Noche de putita.
Llevaba varios días sin sexo hasta que un amigo hasta entonces desconocido me invito a salir y terminé con la colita adolorida y muy satisfecha.
Antes que empezar mi relato quiero agradecerles infinitamente a todos aquellos que me han mandado sus fotos, mensajes, deseos, etc. Los invito a que valoren mis relatos si todos los que me escriben valoraran en la página ya tendría muchas valoraciones, me gusta, me prende saber de ustedes.
Este relato no tiene mucho que sucedió y fue con una persona que conocí por correo electrónico de aquí, de todorelatos.
Recibo al día muchos, mucho correos y no todos alcanzo a contestar como debiera, a veces me llaman la atención algunos comentarios y me detengo en ellos más que en otros pero siempre contesto todos.
Los que me han leído y seguido saben que no hay nada que más me excite en este mundo que sentirme muy puta, saberme puta, que me traten como tal, y esos mensajes que a veces parecen subidos de tono son con los que más me entretengo también quiero que sepan que detesto las faltas de ortografía, así que si un correo las tiene simplemente lo paso por alto.
Escribo aquí uno de los que recibo que me prenden de solo leerlos y aunque parece mentira esta persona en particular no ha querido conocerme en persona, ¿por qué? No lo sé, yo ya le dije que quiero conocerlo.
“ Hola putita linda espero te encuentres bien y que sigas igual de buena mamita, en verdad no me canso de ver tu culito y tus hermosas tetas y lo que buenísima estas putita mmmm que rica, me encantaría ver tu puchita ver si la tienes peludita o rasuradita, ver tu clítoris en fin toda tu panochita digna de una puta como tú.
Espero que tengas un buen inicio de semana lleno de sexo y que te dejen más que satisfecha de tanta lechita amor, que disfrutes como te maman el culito, que te cojan con la lengua tu culito wwuuuuaaauuuu seria fabuloso y me imagino que has de tener una boquita de mamadora que dejas las vergas brillositas de saliva mmmmm que rico putita ”
Este y muchos otros mensajes me llegan al correo, gracias por las fotos y las palabras de aliento, en verdad me prende mucho saber todo lo que harían, ahora si al relato.
Noche de puta.
Había recibido ya varios correos de él, Jorge me escribía a menudo y lo que me gustó en él es su modo particular de decirme las cosas, dominante, sin faltas ortográficas y decidido, compartí mi teléfono y a veces me mandaba fotos de sus chicas, cuando se la mamaban en el preciso momento en que lo estaban haciendo, UFF, se antojaba como no. Mandaba videos y las hacia decir en ellos “Indira mira de lo que te estás perdiendo, mmmm, deliciosa, está muy rica, ¿quieres?” Cuando decía todo eso la chica abría la boca y se devoraba la verga de Jorge, muy rico, me presumía que tenía una deliciosa verga en la boca, él daba, no pedía, eso me gusto y yo daba con mucho gusto, le respondía con fotos y correos subidos de tono.
Recuerdo que la primer semana de Diciembre me mantuvo caliente de lunes a viernes con mensajes y videos, este tipo cogía casi a diario y cuando no, se masturbaba y me mandaba fotos, algo que me gusto y les platicaré fue el Jueves 4 de Diciembre, recuerdo me mando fotos estando yo en la oficina, como me calenté bastante busqué algo para frotarme en él, tome un plumón gordo y lo puse en mi asiento, me movía sobre él para sentir algo, solo lograba calentarme más, cruzaba las piernas para sentir el roce “humano”.
Le comenté lo que sucedía por whatsapp a la vez que le enviaba una foto del plumón, él me hizo preguntas de mi lugar de trabajo, cuantos compañeros hombres había, como era mi oficina, etc. Por eso supo del nuevo chofer, un chico de unos 24 años flaco, muy atento y muy lindo.
El chofer estaba a la disposición de nosotras y de algunos empleados para realizar mandados de oficina además de poder llevarnos a algún lugar si no queríamos manejar o por lo complicado que es el tráfico y encontrar estacionamiento en esta ciudad enorme del DF.
Jorge me pidió que me tocará debajo de los calzones, que le mostrara mis dedos llenos de jugos, ay dios como me calienta recordarlo, estando en mi escritorio disimuladamente metí mi mano bajo mi vestido y me talle con los dedos sobre el calzón, me llevé los dedos a la nariz y olía bastante a sexo, a panochita, fresca, rica, ansiosa por ser devorada.
Me paré a acomodar algo de mi librero por lo que me di la vuelta y metí bajo mi vestido la mano, agarre completa mi panochita y me metí dos dedos, estaba muy húmeda, moví rápido mis dedos produciéndome un placer increíble, el clásico sonido, plash, plash, plash de cuando se meten los dedos un una vagina abierta, mojada y caliente.
