Noche de hotel (08)

Noche de hotel (08)...

'¡¡¡Señor...!!!'. Llamó uno de los tecnicos de las consolas, dirigiendose hacía Smith. '¡Tenemos Problemas...!!!'. Añadió. Smith subió lo más rápido que pudo al centro de control y exclamó: '¡Informemé... Que ocurre...!'. El tecnico sin apartar su vista de la consola... le confesó: '¡Intrusos...!'. Smith se acercó a la consola de este y casi metiendo sus narices en el teclado preguntó al tecnico: '¡Intrusos... ¿Donde...? ¿En que sector...? ¿Donde está nuestro hombre...?!'. Sin que apenas pudiera asimilar todas estas preguntas... intentó explicarle: '¡Señor, acaba de abrir fuego contra... contra...!'. Smith le miró a la cara y le dijo: '¡Contra... ¿QUEEEE...? ¿Contra que a disparado? ¿O contra quien...?!' Volvió a inundarle de preguntas. '¡No lo sé, los datos nos estan siendo muy poco fiables, no dan una lectura correcta. Se mezclan los unos con los otros... ahí dentro existe un verdadero caos...!'. Smith escuchó las explicaciones y volvió a preguntar: '¡Averiguen que pasa, ¿Donde está nuestro Hombre y como está la cobaya... Vamos dense prisa, Haganlo!'. El tecnico se volvió hacia su consola y siguió tecleando deprisa intentando capturar la máxima información posible para su superior.

'¡NOOOO...!'. Gritaba Eduardo. Estaba aterrorizado. Sentía los látidos de su corazón tan fuerte que parecían puñetazos. Estaba acurrucado en el Suelo, como si fuera una bola. De repente alguien le intentó agarrar. '¡¡ LEVANTESEEEEEE... Deprisaaaaa...!!!'. Oyó Eduardo por uno de sus Oidos... Antes de que alguien le levantara con una fuerza estraordinaria del suelo. ¡¡ NO ME OYEEEEEEEE... LEVANTESEEEEE... TENEMOS QUE SALIR DE AQUIIII..!' Eduardo por fín abrió los ojos y vió a una especie de Soldado. Guiñaba los ojos para ver si aquel soldado no era una imagen irreal. Incluso le tocó la cara y comprobó de que fuera lo que fuera... estaba allí y le estaba sosteniendo de no caer de nuevo al suelo. '¡¿Se encuentra usted bien...?!' Preguntó el soldado. Eduardo aún atónito, respondió lenta y torpemente: '¡Si... bueno no!, he perdido a una persona... tenemos que encontrarla... Se llama Sandra...!'. El Soldado hechando un vistazo al pasillo a traves de la Puerta que acababa de destrozar, se volvió de nuevo hacia Eduardo y agarrandole del brazo le dijo: '¡Vamos, ahoraaa, salgamos de aquí...!'. Eduardo le detuvo poniendo una mano en su pecho. '¡No me iré sin ella...!'. El soldado le miró y le contestó: '¡A ella ya la tenemos... ahora solo falta usted. Vamosss... Salgamos ahora que estamos a tiempo...!'. Eduardo no sé lo pensó y le siguió. Recorrieron el pasillo y al encontrar las escaleras el soldado se detuvo: '¡Schhhh... Escuche...!'. Pronunció el Soldado haciendo un gesto con la mano. Eduardo entró en silencio y se dispuso a escuchar. '¡¿Que ocurre...?!'. Le preguntó muy bajito al Soldado. Pasaron unos minutos antes de que el Soldado le contestara y cuando se dispuso a hacerlo... Algo salió del Suelo agarrando la pierna del Militar. '¡Mierda!'. Gritó. Eduardo se cayó al suelo de la impresión e intentó ayudar al Soldado. '¡Coja mi Arma...!'. Le grito el Militar a Eduardo, pues estaba tirada en el suelo. Aquello del suelo, empezó a crecer de tal modo que se hizo visible de torso completo soltandole la pierna al Militar. Era una Figura Fantasmagórica y Demoniaca. El Militar se levantó como pudo y se fué hacia Eduardo cogiendole el Arma, la cargó y apuntó a aquel ser: '¡¿Creeeeesss queeeee pueeeedeeees destruiiiirmeeee con tuuuuuusss truuuucoooos....?!'. Pronunció aquel ser de forma atronadora. '¡Corre!'. Dijo sin más el Soldado. '¡¿Que...?!'. Preguntó atónito Eduardo. El Soldado se volvió hacia el y volvió a repetir: '¡Correee!'. Eduardo obedeció y salió corriendo. '¡Vamos Cabrón... Veeeen, aquí mismo, ven...!'. Le picaba el militar a aquel ser que parecía sacado de las novelas de terror. La figura le seguía amenazante. Sus garras parecían como las de un lobo y los dientes como cuchillos muy pequeños y afilados terminados en forma de triangulo. '¡Que feo eres hijo de puta...!'. Siguió alagando el Militar. Aquello seguía siguiendo al Soldado muy de cerca y gruñendo de forma animal. Eduardo corría por los pasillos sin rumbo hasta que se detuvo. En mitad del pasillo se paró un momento a pensar. '¡No puedo dejarle... no puedo...!'. Eduardo se volvió sobre sus pasos y fué en busca del soldado. '¡Bueno, hasta aquí hemos llegado... yo me bajo aquí... ¿Y tu...?!'. Preguntó sarcasticamente a la Bestia. Después apretó el Gatillo oyendose un gran Estruendo.

