Noche de máscaras
Intercambio...otra noche lujuriosa de Clara
NOCHE DE MÁSCARAS
Los rostros cubiertos . Nadie conoce a nadie. Un halo de privacidad envalentona a los presentes.
Solo las parejas se conocen.
Ximo y Clara han llegado puntuales, el amigo de Ximo, con Carol, también.
Santiago guarda un secreto con su amigo, han quedado para convencer a sus respectivas parejas para acudir a una fiesta de máscaras conocida por sus excesos sexuales.
Las ganas y la excitación es mayor que el nerviosismo. No importa que las normas fueran estrictas. Solo túnicas sin nada de bajo, máscaras obligatorias y ganas, muchas ganas de dar rienda suelta a los deseos.
Deseos de ver, de ser vistos, acariciados y acariciar, y si se tercia, dejarse llevar por el sexo más desinhibido y lujurioso que uno esté dispuesto a alcanzar.
La túnica de Carol a la igual que de Clara eran ajustadas. Pegadas a la piel dibujaban los contornos de las nalgas y de los pechos. Con tacones que realzaban las figuras elevándolas al estatus del deseo más morboso.
Clara no sabía que el acuerdo de Santi y Ximo consistía en intercambiar sus parejas. Carol tampoco sabía aparentemente nada, pero sospechó que el aparente "buen rollo" y la afinidad de risas no eran tan espontáneas como pretendían aparentar, pero le iba a dar igual, esa noche no era para lucubraciones, esa noche era para tener orgasmos, y si eran con desconocidos, mejor.
Con simples apretones de manos los cuatro se dieron por presentados. Oficialmente ya no eran desconocidos aunque no vieran sus rostros ni conocieran sus nombres, eso no importaba, eran objetos de placer, nada más.
Santi, yendo al reservado invitó al grupo a ir con él, sacando una bolsita de cocaína ofreció a los presentes que éstos sin reticencias aceptaron gustosamente, una noche es una noche.
Las dos hombres se fueron a por la bebidas mientras las mujeres charlaban amistosamente, más, cuando la cocaína comenzó a hacer su efecto.
Estaban pletóricas, entusiasmadas por el momento y por el ambiente, Clara además, conociendo lo morboso que era Ximo también sentía satisfacción por cumplir los deseos de éste.
Acercando las copas, los dos hombres regresan con una más que aparente erección, Ximo se encargaría de que la noche no decayera en ninguno de los sentidos posibles, y menos, en el sexual.
Dos fuertes viagras ya estaban haciendo efecto en las pollas de los dos amigos.
Ximo levanta a Clara y dándole la vuelta le dice a su amigo que palpe el culo de su pareja, ésta, afable con el "desconocido" le ofrece su nalgas para ser palpadas con firmeza. Una contundencia que devolvió Clara tocando la más que evidente erección de Santi.
Un falo duro y grueso amenazaba a las dos mujeres que encantadas con la situación se reían a carcajadas.
Ximo se acerca a Carol y aprovechando que esta se encuentra sentada le pone su miembro a la altura de su cara, para que de forma casi espontánea la pueda tocar firmemente.
Entre palpeos, risas, alcohol y más cocaína, los momentos transcurren con un aumento incesante de la excitación.
Decidido a empezar a disfrutar Ximo agarra a Clara y despacio le sube la túnica justo para mostrar a Santi un coño con un ligero bello que invitaba a pasarle ineludiblemente la lengua.
Cómo Santi no era de hacerse rogar, se arrodilla frente a tal atributo a la feminidad y agarrando fuertemente las nalgas, mete su cara entre los labios del coño de Clara, que agradeciendo el gesto, se deja llevar y comienza a disfrutar mientras la lengua de un desconocido dibuja surcos en el clítoris y en el interior de su vagina.
Ésta agarra la cabeza del hombre y la pega más si cabe hacia su coño, abriendo más las piernas para que la lengua alcanzara más allá del interior de su vulva, logrando así, que la lengua jugará también con sus nalgas y su ojete.
Notando como las manos estrujan sus nalgas mientras una lengua húmeda y caliente se pasea entre todos los recodos de su entrepierna, Clara, disfruta con intensidad.
Carol se arrodilla frente a Ximo y junto a su marido y comienza a hacerle una profunda felación, mientras se introduce el pene, va acariciando los huevos de éste alargando la lengua a cada momento que puede sacarse el falo para pasarla por todo el rabo y el escroto.
Ximo acariciando los pechos de Carol, los deja al descubierto para que Santi viera como eran tratados con disciplina espartana.
Estrujados, aplastados y con ligeros pellizcos los pechos de Carol se iban enrojeciendo como los mofletes de una adolescente que divisa la mirada firme del chico que le gusta.
Clara alcanza un orgasmo en la cara de Santi, entre ligeros espasmos y resoplidos evidentes se corre brutalmente, y en vez de calmarla la excita más todavía, un sentimiento desconocido para ella que la lleva a rodillarse obligando a Santi a meterle la polla en la boca, para hacerle una felación memorable. Lame, pajea, manosea, incluso muerde ligeramente el rabo del hombre que resopla como un búfalo retando a un rival.
Carol levantándose y con los pechos desnudos haciendo surcos en el aire, se acomoda en el ancho sofá subiéndose la túnica y ofreciendo un culo redondo y respingón le pide a Ximo que se la meta en el culo, éste, obediente, acerca un glande húmedo por la lengua de Carol que poco a poco va desapareciendo por un ojete habituado a todas las pollas que por ahí quisiera pasar a saludar...
La otra pareja llena excitación imitan a los otros dos y colocándose a cuatro patas Clara le pide a Santi que se la folle, éste obediente como soldado disciplinado le mete el rabo de un solo golpe en el coño que provoca un gemido mezcla de placer y dolor...
Ambos hombres cubriendo cada uno un agujero distinto y agarrando las caderas como el que se agarra a la vida sobre un precipicio, comienzan a golpear fuertemente a sus respectivas nuevas amigas mientras los huevos de ambos intentan golpear la barriga de ambas...
Las embestidas se van acelerando cada vez más, todo son gritos y gemidos que inundan el pequeño reservado llevando a los dos hombres que sacando sus pollas eyaculan en las nalgas de estas mientras ambas mujeres acarician sus clítoris buscando de nuevo un orgasmo que las lleve a las puertas del Olimpo, para que los dioses griegos enloquezcan de envidia mundana...
Continuará...