Noche de sexo salvaje 3

Continuación de los relatos de noche de sexo salvaje

Continuación de noche de sexo salvaje 2.

En el próximo relato cambiaré el título, porque ya noche de sexo salvaje se ha quedado desfasado. Lo malo es que todos son continuaciones, así que a lo mejor dejo el título como está. Que disfrutéis

Cuando me desperté, el sol entraba ya por la ventana. A mi lado seguía durmiendo Gorka. Me levanté sin hacer ruido y me vestí con unos pantalones cortos y una camiseta corta. Bajé a la cocina a preparar el desayuno, cuando oigo a Gorka bajar las escaleras. Estaba con el bañador de ayer y con la camiseta roja, se apoyó en el marco de la puerta de la cocina y me miró fijamente.

-Buenos días Gorka.

-Buenos días, nano. – Gorka se sentó en una silla de la mesa de la cocina y siguió mirándome. La cara de Gorka era como de vergüenza, mi miraba fijamente, pero en cuanto mis ojos y los suyos se encontraban dejaba de mirarme para mirar otra cosa. Me senté en frente de él y empezamos a desayunar. El silencio era abrumador, pero sabía que lo que había pasado no sería fácil para él. Gorka cuando está muy cachondo se la suda quién se la esté comiendo o con quién esté follando, pero cuando se le pasa el calentón empieza a comerse la cabeza. Yo seguía comiendo mientras leía lo que ponía en la caja de galletas, cuando Gorka empezó a hablar.

-Esto… Dani…

-Dime. – Sabía lo que podría pasar así que me quedé mirándolo.

-Lo que paso ayer… mira nano, yo te quiero mazo y lo sabes, pero te quiero como colega. Eres mi mejor amigo desde que éramos to pequeños, y cuando volví de vivir en Valencia, tú seguías ahí. Pero no quiero que esto nos distancie ni que nos genere malos rollos, ni nada por el estilo. Yo estaba muy caliente y mira… si te he hecho creer algo que no era, lo siento mucho. Sé que ayer pasaron cosas, y que te dije cosas sobre después del partido y todo eso… pero lo siento… – Sabía lo que quería decir. Lo que paso ayer, ayer quedó. No soy gay ni mucho menos. Estaba cachondo y listo.

-No tienes de que preocuparte Gorka. – Sonreí – Yo no voy a decir nada a nadie y mi relación contigo va a seguir siendo la misma de siempre, colegas y punto. Y no creo que Alex diga nada.

-No, no, si con Alex he hablao esta mañana, para ver que tal lo de su hermano. Le he dao tu número pa que te llame y te cuente. Y sobre lo de ayer me ha dicho que eso lo hizo sin malos rollos ni nada. – Vi como la cara le cambiaba y volvía sonreír y a ser el de siempre. Seguro que ha estado toda la noche pensando y comiéndose la cabeza

-Pues entonces bien. ¿Su herma que tal?

-Sí. Na me ha dicho que una movida, y que ya te contará. – Los dos terminamos de desayunar y nos fuimos para el salón.

-Oye Dani, yo me tengo que pirar que ya son casi las doce y mi vieja me a montar la de cristo. Ya nos vemos. – Nos dimos la mano y Gorka se piro. Sabía que aunque ya estuviese más tranquilo, dentro de él estaba hecho un caos. Recogí un poco la casa. Mis padres volvían el domingo por la tarde y no quería darme la paliza limpiando unas horas antes. Terminé de limpiar y me senté a ver un poco la tele. La verdad es que no echaban nada interesante, así que la apague, cuando sonó el móvil. Fui a la cocina a coger y ver quién era. Era un número que no tenía en los contactos.

Soy Alex. El Gorka m a dao tu mvl. Ncsit ablar cntig. Pued ir a tu ksa?

