Noche de ronda 6
La noche continua en una escalada de sexo y morbo inimaginables para la mente de carolina
Nada mas salir Carlos paro a un taxi y tras darle la dirección nos apoyamos en el asiento las dos con un brazo de el por cada hombro, mi mano acaricio la de ella encima de el muslo de el que los tenia abiertos, cogiendome la mano me la acerco a la polla de su marido y las dos empezamos a tocarla por encima de la tela, poco a poco notamos como volvía a la vida, el sobe fue mas intenso entre miradas cómplices de las dos, mi cabeza daba vueltas a causa del alcohol y me sentía decidida a todo, cuando mas dura estaba llegamos a nuestro destino, nos bajamos entramos en el parquing y al rato estábamos en la calle de nuevo, Paula sentada delante, yo detrás, en medio de los asientos, Carlos coloco el retrovisor de manera que mis piernas quedaron enmarcadas en el pequeño espejito, así es que no lo pensé y las abrí mostrando todo mi sexo empapado, veía sus ojos mirarme, comencé a tocarme al tiempo que saque mis tetas fuera apuntándolo con los pezones duros, ella sentada con las piernas totalmente abiertas y los pechos de igual forma que yo miraba mis toqueteos, de esta manera cruzamos la ciudad, con la mirada de sorpresa de los coches y transeúntes que nos cruzamos, así llegamos a las puertas de nuestra siguiente parada, dejando el coche nos introdujimos en un local, un olor a humo nos invadió, paredes aterciopeladas y moqueta en el suelo nos recibieron.
Tras bajar unas escaleras, una sala con mesas bajas y sofás alrededor se mostraron a nuestros ojos, a la izquierda una larga barra con la parte superior mullida y el resto de cristal, sentadas en altos taburetes una serie de parejas enzarzadas en conversaciones privadas, mas allá, un pasillo apenas iluminado por unas luces que lamían la pared escondía sus secretos.
Nos sentamos en uno de los sofás y al momento un camarero se acerco para saber que queríamos tomar, pedimos y nos recostamos en el cómodo mueble, al frente dos parejas tomaban una copa mientras que ellos acariciaban los muslos de las dos mujeres que estaban sentadas en el medio, mas alejado otra pareja hacia lo mismo pero esta vez ella chupaba la polla de el mientras que este bebía tranquilamente su bebida, cuando el camarero vino, descargo la bandeja dejando lo que nosotros habíamos pedido junto a una botella de champán y cinco copas, indicándonos al mismo tiempo que eso era una invitación de la pareja de la barra, gire mi cabeza y comprobé a quien se refería, era una chica joven de entre veinticinco o treinta años, llevaba un vestido negro muy corto de tirantes, al lado de ella un hombre de ancha espalda y pelo largo vestido de sport, Carlos, cogio la botella y la abrió llenando las cinco copas, cogiendo dos de ellas las levanto invitando a que se acercaran, al momento estaban sentados a nuestro lado, realmente ella era preciosa, de tez delicada y ligeramente maquillada, sus rizos grandes rubios le daban un aire muy juvenil, en cambio el era grande y pesado, se le notaba fuerte de carácter, nos presentamos y comenzamos una conversación trascendental, pronto nos sentimos muy cómodos los cinco, yo no dejaba de mirar el cuerpo de ella, intentaba adivinar sus pechos por debajo de ese vestido o me perdía entre sus piernas perfectas, al rato y una vez terminada la botella fui al baño, cuando regrese la situación había cambiado, ahora Carlos estaba sentado al lado de su mujer y la chica al lado del marido de mi amiga, así es que solo me podía sentar entre el hombre sin espalda y la chica rubia, al hacerlo un ligero perfume a limón me llego, era el olor del pelo de ella, que se llamaba Maria, la conversación se hizo mas animada por lo que me lo estaba pasando muy bien, cuando de repente volví a sentir el calambrazo en mi clítoris pero esta vez me apoye en el respaldo abriendo las piernas para sentirlo bien, sabia que no duraría mucho así es que no me corte en tocarme los pechos mientras sentía las sensaciones correr por mi cuerpo, de esa manera sentada, con las piernas abiertas deje que todos me miraran, cuando termino abrí los ojos, las caras de todo el grupo estaban clavadas en mi, al parecer les había gustado la actuación, así que me sentí un poco avergonzada, pero el marido de mi amiga me saco de ese sentimiento acercándome la copa para que me repusiera y de paso brindar por el espectáculo ofrecido, tras unos minutos mas de charla el novio de la rubia, que se llamaba Toni, sugirió ir a la sala de baile, idea que todos aprobamos.
