Noche de luna llena2

Las noches de calor continuan

  • Si, le respondí yo.

Aunque seguía teniendo miedo de ir demasiado rápido, en el fondo era lo que mas deseaba del mundo, quedarme con Juan toda la noche. Disfrutar de todo, de la luna que aunque ya no era llena aun seguía lo suficientemente grande como para iluminar la noche, del amanecer y de su compañía.

Antes de que pudiese darme tiempo a reaccionar, justo un segundo después de haber dicho ese si, Juan me cogió de la cintura, me levantó del suelo y empezó a dar vueltas. Estaba feliz consiguiendo lo que quería.

Yo aún seguía envuelta en la toalla cuando paró y me dejó de nuevo en el suelo.

  • Espera un momento, me dijo.

Se separó de mi. Volvió a extender la manta en el suelo que había quedado arrugada mientras dábamos vueltas y me dijo que me tumbase a su lado. Lo hice, me tumbé boca arriba, mientras él se ponía de lado, viéndome, con un codo apoyado en la manta y la cabeza sujeta por la mano.

  • La hoguera aún no se ha apagado, no vas a tener frío así que dudo que necesites la toalla.

  • Tienes razón. Me ayudas¿?

Juan se sentó para tener las dos manos libres para poder sacarme la toalla.

  • Gracias, le dije yo.

  • Eres tan bonita, me dijo él, que me muero de ganas de volver a besar esos labios una y otra vez.

  • Esperas mi aprobación para hacerlo¿?

  • La verdad es que no.

Y se acercó. Yo seguía tumbada boca arriba y Juan me acariciaba la cara con su mano mientras cada vez acercaba sus labios mas y mas a los míos. De su pelo suelto caían unas gotas de agua salada y una de esas gotas cayó junto a mis labios. Juan se acercó mas y sacó su lengua para chupar ese poquito de mar que había en mi cara y justo después aprovechó para volver a besarme.

Primero lentamente, dejando que nuestros labios se rozasen solamente. Poco a poco fue subiendo la intensidad. Mi boca se abrió para recibir su lengua. Este chico era adictivo. O al menos sus besos lo eran porque cuanto mas me besaba mas quería sus besos.

Nuestras lenguas se encontraron, se acariciaron, se unieron en un baile dentro de nuestras bocas. Los besos eran cada vez mas intensos. Y a ese baile de nuestras bocas se unieron las manos. La suya bajaba por mi cuello, por mi hombro directa a mi pecho. La mía bajaba de su cuello por su espalda directa a su culo. Juan no dudó en meter sus dedos bajo mi bikini y yo no dude en meter mi mano bajo su bañador.

No podíamos ni queríamos parar lo que habíamos empezado al menos de momento.

Juan empezó a acariciarme el pecho, primero lo cogió con su mano, después trazaba círculos con un par de dedos alrededor de mi pezón, que en esos momentos, debido a la caricias y a la excitación, empezaba a ponerse durito, muy muy durito.

Juan mordió mi labio inferior antes de comenzar todo un recorrido de besos. Dejó mis labios para besarme, la cara, la barbilla, bajó por mi cuello y se detuvo en ese pequeño hueco que se forma justo cuando acaba el cuello y antes de empezar el pecho, junto a la clavícula. Mmmmmm, acaso sabia él que tanto el cuello como ese hueco es uno de mis puntos débiles¿? Me encanta que me besen ahí pero él no lo sabia, o si¿? Acaso era capaz de leerme la mente¿? En realidad, la respuesta era muy simple. Con sus besos estaba consiguiendo que de mi boca saliese algún suspiro y pequeño gemido y Juan sólo tenía que escucharme para saber que lo que hacía me estaba excitando mucho. Mientras, su mano pellizcaba suavemente mi pezón.

No se cuanto tiempo pasó hasta que Juan separó su boca de mi piel, me miró a los ojos y me dijo.

  • Quiero besarte más, quiero chupar, lamer y saborear ese pecho que aún sin verlo me está volviendo loco, quiero morder tus pezones duritos por mis caricias, quiero jugar con tus tetas, acariciar cada una con una mano,

besarte el canalillo que se forma al juntarlas, quiero, quiero......uffff, déjame quitarte la parte de arriba del bikini, por favor.