Es excitante tocarte en un lugar no permitido, me he masturbado varias veces en la oficina a la “vista” de todos, uff, me tengo que contener para no gemir como puta, este relato lo estoy escribiendo en mi oficina por ejemplo y cada qué puedo bajo la mano para sobarme la panochita o me acaricio las tetas con los antebrazos.
Saqué los dedos de mi interior, estaban mojados, oliendo a sexo, les tome una foto para mandársela a Jorge.
El me respondió.
- Dices que eres muy olorosa ¿no es así?
- Aja
- ¿Cuantos dedos te caben en la puchita mami?
- Ahorita como estoy la mano completa yo creo papi
- Jaja, te metería el puño para sentir tus jugos putita
- Hazlo, mándame foto de ti, estoy caliente
- Mejor aprovechemos esa calentura, ¿harías algo por mí?
- Lo que quieras, tu mandas.
- Quiero que vayas al baño y te masturbes, con ambas manos, que saques jugos, que te los embarres en las manos, NO termines, solo te tocaras y calentarás al máximo, luego sales y tomas una carpeta con documentos para decirle a tu chofer que les saque copias, asegúrate de dejar muy impregnado tu olor en la carpeta.
- Mmmm se le va a antojar
- Es la idea, que tenga la duda si es olor a sexo o no, tú sabrás que seguramente olerá esa carpeta y sabrás que es tu olor, tus fluidos, posiblemente se haga una en tu honor, será el comienzo de la tortura hacia él, nunca sabrá quién eres en realidad, una puta.
- Está bien lo haré pero aún haré algo mejor, lo llevaré al almacén, tengo que sacar unos documentos viejos, allí el podrá oler cuanto quiera y podrá ver un poquito, solo un poquito. Ya regreso …
Ese día me calenté mucho y no terminé, en la noche me masturbé pero eso nunca es suficiente para mí, el chico de la oficina es más atento conmigo, me lleva fruta, me trata muy bien y yo solo deje que me oliera un poco y le restregué mi culo y las tetas “accidentalmente” al mover cajas y al pasar por estrechos pasillos del almacén, quería que me cogiera pero me contuve, nadie conocido lo va a volver a hacer, nadie.
El sábado a las 4 de la tarde me llegó un mensaje de él con una foto al Whatsapp:
- Tengo la verga parada, jugosa y deseando que la tuvieras entre tus piernas. Acompañada de una foto, se veía brillosa, larga, grande, UFF.
- Se ve rica, le respondí.
- ¿Qué harás hoy putita? Ya fueron muchos correos y fotos y creo que es tiempo de dar el siguiente paso.
- Uff, mi entrepierna se mojó solo de imaginarlo, No sé, respondí, ¿quién te dijo que quiero llevarlo al siguiente nivel?
- No me lo has dicho pero sé que se te antoja porque eres una mujer muy caliente y todo el día estás en busca de aventuras con gente que no te pueda reconocer. Además eres una putita deliciosa que merece ser cogida varias veces no por uno, si no por más tipos.
- Llevaba 6 días exactamente sin que alguien me lo hiciera, 6 días para mi es mucho y tenía las ganas a flor de piel así que respondí lo más cuerdo que una mujer caliente puede responder ante algo así: ¡ Donde y a qué hora !
- Así me gustan las mujeres, putitas, calientes y sin prejuicios, ¿por dónde estás?
Después de intercambiar algunas charlas respecto a nuestras ubicaciones nos quedamos de ver en el bar de una plaza cercana a donde vivo, ya había ido algunas veces allí, es un lugar bonito, oscuro, con cierta privacidad y hay mesas de billar para pasar el rato.
- En tres horas te veo allí.
- Sale, voy a llevar a unos amigos eh, para que te luzcas.
- ¿Okeeeey? Mi entrepierna palpitaba de la emoción, manos a la obra.
Cuando quiero hacer locuras tengo que mantener mi mente ocupada pensando en sexo por lo que lo primero que hice fue abrir correos que recibo y calentarme leyéndolos, fantasías de algunos de ustedes que me hacen mojarme, no puedo evitar siempre que puedo meterme un dedito y tocarme los senos.
Me metí a bañar, me tocaba por todos lados, estaba ardiente, muy ardiente, me puse un vestido cortito apenas unos 5 dedos debajo de mis nalgas, era pegado de tela elástica color rojo, la parte de arriba era un poco holgada con un escote en triángulo que al agacharme se me verían mis tetas colgadas y parada con el ajuste del sujetador de encaje rosa se me veían muy ricas, soy talla 34B, tacones altos y unas bragas coquetas de encaje rosas (adoro el encaje y muchas gracias a los que me han enviado unos jueguitos coquetos y se los he regresado ¡olorosos!), dos pulseras en la mano derecha, un collar con un dije, aretes largos, me maquillé muy bien y metí dos tangas en mi bolsa.
