Noche de lujuria con Federico

Decidí tener sexo con él una noche en la que lo desvirgaría y de la cual no pudiera olvidarse en su vida.

Cierto día, aproximadamente un año atrás, por curiosidad, me suscribí a una página de contactos gay de habla hispana, para dejar mi identidad protegida, elegí un nombre y una ciudad cercana a la que vivo falsos, salvo esos datos, todos los demás que figuraban en mi perfil coincidían con los míos.

Al cabo de unos días recibí un e-mail de alguien que vivía en un pueblo muy cercano al que yo había elegido como supuesto lugar de residencia, el que lo escribía decía ser un joven de 18 años que tenía una basta experiencia sexual con mujeres pero su fantasía era practicar sexo con un hombre y le pareció, que yo podría ser quién lo iniciara en estas lides, cumplía ciertos requisitos que, según Federico, así dijo llamarse, pretendía que se cumplieran, para salvaguardar su reputación ya que vive en un pueblo pequeño donde todo se sabe muy rápidamente.

Mantuvimos un contacto frecuente por medio del msn, nos describimos físicamente, nos fuimos conociéndonos algo más, pero solo en el ámbito físico y de las fantasías de cada uno, nuestras aspiraciones o valores más profundos quedaron totalmente de lado. Un día quedamos en encontrarnos en su pueblo , en la plaza, había descripto la ropa que llevaría puesta y yo el coche con el cual acudiría a la cita.

Antes de emprender el viaje intenté una comunicación para no viajar en valde los 100 km que separan un pueblo del otro pero no obtuve respuesta, por lo que desistí de ir y fue el último contacto que tuve con Federico hasta hace muy poco tiempo.

Como sabrán muchas veces nos quedan en la libreta, las direcciones de contactos ocasionales de personas a las cuales hemos olvidado y éste fue, para los dos, uno de esos casos.

Estando cierto día conectado al msn entró al chat este joven, me preguntó quién era yo y luego de intercambiar algunas frases pudimos ubicarnos mutuamente.

En ese momento Federico estaba viajando con su novia y una amiga rumbo a un lugar turístico cercano donde pasarían el fin de semana, al momento, su novia y la amiga viajaban en el asiento de adelante, Federico en el asientro trasero había entrado al chat un poco aburrido de la conversación de las mujeres.

Una de las primeras cosas que pregunté fue si en ese período de tiempo en que habíamos perdido el contacto había tenido sexo con algún hombre, me contestó que algo de eso había pasado, cierta noche, con el chofer de su padre, que lo llevaba de un pueblo al otro, terminaron en un manoseo y sendas masturbaciones pero que la cosa no había pasado de allí.

Eso despertó mi morbosidad, le solicité que describiera físicamente al chofer, así lo hizo, un hombre de algo más de 30 años blanco de pelo negro, muy velludo, como a mi me gustan, ojos claros, muy calentón y que si no pasó nada más fue porque a último momento Federico no se atevió a llegar hasta las últimas consecuencias con una persona de su entorno tan cercano.

Propuse entonces un encuentro entre los tres ya que la descripción que había hecho del chofer me había excitado, Federico me dijo que tsal cosa no sería posible ya que el chofer se encontraba en su provincia natal, muy lejana a la nuestra, de vacaciones.

Decidí excitarlo, comencé a describirle, con voz un poco ronca, cómo me encontraba, qué ropa tenía puesta, cómo tenía de morcillona la verga, etc. Sin dudas fui logrando, de a poco, el objetivo, lo noté por sus respuestas, eran apresuradas, con errores propios de la ansiedad, me percataba que había olvidado completamente que estaba a mitad de un viaje en un automóvil conducido por su novia.

Seguimos en el chat un buen rato, lo notaba cada vez más excitado, sus respuestas eran tan incoherentes como instantáneas, había que adivinar lo que quería expresar, en un determinado momento me comunica que lamentablemente debería desconectarse porque habían llegado a destino y debían registrarse en el hotel, nuestro contacto finalizó aproximadamente a las 4 pm, yo segui conectado aunque haciendo mi trabajo habitual en el ordenador.

