Noche de pasión

Marco tiene una cita con su profesor de educación física para "platicarle sus problemas de identidad", pero esa noche, todo cambiará en la vida de ambos.

Noche de pasión

Marco era un muchacho tímido, pero muy encantador, muchos condiscípulos lo buscaban para que les ayudara con las tareas, eso lo halagaba porque muchos de ellos estaban de "muy buen ver".

Jamás se atrevió siquiera a insinuarles algo más allá de un simple compañerismo, solo quedaban discretas, muy discretas, miradas hacia el paquete de alguno de ellos.

Sus fantasías homosexuales crecían cada vez más, y siempre se la jalaba en la ducha pensando en el capitán del equipo de fútbol de la prepa en la que estudiaba o en aquel chico atractivo que pasaba caminando presumiendo a su novia, siempre le habían llamado la atención los hombres, pero nadie lo sabía.

Tenía 16 años, estatura media, no era muy atractivo físicamente, pero sus ojos café oscuro con esa mirada inocente podrían cautivar a cualquiera.

Era completamente lampiño, sus padres nunca le conocieron novia alguna o siquiera alguna chica a la cual le ayudara en sus estudios, todos eran chavos.

Sin embargo, quien más llamaba su atención era Miguel Ángel, su maestro de educación física.

Para Miguel Ángel era su primer trabajo como profesor de educación física, y valla que el tipo era bastante atractivo

26 años, piel blanca, ojos café claro, cabello negro, una atractiva barba de 3 días rodeaba sus rosadas y apetecibles labios, era velludo de brazos y piernas, ya que siempre andaba en pantalón corto, mostrando sus atributos.

Era bastante bueno para los deportes, así que nunca tendría problema en impartir las clases de educación física, además todas las chicas se sentían atraídas hacia él y eso lo hacía sentir contento.

"Marco, no, así no debes lanzar el balón hacia la canasta"

Le comentaba Miguel Ángel a su alumno, colocándose detrás de él con su pantalón corto y sus peludas piernas, rozando su pija con el trasero del chavo le acomodaba los brazos de manera correcta para sostener el balón y después con sus fuertes y varoniles manos corrigió su postura de hombros y cadera.

"Así debe ser, ¿ya te fijaste?"

Marco no hablaba, con el imprevisto contacto físico, había sentido despertar a su verga dormida de su letargo y una gran erección asomó por debajo de su pantaló corto haciéndolo sonrojar, de buenas que nadie lo notó, nadie excepto Miguel Ángel, quien le hizo ver.

"Vaya amigo que si traes ganas, ¿eh?"

Marco se sonrojo aún más y avergonzado, soltó el balón y abandonó la cancha corriendo, se dirigió al sanitario a llorar, murmurando "soy un idiota" una y otra vez, en eso sintió que una mano se le posaba sobre el hombro lo cual lo exaltó.

"¡Oye Marco! ¿Por qué lloras? Tú no eres ningún idiota, esa erección que tuviste es muy normal, eres un adolescente, todos los chavos tienen esa sensación aún con el mismo roce de su ropa interior"

Era Miguel Ángel, "tan lindo que es" pensó Marco para sí.

No se atrevía a confesarle su atracción, no quería decirle que se le paró por que lo tocó y le gustaba mucho, que tenía ganas de que su pija estuviera dentro de él, que se moría por besar sus carnosos y deliciosos labios, que quería sentir su velludo, atlético y hermoso cuerpo junto al de él.

Todo esto pasaba por su mente cuando Miguel Ángel, poniéndose delante de él y levantándole la cara con una mano sobre sus mejillas le dice.

"Marco, soy más que tu profesor de educación física, soy tu amigo y puedes confiar de mí, si quieres contarme tus broncas puedes hacerlo, si no quieres hablar ahora no tienes que hacerlo, puedes ir a mi departamento y allá platicaremos mejor"

Marco se emocionó por la invitación, y limpiándose las lágrimas, le sonrío y le comentó con aparente inocencia.

"Seguro"

Lo que no notó fue la mirada de su profesor que se dirigía a su entrepierna y que la sonrisa que le devolvió no era tan inocente o más bien, ingenua, como la de Marco.

El muchacho estaba muy nervioso, la cita era a las 8 de la noche, con la dirección en la mano, y pidiéndole permiso a sus padres de ir a la casa de un amigo a ayudarle con su tarea se dirigió hacia el depa de Miguel Ángel.

Ese día se había bañado y peinado lo mejor que pudo, así como se puso unos ajustados calzones rojos que marcaban su trasero y su paquete, así como unos jeans azul marino y una playera de manga corta.

Llego 15 minutos antes, tocó el timbre y al instante abre el hombre más guapo que jamás haya visto.

Vestía unos pantalones cortos y una camisa sin mangas que marcaban sus brazos fuertes y velludos.

Olía mucho a un perfume agradable que hechizó de inmediato a Marco.

