Noche de pasión (1)

Tenía la oportunidad de pasar 15 días alucinantes con mi amor pero algo surgió.. y para mi sorpresa pude tener 2 amores.

Noche de pasión I

El verano pasado fue uno de los más calurosos de la historia argentina. Por eso mi amiga, por quien siento mucho más que sólo cariño, y yo decidimos irnos a un lugar un poco más fresco. Bariloche se encuentra en la Patagonia pero no es extremadamente frío, tiene lagos, pubs, un hermoso centro cívico y muchos lugares para visitar. Debo decir que es uno de los más hermosos lugares de mi país y para mi fortuna, mis abuelos viven allí. Teníamos pensado irnos a recorrer todo Bariloche y otros lugares cercanos como acampantes y sabíamos que por cualquier problema teníamos una casa en la cual resguardarnos. Ésta se encuentra a la orilla de un lago, en un gran terreno arbolado y lleno de flores, la vista es impactante y hay mucha paz. La casa en sí tiene ventanales por toso los rincones para no perderse ni un detalle, 5 habitaciones, un amplio living, un quincho para hacer el asado (típico en una casa argentina), una piscina y un playroom; junto con los ambientes convencionales de una casa como la cocina.

Ya llegaba enero, habíamos pasado Navidad en Buenos Aires y todavía no habíamos planificado nada en concreto cuando mi abuela llamó para avisarme que se iría a Italia a ver a su familia; yo pensaba "¿se va a ir a Italia con el fría que hace en esta época?!!" pero con un poco de picardía le dije: -"Andá nonna la vas a pasar genial!!". Se me había ocurrido la mejor de las ideas: quince días sola con Julieta en el bosque con un caserón para nosotras.

Cuando terminé la llamé y le conté todo; para mi desilusión me contestó: -"Bárbaro, llamo a Ancy y vamos las tres" Asentí peor por dentro estaba retorciéndome, pensé que mi compañera de aventuras no quería saber más nada de mis caricias, ni mis besos, ni mi cuerpo...

En fin, los días pasaron y nos fuimos.

Resultó ser que Ancy era un preciosura!!! Esta gacela, alta, delgada, agraciada mujer era un sueño. Sus ojos color café destellaban ternura y una pasión por la aventura y las cosas desconocidas. Tenía unas tetitas muy firmes y unos glúteos que enmarcaban una cintura pequeña. Irradiaba armonía y pasión peor al mismo tiempo cautela. Era muy divertida y aprovechaba cada momento para tocarme; hombro derecho, deslís por mi brazo, me agarra la mano y se divierte balanceándola en el aeropuerto como si nos conociéramos de toda la vida; sentadas rozaba sus pechos en mis piernas para ver despegar el avión... Era una danza que me estaba volviendo loca.

¿Pero que debía hacer? Por un lado sentía un profundo amor por Julieta peor internamente deseaba arrastrar a esta diosa al baño y hacerle el amor durante las dos horas de vuelo. ¿Qué debía hacer? ¿Y si ni siquiera era lesbiana? Su velo intrigante no me dejaba indagar en su personalidad y ver la entera, no sabía que quería y por otro lado ¡¡recién la conocía!!

Llegamos a la tarde. Quedaron fascinadas con el lugar, me abrazaron, Julieta se atrevió a darme un beso en la boca en frente de ella y vi como le divertía la situación. Desempacamos, preparé la pileta mientras ellas preparaban algo para comer y cuando me di cuenta era de noche. Cenamos, nos divertimos delirando bajo las estrellas y llegué a conocer a esta peculiar rareza un poco más. De familia muy conservadora era recatada pero tenía aires de grandeza y quería conocer todo y explorarlo todo. Sus ojos me miraban asombrada frente a algunas cosas que yo le contaba, viajes, un par de novios poco usuales; todo parecía serle remotamente conocido. Solo el tiempo sabía lo que esto desprendería en ella... Finalmente nos fuimos a dormir.

Ya en nuestros cuartos sentí latir mi corazón como un torrente cuando Julieta se acercó a mi cama y me besó apasionadamente.

-Gracias por traerme hasta acá. Te adoro pendejita.

-No me tenés que agradecer nada, agradecéle a mi abuela que nos dejó la casa para nosotras solas... Bueno con una invitada y nosotras solas. (Se rió muy bajito)

-Bueno que duermas bien hermosa. Te quiero.

-¡Esperá! ¡¡¿Te vas?!! (no me podía dejar así. Quería abrazarla, pero ella no me dejaba, me tenía estampada contra la almohada y mis brazos sólo alcanzaban su rostro)

-SHH!!! Sí me voy a MI cuarto. Ya te hice muchos mimos por hoy ¿no te parece?