Cual no sería mi sorpresa cuando, aproximadamente a las 7 pm, estaba nuevamente en el msn, me comentó que luego de registrasse habían bajado a la piscina, pero su cabeza seguía junto a mí, por lo tanto había dejado a su novia y su amiga en ella y subido a su habitación para retomar el contacto.

Lo primero que me dijo es que estaba totalmente seguro que me encontraría, que ese fue el motivo que lo llevó a abandonar la piscina y sus acompañantes, entonces decidí posponer lo que estaba haciendo y centrar toda mi atención en la comunicación con el objetivo preciso de calentar hasta donde fuera posible a este joven inexperimentado.

Empecé a relatarle que cosas me gustaban hacer y que me las hicieran en una relación sexual, Federico sin duda estaba poniéndose cada vez más cachondo, para que se pusiera aún más, comencé a decirle qué le haría si en ese instante estuviéramos juntos.

Primeramente le pregunté que ropa tenía puesta y comencé a decirle cómo se la sacaría, comencé por la camiseta, le hice notar que estaba algo húmedecida por el traje de baño que tenía puesto, se le pegaba a la piel, estaba fría como consecuencia del aire acondicionado encendido, que se la tocara y tomara conciencia de ella.

Seguí diciéndole:

Te tengo acostado en la cama boca arriba y estoy acostado encima de ti, te chupeteo la oreja, vos suspirás porque te recalienta que te la chupen, con una mano levanto los pelos cercanos a las orejas, endurezco la lengua y cual la punta de una verga,la introduzco dentro de la oreja, hace ruido, en tus oidos ese ruido se siente amplificado, te calientra.te removés debajo mío, pero te resulta imposible salir de esa posición, porque tenés todo el peso mío, caliente,encima de ti, o porque la voluntad comienza a abandonarte.

Decime más!!

Sentís mi verga totalmente empalmada sobre la tuya, entre las dos están las telas de mis jeans y tu traje de baño mojado, las telas están tibias por el contacto con las vergas, no me podés tocar porque te sostengo los brazos extendidos hacia arriba, tengo a la altura de la boca tus sobacos y me interno en la pelambre de ellos, el olor es un tanto acre.

Por favor seguí!!!!!

Tomo tu camisetapor los costados con ambas manos y lentamente te la levanto mientras juego con la lengua en tu ombligo, actúa como un coño, meto mi lengua dura en esa depresión, ahora juego moviendo rápidamente la punta cual una serpiente, siento tu pija aprisionada por mi pecho, huele bien.

Dale que me gusta!!!!!!!!!!

Ahora ya la camista está por encima de tus pectorales y me entretengo mordisqueándote las tetillas que están totalmente duras como pidiéndome que les de calor con mis gruesos labios, con las manos te sobo los sobacos, mis piernas se entrelazan con las tuyas y ambos sentimos las respectivas porongas friccionándose como si fueran dos rodillos de una máquina a toda marcha.

Por favor qué más??????????

Te saco la camiseta mientras te chupo el cuello, sobre todo al lado de la nuez de Adán, mientras con las manos te sujeto la cabeza para no permitirte movimientos, vos suspirás cada vez más fuerte, se te escapan algunos gemidos, pero no podés tocarte la pija.

Siiiiiiii!!!!!!

Te quito de a poco, con los dientes y la ayuda de las manos, el traje de baño y tu pija comienza a asomar por arriba de la cintura del mismo, juego con ella, la pongo en la boca, te chupo el glande, está húmeda y babosa, no da más, está esperando lograr el protagonismo que le corresponde

No puedo más!!!!!!!!!

Ahora ya estás denudo, meto tu pija completa en la boca, sentís el calor de mi garganta cubriendo tu verga palpitante, vos movés las caderas de arriba para abajo y estás por venirte, me querés acariciar la cabeza, no te permito

Seguíiiiiiiii

Te dejo la poronga para que no acabes y comienzo a lamerte las piernas, te obligo a que te des vuelta, ahora estoy arriba tuyo, con la lengua juego en tu cuello mientras mi verga se acomoda en la raja, entre tus nalgas

No puedo más hijo de puta!!!!!!!!!!!

Ahora bajo lentamente con la boca por la columna vertebral y me detengo a la altura de tu cintura mientras con las manos juego con tu pija que está aprisionada entre vos y el colchón

No puedo mas!!!, dame tu teléfono necesito oir tu voz, no importa tu aspecto estoy re-caliente!!!!!!!!!!!!!!!!

