Noche de ronda 2
Carolina sigue contando las vivencias de esa noche tan especial
Seguimos hablando hasta que al rato, justo cuando Paula iba a contarme no se que historia sobre su trabajo, un hombre en traje se le acerco por al espalda y le dio un beso en la mejilla, luego me miro y bordeando la mesa me estampo dos besos, tras eso se sentó en una silla al lado de Paula
Realmente era guapo, de joven supongo que debió de hacer estragos entre las mujeres, pues con la edad que tenia aun mantenía ese encanto y sex-apil de su juventud, eso si mezclado con la serenidad y seguridad de la madurez, sus ojos claros enmarcados en una cara de tez morena le hacían muy atractivo.
Estuvimos un rato hablando de nuestras vidas, de las de otros y de las del vecino hasta que de repente dijo que quería vernos juntas, así es que ordeno a su mujer que se sentara junto a mi, cambiándose de sitio se nos quedo mirando, tenia una mirada dura pero al mismo tiempo calida, mirándome directamente a los ojos me dijo que me pusiera en pie, su orden era inapelable y medio riéndome, en parte por los nervios que me provocaba esa mirada y en parte por disimular mis sensaciones me puse de pie, a su vista quedo todo mi cuerpo expuesto hasta medio muslo, notaba sus ojos recorrían mi cuerpo quizá de la misma manera que yo había recorrido el cuerpo de su mujer en el espejo, me dijo que me diera la vuelta y cuando volví a la posición inicial me ordeno que me levantara un poco la falda de la blusa, a su vista apareció mi short negro, tras hacer un ligero gesto con la boca me dijo que iba muy guapa, luego le toco el turno a su mujer, cuando esta se sentó con el consabido halago se nos quedo mirando unos segundos y lo soltó.
Nos ordeno que nos quitáramos el tanga ahí mismo y lo pusiéramos sobre la mesa, yo me lo quede mirando con los ojos como platos, en parte por la sorpresa de la orden, en parte porque de golpe como si alguien hubiera abierto un grifo mi coño se humedeció de manera brutal, intente decir algo pero un ¡¡¡ahora mismo¡¡¡... salio de su boca de forma dura y contundente, fue la gota que colmo el vaso, mi clítoris salto entre mis labios como si con el fuera la cosa, note que mi sexo se hundía como el titanic llenándose de agua, mire a su mujer y nuestras miradas se encontraron a medio camino, lentamente ella fue subiéndose la falda hasta que pudo meter las manos debajo y tirar de el hasta que cayo en los tobillos y de ahí a la mesa, mis ojos iban de la prenda a los ojos de su dueña y de ahí a los su marido, le comente al hombre que en esos momentos se llevaba el tanga de su esposa a la nariz, que no llevaba falda, pero me respondió con una sonrisa que ese no era su problema, ya sabia lo que tenia que hacer, mire a mi alrededor pues la terraza a esa hora estaba bien llena y tras pensármelo un poco decidí aprovechar la poca intimidad del macetero para desabrocharme el pantaloncito y tirar de el hacia abajo, segundos después el pantalón primero y el tanga después estaban sobre la mesa, una sonrisa mas amplia apareció en su rostro, para celebrarlo llamo y pidió que nos trajeran lo mismo, desde luego el camarero no perdió detalle de las tres prendas que habían encima de la mesa, pero no dijo nada, al rato volvió con las bebidas y tras dejar la nota desapareció.
Una vez solos de nuevo Carlos, que así se llamaba, levanto su copa y brindo con una sonrisa picara en la boca, por una larga noche de ronda, bebí sintiendo el frió liquido apagar algo mi fuego interior, pero fue solo una mera ilusión y mas cuando oí que ordenaba a su mujer que metiera su mano entre mis muslos y mojara en mi coño sus dedos para luego decirle a que sabia, ella no se lo hizo repetir, acerco lentamente la mano a mi piel y separando mis muslos con la punta del pulgar, hundió los dedos en mi cueva hirviente, note como sus dedos jugaban con mis labios, como los recorrían hasta llegar al clítoris al cual acaricio con una yema, mantuvo ese contacto lo suficiente como para que mis pezones mordieran la tela del sujetador, cuando saco la mano, la tenia totalmente empapada, lentamente uno por uno, sin dejar de mirar a su marido se metió cada dedo en la boca chupándolos de manera lenta y lujuriosa, cuando termino chasqueo la lengua comentando que sabia a mar, eso arranco una carcajada de su marido que para acallar su risa volvió a beber un trago de su bebida para terminar mirándome a mi y diciéndome que hiciera lo mismo, acerque mi mano hasta los muslos de Paula, que ya se había subido hasta limites prohibitivos por el diseñador, la prenda, y metí en los muslos abiertos mi mano hasta llegar a su coño, aun no lo había conseguido cuando note su calor, casi me quemo cuando introduje mis dedos entre sus labios, la humedad era tal que mis dedos resbalaban por su sexo como si de vaselina estuvieran untados, llegue hasta el clítoris que note duro y grande me entretuve jugando un rato con el, notaba como su coño se hinchaba según mis dedos se deslizaban entre sus labios, era una sensación agradable, seguramente alguien nos podía estar viendo, pero ya a esas alturas la puta que hay en mi ya había salido y se mostraba en toda su esplendor, cuando saque la mano, de mis dedos gotas de humedad resbalaban hasta las puntas y antes de que se cayeran me los metí en la boca sintiendo como su sabor salado y acido llenaba toda mi boca, chupe mis dedos extrayendo hasta la ultima gota de flujo que había en ellos y los recorrí con mi lengua sin dejar de mirar a Carlos, tras decirle a que sabia su mujer relamí mis labios y eche un trago para recuperar el movimiento de la traquea que para esos momentos estaba totalmente seca.
Tras pagar las consumiciones nos dijo que nos fuéramos, levantándonos nos dirigimos hacia el ascensor con el entre las dos llevándonos de la cintura, una vez en el ascensor nos ordeno que nos besáramos, los pechos de ella rozaron los míos al tiempo que sus labios encontraron mis labios y mi lengua la suya, notaba su presión en mi cuerpo mientras nuestras lenguas bailaban una danza de pasión en nuestras bocas, su saliva dulce se mezclo con la mía caliente mientras sus manos recorrían mi espalda, de repente note como la mano de el hombre se introdujo debajo de mi bluson agarrando mi culo y dejando que sus dedos rozaran mi sexo, las sensaciones explotaban en mi cerebro una tras otra, sentía el corazón acelerado al tiempo que no podía dejar de chupar esa lengua que entraba en mi boca llenándome de saliva, los dedos exploraron mas adentro hasta separar mis labios, mi humedad ya corría libremente por mis muslos y eso el lo noto pues acelero el movimiento haciendo que mis ojos se cerraran para sentir con mas intensidad la caricia.
De nuevo la campana sonó dándome un pequeño respiro a esa locura que estaba sintiendo dentro de mi.
Si queréis saber como sigue hacédmelo saber dejando vuestros comentarios en la pagina o en mi correo . gracias