Noche de luna llena

Demasiado calor para conciliar el sueño, un baño en la playa sera lo mejor

Era una noche de julio, hacia un calor insoportable. El reloj de péndulo que tenía en el salón empezó a dar las horas. Tom, tom, tom. Ya eran las tres de la mañana!!!.

Hacía mas de una hora que estaba en cama y era incapaz de conciliar el sueño. Demasiado calor para poder hacerlo!!! Así que, después de dar mil vueltas en cama, decidí levantarme y hacer algo para aprovechar lo que quedaba de noche.

Un baño en la playa era una buena idea, además seguro que iba a estar sola..así que, abrí mi armario, me puse un bikini, un pantalón corto y una camiseta. Cogí una mochila, metí una toalla, el mp4 y un par de cosas más y salí de casa.

Mi idea era coger el coche para ir hasta la playa, pero la descarté cuando vi que la luna llena iluminaba todo como si fuese de día. Así que, me fui al garaje y en vez del coche lo que cogí fue la bicicleta. ¿¿¿Que mejor momento que ese para estrenar la bici que días antes había comprado???

El camino no era muy largo, en unos minutos estaría en la arena.

Me puse el casco, me subí a la bici y me fuí.

No me equivocaba, cuando llegué a la playa, no había nadie, ni siquiera me había encontrado con gente por el camino. Dejé la bicicleta en un sitio destinado para ese fin y me fui por la arena a un sitio muy cerca del mar. Estiré la toalla y me tumbé boca arriba.

""" Esto es el paraíso!!!"""", pensé. Desde esa posición, veía miles de estrellas en un cielo despejado y escuchaba como las olas del mar chocaban contra unas rocas próximas a donde me encontraba. Me incorporé un poco y vi como la luna se reflejaba en el agua del mar. Éste no estaba muy picado pero si que había unas buenas olas. Y aunque se estaba mejor que en casa, así a todo hacía calor.

Tenía todo el tiempo del mundo así que cogí el mp4 de la mochila y me puse a escuchar un poco de música mientras me volvía a relajar tumbada en la toalla. Y tanto me relajé que por un momento me quedé dormida.

Había pasado una hora cuando me desperté...uummmmm, que bien había dormido!!!! Lo que mas me apetecía era darme un baño, la noche había refrescado pero no lo suficiente. Así que me quité el pantalón y la camiseta y corriendo me fui al agua.

Un pequeño grito salió de mi boca cuando el agua del mar tocó mi piel. Estaba fría!!!

Al momento me reí, menos mal que no había nadie cerca para escucharme gritar. Jajajajaja.

Cuando me acostumbré a la temperatura me sumergí completamente. Definitivamente no había nada mejor que bañarse de noche. Empecé a nadar sin darme cuenta que cada vez me iba adentrando mas y mas. Cuando quise darme cuenta estaba lo suficientemente lejos como para que me costase volver sin acabar cansada. Nunca había nadado tan mar adentro como esta vez.

Pero de nada valía agobiarse, así que decidida a tomármelo con calma, empecé a nadar despacio hacia la orilla.

Pero con lo que no contaba era que las olas no me iban a ayudar a conseguir mi objetivo. El mar estaba algo mas picado y había resaca así que no avanzaba todo lo que debería. Empecé a ponerme nerviosa, estaba muy cansada y aún me quedaba mucho para llegar. Cada vez estaba mas agobiada, mas exhausta. Los brazos y las piernas ya no me respondían y no avanzaba.

Cuando creí que nada bueno me podía pasar, cuando ya pensé que cabía la posibilidad de que muriese ahogada, apareció él. Mi ángel!!!!! Supe que era un chico al escuchar su voz cuando se acercó a donde me encontraba tumbado sobre una tabla de surf.

  • Estás bien?? me dijo. Llevó un rato observándote y creo que necesitas ayuda.

Yo no pude contestar, estaba a punto de quedarme inconsciente y el tampoco necesitó que yo le hablase. Cuando quise darme cuenta estaba encima de la tabla rumbo a la orilla. Al llegar, me ayudó a ponerme en pie.

