Noche de metro
Lo que puede pasar en una estación de metro cerrada(relato republicado)
La noche trascurría fría y solitaria en la estación de Canyelles mientras los últimos convoyes de metro del día hacían su recorrido bajo la mirada distante de los pasajeros que se disponían a tomarlos. Habia entrado de servicio apenas hacia una hora para vigilar los trenes que quedarían aparcados ese día en la estación para que no fueran victimas de los sprays de los jóvenes grafiteros que invadían diversas estaciones con sus dibujos y parecía que la noche iba a ser larga y aburrida...¿quien querría salir de casa con solo 1º en el termómetro y una lluvia que calaba hasta los huesos cayendo sin piedad?
En la estación hizo su entrada por fin el ultimo tren de la noche,en cuanto se fuera podría cerrar las puertas e irme a uno de los que ya estaban aparcados en vía muerta a leer la novela que me había echado en la mochila y a cenar ese horrible bocadillo de pavo que me había preparado para salir de casa. Las puertas se abrieron y una chica de unos 28 o 30 años se bajo del mismo. Me llamo la atención por su vestimenta como de colegiala. Con camisa blanca y faldita de cuadros que dejaba a la vista unas pierna fuertes,bien formadas, muy deseables. Complementaba aquello con unos zapatitos de colegiala,una corbata rosa y un par de coletas que,unidas a la piruleta que lamia en ese momento le daban aspecto de ser una diablesa embutida en un traje angelical.
La verdad es que se me noto mucho el embobamiento que pille y no me di cuenta de que se iba acercando a mi sin retirar su mirada de mi hasta que estuvo a mi lado y me pregunto:
-¿A que hora cierra la estación?
-....en 5 minutos
La chica se hizo a un lado dejando salir al resto de viajeros y escuche como el convoy partía dejando la estación vaciá con mi sugerente invitada como única presencia. Ella se fue escaleras abajo y yo cerré las puertas de la estación para seguirla hasta meternos en un vagón de uno de los metros aparcados. Una vez dentro nuestras bocas se buscaron y las lenguas comenzaron un baile ritual que apenas paraba únicamente para tomar algo de aliento.
Ella al fin abandono la altura media de mi cara para ir bajando por mi cuerpo del que sin saber como había desparecido el anorak y la camisa,hasta llegar a la bragueta del pantalón que para mi respiro y el de mi miembro bajo dejando salir mi pene erecto que se sintió agradecido,a pesar de que el respiro no le duro mucho ya que enseguida fue acosado por sus húmedos labios y una lengua ataviada con un piercing en forma de bola que hacia maravillas en sus movimientos.
Con sus manos desabrocho el cinturón y el pantalón dejándolo caer pero cogiendo antes mis grilletes y enseñándomelos con una mirada picarona mientras su lengua seguía su trabajo con el miembro que sostenían sus manos.
La puse de pie y le alce las manos quitándole las esposa y encadenándola a la barra del metro quedando así totalmente expuesta a mi con lo que comencé a besarla a la vez que desabrochaba su blanca camisa y su sostén dejando al aire dos pequeños pero bien formados pechos cuyos pezones amenazaban puntiagudos al techo que me entretuve después en saborear lentamente mientras mis manos buscaban ya la humedad de su tanga y la redondez de sus nalgas y disfrutaba con sus pequeños e impacientes gemidos.
Seguí bajando por su barriguita deteniéndome en su ombligo mientras levantaba su falda plisada y la pasaba por encima de mi cabeza y empece a saborear la cara interna de sus muslos. Susss gemidos se hicieron mas fuertes y sin saber como mencontrééé aprisionado en una llave con sus muslorodeándomeee el cuello y su coñitávidooo de algo que lo saciara,frente a mi ofreciedome toda su humedad,placer al que no mresistíti hundídi mi lengua en su hinchada vagina a la vez que me levantaba del suelo con lo que la dejaba a ella en unposiciónon muy sugerente,esposada a la barra del metro y sujeta a ella solo por las manos ya que el resto de su cuerpo esta eposiciónon horizontal sujeto solo por sus piernas que estaban en mis hombros y mi lengua que estaba saboreando su sexo entre los gemidos de placer que lhacíanan arquear la espalda sobre las palmas de mis manos.
Cuando hube sentido su ya segundo orgasmos decidí que ya me tocaba a mi con lo que la deje caer poco a poco sobre mi cuerpo hasta enganchar sus muslos en mi cintura y penetrarla violentamente de un solo empujón,como por una estocada,haciendo salir de su garganta un pequeño grito entre placer y sorpresa que la hizo agarrarse violentamente a la barra del tren.
Una vez dentro y ya sin poder cortarme un pelo comencé a bombear cada vez mas fuerte mientras sentía su pelvis subir y bajar buscando el orgasmo que se produjo pocas sacudidas después y que la convulsiono dejando escapar libremente jadeos y otras palabras ininteligibles pero que me hicieron llegar al éxtasis mientras me salia de su interior y me derramaba sobre su cuerpo exhausto que se mantenía en pie agarrado por las muñecas donde los grilletes la obligaban a estar en esa incomoda posición.
Cuando me hube recuperado la libere de su prisión y la lleve a uno de los banquitos del convoy donde entre besos nos limpiamos y nos quedamos abrazados por los hombros.
-¿Cuando te apetece repetir?
-¿Cuando vuelves a tener turno en el metro?
-El sábado,pero no es a estación cerrada,me pueden llamar en cualquier momento
-Mejor....mas incertidumbre...