Antes de salir me vi al espejo, me veía muy bien, toda una niña fresa y muy puta que va al antro en busca de algún macho que se la coja como lo que es, una puta.
Tomé un abrigo y vi una tarjeta en una mesita, una tarjeta de un taxista, de uno de los muchos que me han llevado y traído y que alguna vez he dejado que alguno me coja, me faje o me vea.
No recordaba bien quien era pero le marqué, en 25 minutos estaba allí por mí, era un vochito y como saben aquí en el DF les quitan el asiento de adelante para que el pasaje suba atrás al tener solo dos puertas, tenía en el centro el clásico espejo enorme con el cual veía completamente el asiento trasero.
Al subir volteó completamente para verme “pasar” al asiento trasero al sentarme la mini se subió y dejo ver por completo mis piernas y un triangulito coqueto, crucé las piernas y se me alzó más el vestidito y aunque no se distinguía del todo se podía ver un poco sombreado mi calzón.
- Le di la dirección y me dijo, ¿te acuerdas de mí?
- Ups, no, le dije, solo vi tu tarjeta y te marqué.
- Ah, bueno yo te traje hace no mucho tiempo a tu casa, venías un poco tomada, te ayude a salir del taxi y a entrar a tu casa.
- Ahh ¿sí? - Debió ser una de mis tantas salidas en que regreso un poquín tomada y muy cogida pensé.
- No recuerdo la verdad pero gracias, porque eres de confianza te he marcado de nuevo, seguro que te fuiste después de dejarme en casa ¿verdad?
- Claro, solo te lleve a la puerta, traías un vestido amarillo y no traías ropa interior.
- WoW, - comencé a recordar vagamente ese día, recuerdo que me ayudaba y a la vez me tocaba las tetas accidentalmente pero también recuerdo que no pasó nada con él, solo eso, lo que no recuerdo es porque no pasó nada …
- ¿Recuerdas?
- Claro, no sé cómo agradecerte lo de ese día, - si es que había algo que agradecer porque con la sobada de tetas seguro que ni la dejada me cobró.
- Ya lo has hecho al llamarme, con solo volver a verte me conformo, estuve esperando tu llamada durante casi un mes, después me resigne y hoy de la nada me marcas.
- Qué lindo, me llamo Indira, - al hacerlo me voltee hacía el y pudo ver un poquito de mi calzón y obviamente todas mis largas piernas blancas las veía con lujuria por el retrovisor.
- Mucho gusto Indira.
- Lo recorrí, un poco más bajo que yo, calvo pero no viejo, como unos 37 o 40 años por mucho.
- Estaba caliente, acaba de leer correos y sabía a lo que iba así que ¿por qué no empezar desde ahora? Me resbalé un poco en el asiento y eso hizo que mi vestido se subirá más aún, sentía mis nalgas en el asiento y por el frente obviamente se me veía todo y mi vista se posó en la ventana.
- Indira, sabías que estas hermosa, sé que te lo han dicho muchas veces antes pero quería que supieras que desde ese día no puedo dejar de pensar en ti, estabas tan sexy, tan, mujer, no sé cómo decirlo, estabas como para comerte ese día.
- Ah, ¿solo ese día? – Haciendo un movimiento como posando, él tuvo que voltear a verme y me vio todo, la falda arriba enseñando mi calzón de encaje, mis tetas paradas y grandes y una sonrisa de diablilla que sé que los vuelve locos.
- No bueno hoy estás espectacular, pero yo tenía en mente ese día porque es el único que te he visto.
- ¿Y qué me viste? – jaja lo ponía en jaque con mis preguntas.
- No bueno, era inevitable no ver nada, puesto que no traías sostén y se transparentaba todo, además que tu vestido era muy pequeño, si vi, pero nunca me aprovecharía.
- Pues que mal, - deberían ver su cara, como diciendo “puta madre que pendejo” jaja
- ¿Tú me quieres volver loco verdad? Según yo actúe bien al no intentar nada contigo ese día puesto que estabas tomada, eran casi las 6 de la mañana y te veías muy cansada, y ahora me dices ¿QUE MAL?
- jaja
- La verdad no me acuerdo bien de ese día, me pudiste haber violado y seguro no te decía nada, pero que bueno que eres un chico respetuoso.
- ¿Que bueno? Ya me arrepentí, jaja
- Jaja, reí también.