No le dije nada, pero supo que era un sí cuando me levanté lo suficiente para que pudiese soltar la lazada que sujetaba el bikini en mi espalda y en mi cuello.

Y poniéndose encima mía, literalmente, sentado en mis piernas y con las suyas a ambos lados de las mías, hizo todo lo que antes había dicho. De mi boca cada vez salían mas gemidos. Yo me dejaba hacer mientras  una de mis manos se enredaba en su pelo.

Cuando no había dejado ni un solo milímetro de mis tetas sin recorrer con sus labios y con su lengua, siguió bajando hacia mi ombligo. Besó mi barriga y recorrió todo el borde de la braguita del bikini con su lengua. Mientras lo hacía yo levanté la cabeza para verlo y nuestros ojos se encontraron una vez mas.

Sus manos se detuvieron junto a  los nudos que sujetaban esa braguita y empezaron a bajarla.

  • Juan, no. No sigas.

  • No me detengas ahora, por favor. Déjame verte sin ropa, es lo que mas deseo en el mundo. Te prometí que no haría nada que no quisieses y pienso cumplirlo pero desde el primer momento que te vi, quise verte desnuda, quise tenerte entre mis brazos, quise estar como estamos ahora, he soñado con este momento y se que tu también lo has hecho y que lo deseas tanto como yo.

Déjame acariciarte, déjame que te haga sentir como nunca lo has hecho, déjame que te bese cada rincón de tu cuerpo, déjame que te haga disfrutar. Yo no voy a pedirte nada a cambio. Y pararé cuando tu quieras que lo haga. Pero no me pidas que no te desee ni que desee llegar hasta el final porque eso no puedo.

Mírame a los ojos y dime si crees que puedes confiar en mí.

Y le vi. Esos preciosos ojos azules, los mas bonitos que había visto en mi vida, me decían que si, que nada iba a ir mal. Pero sin quererlo, recuerdos amargos aparecían en mi mente recordándome que yo confiaba en la gente y que al final me hacían daño. Porque Juan iba a ser la excepción¿?

  • Juan, yo....

  • Déjate llevar, Andrea. Déjame hacer cada cosa de las que te dije antes. Disfruta conmigo como lo estabas haciendo hasta ahora. Tus ojos me dicen que en algún momento de tu vida alguien te hizo daño pero confía en mi. Gocemos juntos de esta noche, del fuego, de la luna y las estrellas, de ti, de mi. Olvídate de todo.

Solos tu y yo. Dime que si, por favor.

-.......

Mi corazón quería decirle que si. Quería decirle que yo también lo deseaba y deseaba llegar al final. Quería decirle que quería disfrutar de la noche y de todo tanto o más que él pero mi cabeza decía todo lo contrario.

Otra vez Juan parecía leer mi mente.....

  • Déjate llevar, Andrea. Hazle caso a tu corazón. Disfruta del momento sin pensar en el pasado ni en el futuro, sólo en el presente, en el ahora que estamos viviendo juntos.

Y le hice caso cuando el deseo pudo a la razón. Y mientras Juan esperaba que una respuesta saliese de mi boca yo hice algo diferente. Agarré su cara con mis manos y acerqué mis labios a los suyos y le besé.

Le besé como no lo había hecho antes. Fue un beso apasionado y muy caliente. Nuestras lenguas se juntaron una y otra vez en nuestras bocas durante mucho tiempo.

Cuando nos separamos, me puse en pie mientras Juan aun permanecía sentado encima de la manta. Me coloqué frente a él y sin darle tiempo a pensar que estaba haciendo, empecé a deshacer la lazada del lado izquierdo de la braguita del bikini. Cuando se soltó hice lo mismo con el lado derecho y cuando ésta también estaba deshecha, me la quité quedando totalmente desnuda delante de Juan.

  • Eres preciosa, me dijo.

  • No me digas esas cosas que me da vergüenza

  • Porque¿? No estoy mintiendo y es lo que pienso pero sabes que¿? que no es justo que tu estés desnuda y que yo aún tenga alguna prenda de ropa. Me ayudas¿?, me dijo mientras se puso en pie.

Me acerqué a él y mis manos fueron directamente al borde de su bañador. Agarré con mis manos los cordones que lo sujetaban y como hiciera con mi bikini hacia unos minutos, deshice la lazada. Aflojé un poco y metiendo lentamente mis manos por los bordes tiré hacia abajo ayudándolo a caer. Todo esto mientras nos besábamos una y otra vez y las manos de Juan acariciaban mis tetas suavemente.