-No pero bueno si te cansaste yo te puedo hacer unos mimos a vos...

-¿Si, y que me harías? (Bruscamente se paró y se alejó) NO, no me voy no me tientes que está Ancy, que duermas bien.

Penosamente se fue y me dejó en la soledad mi cuerpo y las estrellas que me saludaban desde el balcón.

Me desvestí y me metí por completo en la cama; cuando por fin estaba conciliando el sueño escuché un que alguien tocaba a mi puerta. Me puse la bata y sentí el frío de la tela por mis pezones que se erizaron inmediatamente, y por mis glúteos. Abrí y para mi fascinación y alegría era Julieta. Me miró con ternura y me desanudó la bata sabiendo que alojaba mi cuerpo desnudo. En ese instante se asomó Ancy y abrazó a Julieta por la cintura. Entre el deseo y los celos me quedé atónita y completamente sin palabras. Gentilmente descubrió mis senos y escuché como por lo bajo Julieta le decía:

-Viste, te dije que tenía los mejores pechos.

-Sí me gusta, el arito la hace muy sexy. Dala vuelta

Fuertemente mi amiga me tomó de la cintura y me viró como a un trompo. Muy suavemente como pasando crema por mis hombros me retiró la bata dejándome completamente expuesta y vulnerable. Quieta escuché un chasquido y como Ancy le decía:

-Sí, pero tu culo es mejor. Y en un segundo se estaban atravesando con las lenguas. La pasión las inundó en un golpe y pude ver con asombro como mi amada era apretada fuertemente contra el vientre de esta extraña.

Me sonreí y me recosté semisentada en la cama para deleitarme con este espectáculo que tanto me estaba excitando. Se posaron en frente mío y entre danzas y aroma a mujer comenzaron a besarse el cuello. Vi salir de la manera más sensual la remera de Julieta. Llevaba su short preferido, azul con un corazoncito rojo a la altura del clítoris. Ancy estaba de lo mejor!! Con una y un top negros. Despejaba todas mis dudas, eran las mejores piernas del universo y ahora su mirada era diabólica, buscando el sexo de mi compañera, besándola alocadamente por el cuello. De repente la tomó por la cintura y sin despegar su sexo de la cadera de Julieta se deslizó hasta su culito hermoso. La abrazó, le besó la nuca, le agarró su sexo y le hizo a un lado la tanga para introducir su dedo en los labios de mi primor. Tomó sus pechos y Julieta pareció morir en un primer orgasmo. Durante este ritual Ancy no paraba de mirarme y entre danzas me ordenó unirme a la fiesta.

Las había visto bailar en un sin fin de lujuria y seducción y ahora querían que yo formara parte de eso. Me levanté, las miré y sentí como mis labios vaginales estaban resbalosos de la cantidad de flujo que había salido. Recorrí con una mano el vientre de Julieta y no pude quitar mi mirada de la de Ancy. Me provocaba y en todo momento me invitaba a tocarla pero sabía que solo la tocaría cuando ella lo deseara. Me ordenó que la lamiera y al oído le dijo a mi amiga: -Ahora te va a chupar como a vos te gusta, sin tocarte ni con un dedo, como a vos tanto te gusta...

Me aboqué de inmediato. Le sacó rápidamente el short y me miró mientras recorría con mi lengua el cuello de Julieta. Besé tiernamente sus labios y acercó la suya para compartir una orgía de lenguas. Mordí sus labios y bajé nuevamente al cuello. Sin dejar de mirarla mordí, chupé y lamí el vientre hasta el ombligo de mi amiga y en un arrebato la estrujó por la cintura contra su sexo. Se movían, restregaban, jadeaban y empujaban como queriendo hacer crecer un miembro que no es común en nuestro género. Lamí los brazos y dedos de Ancy que se apoderaban de la inocente Julieta y sin más descendí a la pelvis de Julieta que gritaba por una lengua para completar su orgasmo. Rápidamente tomé su clítoris en mis labios y jugué son él. Me posé en sus labios vaginales y vi como acababa en mi cara.

Me separé muy poquito para ver como Ancy mordía la oreja de Juli y no aguanté mas quería tener a Ancy, pero ella se empeñaba en masturbarse en el culo de mi compañera. Me posé a un lado de las caderas de ambas y quise bajar la tanguita de Ancy, que estaba incrustaba en su vagina de tanto restregar, pero me golpeó la mano y me dijo:

-No, no, no... Vas a hacerlo sólo con la boca. Ni un dedo. entendiste?