  • Puedes caminar???, dijo.

  • Creo que sí, contesté yo.

  • Pues venga, que yo te ayudo a llegar a la toalla. Por cierto, me alegra saber que hablas que antes no me has dicho nada.

En nada estaba sentada en la toalla con ese chico de pie a mi lado, estaba cansada y muy nerviosa y no me apetecía quedarme sola.

  • Te importa quedarte conmigo un rato, le dije.

  • Claro que no, me contestó. Me quedaré todo el tiempo que necesites. Por cierto, mi nombre es Juan.

  • Yo soy Andrea.  Gracias por ayudarme, estoy segura que sino hubieses aparecido no habría sido capaz de llegar a la orilla.

  • Sabes que?? que yo también me alegro de haber aparecido. Me sentaré a tu lado si quieres, pero antes me quitaré el traje que

es muy bueno para surfear pero incómodo cuando sales del agua.

Antes de que pudiese contestar, ya se lo estaba quitando enseñando la parte superior de su cuerpo primero y poco después sus piernas, quedándose solo con un bañador.

Y fue cuando se sentó cuando pude comprobar que era muy guapo. Tenía el pelo un poco largo y al estar mojado las gotas le resbalaban por su pecho y espalda, etc.....

  • Bueno, dime, que hacías a estas horas bañándote?? me preguntó

  • Pues supongo que lo mismo que tú. En resumen, no podía dormir y pensé que venir a la playa y darme un baño era una buena idea para luchar contra el calor y que mejor que una noche de luna llena para hacerlo. Y tu¿?

  • Yo vengo todas las noches aquí. No duermo mucho así que me suelo levantar temprano, hago un poco de surf si el mar me lo permite y veo el amanecer. Así se que voy a tener un buen día porque no existe una mejor manera de empezarlo, no crees???

  • Lo creeré cuando vea el amanecer y empiece mi día

  • Ummmmm, no falta mucho para que se despierte el día y me caes bien, así que si te portas bien dejaré lo veas conmigo. Jajajajajaja

Dios, me encantaba su sonrisa!!!!! Era contagiosa así que no pude evitar sonreír con él mientras le decía..

  • Intentaré ser una buena chica. Aunque ya veo que cuando repartieron la modestia tu no estabas presente, eh¿?

  • Modestia¿? que es eso¿? Jajajajajaja

En ese momento, viéndolo reír, supe que podría estar todo el tiempo del mundo con él sin necesidad de decir ni hacer nada. Sólo con su presencia bastaría.

Y el tiempo pasó, y hablamos de mil cosas, de la playa, de nuestros trabajos, de nuestras aficiones, etc... Y llegó el amanecer. El cielo empezó a clarear poco a poco y el sol empezó a asomar por la cima de una montaña. Y cuando eso ocurrió, pude ver bien como era Juan y pude ver los ojos mas azules que había visto nunca.

Y allí estaba yo, embobada viéndolo cuando me dió un pequeño empujón chocando su hombro contra el mío y me dijo.

  • Te invito a desayunar. Vale¿?

  • Gracias, estoy hambrienta.

  • Lo se, me lo acaban de decir tus tripas. Jajajajaja. Venga que te ayudo a recoger las cosas. Mi casa está aquí cerca.

Recogimos todo y nos fuimos. En un par de minutos estaba ante una casa pequeña pero muy acogedora.

  • Bienvenida a mi guarida, dijo

  • Todo un honor.

  • Siéntate ahí mientras me doy una ducha y lo preparo todo, me dijo señalando a un sofá que se encontraba en el salón y disfruta de las vistas.

Y que vistas!!! Desde esa ventana podía ver el mar, la playa y las montañas a lo lejos. No se cuanto tiempo estuve alli, pero se que fue un buen rato porque me di la vuelta al escuchar la voz de Juan que me decía....

  • Ya casi está todo preparado, puedes darte tu también una ducha si quieres mientras acabo.