Esta sala era una pista rodeada de sillones, en el centro las parejas bailaban según los ritmos marcados por unos altavoces, no había rastro de ningún disjokey, toda la iluminación eran cuatro focos rojos y un par de bolas de cristal que desparramaban por el suelo infinidad de micro células dando un ambiente ambiguo y un poco mareante a la estancia, sentándonos en uno de los sofás estuvimos un rato contemplando como la gente bailaba, al rato toni saco a bailar a Paula y Carlos a Maria, por mi parte me acomode en el sofá con la copa en la mano a observarles, poco a poco se fue llenando la pista, en ese momento un merengue sonaba haciendo que todos marcaran el ritmo, la verdad es que no se si por el alcohol, la situación o aquellas luces que recorrían el suelo pero la cuestión es que sentía como si mi cabeza flotara, aun notaba como mi sexo palpitaba después del ultimo calambrazo y eso hizo que fuera mas consciente de la excitación que tenia, hacia mucho que no había estado tanto tiempo excitada y solo el pensar en poder correrme hizo que me entraran ganas de tocarme ahí mismo, la puta que llevaba dentro se lo estaba pasando de maravilla, mientras bailaban me di cuenta que según se movían las parejas entre ellas se iban tocando, de eso me percate cuando de repente vi que a mi amiga una mano le sobaba el culo sin complejos, amplié la visión todo lo que me fue posible y observe a varias parejas magreándose sin pudor en medio de la pista incluso un hombre estaba con la polla fuera mientras una rubia se la tocaba, tan atenta a esos movimientos estaba que no me percate que a mi lado un tipo estaba de pie, al verlo casi me sobresalte, el sin inmutarse me ofreció la mano e inclinándose me dijo que si bailaba, me acorde del chiste del obispo pero preferí callarme, así es que acepte el ofrecimiento riéndome por dentro, realmente el alcohol no es bueno para mi, moviéndome al ritmo que el desconocido me marcaba me fui acercando hacia la pista, ya rodeada de toda la gente empecé a notar como alguna que otra mano se atrevía a rozarme, tocarme e incluso pellizcarme el culo, entre la gente girando las luces y mi propio movimiento me era imposible adivinar quien eran los que me tocaban así es que lo di por imposible y simplemente me deje llevar, en un giro el hombre me soltó y otras manos me agarraron por la cintura, cuando levante la cabeza vi. que era toni, seguí girando pero a cada giro notaba un bulto cada vez mas marcado en su pantalón, cuando la música alegre cambio a una romántica toni enlazo mi cintura dejándome muy pegadita a su bulto misterioso y digo misterioso porque si era una polla debía ser tremenda, sus manos fueron bajando de mi cintura hasta mi culo y de ahí por debajo de la ropa hasta mi cintura otra vez, tenia mi culo expuesto y no dejo de estar mucho tiempo libre, unas cuantas manos comenzaron a sobarlo, algunas eran ásperas, otras suaves que identifique como de mujer, no quería pasarme la noche girando la cabeza como si estuviera en un partido de tenis así es que me resigne a sentir las distintas presiones sobre mis nalgas mientras el misterio de toni se frotaba contra mi pubis, en uno de esos giros pude ver como Carlos sentado en el sofá besaba apasionadamente a Maria mientras su mujer estaba entretenida lamiendo su polla, quise seguir mirando pero toni cambio de posición dejándome mirando a otra pareja donde ella le atacaba la polla furiosamente mientras el le metía la mano sin consideración al ritmo de la música, oí como toni me susurraba al oído si me gustaba lo que estaba viendo a lo que yo respondí que no estaba mal, su risa sonó en mis tímpanos, note hurgar su mano entre nosotros y al momento su polla quedo libre de toda opresión, desde abajo su único ojo me miraba amenazadoramente, era enorme le llegaba mas arriba de su ombligo así que casi la tenia yo debajo de las tetas, pues el me sacaba una cabeza, pasando la mano la agarre y me di cuenta que me era imposible abarcarla con toda la mano, así es que solo hice lo que podía que era deslizar mi mano por ese grueso tronco en relieve, mi excitación iba cada vez a mas y al no cesar los ataques indiscriminados a mi culo y coño preveía que no iría a menos, seguía deslizando mi mano por la polla de toni mientras veía a la pareja meterse mano o en algún giro a mi amiga de rodillas tragándose el mástil de su marido mientras el lamía las tetas de la rubia, mirara por donde mirara veía sexo, tetas, culos, pollas, en fin una locura, agradecí a toni en mi pensamiento, porque hablar no podía debido a que volvía a tener seca la garganta, que dejáramos de bailar y nos fuéramos a sentar junto a los otros, sin ningún pudor me cogio por la cintura y camino con su enorme rabo tieso entre las parejas hasta llegar donde estaban nuestros compañeros, se sentó y me coloco sobre sus rodillas de espaldas a el, hizo que me reclinara sobre su pecho pasando sus manos por mis tetas sobandolas en círculos, lentamente, bajo la cremallera hasta mi cintura para así poder sobarlas a placer, me sentía totalmente expuesta, sus manos jugando con mis pezones, estirándolos, dándoles vueltas con un dedo, o simplemente abarcándolos con sus grades manos haciendo que ronroneara de placer, gire la cabeza y pude ver el precioso coño de Mari expuesto por las embestidas orales de Carlos, Paula seguía de rodillas con las tetas al aire chupando la polla de su marido, su cabeza subía y bajaba metiéndose toda en la garganta para sacarla luego llena de babas que enseguida limpiaba con la lengua para volver a repetir la operación.