Esta postura dominante me estaba volviendo loca. Julieta, fundida en el cuerpo de su nueva compañera, estaba delirando de placer y por completo entregada al placer que las caricias de Ancy le proporcionaba. Sin poder aguantar más me abalancé sobre la cadera de Ancy y traté de despegar esta tanga que se había hacho carne con los jugos de ambas. Mordí y saboreé la tanguita y sin parar tiré, costó pero bajó unos centímetros. Me aboqué de la misma manera sobre el otro costado de las caderas danzantes y sentí como Ancy presionaba y jugaba con mis pelos para complacer sus deseos. Luego de varias idas y venidas la tanga llegó a sus rodillas. En todo el trabajo me miraba, deseosa y besaba y acariciaba a Julieta que en ese momento las piernas le temblaban y se aproximaba a otro gran momentum.

Sin preludio Ancy se sacó la tanga sin despegarse mucho de mi amiga y me deslizó bajo las piernas de ambas. Era un espectáculo único. Dos mujeres fundidas en un mar vagina-culo, vagina-culo; Todo para mi sedienta boca. Desesperada me aboqué a la vagina de Ancy que no paraba de buscar mis labios con sus dedos. Julieta estaba rendida y no podía casi moverse. Ancy la sostenía y la continuaba apoyando contra su pelvis. Ella la arrastró hacia un nivel inferior y, doblando sus rodillas levemente y abriendo sus piernas hacia los costados me maravillé con el hermoso, jugoso e hinchado clítoris de Ancy. Quería beberlo, pero necesitaba darle suspenso y deseo. No me dejó. Tomó mi cabellera y me incrustó entre sus labios. Saqué mi lengua y suavemente primero toqué la mayor parte del deseo. Luego me deslicé hasta su vagina, abierta, babeando y aclamando una boca. La lamí, la penetré con mi lengua y día vueltas en ella. Finalmente lamí su ano. Arrastré todos sus jugos con mi boca hasta este ollito y traté de penetrarlo, pero sus glúteos estaban tan contraído por la ardua tarea de sostener a mi amiga que fué imposible.

Ante esta frustración me fui nuevamente por su almejita divina hasta la adorada concha de Julieta. La que amaba, la que adoraba sin mesura, la que se había entregado tantas veces y ahora estaba toda colorada por los incansables dedos de Ancy. Lamí su vagina y terminé en su clítoris. Lo rodeé como a ella le gustaba. Suave, dando pequeños golpecitos que la entraron en un ritmo sinfónico y por fin se conmocionó. Quería aguantar esta etapa mucho tiempo paar que disfrutara del clímax por más tiempo asi que metí mi mano por entre el culo de mi amiga y la vagina de Ancy. Vi como ella le tomaba los cabellos y con la otra mano la tomaba del abdomen. Empujó y Julieta quedó casi en mi cara. Estaba apoyando las manos en la cama y sus tetas colgaban como dos manzanas. La besé sin dejar de jugar con la vagina de Ancy y el culo de mi amada. Y sin que se diera cuenta en silencio le dije Te Amo.

Besé su boca y fui hasta sus tetitas. Los pezones duros, inusualmente fríos, medio abandonados ya que una de las manos de la extrañase abocaba en sostenerla y no podía complacer esa zona, los lamí, mordí levemente y me deslicé hasta entre sus piernas.

Logré separar un poco a Ancy que estaba rendida sobre la espalda de Julieta y lentamente introduje un dedo en el culito de Juli. Se desarmó en un dolor hermoso y Ancy se reincorporó para presenciar el espectáculo. Mis dedos estaban empapados en los jugo s de Ancy y fué muy fácil meterle dos dedos. Cuando estuvieron adentro Ancy empujó con su pelvis y por un momento Ancy, Juli y yo fuimos una. Ver esto desde abajo me exitó profundamente. Me tendí en el piso y Juli metió un dedo en mis labios para sobarlos y agitar mi vientre.

Julieta se movía desesperadamente y fué muy poco lo que pudo hacer por mi ya que debió sujetarse en la punta de la cama para evitar caerse. Finalmente se corrió en un intenso grito de placer. saqué mis dedos y los metí en la vagina de Ancy que ya no podía negarlos. Me posé entre sus piernas para lamerla mientras le hacía dos dedos terribles y se fundió en un intenso orgasmo en mi cara. Yo no alcancé ese placer y para mi decepción ambas se tiraron en la cama. Y o me senté en el piso y quedé con un incontenible deseo de masturbarme peor el odio de verlas y luego de haber sido tan buenas con ambas me segó. Me levanté y me fui.

Continua en Noche de pasión II.