'¡Señor... otra vez...!'. Anunció un tecnico añadiendo. '¡Ha abierto fuego de nuevo...!'. Smith, se acercó contestando: '¡Siganle... Averiguen donde se han producido esos disparos... y haganló rápido... me temo que se nos acaba el tiempo...!'. Amanda, sentada desde su silla, veia todos los monitores y nerviosa esperaba el desenlace. Smith la miró lanzandola un gesto para que se tranquilizara.

Eduardo oyó el enorme Estruendo y apresuró el paso. Al fín llegó donde antes había dejado a su 'Salvador...'. Un Desastroso panorama se alzaba ante el... Todo estaba destrozado, había fuego por todos sitios y no sé veia nada más que humo. Algo se movió entre los escombros. Era el militar. Eduardo se acercó deprisa y le retiró una puerta que tenía encima. '¡Dios Mio...!'. Pronunció Eduardo al ver la herida que tenía aquel hombre. '¡Me arañó el muy Cabron...!' Dijo dificultosamente el Militar. Tenía una Herida desde el Hombro Derecho hasta el vientre, y en forma de garras. Sin duda, aquella Bestia, o lo que fuera... le había alcanzado. Eduardo se inclinó para verle mejor y descubrió que las heridas eran demasiado profundas. No podía hacer nada por el. '¡Escucheme...!'. Pronunció el militar como si fuera lo ultimo que dijera en aquella vida. '¡Soy el teniente Knox... pertenezco a un grupo especial, debe salir de aquí. No es fácil pero debe hacerlo.!'. Pronunció entre golpes de tos. '¡Pero... ¿Como...? Me atraparan igual que a usted. Yo tambien estoy acabado!'. Le dijo Eduardo sosteniendole la cabeza. '¡No, lo está. Escucheme. Usted puede salvarse. Y tambien me puede salvar a mi. Debe salir de aquí. Yo no me salvaré si usted no se salva.!'. Decía mientras tosia involuntariamente. '¡No le entiendo... ¿Que es todo esto...?!'. El Teniente se incorporó como pudo y agarrandole la cabeza le acabó diciendo: '¡Está usted atrapado en su propia mente... y yo he venido a ayudarle. Le haría ilusión saber quien me envía. Es alguien al que usted quiere mucho... Sandra. ¿No es así...? Ella está fuera y le quiere allí con ella.!'. Eduardo escuchaba y viendo la agonía del Militar se inclinó más aún para escucharle. '¡Bueno, no solo ella le espera... tambien su hijo!'. Pronunció el Soldado tosiendo más continuadamente, el final se le acercaba. '¡Mi hijo. ¿Mi hijo...?!'. Pronunció Eduardo. '¡Su hijo...!'. Dijo el Soldado dejando caer la cabeza en el suelo cubierto de escombros. Eduardo levantó la mirada y pensó: '¡Sandra, amor mio... te fuiste de mi lado, para tener a nuestro hijo... ¿Como lograste salir...?!'. El soldado intentó de nuevo levantar la cabeza del suelo. Eduardo se dió cuenta y le ayudó. '¡Tiene que salir de aquí, el tiempo se nos acaba.!'. Pronunció el Teniente. '¡¿Como... Como lo hago...?!' Preguntó Eduardo. '¡Dirijase a la luz, nunca a las tinieblas... y salte.!'. Eduardo le escucho y preguntó confundido: '¡¿Que salte... Que salte a donde...?!'. El Teniente se moría... ya casi no podía ni hablar. Pero aún así con un gran esfuerzo le dijo: '¡Tan solo en un Sueño... puede Volar el hombre. Es en la caida... cuando uno... cuando uno...!'. La cabeza, ya muerta, del Soldado reposó sobre la mano de Eduardo. '¡¿Cuando queee...?!'. Preguntó Eduardo moviendole la cabeza. '¡¿Es en la caida cuando queee... NO ME DEJE ASIII...!'. Volvió a zarandearle. El Teniente había caido. Y el seguía atrapado. '¡DIOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS...!!!!. Gritó Eduardo haciendo retumbar aquellas paredes de Fuego. De lejos se escuchaban unos Gruñidos que parecían celebrar aquella escena.