De repente volví a notar el espasmo en el clítoris, eso unido al masaje que estaba recibiendo de toni, mas la visión de todo lo que me rodeaba hizo que mi coño chorreara como si lo estuvieran exprimiendo, notaba vibrar mi cuerpo en tensión de manera descontrolada, cerré los ojos y rece para que esta vez me dejara llegar hasta el final, toni estiro mis pezones haciendo acelerar el proceso y yo alargue una mano hasta tocar las tetas de Mari por encima del vestido, pero quería mas, quería sentir su tibieza y suavidad en mis dedos así es que busque donde terminaba el escote e introduje la mano agarrando un pezón grande y duro que me entre tuve pellizcando, el éxtasis estaba a punto de llegar cuando ceso todo, me estaba volviendo loca, no podía mas me gire de golpe hacia toni y le bese, mordiendo su lengua, lamiendo sus labios, restregando mis tetas por su cara, quería seguir sintiendo como fuera y al notar la boca de el morder un pezón casi me corro, pero sabia que no podía hacerlo si el no me daba permiso, así que bajándome de toni me fui hasta el suelo poniéndome entre las piernas de Maria, comencé a lamer sus muslos deslizando mi lengua hacia su sexo, notaba su piel caliente, su olor llegaba hasta mi nariz y apartando al marido de mi amiga hundí mi cara en el tan deseado capricho de Maria, su humedad me lleno, lo lamí con pasión recorriendo sus labios con mi lengua, introduciéndola dentro de su cueva húmeda, jugando con su clítoris duro mientras notaba como mi coño chorreaba por mis muslos, adsorbí ese clítoris apretándolo con el paladar y la lengua lo que hizo que la cadera de Maria se arqueara permitiéndome penetrarla con dos dedos, su humedad me empapaba la mano y de repente exploto en mi boca llenándome de ella, su cadera descontrolada mandaba envites al aire al tiempo que el orgasmo la arrasaba, seguí persiguiendo su clítoris hasta que su mano se interpuso entre su botón y mi lengua, en ese momento aun quería mas, pero sabia que no podía, debía aguantar así es que me senté al lado de Carlos y acaricie la polla que su mujer había dejado flácida sobre los huevos hinchados de su marido, pasando un brazo por mis hombros se acerco a mi oído diciéndome que tenia preparada un sorpresa para mi y tras esto me beso en la boca, el sabor de Maria volvió a envolverme, intente preguntar cual era la sorpresa pero poniendo un dedo en mi boca me pidió silencio.
Tras este pequeño interludio donde ellos dos habían gozado volvimos a pedir una botella de champán y brindemos por nuestra amistad y una noche de locura juntos, volvimos a tranquilizarnos, por decir algo, mientras bebíamos la enorme polla de toni dormía medio flácida sobre sus piernas, en tanto los muslos de Maria eran acariciados suavemente por Carlos, y Paula abrazada a mi me sobaba los pechos dulcemente, parecíamos un cuadro impresionista, así con toda la complicidad que da el haberse entregado unos a otros estuvimos hablando de todo un poco muy pegados, piel con piel, cuerpo contra cuerpo, pero yo seguía sintiendo mi sexo palpitar entre mis piernas, entonces fue cuando Carlos se levanto, se abrocho el pantalón e invito a todo el grupo a seguirle.
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