Platicamos todo el camino de cosas sin sentido pero algo que me agradó mucho de él fue su sentido del humor, me hacía doblar de la risa con sus ocurrencias, todo el camino estuvimos risa y risa, obvio nunca me cubrí por lo que todo el tiempo le enseñaba mi calzón, mis piernas y como me doblaba de risa veía la redondez de mis tetas. Nunca dejo de verme el retrovisor no sé cómo no chocamos.
Casi sin darme cuenta ya estaba en la plaza a donde iba, se metió y le dije que era en el tercer piso, subió por el estacionamiento techado, ya saben semi oscuros y solitarios, se estacionó en un cajón pegado a la pared muy cerca de la entrada, yo comencé a acomodarme la ropa.
- Te ves hermosa así no la subas
- Jaja, no me voy a bajar así
- ¿A qué hora sales?
- No sé, vine con unas amigas pero en caso de que me tenga que regresar a casa te prometo que te llamo.
Acomodé mi ropa y vi el taxímetro, 119 pesos creo, comencé a buscar en mi bolsa y me detuvo la mano diciéndome que no era nada. (Que lindos son los taxistas con mujeres exhibicionistas ¿no?, rara vez me cobran)
Sentí su mano sobre mi muñeca, rasposa, me encantan las manos rasposas, él no era feo y yo estaba caliente como casi siempre, acomodé mi pelo, le sonreí y le dije “gracias” a la vez que intentaba dar un primer paso para salir a la puerta.
Me vio a los ojos, era rara la situación, tensa ahora, como que ambos queríamos algo más pero él no daba el paso, ni la situación se prestaba.
Bajo rápidamente para abrirme la puerta, se pasó al frente y yo caminé hacia la puerta, él la abrió y tuve que salir semi agachada con el vestido acomodado pero de frente me vio bastante mis tetas, como se estacionó cerca a otro vehículo el espacio era reducido, la puerta no abría completamente y al salir quede muy pegada a él, casi me aprisionó con su brazo derecho, se pegó lo más que pudo al otro vehículo y al pasar le embarré las tetas y con su mano izquierda abajo pudo rozar mis piernas.
Me voltee y le planté un beso de despedida en la mejilla, su mano quedaba a la altura de mi puchita así que al pegarme a él pudo sentirla ligeramente, me había calentado un poquito la situación y le dije, te marco más tarde para que me lleves.
Caminé hacia la entrada moviendo mi culito sabiendo perfectamente que él me veía de espaldas, todavía antes de entrar voltee y el seguía allí parado, le dije “bye” con la mano y me metí.
Caminé hacia el bar, estaba 30 minutos retrasada, los que pasaban al lado mío se volteaban completamente para verme por atrás, eso me calienta mucho, que me vean con descaro, que se les antojen mis nalgas, mis tetas, mi boca.
Entré al bar, la “hostest” me pregunto si ya me esperaban, le dije que seguramente sí. En eso recibo una llamada al móvil, era él.
- Hola mi amor, ¿Dónde andas?
- En la entrada, ¿en qué mesa estás?
- Ya te vi.
Alcé la mirada y estaba en la parte de arriba, subí a donde estaba y como me lo advirtió por teléfono estaba con dos amigos.
Hola le dije plantándole un beso en la mejilla e hice lo mismo con los otros dos que se pararon a saludar.
Eran unos tipos muy lindos, educados y muy simpáticos, tomamos varias copas, me preguntaron mil cosas, bromeaban, jugábamos a retos, preguntas o beber, en fin la verdad me la pase de lujo con ellos, en cada oportunidad que tenían me tomaban del antebrazo, ponían una mano en mí pierna, si nos parábamos por algo ponían su mano en mi cintura rodeándola, en fin me tenían a punto con tanto toqueteo.
En el bar había un billar y comenzamos a jugar, yo traía el pelo suelto y me estorbaba este para jugar correctamente, recordé una de mis películas favoritas donde una chica jugando billar se alza el vestido y se quita las pantie enfrente de dos chicos para amarrase el pelo con ellas dejando alucinados a los tipos, dejo aquí un link donde pueden ver la escena (https://www.youtube.com/watch?v=Cioh-bV6Ew8).
Mi cabeza pensó en el momento en que la chica de la peli lo hacía y se me ocurrió recrear la escena, me detuve, deje el taco recargado en la mesa y frente a mis tres chicos me alce el vestido lo suficiente para tomar de ambos lados mi pantie, al hacerlo se me veía más de la mitad de ella por él frente, la bajé seductoramente cuidando siempre que me vieran, uno de ellos no pudo evitarlo y se agarró el paquete, tomé mi pantie la moví en círculos con una mano y me dispuse a ponérmela de liga en el cabello, ahí estaba yo, en una vestido sexy sin bragas frente a 3 chicos, y ellos sabían que no traía nada debajo de la tela delgada del vestido.