Le contesté diciendo que vale. Me fui a duchar y a vestirme. Cuando ya estaba decente bajé al salón y me puse a jugar a la play. Miré el reloj y eran las dos. No sabía a qué hora iba a venir Alex, pero tampoco es que tuviese mucha hambre. Seguí viciándome hasta que empezó a sonar mi móvil. Eran mis padres, que si todo iba bien y esas cosas. Cuando les colgué, vi que tenía un mensaje. Era Alex, que perdonara por la tardanza que ya venía para aquí.

A los veinte minutos sonó el timbre y fui a abrir. Allí estaba Alex, con un polo de color azul eléctrico con el cuello subido y unos vaqueros ajustados. Entramos y nos sentamos en el sofá. Ya había preparado unas cervezas así que empezamos a hablar

-Bueno, ¿qué ha pasado con tu hermano?

-Ayer le pillaron colándose en un puti club.

-¿pero no tenía quince años?

-Sí, pero que estaba muy caliente y como su novia no quería hacer nada se fue a un club.

-Madre mía… ese acaba como el Gorka, jajaja. – Al decir eso Alex, no se reía me miraba pero nada más. – Lo siento, si te ha molestao la broma.

-No, no es eso, lo de mi hermano me la trae un poco floja, pero quería pedirte perdón por lo de ayer. – No entendía nada, primero Gorka y ahora Alex también piensa que fue un calentón y ya está, pero Alex si me besó, aunque fuera para meterme la lefa en la boca.

-¿Perdón por qué?

-Pues por cómo te trate. Te llame puta, y te trate como si fueras un trapo tío, y no quiero que pienses que soy así. – Empecé a reírme.

-No pasa nada tío. Si yo cuando estoy con el calentón soy así y si tú eres así, pues que se va a hacer. – Alex sonrió y ya me quedé prendado de su sonrisa otra vez.

-¿Tu eres gay?

-Sí, aunque mi salida del armario para Gorka no hubiese querido que fuera así, la verdad. – Me miró con la cara como triste.

-¿Te mola Gorka?

-Hombre, tiene un cuerpo que te cagas y eso de que no se depile entero me pone a mil. – Sabía por dónde iban a ir los tiros ahora.

-Ahm. – Alex no decía nada y se quedaba callado, o tiraba yo un poco o esto iba a durar demasiado.

-¿Tú eres gay? – Alex se me quedó mirando y asintió con la cabeza.

-Entonces, ¿cuál es el problema?

-Pues que me molas… y… cuando me tuve que ir por lo de mi hermano… me puse muy nervioso, por eso te bese antes de irme. Luego estuve pensando en que habrías hecho con Gorka cuando me fui y he estado toda la noche dándole vueltas. Pensaba que Gorka y tú eras amigos con derecho a roce, o yo que sé. Me rallé mucho. Por eso cuando le llame esta mañana y me dijo que no pasaba nada, que solo fue un calentón entre colegas y que no iba a decir nada y eso, pues me tranquilicé un poco… - decidí dejarlo hablar para que se desahogara. – Y claro, luego has dicho que te mola porque no se depila y eso…

-El pelo crece – No sé porque dije eso. Empezó a sonreír y entre lo bueno que estaba y que iba vestido como iba, mi polla empezó a moverse.

-¿Qué hiciste ayer por la noche con Gorka? – Esa pregunta es la que estaba dándole vueltas a la cabeza todo el tiempo, seguro.

-Pues… al irte tú continuamos con lo que estábamos haciendo.

-¿Te folló?

-…sí…

-¿Te besó?