0761-25-3849

Al momento sonó el teléfono móvil que lo tenía al lado del ordenador pero decidí no contestar y me desconecté del msn

Pasaron unos minutos, nuevamente sonó el teléfono, no contesté tampoco.

Al cabo de un rato, en el correo electrónico, aparece un mensaje suyo con una foto de su rostro, me deleité mirándola. Tenía ante mí la imagen de joven de cara angulosa y mentón promimnente, de esas que serán espléndidas cuando tenga un poco más de edad, ahora todavía los rasgos aniñados son un tanto incongruentes con las líneas tan netas que están apareciendo en sus facciones.

Respondí al correo diciéndole que esa noche a la medianoche lo esperaría nuevamente en el msn, a esa hora no se conectó, nunca le pregunté porqué no lo hizo, no tuve tiempo.

Pasado el fin de semana nos volvimos a comunicar por el correo electrónico y quedamos en encontrarnos en su pueblo, pero ya no en la plaza como habíamos pactado la vez que no se concretó la cita, sino al costado de la carretera en el acceso a la pequeña ciudad, ya que le dije que, al momento de llegar, tendría puesto un pasamontañas, solamente me reconocería por la marca, el color y el número de la patente del automóvil y así ocurrió.

Debo reconocer que no me gustan tanto los jóvenes de corta edad y además nunca había iniciado a nadie, prefiero a jóvenes, o no tan jóvenes, experimentados donde los dos disfrutemos hasta el cansancio sin tener necesidad de enseñar nada, prefiero que me sorprendan, pero Federico, no se la razón, había despertado en mi instintos ocultos, fue por eso que decidí hacerlo del modo en que lo cuento.

Tenía preparada en el coche una venda de seda negra junto con otros adminículos utilizados para juegos sexuales que la intuición me decía que los necesitaría. Una vez llegado al lugar convenido abrí la puerta y una vez que Federico estuvo sentado junto a mí, le cubrí los ojos con la venda que traía preparada, lo hice agachar para que no se lo viera desde fuera, recostó su cabeza en mi regazo y yo seguí conduciendo, ya sin el pasamontañas para no llamar la atención, rumbo a un hotel por horas.

En el camino, la respiración de Federico sobre mi entrepierna, me comenzó a poner cachondo, hasta ese momento venía ansioso, curioso por lo que pasaría pero no cachondo, me di cuenta que la mente la tenía solamente en el calor de su respiración sobre mi pija y ella, cual masa con levadura que necesita algo de calor para crecer, comenzó a despertar.

Debí hacer esfuerzos para mantener algo de atención en la conducción del coche, afortunadamente la noche era clara por la luna llena que se mostraba esplendorosa y la carretera por la que transitábamos estaba prácticamente desierta, Federico, muy obediente no se sacó la venda, pero en cambio, lentamente acercó las manos a mi paquete, con algo de miedo, pensó que yo tenía intenciones de dominarlo en una relación esclavo amo, pero no era así por lo tanto lo dejé hacer.

Bajó con delicadeza la cremallera de mis pantalones, estiró un poco el elástico de los boxer, sacó la cabeza de mi verga, que ya estaba algo lubricada por el precum y con cierta tosquedad comenzó a mamarla, en ese momento y dada la falta de maestría en la mamada, todos sabemos que se aprende con mucha rapidez, me pude dar cuenta que lo que me había contado que había occurido con el chofer de su padre era cierto.

Llegamos al hotel, me preguntaron por el intercomunicador si quería una habitación común o especial y me decidí por la segunda opción, la situación justificaba el gasto, mientras mantenía esta conversación, Federico, seguía prendido a mi herramienta cual ternero a la teta de la vaca.

Ésta asociación en mi mente me causó un poco de gracia y sonreí levemente, Federico se dio cuenta y áun vendado me preguntó cual era el motivo de la sonrisa, probablemente un poco avergonzado de su falta de experiencia, lo tranquilicé, volvió a su tarea y yo conduje lentamente el coche hasta el estacionamiento privado de la suite que había arrendado.