Tomé de nuevo mi taco y me lo metí entre las piernas y le puse “tiza”, con el movimiento parecía que lo estaba montando, mis amigos no sabían que hacer, si mirarme con descaro o hacerse los desatendidos ya que en todo momento yo los veía a los ojos, mis tetas estaban hinchadas de la calentura y mi pezón se marcaba sobre el vestido, uffff.
Continuamos jugando un buen rato, me hice un poco la que no sabía mucho del juego, ya saben los chicos se ofrecen a enseñarle a una, hicimos equipos de dos y mi “pareja” en cuestión me “ayudaba” agarrando el taco conmigo y por supuesto refregándome su verga en mi vestido delgado sintiendo mis nalgas casi casi al natural, mi panochita estaba ya muy húmeda con esos arrimones, se peleaban el derecho de ser mi compañero puesto que me “ayudaban” muy bien.
Tenía a los tres con la verga bien parada, podía sentirlo a través de mi vestido, mis tetas casi se salían cuando me agachaba a realizar un tiro y así mantenía a todos contentos, el que me ayudaba por atrás y los que veían por el frente.
A veces los tiros me quedaban complicados y tenía que agacharme de más, al hacerlo sacaba las nalgas y el vestido se me alzaba mucho, si nadie me ayudaba se sentaban en las sillas de atrás para intentar verme el culo, imagino que alguna vez si me lograron ver el comienzo de la panochita con mis poses.
Tenía a mis amigos muy felices y yo estaba super caliente, ya tenía varias copas de más, pusieron música movida y uno de ellos me invitó a bailar, me solté el pelo dejando mi calzón en la mesa, bailamos en un rinconcito, yo bailaba muy sexy restregando mis nalgas a él y él obviamente agradecía poniendo su mano en mi vientre sin moverla, así cuando me agachaba sobaba mis tetas, de frente me le restregaba y el metía su pierna entre las mías, mi panochita y su piel solo estaban separadas por la tela de mi vestido y de su pantalón, su verga estaba durísima y al bailar hacíamos movimientos muy eróticos, un vaivén delicioso, si no hubiera tela entre nosotros fácilmente me pudiera ensartar su rica verga.
Los demás también bailaban conmigo, a veces uno por uno a veces de dos en dos, ya me metían mano descaradamente, siempre encima del vestido, sobaban mis nalgas, mi puchita, mis tetas, mi vientre, lamian mi oreja, mi cuello y yo tocaba sus vergas encima del pantalón, uno de ellos tenía una muy gorda, muy rica, ya estaba encharcada de abajo, los que han leído mis otros relatos saben que soy una mujer muy olorosa de muchos fluidos, sentía como escurrían mis jugos y como no traía calzones los sentía un poco en mi piel fuera de mi puchita, las escenas ya eran muy subidas de tono para el lugar por lo que Jorge propuso ir a otro lugar más “íntimo” para seguir la fiesta.
Pagaron la cuenta y salimos rápidamente, el lugar estaba bastante lleno y al pasar varios tipos me veían con descaro y otros más atrevidos me rozaban con los dorsos de las manos, me encanta ser el centro de atención así que me movía lo más puta que podía, en eso recordé que había dejado mi calzón en la mesa y les pedí que me esperaran un momento, ya estábamos en la puerta de salida y me regrese de nuevo pero esta vez sola por lo que muchos tipos se atrevieron a más sobre todo al darse cuenta que no decía nada.
Al pasar un negro alto me tomó de la cintura y me dijo: Pásale mamita al momento que me daba el paso tenía yo que restregarle mi culo en su verga, uff, que rico, otros se me embarraban, yo estaba realmente caliente y al llegar a la mesa ya estaban sentados dos tipos y estaban tomándole foto a mi calzón, los enfrente y les dije, lo olvidé con cara de pícara.
Ellos se quedaron con la boca abierta al ver mi atrevimiento y sin más me los puse frente a ellos que no dejaron de verme la entre pierna, al ponérmelos me embarre todos los flujos que tenía escurridos en mi panochita y eso me calienta mucho, sentirme mojada.
Intentaron invitarme una copa pero les dije que algún otro día, insistieron pero me di la vuelta y de nuevo pase por los toqueteos encantadores de desconocidos.
Por fin llegué de nuevo a la puerta de salida con mis tres amigos dispuesta a todo, estaba muy caliente y quería, necesitaba una buena cogida.