Amanda, se estaba comiendo hasta los dedos. Las uñas ya se las había comido todas y no se daba cuenta de que ya estaba mordiendose los dedos. '¡¿Nerviosa...?!'. Preguntó Smith sentandose a su lado. '¡Si... tengo un mal presentimiento...!'. Pronunció nerviosa. '¡No se preocupe... mis hombres son los mejores en estos trabajos...!'. La tranquilizó Smith. '¡Señor...!'. Llamó un tecnico. Smith se giró hacia el. '¡¿Puedo pedirle que venga un momento, señor...?!'. Smith asintió. Cuando llegó el tecnico no sabía como empezar. '¡Verá señor, mmmmm Nuestro hombre a caido...!'. Dijo al fin el tecnico de las consolas. '¡QUEEEE???!'. Soltó asombrado Smith. '¡Si señor, lo que oye, según mis datos a caido...!'. Smith no podía creerlo. '¡Averiguenló...ahh! y preparén la sala de reanimación... Rapido...!'. Ordenó Smith. El tecnico le interrumpió: '¡Pero señor... No podremos reanimar al Teniente si la cobaya no despierta... El teniente está ahora atrapado en su cabeza... si no despierta el Sr. Eduardo podremos dar al Teniente por muerto!'. Smith sabía que el tecnico tenía razón y eso le sulfuraba aún más: '¡Maldita Sea... Joder! Todo el mundo sabe que la mejor forma de despertarse de un sueño es caerse al suelo... ¿Este es Gilipollas o quee...?!'. El tecnico escuchaba sin mediar palabra. Smith añadió: '¡No existe ninguna forma de hacerselo saber...?!'. Preguntó. El tecnico con un gesto de su cabeza le dijo que no. '¡Desde aquí, desde las consolas, no podemos hacer nada. Tan solo esperar!'. Añadió el tecnico dandose cuenta de que sus previsiones no eran nada alentadoras. '¡Maldita sea... Uno de mis mejores Hombres está ahí dentro y no voy a permitir perder a DOS personas... Siga en la consola!'. Ordenó furiosamente Smith. No podía reprimir su Angustia, su miedo y su Impotencia. Se volvió y miró a Amanda. Ahora recordaba cuando ella le pregunto: '¡¿Y si no saliera bien...?!'.

Eduardo, miraba atónito al Soldado recien fallecido. No daba crédito a todo lo que estaba viviendo en aquel Hotel de Mierda. Cuando se dispuso a dejarle algo le sorprendió por detrás: '¡¿Vassss a algunaaaa paaaarte...?!'. La Bestia amenazaba de nuevo. '¡Que quieres...???!'. Preguntó Eduardo retrocediendo paso a paso lentamente. '¡¿Es queeee aún noo loo saaaabes...?!'. Contestó aquel ser. Eduardo... Se paró en seco en sus pasos y sacando a la luz toda su furía contenida en aquellos dias le contestó: '¡Si lo sé. Quieres follarme...??? Quieres mi cuerpo...??? Quieres darme por el culo...?? O quizás... una Chocolatina...???!'. La Bestia dejó de emitir eso Gruñiditos y puso un gesto pensativo. Eduardo sonrió y apuntandole con la Ametralladora se despidió: '¡¿Quieres esta cholatinaaaa...? Pues toomaaaa... si tengo muuuchas...!'. Apretó el gatillo casi al mismo tiempo que aquella Bestia recibia los certeros disparos... '¡Toma cabron... ¿Quieres un poco de esto...? Ven que te voy a dar... TOMA! TOMA!! Cerdo... Cerdo...!'. Gritaba Eduardo recordando antiguas películas de cine. La Bestia se retorcia al mismo tiempo que intentaba agarrar a Eduardo. Clic, Clic. Así sonó el Arma cuando terminó con las municiones. La Bestia le miró furiosamente. '¡Oh, Oh...!'. Dijo Eduardo al mismo tiempo que empezó a correr por el pasillo. La Bestia le empezó a seguir Gruñiendo como un Perro Rabioso. Eduardo tiró el Arma para correr más deprisa. Al fín advirtió una cosa. El pasillo no tenía salida. Tan solo una Ventana. '¡Mieeeerdaaaa...!'. Soltó Eduardo ante aquella situación, hasta que se acordó de lo que le dijo el Teniente Knox: '¡Tan solo en un Sueño... puede volar el hombre...!'. Pensó en esto y empezó a acelerar su carrera. '¡Bieeeeen... sigueeemeee hijo de putaaaaa a ver si tienes hueeevoooosssss!'. Eduardo se acercaba cada vez más al final del pasillo y en su consecuencia a la ventana. La Bestia tambien le ganaba terreno y estaba a punto de alcanzarle. El momento había llegado, un salto y a volar. '¡Rayoooo Silverrrrrr.... Allá voyyyyyyy....!'. Gritó Eduardo euforico como sintiendose una estrella de cine. La Bestia alzó una de sus Garras y lanzó su estocada. Eduardo se dió cuenta y en ese momento saltó. '¡AHHHHHHHH...!'. Gritó mientras atravesaba la ventana y se precipitaba al vacio.

Continuará...