Lo conduje fuera del vehículo tomándolo por atrás, mientras le iba rozando en la raja del culo mi verga totalmente empalmada y expuesta que, si no hubiera estado él delante, habría parecido que iba indicándome el camino.

Un vez dentro, el aire acondicionado a pleno nos golpeó en la cara, la suite estaba levemente iluminada, la cama cuadrada cubierta por un edredón de raso blanco, colocada sobre una plataforma, los espejos hábilmente ubicados repetían hasta el infinito nuestras imágenes, recién en ese momento puede notar que Federico era algo más alto que yo y con un cuerpo de ensueño, en un costado, un jacuzzi burbujeante ronroneaba como llamándonos.

Me coloqúe nuevamente el pasamontañas, lo senté en un sillón de estilo que contrastaba muy bien con la cama tan despojada y procedí a retirarle la venda, debo decir que antes, recompuse mi vestimenta ya que mi pija había perdido parte de su esplendor al distraerme con la habitación y nuestras imágenes reflejadas.

Me alejé de él, para que pudiera verme tal cual soy, alto estilizado, algo velludo, me había vestido especialmente. En ese momento Fede intentó levantarse, no lo dejé y decidí desvestirme solo, pero lentamente de modo de aumentar más su deseo.

Me senté en la cama, estiré las piernas, me quité el pasamontañas y dejé al descubierto mi rostro, sonreí maliciosamente, lentamente comencé a desabrocharme la camisa que había elegido especialmente para la ocasión, blanca, de fina batista. Cuando llegué al botón más cecano a la cintura del pantalón, me detuve por un momento, la estiré un tanto para que la parte inferior saliera del interior de los pantalones, desprendí el último botón y siempre sonriéndole, me la quité.

Federico, con la vista fija en mi y tragando saliva a cada instante, se removía en el sillón, el bulto entre sus piernas ya había conseguido un tamaño importante y parecía tener intenciones de seguir creciendo aún más, yo trataba de no perder detalles de su cambio de actitudes debido al aumento de su excitación.

Me quité los mocasines de gamuza que calzaba, lentamente, primero uno, luego el otro, mis pies desnudos quedaron a la vista, me desabroché el cinturón y apoyando las manos en la cama un poco detrás del torso, tiré la cabeza para atrás, simulando querer despejar la mente, pero con la intención de que, al hacer ese movimiento, mis abdominales, se extendieran y estrecharan mi cintura, de ese modo, la de los pantalones, quedaría algo floja y supuse, con razón, que eso lo excitaría aún más, lo hice teniendo en cuenta que a mi me pone a mil cuando veo, a un amante ocasional, hacer ese movimiento.

Volví a sentarme con la columna erguida en la cama y baje la cremallera, Federico no cabía más en su lugar, pero mis bajos instintos pretendían que en algún momento de la noche me pidiera verga a gritos y para eso estaba trabajando.

Me paré muy lentamente, me agaché un tanto, procedí a bajarme los pantalones, quedé enfundado solamente en los boxer, también blancos, mi piel estaba muy tostada por el sol hacía un estupendo contraste con ellos. Mi imagen repetida una y mil veces por los espejos y la cara de Federico me brindaban seguridad.

Me acerqué a él rocé mi pija totalmente erecta en su nariz, Fede aspiró hondamente, sabía que lo dejaría loco, intentó levantar las manos para tocarme, volví a impedírselo con un pequeño gesto, antes de salir había masajeado mi cuerpo con una crema de Kalvin Klein que solamente uso en ocasiones especiales, había pensado que ésta sería una de ellas y no me había equivocado, Fede me quiso agarrar, me retiré un tanto para que no pudiera hacerlo, me bajé los lienzos en el único movimiento brusco realizado hasta el momento.

Totalmente desnudo me acerqué nuevamente, Fede, con la boca, se prendió de mi verga, lo dejé hacer por un momento, lo detuve luego y nos dimos el primer beso de la noche, besaba bien, sin dudas su novia y el chofer le habían enseñado, respiraba agitado, su tórax subía y bajaba y al hacerlo dejaba notar, por debajo de su camiseta, las tetillas erectas.