Al entrar al vehículo me abrieron la puerta y me senté atrás con Mario, era una camioneta muy bonita, amplia, avanzaron hacia un motel conocido de la ciudad, en el camino Mario me venía fajando y nos besábamos de lengua muy rico, me metía mano y me sobaba las tetas, ya había bajado parte de mi vestido y me metía mano bajo el sostén, los otros dos estaban ansiosos y decían que se arrepentían de no haberse ido atrás.
En un semáforo se nos emparejó otro coche con 3 adolescentes que tocaron el claxon y aplaudieron al verme semi desnuda, todo reimos y ellos sacaban la cabeza de su auto para “ver”, Mario bajo el vidrio trasero y me presumió mientras me dedeaba sobre el calzón empapado, yo mordí mi labio y veía a los otros chicos quienes gritaban “chichis pa la banda” y sin más baje mi sostén y les mostré mis tetas, redondas, paradas, blancas y con mis pezones parados, Mario me hizo a un lado el calzón y me metía los dedos, y ahí estaba yo con mi cara de puta mostrándome a esos adolescentes, antes de que terminara el alto se me ocurrió regalarles mi tanga ya que me había excitado bastante que me vieran de puta, me la saque despacio, me limpié todos mis fluidos y extendí la mano para aventárselas.
Ellos agradecieron, la olieron y se la embarraron en el pantalón como cogiéndola, uy, estaba yo muy caliente, Mario también se calentó mucho ya que tenía la verga bien dura y el pantalón le estorbaba, como poseída le desabroché el pantalón y se la saque a través del bóxer, uy, se veía deliciosa, ya ansiaba una en mi boquita y sin más me agache a darle una mamada súper ensalivada, me la metía hasta adentro mientras él me dedeaba por atrás.
Me comí su verga un buen rato, me decía cosas que me excitaban como: que puta eres, Jorge nos había contado de ti pero nunca le creímos, te encanta la verga perrita, me daba nalgadas, me pegaba con su verga en la cara, me jalaba de mis cabellos para meterme su verga completa hasta hacer horcadas, como me encanta eso, sentir una verga hasta adentro de la garganta mientras me insultan, no sé porque me prende mucho que me digan guarradas.
Me zafe de su instrumento y sin más me le monté, a él ni tiempo de reaccionar le dio, cuando se dio cuenta ya estaba yo abierta de piernas encima de él intentando meterme su verga en mi puchita, cuando intentó reaccionar dijo: ehhh, espera puta me falta el condón, en ese momento yo ya tenía más de la mitad de su verga a dentro y me movía como putita, solo me agarró las tetas y me jaló hacia abajo ensartándome completa, yo le gemía en el oído diciéndole cosas:
- que rico papi, cógeme, soy tu puta, ahhh, que grande, así así papi, métemela, ahhh, ay papi, si, si, dámela, estaba realmente muy muy caliente
El me respondía dándome nalgadas y diciendo que era una puta: ¿te gusta sentir la leche adentro verdad putita?, estas bien abierta pinche puta, mientras metía un dedo aparte de su verga en mi panochita.
Me encanta sentirme llena, el tamaño de su verga gorda más un dedo extra me hacían llegar al cielo, nos movíamos los dos muy rico, eso más la súper calentura que traía hicieron que me viniera por primera vez, ay, que rico, lo recuerdo y se me encharca
Gemí como puta, como perra en celo: si papi, lléname de tu lechita, ¡preñame! Soy una puta, me encanta la verga, soy una puta, siiii, asiiii, dame, ahhh, ahhhhh, ahhhhhh, movía me pelvis para meterme aún más todo, el mordía mis pezones fuerte y lamía mis tetas.
Eres bien puta, ¿cuantas vergas se ha comido esta panocha tan abierta puta?, no pude responder la pregunta con certeza puesto la verdad es que no sé, pero le respondí algo aproximado sabiendo que le calentaba mi putería: No sé papi, más de mil diferentes tal vez, me encanta coger con desconocidos, que me usen, que me llenen de leche así como tu…
El no aguanto más y me inundó literalmente de lechita, sentía una gran gran cantidad de semen, sentía como se inflamaba su verga y me aventaba los chorros de lechita adentro de mi mientras me decía: que puta, eres, que puta eres, te voy preñar zorra, siguió aventándome chorros de leche, conté más de 5, vaya que si venía cargado pensé.
Me seguí moviendo encima de él, con él rendido, su tamaño comenzó a encogerse y yo sentía mi pepa jugosa así que me zafé de él, puse mi mano en mi panochita para no manchar el asiento con el semen que salía de mí, recolecté lo que pude y me lo tragué frente a todos.
Los otros dos vieron la escena con lujuria, sus miradas decían todo, los bultos en sus pantalones más.
