Noche de Gigantes
Cosas que sobrepasan la ficción, pies gigantes de al menos un metro de largo y con olores increiblemente fuertes capases de intoxicar a cualquiera.
Caminando perdido por las profundidades de un bosque ubicado en el norte del río Yucon, me encontraba yo acompañado por mi fiel sirviente y amigo Ralph, cuando repentinamente entramos en un terreno muy extraño en donde todos los arboles parecían ser mas grandes de lo normal. A pesar de nuestro asombro, sabíamos de la existencia de dichos especímenes y era justamente este dato el que nos había traído hasta allí. Yo soy un incansable explorador y me dedico a recorrer lugares exóticos y a cazar distintas clases de especies raras, tanto naturales como animales y por que no humanas también. Después de tomar algunas fotos a los enormes arboles, continuamos introduciéndonos al lugar rodeados de mucha vegetación que conforme avanzábamos parecía ir aumentando sus dimensiones. Ralph, mi sirviente me pidió que mirara hacia abajo y fue entonces cuando pude percatarme que en el suelo habían un montón de huellas de aproximadamente 1 metro de largo. Esto me dio mucho miedo, pero mi espíritu explorador impidió que me alejara del lugar y me obligo a seguir las huellas sin importar que estas me pudieran conducir al encuentro del temido personaje mitológico "pie grande". Cuando nos encontrábamos muy concentrados observando una mariposa de mas o menos 30 cm, fuimos repentinamente descubiertos por un gigante al cual solo le pudimos ver sus manos que nos aprisionaban y nos conducían hacia algún lugar. Nuestro temor era inmenso, se trataba de "pie grande", que haría con nosotros? nos comería? nos mataría por invadir su territorio? nos violaría?, Esta ultima hipotesis, a pesar de tanto miedo me parecía una excelente idea, seria una fantástica y digna forma de morir siendo violado por un hombre de casi 7 metros de grande. Mi cuerpo temblaba del miedo pero mi verga mantenía una erección de película porno camerunés y que decir de mi pequeño ano que parecía incendiar mis pantalones, provocando una picazón intensa en todo su entorno, lo que me obligaba a cerrarlo y abrirlo constantemente con el fin de calmar tal sensación de deseo. Mi diminuto culo se mostraba atrevido y parecía mandarle pequeños besos al desconocido gigante que hasta el momento no pronunciaba ni una palabra y se limitaba a transportarnos bruscamente por el bosque. Después de unos minutos de camino entramos a una enorme casa en donde todos los muebles y demás objetos eran de tamaños inimaginables, a tal grado que el gigante nos coloco sobre una mesa en donde se encontraban algunos adornos y tazas que nos llegaban casi a la cintura. Parado sobre la mesa pude ir apreciando mas detenidamente el lugar y pude ver un conjunto de hombres gigantes que se encontraban el salón, pero lo mas curioso de todo esto era que casualmente parecía una convención de degenerados ya que en su mayoría se veian semi desnudos e incluso algunos se acariciaban o se besaban. Ralph que también es un pervertido ya estaba con su mano en el pantalón acomodándose su moreno pene que seguramente se encontraba ya en su máximo poder. Yo no podía creer lo que estaba presenciando, mi pene en cambio se había adaptado rápidamente y consecuentemente se deleitaba ante tal espectáculo. Habían unos 20 gigantes, todos con cuerpos muy limpios y bien rasurados, en su mayoría musculosos, algunos mas guapos que otros, pero en general sus rostros y cuerpos eran bastante atractivos. Uno de los mas llamativos era un robusto hombre con la piel ligeramente bronceada que parecía ser uno de los mas febriles y sucios. Este vestía una especie de "boxers" o calzones lagos blancos muy ajustados a su cuerpo en fino bordado ingles con transparencias, que dejaban ver parcialmente la forma de sus piernas, sus encajes y su enorme bulto por donde se apreciaba su verga gruesa cabezona, venosa y enrollada. Yo quería morir en los brazos de este macho y no podía despegar mi vista de el, mientras Ralph parecía estar mas interesado en un mulato un tanto feo para mi gusto personal pero que se paseaba completamente desnudo mostrando una gigantesca verga aguada de cabeza morada que media casi un metro y medio. - Ese negro no esta tan bonito que digamos, le dije a Palph en tono burlesco. - Ya sabes que tengo