Cuando el bañador cayó y Juan se lo quitó levantando los pies, no pude evitar separarme un poco para verlo bien, de arriba a abajo y para ver las zonas de su cuerpo que antes el bañador no me permitía observar.

Juan se dió cuenta y poniendo una pose muy graciosa me dijo

  • Y bien¿? Que te parezco

  • Ummmmmm, no está nada mal, le contesté yo, mientras me reía

  • Que no está mal¿? Jajajajajajajaja. Reconoce que te mueres por mi cuerpo

  • Oyeee, tu no tienes modestia, verdad¿?

  • Modestia¿? no se que es eso. Ven aquí, me dijo mientras me agarraba por la cintura para pegarme a él, que me muero por continuar con lo que estábamos haciendo antes.

Sus manos recorrían mi cuerpo y las mías no se quedaban atrás recorriendo el suyo. Mientras él acariciaba de nuevo mis tetas, mi mano se dirigió a su entrepierna. Su polla estaba grande y dura, muy dura. La agarré con mi mano derecha y empecé a acariciarla, recorriendola de arriba a abajo. Una y otra vez. De vez en cuando me detenía en su punta para recorrerla formando círculos con uno de mis dedos. No tardó mucho en estar suave debido al pre que comenzaba a salir de ella. Mojé uno de mis dedos y me lo llevé a la boca.

  • Mmmmmmmmm,

  • Te gusta, me dijo.

  • Mucho y eso hace que quiera mas. Túmbate, por favor.

Y así lo hizo. Juan se tumbó boca arriba esperando a comprobar lo que quería hacer pidiéndole eso. Me tumbé sobre él, le volví a besar, probando así su sabor en mi boca y comencé a descender por su cuerpo sin dejar de besarle la piel por la que pasaba camino a mi objetivo. Objetivo que mi mano había vuelto a acariciar desde que me coloqué sobre él.

Besé su ombligo, su barriguita y ..... mi boca llegó junto a su polla. Saqué mi lengua y recorrí su punta haciendo círculos tal y como había hecho antes con mi dedo.

  • Mmmmmmm, fue lo único que salió de su boca.

Ese sonido me dió pie a continuar. Recorrí toda la polla llenándola de besos al bajar y lamiéndola al subir mientras la seguía sujetando con mi mano. Besé sus huevos e incluso en alguna ocasión los metí en mi boca para chuparlos un poquito y volví a lo que más me gustaba.

No tardé en meterme la punta en mi boca. Sólo un poquito para chuparla bien y limpiarla de todo pre, sustituyendo éste por mi saliva. Metía un poquito mas y volvía a sacarla, otro poco mas que antes y volvía a sacarla. Así hasta que la metí toda en mi boca.

  • Mmmmmm, no pares Andrea, por favor. Me gusta demasiado lo que estás haciendo.

Esa idea no había pasado en ningún momento por mi cabeza. Ahora que había empezado el juego, quería llegar hasta el final. Quería comprobar a que sabía su leche en mi boca. Quería todo eso y mas.

Y seguí metiéndomela en la boca una y otra vez y seguí recorriendola de la base a la punta con mi lengua y seguí agarrándosela con mi mano y seguí y seguí y seguí.....

  • Andrea, si sigues así vas a hacer que me corra...

Ese era mi objetivo así que no paré...

  • Me corro, Andrea, me corroooo......aaaaaaaa.......(mmmmm, ufffff)

Y  varios chorros de leche calentita cayeron en mi boca... Mmmmmmm, estaba muy rica....Y eso hizo que no parase de lamer y chupar su polla para dejarla bien limpia. Cuando su orgasmo cesó y su cuerpo empezó a relajarse, acerqué mi cara a la suya. Y nos besamos.

  • Gracias.

  • Gracias?? le dije yo

  • Siii, gracias por dejarte llevar, por no haberme detenido antes y por hacerme pasar el mejor de los momentos.

  • Mmmmmmm, me alegra que te haya gustado.

  • Me ha encantado pero sabes que¿?

  • que¿?

  • Que ahora es mi turno y quiero hacerte disfrutar como nunca antes lo hayas hecho.

Y antes de que pudiese decir nada, Juan me besó y .......