Mierda, dijo Jorge, hay retén adelante, tendremos que rodear, Emilio, que así se llamaba el otro tipo le dijo espera, me paso para atrás mientras, jaja rieron los otros dos.
Me senté en medio, Mario tenía la verga de fuera y estaba reposando su venida, Jorge continuó de chofer mientras Emilio me metía mano por mis tetas, me acosté hacia atrás con Mario para limpiar su verga, nunca me ha gustado dejar mal arreglado el lugar de trabajo jaja.
Al recostarme sobre Mario de espaldas le entregué todo el frente a Emilio, subí mi piernas sobre él y el me empezó a dedear, al principio se cortó un poco porque sentía la lechita de su amigo, pero luego metía sus dedos y me los daba a lamer y yo gustosa lamía, después comenzó a lubricarme el culito con el semen, me volvió la calentura, tenía el vestido en la cintura, ya no tenía sostén ni calzones por lo que estaba prácticamente desnuda, la verga de Mario comenzó a reaccionar de nuevo y yo la lamía gustosa.
En eso sentí en mis piernas una nueva verga, larga, fresca, que rico, la quería adentro, me di la vuelta para mamar la de Mario poniéndome en 4 dándole total libertad al otro que hiciera de mi culito y mi panochita lo que quisiera, él no lo dudó ni un momento, se sacó el pantalón y se acomodó detrás de mí, sacó de un condón pero yo agarre su pito con mi mano y me lo metí de golpe, él se quedó con el condón en la mano mientras yo me movía hacia atrás metiéndome su verga en la panocha.
Vaya putita dijo, yo me movía hacía atrás para meterme toda esa verga en la puchita, sentirla, es delicioso, mamando y siendo penetrada es lo máximo, Emilio no duró mucho imagino que por la calentura que ya traía y se derramó dentro de mí, me llenaron de nuevo la panochita de leche rica, yo me sentía llena de adentro de tanta lechita que sacaba.
Con su pene aún duro, porque no se le bajo la calentura jalaba semen hacia mi culito y metía la cabeza de su pene en él, que rica sensación, por fin llegamos al motel, Jorge nos dijo, calmaditos que ya llegamos.
La camioneta tenía vidrios entintados así que imagino que no se veía mucho de afuera hacia adentro pero aún así nos quedamos sin movernos, yo con la boca llena de pito y con la cabeza de mi amante ocasional dentro de mi culito.
Al cerrar la puerta del garaje del motel Emilio me la metió completa por el culito, me tomó de sorpresa por lo que pegué un gritito, ayyy.
Rentaron una suite muy linda con alberca en el medio, yo bajé de la camioneta ensartada por Emilio, él era más chaparrito que yo pero hacía pesas por lo que me cargó sin problemas, me llevó literalmente ensartada de mi culito adentro, los demás rieron por la escena.
Al entrar me quite el vestido quedando completamente desnuda y me recargaron en el potro del amor que había en la habitación, Emilio ahora si me dio por el culo bien rico mientras Mario se sentaba en el potro poniendo su verga a la altura de mi boca y tetas por lo que le hice una rusa exquisita, tenía a los dos en el cielo, recibía nalgadas y bofetadas con verga bien rico, estuvimos así unos 5 minutos cuando Jorge suplico porque le dejaran algo mientras se metía a la alberquita.
Me zafé de mis machos y caminé hacia Jorge quien me esperaba jalándosela sentado en la alberca, yo me agache a mamársela hasta ponérsela muy dura, me abrí de piernas cosa que me encanta y me la metí en la panochita, me movía encima de él muy rico, en círculos, los otros dos estaban ya dentro de la alberca también sentados jalándosela viendo la escena.
Jorge me lamía las tetas y me mordía los pezones, yo gemía como perra en celo en su oído: ¿esto querías papi? ¿Querías tenerme encima de ti como una putita? Cógeme, dame más papi, soy tuya, estoy ardiendo, quiero más. En verdad estaba muy caliente, soy una nena muy muy putita que no se llena fácilmente.
Les propuse un juego, quería que me la metieran lo más que pudieran así que el que se viniera me pagaría, todos rieron y estuvieron de acuerdo, de esta manera los monté uno a uno y cuando ellos sentían que se iban a venir me zafaban y me iba con otro, el primero que se viniera tendría que pagar 500 pesos.
Pase por todos varias veces, me ponían de espaldas de frente, me la metían por el culo, me dedeaban, me nalgueban, se las chupaba, me golpeaban con su pene, uno por uno me cogían, estuvimos así como 20 minutos cuando Emilio comenzó a bufar dentro de mí, me vas a dejar seco mami, me decía mientras me apretaba las tetas fuerte y yo no dejaba de moverme encima de él y gemirle al oído, se vino bien rico y yo también, me zafé y me pase con otro, así con la pepa llena de lechita, a estas alturas ya no les daba asco simplemente me recibían y me la metían hasta el fondo, además eran amigos, pasé de nuevo por los otros dos y al regresar con Emilio para mi sorpresa aún la tenía muy parada, WoW, ¿dos venidas y aun como fierro?