Lo fui desvistiendo casi como se lo había descripto en el chat, Federico solamente suspiraba y gemía, le lambeteé todo el cuerpo, le mordisqueé las zonas que me parecieron más erógenas en él, sin dudas estaba adivinando bien porque su precum era muy abundante.

Estaba acostado boca arriba, con las piernas y brazos extendidos dejándose hacer, le recorrí el cuerpo con la lengua, me apoyé totalmente encima de él, con todo el peso, aproveché su instante de relax y con unas pequeñas correas lo até rápidamente a las cuatro patas de la cama.

Cuando se hubo dado cuenta ya estaba atado, me miró primero con miedo, le sonreí, luego con extrañeza, le sonreí nuevamente pero de una manera más cálida, eso hizo que recuperara la confianza.

Una vez que lo tuve amarrado me dediqué a hacerle todo tipo de mimos, con los ojos, con la boca, con los brazos, con las piernas, lo sentía vibrar desde su posición, parecía un violín con las cuerdas a punto como para emitir una estupenda melodía, solo había que saber tocarlo.

Jugué con la lengua donde era posible, pero tocándolo apenas, con toques breves, con los dedos de las manos lo masajeaba, pero solamente rozándolo con las yemas, Federico gemía y me pedía que por favor lo soltara, a sus pedidos respondía con una sonrisa o un leve lengüetazo en los oidos.

Me entretuve mucho tiempo en el ombligo, Federico se retorcía de placer, bajé por el camino que indicaban sus vellos, mordiéndolos, tanto que más de uno me quedó en la boca, llegué a su verga, dura, palpitente venosa, empecé a jugar con ella pero solamente con la boca, sin tocarla con las manos. No permitía que ninguna otra parte de mi cuerpo lo rozara, o solamente mi boca o solamente las yemas de los dedos, Federico estaba totalmente a mil!!!!!!!! Me decía

Soltame por favor, no lo soporto!!!!!!!!!!!!

Lentamente comencé un masaje más firme con las rodillas, se las metía lo más cerca del culo posible, entre sus piernas atadas, un dedo de mis pies en la boca, Federico se babeaba con eso, me chupaba el arco de los pies haciéndome esa mezcla perfecta de cosquillas y placer que me lleva al cielo.

Te quiero dentro, por favor penetrameeeeeeeee!!!!!!!!!!!!

Mamé con fruición sus tetillas, él pedía más, más y más, mordisqueé, dejándole unas pequeñas marcas, de esas que fácilmente desaparecen en los costados de su cintura, chupé sus piernas, sus pies uno a uno, dedo por dedo, lamí con delicadeza la planta de sus pies, Federico me decía

Basta por favor!!!!!!!!!!!! Me vengo!!!!!!!!!!!!

Mi respuesta, en esos momentos, siempre fue aminorar un poco con las caricias para que se calmara algo. Por debajo de sus glúteos metí la mano hasta acariciarle el culo, levantó éste, era uno de los pocos movimientos que podía hacer en la posición que estaba, tomé una crema, me unté los dedos y empecé a trabajar ese culo de a poco, primeramente metí uno, Federico se retorcía un poco por dolor, otro poco por placer, pero en ese momento decidí que haría hasta lo imposible para que Fede sintiera solo placer, que el dolor no formara parte de aquel tan extraño, para los dos, encuentro.

Seguí acariciándolo en todas las partes del cuerpo a las que tenía acceso dada la posición en que Fede se encontraba, comentario aparte merecen las consecuencias que tenían en ese cuerpo joven las caricias en los sobacos; en principio debo aclarar que siempre fueron con la lengua, prácticamente no ocupaba las manos, la pasaba suavemente, la reacción era como de cosquillas, pero con intensos jadeos pidiendo más, por momentos su cuerpo se ponía tenso y vibraba, cuando esto ocurría se apoyaba en los hombros y la cola separando de la cama toda la parte se su cuerpo correspondiente a su cintura, el abdómen se le ponía tenso y se le endurecía, el ombligo cambiaba algo su forma, cuando ocurría, su verga se levantaba orgullosa y recta mirando el cielo, me prendía suavemente de su ombligo y ésto lo hacía apoyarse completamente en la cama nuevamente, volvía a sus sobacos con pequeños mordiscones frente a los cuales emitía inveriablemente un grito, pr momentos me prendía de su verga, su respuesta a esas acciones era:

Papito, rompeme el culo por favor, partime en dos, haceme tuyo!!!!!!!!!!

