondeando con la lengua dentro de la boca de ella.

"Ummmmmmmmm," Judith gimió saboreando el beso

Él la abrazo y la rodó en la cama quedando él de espaldas y ella encima, Judith sonrió.

Él bombeó su verga dentro y fuera de ella unas veces más, antes de sacarla por completo del interior de la muy mojada concha y empezó a lamer sus pechos. Lamiendo sus pezones de nuevo, dedujo una respiración profunda y un gemido de deleite de Judith. Él paso su lengua entre sus pechos y bajo a su ombligo. Escarbo con la lengua su ombligo, Andrés lamió el sudor salado-dulce que la cubría, la atrajo hacia su cara y quedo entre las piernas de ella a cada lado de su cabeza entre su arbusto, mientras Judith gimió con el deseo. Su nariz se apretó en los rizos suaves de su arbusto . Él la miro antes de hundir su lengua en la cueva caliente de su concha. Judith se apretó aun más sobre la cara de él. Andrés cerró sus labios y apretó su clítoris y suavemente tiro de el, Judith se retorcía, Andrés dio unos golpecito con su lengua sobre el clítoris. Su respiración se aceleró y ella separo con sus manos las labios de su concha abriéndola por completo dejando al descubierto el clítoris para que Andrés siga jugando con el, Él besó la concha como si fuera una boca, frotando su clítoris con su nariz en el proceso. Su cuerpo se estremeció de placer cuando ella intentó empujar su clítoris hacia su lengua, pero él se negó. Andrés recorrió con su lengua todo el largo de su concha, a un lado y a otro varias veces evitando tocar el clítoris endurecido y manejándola con lujuria.

"Andrés, no puedo resistirlo mas, necesito descansar" ella suspiró cuando sintió la lengua recorrer suavemente su concha.

"Ohhhhhhhhhhhhhhhh, Dios!" grito, cuando Andrés empujo la lengua dentro de su concha en lo más profundo.

"si…si," ella casi lloraba mientras la cogia con la lengua, su nariz golpeaba en su clítoris parado y palpitante. Ella se retorció encantadamente cuando él lo atrapo con los labios y tiro bruscamente de el, para luego darle golpecitos con la lengua. Andrés la acostó de espaladas a ella y puso sus piernas encima de sus hombros, la alzó del culo para poner una almohada debajo. Su boca se cerró de nuevo encima de su concha y su lengua se hundió en lo más profundo, Judith estaba casi sin conciencia. Ella gimió ruidosamente poniendo más atención al placer que Andrés le daba a su concha. Judith lo agarro por ambos lados de la cabeza y lo sostuvo en su clítoris.

"ahí…chupame ahí, chupame!" dijo gimiendo. Andrés atrapo el clítoris en su boca y empezó a chuparlo como si fuera un pezón. Judith gimió con placer cuando él alcanzó a tomar sus pezones entre sus dedos pulgares e índices para apretarlos. Él empezó a amamantarse de su clítoris. Judith gemía y rogaba, cuando sintió otro orgasmo que brotaba de lo profundo de ella. Ella le apretó la cabeza con las piernas mientras su cuerpo temblaba por la lengua enloquecedora que extasiaba su clítoris. Apretó sus muslos firmes sobre la cabeza de Andrés, Judith se estremeció a través de un orgasmo interminable que entorpecía su mente. Intentando suprimir un grito, ella mordió su labio y se retorció mientras duró su intenso orgasmo, su concha no dejaba de resumir fluidos calientes y viscosos, mientras Andrés chupaba su clítoris implacablemente. Ella luchó por detenerlo pero nuevamente se convulsionó en un orgasmo. Su dulce néctar cremoso mojaba la cara de Andrés, dulce néctar que él tragó tanto como pudo.

Finalmente, su orgasmo menguó y ella se relajó abriendo la boca buscando una bocanada de aire, apenas se movió, sus brazos quedaron caídos a sus lados. Sus muslos soltaron la cabeza de Andrés y sus piernas se cayeron de sus hombros quedando inmóvil y abriendo la boca casi sin respiración. Ella abrió su boca como para hablar, pero no pudo. Andrés lamió el néctar que aun se escurría del interior de su concha y subió para besarla, lengüeteo y se amamanto de cada pezón. Judith estaba cubierta en un sudor salado-dulce que condimentaba su piel y sus tetas. Él lamió y besó su cuello, la besó de lleno en la boca, buscando la lengua de Judith. Apenas recuperada, ella devolvió el beso apasionadamente y se abrazó a su amante, gimiendo aun con éxtasis. Saboreo su propio néctar de la otra lengua y ávidamente buscó más lamiendo los labios y la cara de Andrés.