Antes de montarme encima de él le dije que me pagara, señalo su pantalón y al esculcarlo encontré un paquetito de pastillas azules, jaja, descubrí su secreto pero no dije nada, me metí una a la boca con un trago de refresco y le di una a Mario y a Jorge, ellos se dieron cuenta de la pastilla pero lo aceptaron.
Ya estaba un poco cansada de cabalgar tanto así que me sequé y me acosté en la cama y les dije que quien quisiera podía pasar a visitarme y así lo hicieron, nuevamente recibí uno a uno pero esta vez yo recostada en la cama, era muy rico y placentero, solo cerré mis ojitos y sentía cuando uno entraba, se estaba un rato, me cogía, se movía me mordía las tetas, me lamia los pezones, me dedeaba y así hasta que se venía dentro de mí, luego se salía y entraba otro más, para mi esa es una experiencia única, me recuerda a la primer vez que hice eso con tres o cuatro amigos, estaba tomada por eso no me acuerdo muy bien cuantos, jiji, pero me cogieron toda una noche en la prepa, fue delicioso.
No sé cuántas veces se vinieron, tal vez 5 o 6 cada uno, pero fueron más las que se metieron en mí, perdí la cuenta pero fueron muchísimas, las pastillas fueron una excelente elección, mi panochita, mi culito y mis tetas ya me dolían pero como buena soldada mientras la lucha siga yo seguía poniendo de mi parte y sobre todo “mis partes” jaja.
A veces me daban dos al mismo tiempo o los tres, uno por atrás y otro por delante, ya nadie me besaba eso sí, mi boca debería oler a bastante semen de todo lo que tragaba y chupaba, mi panochita y mi culito eran un poema, escurrían semen, me escurrían por las piernas y mis nalgas, me sentía sucia, usada, una puta en toda la extensión de la palabra.
Nos dieron las 5 am, yo me quedaba dormida por ratos y me despertaba una verga en mi panochita, solo sonreía y aprisionaba con mis piernas el hombre que me la estaba metiendo, me tomaron videos, fotos, grabaron mis gemidos, etc.
De repente sentí mucho escozor en mi vagina, un ardor rico, y al darme cuenta me estaban metiendo dos vergas en mi panochita, me la abrían muchísimo y eso me calentó de inmediato, gemí como loca, me abrieron las piernas como nunca, sentir dos, es delicioso, me encantó muchísimo, se movían y se apretaban entre ellas y al mismo tiempo hacían una presión muy grande dentro de mí, me vine delicioso, saque muchísimos fluidos, entre el mar de semen que tenía adentro y la extrema calentura que me hicieron sentir con sus dos penes dentro me vine muchísimo.
Ahora si estaba agotadísima, mis amantes igual, me quedé profundamente dormida, escuche que se iban pero yo preferí quedarme, se despidieron de mí y me dejaron dinero para el taxi.
Me desperté a eso de la 1 de la tarde, me dolía todo, la vagina la tenía hinchada, el culito me ardía, uf, vaya cogidota que me dieron pensé.
Me metí a bañar, me vestí nuevamente, no encontré mi sostén, pero si me puse un calzón puesto que siempre traigo en la bolsa. Mi vestido estaba hecho una piltrafa, arrugado y manchado de semen supongo.
Pedí un taxi, al verme el taxista me pregunto si estaba yo bien, imaginen mi cara de desvelo y resaca con un vestido en esas condiciones, marcando mis tetas ya que no traía sostén, creo que pensó que me violaron o algo así, jaja, todo de maravilla le dije con una sonrisa pícara.
En el camino me venía viendo las piernas y tetas, solo me recosté y deje que mirara, me quería hacer platica pero yo venía muerta y se lo hice saber, solo me dijo, ok, entiendo, hoy estas muy cansada pero ¿me podrás decir cuánto cobras?, la verdad me gustaste, no es muy común encontrar a prostitutas tan buenas me dijo, a lo mejor te marco y nos vemos.
Jaja, hasta puta pensó que era, respondí: 2,500, no me alcanza dijo, pero juntaré este fin de mes.
Ni modo, junta y me marcas le dije, vi un marcador de CD debajo de su estéreo, me saqué las bragas frente a él pudo verme todo, apunté mi número en ellas y se las di.
Cuando gustes papi, obvio no me cobró la dejada.
Me sentía la más puta de todas las putas.