Sus dientes blancos y perfectos que mostraba al sonreír cautivaron al chico de inmediato

pero lo que no pudo evitar fue dirigir una rápida mirada al paquete de Miguel Ángel, que se notaba muy bien bajo esos pantalones cortos, ¡irresistible!

"Hola Marco, disculpa si visto así, pero ya sabes el calor esta muy fuerte y el aire lavado no funciona" Comenta Miguel Ángel

"No te preocupes, así estas bien" responde Marco con una gran sonrisa

"Adelante, esta es tu casa"

La guarida de Miguel Ángel no está nada mal, aunque es pequeña, tiene muchas cosas interesantes, como fotos de bellas modelos que hasta a Marco dejaron impresionado, así como aquella colección de autos en miniatura.

"¿Te gusta mi casa?" Pregunta Miguel Ángel en tono casual.

"Mucho" responde Marco.

"Y ahora cuéntame, ¿Qué te sucede? ¿Por qué llorabas esta mañana? No creo que haya sido por tu erección ¿o si?"

"No, en realidad no era por eso" se apura a responder Marco y añade

"Lo que pasa es que tengo un grave problema de identidad, no sé si deba decírtelo, quizá ya no quieras verme después de decírtelo"

Miguel Ángel se sienta junto a Marco en el mismo sillón, a pocos centímetros de él, le ofrece algo de tomar y antes de ir por las bebidas añade

"No te apures, sea lo que sea siempre seré tu amigo" y se retira momentáneamente.

Regresa minutos después con un par de cervezas en la mano.

"¡Yo no tomo!" comenta Marco asustado y añade "Es más, ni siquiera me gusta la cerveza"

"¡Vamos!" le responde Miguel Ángel, "¡ya eres un hombre! Puedes hacerlo" le comenta recorriendo con la mirada todo su cuerpo a lo cual el chico se da cuenta.

Miguel Ángel choca su botella con la de Marco y le dice

"Salud, por nuestra amistad" y ambos le dan un sorbo a la bebida, la cual le sabe un poco amarga a Marco.

"ya te acostumbrarás" le dice Miguel Ángel al verle la cara que pone.

"Ahora sí dime, ¿Qué sucede?"

Marco titubea:

"este... e… mira yo se que a mi edad ya debería tener novia y todo ese rollo, tan siquiera salir con algunas chicas al cine o cosas así, pero te diré…" hace una larga pausa, Miguel Ángel le indica con la mirada que continúe

"¡Creo que soy gay! Me gusta mucho mirarles la pija a otros chavos y me la jalo pensando en ellos…" la mirada de Miguel Ángel le brinda confianza a Marco para continuar

"hoy en la mañana cuando te colocaste tras de mí para corregirme la posición de tiro, tu pierna no solo rozó con la mía ni siquiera tus manos al tocarme las mías, mis brazos y hombros… tu pija, sentí tu pija en mi culo y eso me excitó".

Marco agacha la cabeza, Miguel Ángel se acerca a él, volviendo a rozar sus velludas y fuertes piernas con la mezclilla del chico y lo abraza muy fuerte, susurrándole al oído.

"No te preocupes Marco, yo también me prendí contigo, tu posición no era incorrecta, fue solo un pretexto para probar si tú también ardías por mí"

El muchacho voltea a mirar a su amigo y profesor, mientras este tomándolo de las manos le dice.

"Me gustas Marco, estas delicioso, pero no es solo eso, tu personalidad me atrapa, eres tímido, serio y responsable y eso me gusta de ti"

Al terminar de decir eso acerca lentamente sus labios a los del chico y le da un beso de piquito, ligero, corto, pero no tanto, como para no provocar en Marco una erección y sentir como la barba de aquel hombre hermoso, le roza de manera agradable.

"Tengo miedo Miguel Ángel, nunca he hecho nada sexual con nadie y menos con otro hombre"

"No te preocupes amigo, no haremos nada que tú no quieras, solo experimenta, un gran numero de muchachos tienen alguna experiencia homosexual en la adolescencia…" lo interrumpe Marco lanzándose

"Acepto Miguel, hazme lo que quieras, quiero perder mi virginidad contigo, quiero sentir tu hermoso cuerpo encima del mío, quiero probar tu dulce verga"

Al decir esto Marco, Miguel Ángel toma la mano del chico y la posa sobre su paquete que ha aumentado considerablemente de tamaño, Marco siente una inmensa excitación al tocar un pene que no sea el suyo por vez primera.

Se regalan un nuevo beso, esta vez mucho más lento y profundo.

Ambos quieren saborear uno la boca del otro, abren sus labios e intercambian saliva, nunca Marco había besado a nadie y sentir esos dulces labios sobre los de él.