  • Sería perfecto, le dije.

Juan estaba mas guapo si cabe, con su camiseta blanca, sus pantalones pirata y su pelo mojado cayéndole sobre los hombros.

Cuando salí de la ducha y me dirigí al salón, no me podía creer lo que estaba viendo. Había una fuente con mucha fruta, tostadas, zumo, café y una pequeña fuente de chocolate derretido.

  • Ummmmm, que rico se ve todo!!! Así es como empiezas tu el día???

  • Bueno, me gusta la fruta y el café pero no sabía lo que te gustaba a ti, así que....

  • Muchas gracias, de verdad.

Y ahí empezamos a desayunar, comí  sandía, plátano, fresas y kiwi, algunos cubiertos de chocolate. Estaba buenísimo!!! También me tomé un zumo de naranja recién exprimida y un pequeño café. Mientras, Juan se untaba una tostada con mantequilla y mermelada.

Y hablamos y reímos y disfrutamos de la compañía mutua.

Pero llegó la hora de despedirse. Juan tenía que ir a la tienda donde trabajaba y yo tenía que volver a casa. Me acompañó a la puerta y me dió dos besos y después de intercambiarnos los teléfonos y de darle las gracias por el manjar. Me fui.

De camino a casa empecé a pensar que nada había sido real, que todo había sido un bonito sueño. Pero no podía dejar de sonreír.

Cuando abrí la puerta y guardé la bicicleta, sonó un mensaje en mi móvil. Era de Juan.

""" ¿¿¿ Te apetece quedar esta noche ??? ""

Me hizo mucha ilusión ver el mensaje de Juan. Entré en casa y volví a leerlo para comprobar que era verdad y que mi imaginación no me había jugado una mala pasada.

"" Te apetece que nos veamos esta noche???""

No tardé nada en contestarle. ""Claro que si, donde quedamos¿?""", le escribí yo en el whatsapp. Al poco tiempo, mi móvil comenzó a pitar anunciando que tenía un mensaje nuevo.  "Tengo algunas cosas que hacer antes así que si te parece bien podíamos quedar a las 12 en la playa"". ""Perfecto"", le contesté yo. ""Ok, entonces hasta esta noche"".

Desde ese momento no pude dejar de sonreír. Ese chico tenía algo que me atraía mucho. Nunca me había pasado algo así. Supongo que la forma en la que nos conocimos tuvo algo que ver.

El tiempo pasaba muy lentamente. Estaba deseando que llegasen las 12 pero aun faltaba mucho para eso así que decidí entretenerme haciendo cosas. Me fui de compras por un mercadillo que organizaban unos amigos para recaudar dinero. Entre bromas y risas la tarde fue pasando. Al final, para colaborar me había comprado un vestido blanco muy de verano que con solo verlo había decidido que sería lo que me pondría esa noche. Era un vestido muy sencillo, ajustado en el pecho y flojo el resto, largo hasta el suelo y con solo una tira para sujetarlo con una lazada en el cuello.

Corriendo me fui a casa, tenía que cenar algo y me apetecía darme una ducha relajante antes de salir hacia la playa. Y eso fue lo que hice. Algo sencillo para cenar, una ensalada y un buen baño bajo un chorro de agua casi fría. Ummmmm, me encantaban el agua fría los días de mucho calor. Cuando salí de la ducha tenia un mensaje de Juan. "" Tengo ganas de que sean las doce"". ""Ya falta poco. Tengo que llevar algo¿?"", le contesté yo. ""UUmmm, sobre todo ponte algo cómodo y el bañador. Eso ultimo si quieres, claro. Jajajaja"".

Me puse un bikini bajo el vestido, unas sandalias y cuando faltaban 15 minutos para las doce, salí de casa. La playa no quedaba muy lejos así que no iba a llegar tarde a mi cita. Cuanto mas cerca estaba mas nerviosa me iba poniendo.