Algunas veces me ponía encima de él y sosteniéndome en las puntas de los pies y en las manos hacía que mi tórax se rozara suavemente con el suyo, en ese momento nuestras trancas se encontraban, palpitantes y babeantes y la excitación mutua llegaba a límites impensados.

No seas hijo de puta, me vas a hacer suplicar por untrozo de pija, por favor dámela!!!!!!!!!!!

Cuando sentí que Federico estaba totalmente entregado, con suavidad, desaté sus piernas, se las acaricié mucho, estando yo de rodillas me senté sobre los talones manteniendo todo su cuerpo elevado, lo dejé caer y la parte baja de su espalda y sus gluteos se apoyaron sobre mis muslos a la vez que sus fuertes piernas extendidas descansaban en mis hombros.

La quiero adentro, todita, entera!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mi pija quedó apoyada sobre la suya, Fede siguió pidiendo que se la enterrara, que debía ser mío y que luego lo sería para siempre, sus pedidos eran lastimeros, suplicaba, sollozaba. Me retiré lo suficiente como para que mi glande quedara en la puerta de su ojete y comencé a moverme, la polla se apoyaba en su anillo y se retiraba, no ejercía ningún tipo de presión sobre esa parte de su anatomía, Federico ya en ese momento solo tenía en la cabeza que debía ser enterrado.

Por favor dámela, me la merezco, me la gané!!!!!!!!!!!!!

Tenía la premura de la juventud, yo la paciencia y sutileza de quién pronto entrará en la madurez, a mi juicio la mejor ecuación para un buen escarceo amoroso, miraba cómo su culo lentamente comenzaba a dilatarse con solo tocárselo, aún sin presiones, los sonidos emitidos por Federico no los puedo reproducir, no eran palabras, eran sonidos animales, de un amimal en celo.

Seguí apoyando lentamente el glande totalmente húmedo y gomoso en el culo de Federico, hasta donde podía, él hacía algo de presión para que le entrara. La cabeza comenzó a buscar su lugar, Fede la ayudaba entre quejido y quejido, cuando lo hubo conseguido, parecía que hasta cambió de forma para introducirse con más facilidad, finalmente entró, el placer que me produciá era indescriptible, pero el de Fede era aún mayor.

Entró algo más, era espléndido sentir ese culo apretadito abrazar mi verga como si fuera un guante, sentía el el pedazo de tranca que todavía estaba afuera el golpeteo de sus huevos pequeños, cuyo escroto muy texturado y oscuro me hacía sentir una sensación especial en la pija cuando la tocaba.

Con las manos y ahora sí con más presión acariciaba sus pezones, oscuros y duros, casi sin vellos, se los retorcía un poco, Fede se moría por hacer uso de sus manos y mi placer mayor era disfrutar de esa veda para usarlas, hoy me pregunto, si se las hubiera dejado usar, hubiéramos gozado más?, la respuesta inveriablemente es no.

Lo tomé con firmeza de las piernas con ambas manos, me tensé encima suyo y comencé un bombeo muy suave logrando introducirla cada vez más, Federico como un sediento en el desierto suplicaba por más, yo no me apuré en ningún momento, veía su hermosa tranca en todo su esplendor, palpitante y húmeda, me agachaba y le daba algunas chupaditas en la punta de su capullo, al hacerlo trataba de introducir la punta de la lengua en el orificio de la misma, eso causaba en Fede espasmos de electricidad y me decía:

Golpeame con los huevos el culo por favor hijo de puta!!!!!!!!!!!!!!!.

Cuando nos dimos cuenta mi verga en su máxima extensión había encontrado su lugar, mis huevos se apoyaban en sus glúteos, tal como él lo pedía, éstos sobre mis muslos y sus piernas sostenidas por mis manos.

Cómo me hacés gozar hijo de puta, necesito correrme, por favor ayudame!!!!!!!!!!