Andrés devolvió sus besos y busco colocarse otra vez entre las piernas de ella poniendo su verga en la entrada mojada de su concha.

"sí, Andrés , sssssiii," ella gimió en su oreja cuando sintió la verga maciza resbalando despacio en su interior.

"cogeme…cogeme duro, mi amor…cogeme bien duro!" ella abrió la piernas para que el tome mejor posición

"Ummmmmmmmm que siente muy caliente sos maravillosa mi amor…sooos maravillosa!" Andrés empujo profundamente la verga dura dentro de la concha y empezó a cogerla duro, ella solo gemía en éxtasis. Su concha se abría cuando él empujaba muy duro dentro de ella,. Ella podía sentir su verga latiendo dentro de su concha y duplicó sus esfuerzos para extraer de ella el torrente de leche caliente. Judith se maravilló por la vitalidad y paciencia de su amante, pero quería sentir la leche caliente inundando sus entrañas, él continuaba entrando y saliendo de su concha hambrienta. Ella estaba teniendo otro orgasmo, y cerró sus piernas alrededor de la cintura de Andrés Cogieron muy duro por varios minutos mas hasta que los dos empezaron a gemir, Andrés exploto primero en un mar de espesa leche blanca y caliente en lo mas profundo de la ávida concha de Judith, quien sintió los grandes chorros de leche caliente en su concha llevándola a tener otro orgasmo poderoso. Las pelotas de Andrés bombearon grandes chorros de leche espesa, llenándola al punto de que se saliera de su concha. Sus fluidos mojaron una vez más las pelotas de Andrés, y una vez más caía despacio por el ano de Judith.

Los dos jadeaban, intentando calmar sus respiraciones, pero totalmente poseídos por la lujuria y el placer no les era fácil

El orgasmo de Andrés fue tan intenso que le dolían las pelotas. Él podía sentir su verga que literalmente nadaba en lo más profundo de la concha su amante. Cuando él se esforzó por recobrar los sentidos, Judith solo se rindió, abrazando a su amante y besándolo en sus mejillas, hombros y cuello. Ellos quedaron así por varios minutos, Andrés encima de Judith, hasta que recuperaron los sentidos.

"Dios, Andrés ," Judith suspiró, recobrando su voz, "esto fue la mejor cogida que he tenido alguna vez." Andrés sonrió y rodó de encima de Judith para quedar a su lado. Ella bajo su mano hasta su concha, metió un par de dedos dentro y profundamente y la trajo a su boca, lamiendo sus dedos.

"Ummmmm, esto es bueno" dijo ella, Saboreando le mezcla de sus fluidos y la leche de Andrés. Ella quiso más y bajo su cabeza hasta la verga de Andrés, quien tembló cuando ella le lamió la verga, ahora muy sensible, mojada de leche y su néctar. Ella limpió sus pelotas también empapadas por el flujo de su concha. Judith pensó sentarse en la cara de Andrés y hacerle lamer la concha hasta que la dejara limpia, pero desistió de esa idea. Ella tuvo miedo de que se despertara de nuevo su verga y tuvo miedo de no poder soportar otra cogida igual a la que había recibido. ‘mejor lo dejamos para mañana ' pensó exhausta.

"Judith, sos magnifica…sos increíble!" Andrés declaró. "creo que tenemos que recuperar energías ahora" Judith estuvo de acuerdo y busco su verga fláccida con los dedos, cuando ella se agacho para besarla y comentó, "descansa bebe, que todavía te quiero dentro" dijo divertida

"quédate tranquila que en la mañana va ha estar como nueva" Andrés le respondió

Judith besó a Andrés profundamente, agradeciéndole que le haya hecho el amor tan maravillosamente.

"Las grandes melodías salieron de viejos violines" ella rió. Andrés sonrió abiertamente y la abrazó. Ellos se acomodaron en la cama y Andrés cubrió con las sabanas a Judith. Judith lo miro seria, "Andrés . Realmente amo tenerte acá…"

Andrés se cubrió con las sabanas y dijo en broma.

"Me gastaste esta noche, sos una vieja verde," a lo que ella respondió soñolienta.

"Estoy exhausta, pero muy feliz. Todo lo que quiero ahora es acurrucarme contra tu cuerpo."

"Ahora descansa" dijo cuando lo besó. Andrés la abrazo desde atrás y ambos quedaron dormidos. Afuera en la obscura noche, la nieve había pasado los 30 cms y seguía cayendo

Lanusman