La luna, que estaba casi casi llena, volvía a iluminar la noche. Cuando llegué me quedé impresionada. Juan se encontraba de pie junto a una hoguera que había encendido en la playa. Iba vestido con unos pantalones pirata y una camisa. Estaba muy guapo. Al lado de la hoguera una manta extendida sobre la arena con una cesta llena de fruta y un termo.

  • Hola, guapa..., me dijo antes de darme dos besos. Estás preciosa con ese vestido.

  • Hola. Muchas gracias por el piropo. Que tal¿?

  • Pues mejor desde que has llegado.

  • Oohh, gracias. Que bonito todo esto.

  • La verdad es que llevo un buen rato aquí preparando la hoguera y demás. Nos sentamos¿?

  • Claro. Y dime, que tal tu día¿? le dije cuando ya estábamos cómodos encima de la manta.

  • Pues un poco lo de siempre. Aunque hoy he estado entretenido pensando que hacer esta noche. Organizándolo todo.

  • Pues sabes que¿? Que me encanta. Adoro el fuego, podría estar horas frente a una hoguera. Y adoro el mar. Así que una hoguera en la playa es la mejor manera de unir dos elementos tan distintos.

  • Me alegro que te guste. Y tu día que tal¿?

Más o menos le fui contando lo que hice durante el día. Le conté lo del mercadillo, la forma de recaudar dinero para los mas necesitados, etc etc..... Juan no dejaba de mirarme mientras yo hablaba. Hasta parecía interesarle todo lo que yo le decía.

-Dime, te apetece que nos demos un baño¿?

  • Claro que si, le dije yo

  • Pues vamos

En poco tiempo, estábamos dentro del agua. Esta vez por precaución evité meterme mas adentro de donde hacía pie. Nos mojamos, nos echamos agua, nos perseguimos nadando para hundirnos mutuamente. Incluso Juan propuso que algún día podía enseñarme o al menos intentarlo, a practicar surf.

"Pobre, se nota que no conocía lo desastre que soy"".

No se cuanto tiempo pasó hasta que salimos del agua y volvimos a la manta. La noche había refrescado un poco.  Juan cogió un par de toallas para secarnos.

  • Ven, acércate que te ayudo.

Di unos pasos hasta estar frente a él. Juan me rodeó con la toalla y con mucha delicadeza empezó a secarme las gotas de agua que caían por mi cara. Por mi cuello. Por mi pecho...... Agarró la toalla y tiró un poco de ella acercándome aun mas a él. y cuando ya estaba casi pegada a su cuerpo, acercó su cara a la mía y me besó. Fue un beso dulce. Se separó lo justo para mirarme a los ojos como pidiéndome permiso para volver a hacerlo. Mis ojos le dijeron un si. Y volvió a besarme, esta vez mas intensamente. Nuestros labios se juntaron, nuestras lenguas se entrelazaron y mientras sus manos se colocaban en mi cintura las mías se posaban en su pecho.

Juan ya no sólo era guapísimo, simpático y divertido. Ademas me besaba como nadie antes lo había hecho. Acaso no tenía defectos¿?

No se cuanto tiempo pasó mientras nos besamos. Podían ser segundos, minutos u horas. Para mi el tiempo se había detenido.

Me desperté del sueño cuando Juan se separó de mi y me dijo:

  • He traido un termo con chocolate para tomar juntos y un poco de fruta también.

Y  acercando su boca a mi oreja, me susurró

  • Quédate esta noche conmigo y desayunemos juntos.

No sabía que contestar, me apetecía estar con él toda la noche pero por otra parte, tenía miedo de ir demasiado rápido. Juan pareció leer mi mente, como si estuviese dentro de mi cabeza escuchando lo que yo pensaba porque antes de que contestase me dijo:

  • No te preocupes por nada. Sólo quiero estar contigo, sólo eso. Me siento muy a gusto cuando estoy a tu lado y no va a pasar nada que no quieras que pase. Confía en mi.

Por favor, quédate.

Le miré a los ojos y sonreí.

  • Eso es un si¿?