-Sí. – Alex puso una mueca como de mala ostia. La verdad es que el beso de Gorka me encantó, pero sabía que él estaba ahora con el remordimiento y la verdad es que ya había pasado media adolescencia enamorado de un tío hetero y sé que no lleva a nada bueno. Pero algo dentro de mí, me decía que con Gorka podría conseguir algo, pero conocía a Gorka y sabía que cuando está muy cachondo no controla. Alex seguía mirándome como analizando mi cara, después de pensar en la noche de ayer, mi polla ya estaba muy peleona, así que decidí jugar un poco más. Me lancé a besarle y el abrió la boca para jugar con nuestras lenguas. Sabía que me estaba portando como un hijo de puta, porque sé que Alex, estaba empezando a gustarle y yo no sabía que pensar. Gorka me gustaba, pero era un imposible, y Alex, estaba también muy bueno y él no era un imposible. Empecé a sobarle todo por debajo del polo. Estaba marcado. Comencé a acariciar un pezón. Alex se quitó el polo y me quitó la camiseta. Empezó a comerme los pezones y yo no paraba de gemir. Mientras con sus manos me bajó la cremallera del pantalón corto y me saco el rabo que estaba babeando.

-Joder, como chorrea.

-Es que me pones mucho.

-Pues más te voy a poner. – Se agachó y empezó a comerme la polla, sus manos masajeaban mis huevos mientras su saliva y mi pre se mezclaban. No sé cuánto llevaba comiéndome la polla pero con ese ritmo no iba a durar mucho más.

-Comooooo sigaaaas así meeee corro. – Viendo que él no paraba y que estaba a mil le puse mi mano en la nuca y empecé a bombear mi polla por su boca. No hizo amago de retirar la boca.

-Alex, me corro, me corroooo. – Mi polla empezó a disparar lefa directamente en su garganta. Siguió chupándomela durante unos minutos más, mientras yo estaba en éxtasis. Cuando termino de chupármela, la polla ya estaba sólo morcillona. Me miro y me volvió a besar. Sabía a lefa y me encantaba. El beso duró unos minutos, hasta que me hablo al oído.

-Yo aún no he terminado… así que no te relajes tanto… vete a ducharte que te espero en tu habitación. – Me levanté y me fui a duchar. Las puertas de la planta de arriba se abrían y se cerraban. Supuse que no sabía cuál era mi habitación hasta que una se cerró y solo se oía el agua cayendo. Me sequé lo más que pude. No sabía si mi polla se levantaría después de la mamada, pero no tenía otra opción, estaba muy cachondo y mi polla no estaba dispuesta ahora mismo a otra batalla. Salí del baño y me fui a mi habitación. Alex estaba sentado en la cama con un slip marcando su polla dura y una mancha húmeda alrededor de su capullo. Había cogido mi camiseta y su polo y los había puesto en la silla del escritorio. Me estaba mirando con una cara de hijo de puta que gustaba. Esa cara solo la ponía cuando estaba muy cachondo. Empezaba a gustarme mucho. En la cama un hijo de puta, pero en lo demás era un sol.

-¿Te mola el sexo duro? – La verdad es que nunca lo había probado, lo había visto en pelis porno y la verdad es que no me importaba que me dieran una ostia o me trataran mal, dentro de unos límites.

-Nunca lo he probado.

-Pues vas a flipar. – Yo me dejaba llevar. Alex sabía muy bien como mandar y yo cuando estoy cachondo soy muy sumiso. Alex se levantó de la cama y se quedó de pie. – Ven aquí a cuatro patas y límpiame los gayumbos. - Me puse a cuatro patas y fui directo. Empecé a lamerle el paquete mientras el resoplaba. Tenía el slip to húmedo de mis babas y su pre. Yo iba a seguir lamiendo hasta que el me dijera. Me puso la mano en la frente y me tiró para atrás. Estaba sonriendo y se bajo los calzoncillos y su polla se quedo apuntándome. Yo me lancé a por ella, pero cuando estaba a punto de metérmela en la boca me cogió de la parta de atrás del cuello y me apretó. Puso su cara en mi oreja y me dijo:

-Tranquila puta, tranquila, comerás polla cuando yo te diga. – Me cogió en brazos y me tiró a la cama boca arriba. – Ahora vas a probar un buen macho, de los de verdad. – Se puso de rodillas en mi cara, pero creyendo que me iba a dar de comer polla la chupé un poco, cuando me dio un bofetón. La verdad es que no me lo dio muy fuerte pero me quede bloqueado – Te he dicho que comerás polla cuando yo diga. – Se levantó y se puso en la misma postura pero con su culo apuntando a mi cara. – Come. – empecé a comerle el culo. Esta situación me gustaba mucho la verdad, no pensaba que me gustaría tanto. Seguí comiéndole el culo mientras el bufaba. Me empezó a masturbar, aunque solo la tenía morcillona, pero al cabo de unos minutos de cascármela ya estaba bien dura y babeando. – Como babea, así me gusta… - Y empezó a comerme la polla. Yo gemía y el bufaba hasta que de pronto se levantó y se puso de pie en la cama. Se fue agachando hasta que mi polla rozó con su culo y se la metió de golpe. Yo nunca había penetrado, siempre me habían penetrado a mí, pero me gustaba sentir la polla to prieta ahí dentro. Alex subía y bajaba mientras me escupía a la cara. El primer gapo me cayó en la cara pero abrí la boca, saqué la lengua y empezó a escupirme ahí mientras le follaba el culo. Estaba subiendo y bajando muy rápido y los dos no parábamos de gemir y dar pequeños gritos.

-Joder. Aaaalex, buffffffff. – Él sólo sonreía y nada más. Seguía haciéndolo más y más rápido. – Alex como sigas me corro otra vez, jodeeeeer. – Tenía toda la tripa llena de pre de Alex y yo estaba a punto de correrme por segunda vez. – Me corro Alex, me corrooooooo, aaaaaah. – No sé cuanta leche tiré, pero supuse que era poca por la mamada de antes. Alex se levantó y me puso su culo en mi cara.

-Prueba un culo recién follado, venga. – Sabía a lefa y a culo. Me encantaba. No paraba de lamerlo y succionar. – Como come la puta, como come. – y se reía. Cuando ya no salía más lefa le dije que se levantara, que ya estaba limpio. Se levanto pero me dijo que no me moviese.

-Ahora verás… Estoy to burro y no voy a tardar nada mira. – Me levantó las dos piernas y me metió de una vez la polla. El dolor me recorrió hasta la cabeza, pero si es verdad que lo tenía un poco dilatado. Empezó a follarme

-Me duele, Alex.

-Pues seguro que con la de Gorka disfrutaste como lo puta que eres. – Al decir Gorka cerraba los ojos y empezaba a follarme más fuerte. Después de unos minutos el dolor había desaparecido y solo había placer.

-Sí, sigue. – La verdad es que follaba mejor que Gorka.

-¿Te gusta?

-¡¡¡Sí!!!

-¿Más qué con Gorka?

-Sí, joder sí. – Ya se lo había dicho… Le miré y me estaba mirando mientras sonreía, y empezó a follarme más y más fuerte.

-Te voy a echar… to la leeeefa espesa, aaaaaaaaah, aaaaaaaaaah, sí, sí, sí. AAAAAAH. – Alex empezó a jadear y su polla a llenarme el culo de leche. Se sacó el rabo de mi culo y me miro como diciéndome que se lo limpiase. La verdad es que no tenía muchas ganas, pero le limpié el rabo. El dejaba ver sus dientes blancos y me levanto y cambiamos la posición. – Pon tu culo en mi cara que voy a limpiártelo. – El tono de hijo de puta ya había desaparecido e hice lo que me pidió. Notaba como caía la leche y él se la comía gustosamente. Cuando me hubo limpiado el culo, me levanté y vi que Alex estaba muy cansado de no haber dormido en toda la noche. Nos tumbamos en la cama.

-Alex, si quieres dormirte duérmete.

-Gracias. – Cerró los ojos, me abrazó y dijo:

-Te quiero.