Probar ese jugo y sentir como la roja y larga lengua de Miguel Ángel penetra en su boca abriéndose paso para juntarse con la suya lo excitó más que nunca, la sensación es única, se sentía en el paraíso, aquel largo e interminable beso era lo mejor que le había pasado

hasta ahora

Sin dejar de besarse, Miguel Ángel acaricia el torso de Marco por encima de su playera, la cual le quita y comienza a chuparle las tetillas que ya estaban duras, el joven siente mucho placer, sentir como esas fuertes y hermosas manos le recorrían todo su cuerpo lo pone a mil.

Marco se lanza a quitarle la camisa a Miguel Ángel y le acaricia los bellos del pecho, dándoles besos.

Mientras el profesor le quita los jeans y descubre sus piernas juntándolas con las suyas, acariciándole el rostro al adolescente y nuevamente uniendo sus labios con los de él sin ninguna prisa disfrutando cada uno la boca del otro.

Al quitarse Miguel Ángel el pantalón corto

Marco mira unos calzoncillos blancos, en los cuales se marca aún más el paquete del hombre, acerca sus labios al pene cubierto por la tela del calzón y comienza a besarlo, a saborearlo por encima

Lo cual prende más a Miguel Ángel, finalmente se quita los calzoncillos y Marco toma la verga de su profesor y comienza a besarle el tronco.

Esos besos se transforman en chupadas y pasa sus labios cerrados por la punta, el tronco, acariciando los bellos púbicos de Miguel Ángel.

Finalmente se decide y se mete a la boca semejante pija y comienza a succionarla de manera sensual, como si chupara un dulce o una paleta de manera infantil.

La mezcla de su propia saliva y el líquido preeyaculatorio de su amante tienen a Marco excitadísimo, así como el olor varonil que percibe de todo su cuerpo.

"Ahhh… Ahhhh… Así… Ahhh"

Murmura con su gruesa, varonil, encantadora y sexy voz a su joven amante, este sigue con el miembro del otro dentro de su boca, esta a punto de correrse Miguel Ángel, pero él mismo saca su verga de la boca y le comenta a Marco .

"Ahora es mi turno".

Toma el pene del chico y lo empieza a succionar, mientras con la otra mano, inserta un dedo en el virginal culo de Marco, este grita con una mezcla de dolor y placer y comenta:

"Hazme lo que quieras Miguel, ¡soy todo tuyo!"

Después de una buena mamada, vuelve a besar en la boca a Marco mientras le sigue metiendo dedos en el culo, sus besos son muy apasionados y ambos tienen sus vergas apuntando al techo, sedientas de placer.

Miguel Ángel interrumpe el beso, abre un cajón saca un preservativo y le dice:

"¡Ponmelo con cuidado!" Marco se lo coloca lamiéndole la verga previo a ponérselo.

Miguel Ángel comienza a chupar el agujerito de Marco y este gime de placer, siente muy rico, comienza a rozar la punta de su verga con el orificio y va empujando poco a poco.

"Auchhh" se queja Marco

"¿Te duele mi amor?" le pregunta Miguel Ángel dulcemente a su ya no tan angelical amante.

"Si mi amor, Miguel, hazme tuyo, tú síguele, no me importa el dolor quiero entregarme a ti, quiero que seas el primero y el único"

Miguel Ángel desliza toda su pija dentro del agujero de Marco, acerca su rostro al oído del chico y le dice: "Eres lo mejor que me ha pasado".

Marco voltea su rostro hacia Miguel Ángel y le besa suavemente en los labios una vez más, este último sigue con su pene metido hasta el fondo de Marco.

Sus besos ya no son tan apasionados como hace un momento, pero están cargados de mucha dulzura y deseo, ambos se sienten mejor que nunca.

"¡Me vengo!" Comenta Miguel Ángel eyaculando dentro de Marco, el cual siente el semen y comenta como si nada:

"¿Qué paso con el condón?"

"¡Lo tiré antes de metértela, no quiero que desconfíes de mi, chiquito!"

"¡Con razón sentí tan rico mi amor!" dice Marco y le da un beso más en la boca a su amado Miguel Ángel.

"¡Bebé! Ahora tienes que venirte tú, ¿quieres que te la chupe?" Marco asiente y comienza una nueva mamada.

Minutos después Marco suelta una considerable cantidad de leche, la cual va bebiéndose Miguel Ángel y la que le queda dentro de los labios la comparte con su joven amante en un inigualable beso.

Ambos sudados y satisfechos, están acostados en la cama, torso con torso, verga con verga, con las piernas entrelazadas, Marco apoya su cabeza en el velludo pecho de Miguel Ángel y este le dice:

"Bebé, fuiste mucho más que una simple experiencia sexual, quiero que seas mi novio, que vivas conmigo"

Marco levanta la vista y con una sonrisa de oreja de oreja le contesta:

"¡Sí mi amor! ¡Soy tu novio! ¡Te amo Miguel!"

Ambos confirman su noviazgo con un largo y apasionado beso, ambos se incorporan de la cama y Miguel Ángel lleva de la mano a Marco hasta la regadera, dispuestos a darse un baño y continuar con la acción.