Comencé con esos movimientos que todos tan bien conocemos de introducirla hasta el final, lograr con ellos que nuestro amante abra los ojos de manera desmesurada para luego volver a cerrarlos, dos o tres bombeos cortos en el fondo, parar, sacarla completamente, dejar el culo totalmente abierto y a nuestro compañero pidiendo más por favor!!!!!!!!!, luego volverla a introducir, todo alternado con besos breves en la boca, mordiscos en las tetillas y por momentos sus piernas abrazadas a nuestra cintura como queriendo realizar una llave de yudo.

Guacho mal parido, no me podés hacer esto, merezco que acabemos!!!!!!!!!!!!!!

Para mí no hay gozo mayor que ver a mi compañero de aventuras gozar, nada me produce tanto placer y Federico sin dudas lo estaba haciendo, yo estaba próximo a acabar, decidí entonces liberar sus brazos y dejarlo hacer, lo hice, se me prendió como un pulpo, me mordió ,me besó, perdió el control, me dejó marcas que tardaron días en desaparecer, estaba como poseído.

Seguí bombeando, ahora con fuerza, mi pija parecía un piston que entraba y salía rítmicamente, el tope, me los daban sus gluteos que chocaban contra la parte superior de mis piernas a las vez que mis huevos quedaban a la puerta de su culo, seguimos así cada vez más acompasados, sentía sus manos acariciándome con torpeza y fuerza la espalda, éramos dos machos cogiendo, es lo lindo de coger con bisexuales, generalmente me ocurre que no es como coger con alguien casi mujer, sino con otro macho de igual talla que vos, con tus mismos gustos y que se satisface del mismo modo.

Me di cuenta que quería correrse, intentó agarrarse la pija, se lo evité anteponiendo mis brazos entre sus manos y su tranca, seguí bombeándolo, diciéndole cosas que lo excitaran aún más si eso era posible, sentía a la vez que mi verga estaba a punto, por un lado quería seguir aguantando la eyaculación, me encanta hacerlo, pero por otro necesitaba descargar toda la leche en su culo, mientras bombeaba con furia pensaba en eso cuando, sin aviso previo y sin tocarse Federico se vino, me salpicó el pecho, la cara y el cabello con tan abundante corrida, parecía que hacía años que no lo hacía.

Sus gemidos eran fortísimos, debí meterle una mano en la boca para que se calmara un poco, en su orgasmo sensacional me la mordió con bastante fuerza eso me dejó aún más cachondo

El semen que le cayo en el pecho y el abdómen comenzó a escurrirse hacia sus costados ayudado por las fuertes embestidas que le estaba propinando, en una de esas llegué hasta lo más profundo de él que podía y me descargué, me vine como hacía rato que no lo hacía, con fuerza y varios trellazos, el gozo era tal que me hacía temblar, las piernas no me respondían, era verdaderamente el sumun de la lujuria.

Dejé que se pusiera flácida dentro suyo mientras apoyaba toda mi humanidad sobre la suya, nos besamos con ternura, nos acariciamos de la misma manera, los dos sabíamos que a partir de ahora la vida ya no sería la misma para ninguno de los dos, pero sobre todo para él, tenía la certeza de que de esta noche de sexo no podría olvidarse, por ser la primera y por las características que tuvo, yo por mi parte, había cumplido el objetivo que me había impuesto.

Nos levantamos, nos introdujimos en el yacuzzi burbujeante y tibio, pedí una botella de champaña, brindamos por el encuentro, mientras nos relajábamos, la bebimos, luego nos incorporamos, tomé una tohalla y con toda la ternura de la que soy capaz lo sequé lentamente, lo vestí de a poco mientras pensaba qué diferentes sensaciones tenía hacia la misma ropa que hace un rato se la había sacado.

Federico también me ayudó a vestirme, una vez que hubimos terminado con la tarea nos dimos un tierno pero muy muy largo beso en la boca, pedí la cuenta, aboné la misma y salimos al fresco de la madrugada.

Subimos al auto, comencé a conducir lentamente, la luna aún iluminaba la noche, con lentitud llegué al pueblo, estacioné cerca de su casa, la dí por debajo, para que algún curioso no nos viera desde afuera, un cálido apretón en la mano, me guiñó un ojo y con una sonrisa descendió.

Regresé a mi ciudad y nunca más pude usar la ropa que llevé puesta ese día, hubiera sido como un sacrilegio, hubiera sido como prostituir el encuentro.