Noche de sexo casual

Cuando la desesperación desata en ti todos tus instintos mas primitivos

Cuanto mas me acercaba a él, mas me iba cegando en su físico, mi meta era apoderarme de su cama por una noche, ni siquiera sabia su nombre, pero sus ojos se cruzaron con los míos por casualidad y me rompieron en dos; tal vez fue el alcohol, tal vez la música alta, las luces o simplemente que hacia tiempo ya que no tenia contacto intimo con un hombre y ya lo estaba necesitando.

Trate de no ser demasiado directa, me acerque a la barra lentamente, sin mirarlo y me pare a su lado pero ni siquiera me miro; el chico de la barra me pregunto que quería tomar, esta era mi chance de llamar su atención, pero que iba a pedir? No soy de las personas que conocen todos los tragos que existen, pero en un cartel había una nueva bebida que estaban promocionando, por lo que me arriesgue y le dije que esa era la que quería.

Lo había logrado! Se volteo a mirarme, en eso, el chico de la barra me observa asombrado y me pregunta si ya la había probado, ya que era una bebida bastante fuerte; no podía negarlo, por lo que le comente que había probado una parecida, en eso siento que me habla al oído y me susurra:

-Te gustan los desafíos nena

Inmediatamente me acerque a él y lo bese, le hice una guiñada, sonreí y me fui alejando lentamente. En cuestión de minutos lo veo entre la multitud parado mirando, supongo que me estaba buscando, ya que al verme su cara se transformó, tal como si un lobo hubiera ubicado a su presa, pero lo que el no sabia era que la presa era él, no yo.

Pronto me di cuenta como iba a continuar esta noche, por lo que me quería ir ya del club, necesitaba estar a solas con ese hombre y hacerlo disfrutar como ninguna otra lo había hecho.

Se movía lentamente, no arriesgaba nada, se sentó a mi lado, comportándose como un caballero, pero yo no quería un caballero esta noche, quería una bestia.

Lo escuchaba hablar y solo me podía concentrar en esa boca, por lo que me canse de escucharlo, me senté sobre su falda y lo bese, pero esta vez metí mi lengua en su boca, ya me estaba poniendo muy húmedo, todos mis instintos estaban proliferando desde mi interior.

Ya estábamos demorando demasiado, por lo que corte en seco todo y le pregunte si nos íbamos a su casa o a la mía.

Al comienzo dudó, pero luego se decidió y nos fuimos, el viaje de camino  se hizo eterno, pero lo tenia solo para mi en el taxi, a estas alturas el taxista era el que menos me importaba, por lo que lentamente me fui bajando la ropa interior, fue fácil ya que la pollera que llevaba puesta no era demasiado larga.

El observaba lentamente, y yo podía observar como se ponía erecto, por lo que el deseo era mutuo, todo iba muy bien, mas que bien, iba a ser una noche inolvidable.

Nos bajamos del taxi, subimos a su apartamento, lo hicimos tranquilamente, pero en el instante en el que se cerro la puerta, me abalance sobre el y lo comencé a desvestir, mmmmm….. recuerdo claramente como se le erizo toda la piel cuando pase por primera vez mi lengua por todo el borde inferior de su miembro, que rico se sentía verlo cerrar los ojos y disfrutar de cómo con mi lengua recorría cada parte de él.

Cada vez que me lo introducía, el presionaba sus manos en mi cabeza y apretaba contra él para que entrara mas profundo en mi garganta, pero ya me había cansado de que el disfrutara tanto, era mi turno de ser la mimada; lentamente comenzó a bajar su mano por mi cuerpo, y levanto mi pollera, me sentó sobre su mesa y bajo a mi vagina, no era el mejor dando sexo oral, pero podríamos decir que no estuvo mal.

Tenia el presentimiento de que cogiendo era un poco mas experto, y por suerte así lo era, sacó de su bolsillo un preservativo, se lo puso y comenzó a tocarme con su miembro, de arriba hacia abajo, pero sin penetrarme, pero mi deseo era mas fuerte, por lo que moví mis caderas rápido y trate de introducir una parte de su miembro en mí.

Comenzó a moverse lento para ir aumentando, cuando quise acordarme estaba boca abajo, a su total merced, gritando de las embestidas que me estaba dando, una mezcla entre placer y dolor, pero no quería que pare, quería que acabe, se había convertido en un animal, encarnizado con su presa, mmmmm si… que me devore por completo, sentía como su respiración aumentaba, pero de un momento a otro, se detuvo en seco y salió; me dio vuelta rápidamente y comenzó a tocarme,

tratando de masturbarme, por lo que le saque la mano y comencé a tocarme yo misma, mientras él me seguía penetrando.

Entre gritos acabé, estaba agotada, pero el quería acabar, me volvió a poner boca abajo y comenzó nuevamente, me tenia agarrada firmemente de las caderas, no tenia escapatoria, pero, tampoco quería escapar, por lo que me dejé, hasta que el también termino.

Me ofreció dinero, pero yo me di la vuelta y le dije, que yo no buscaba dinero, solo buscaba una noche de sexo casual, y me fui…..