debilidad por los morenos y este esta como para chuparse los dedos. - Pero hay otros mas guapos! - Si pero que me importa la cara si total lo que quiero es meter en el ano es esa enorme verga negra, ligosa y aguada. - A mi me gusta mas el bronceado porque es el mas lindo y se ve muy puto por que anda tocando a todos y se deja acariciar por cualquiera. Mientras discutíamos acerca de cual era el mas hermoso, sentimos el calor de uno de ellos que se acercaba a nosotros, y al voltear nos dimos cuenta que se trataba de el gigante mas viejo de todo el grupo. Aunque su apariencia era bastante interesante en términos de virilidad, era probablemente el que mas pavor producía a nuestros pobres corazones indefensos, por su semblante de guerrero pervertido y su mirada fija conflictiva, retante y dominate - Que hacian rondando por los bosques que dividen vuestro pequeño mundo del nuestro? - Buscábamos los arboles mas grandes del mundo. - Nadie les advirtió de los peligros que existían. - Nosotros no sabíamos nada, por favor acepte nuestras sinceras disculpas. - Morirán como lo han hecho todos los que han hozado penetrar en nuestro territorio!! Morirán aplastados de la manera mas cruel !!! Aquí si que la cosa se había puesto seria, después de una vida llena de lujuria y desenfreno había llegado la hora de morir. Aunque en lo mas profundo de mi alma y sobre todo de mi ano, me quedaba la esperanza de morir en los brazos de uno de estos gigantes me atreví a preguntar. - Y de que forma nos mataran? - Serán pisoteados y violados por todos nosotros hasta morir. El castigo me parecía justo y honorable, era como morir de sobre dosis de mariguana para un "rasta", morir en una gran batalla para un coronel, o morir cantando para un tenor. En mi caso moriría con un enorme pene en mi boca otro en mi ano y sobre todo unos pies de mas o menos un metreo en promedio trabajando sobre mi cuerpo. Sin tanto preámbulo, los gigantes nos desnudaron y nos condujeron a una especia de pileta de forma circular que se encontraba dentro de la misma casa. Luego se sentaron al rededor de ella y uno por uno fueron descubriendo sus pies, algunos se despojaron de sus sandalias gigantes y otros las dejaron puestas, cabe mencionar que estas chanclas eran bastante femeninas de colores rosa, rojo a amarillo, en su mayoría eran de estilo "thong" y tenían diseños de flores y corazones. Valla contraste en gigantes tan bélicos machos y viciosos! Creo que ya se imaginaran que el olor de dichos pies era proporcional a la dimensión de los mismos y a cada sacudida o roce entre sus dedos el olor a sudor de pies se expandía rápidamente y penetraba en nuestras narices como napalm químico, generando un calor intenso que se reflejaba en las cabezas rojas e hinchadas a punto de explotar de nuestros respectivas vergas. Despiadadamente los gigantes posaban sus apestosos pies sobre nuestros cuerpos y apretaban con sus dedos roñosos nuestras costillas. Yo sentía un placer extremo a cada castigo propinado por sus pies y acariciaba delicadamente con mis manos las puntas de sus dedos y masajeaba de abajo hacia arriba cada uno de ellos como si los estaba masturbando.
Uno de los pies mas oloroso, se acercaba a mi cara peligrosamente, meneando sus dedos y presionando mi pecho. Su planta húmeda abarcaba gran parte de mi cuerpo y se pegaba a mi piel provocando ligeras cosquillas a cada movimiento. Cuando se levanto para atacarme parecía una bestia a punto de devorar su presa, con sus dedos separados y abiertos listos para aprisionar mi rostro y estrujar mi nariz, mi boca y mis mejillas. El aroma del sudor impregnado entre medio de sus dedos era impresionante y mi lengua se dedico a consumir cada gota del salado y caliente sudor. Me sentía prisionero de sus pies, me sentía como un niño atrapado en una tienda de juguetes, como una joven en una butique de vestidos de novia, como un transexual rodeado de lincearais. Era víctima de las agresiones de al menos 8 pares de gigantescos pies que azotaban sin descanso mi integridad y rellenaban mis pulmones de su exquisito olor a pie sudado. Uno de ellos levantaba mis piernas y me ponía en la posición perfecta para que su dedo gordo y grande intentara introducirlo en mi intrépido culito que se resistía tal cual adolescente orgullosa y caprichosa que se muere por ser penetrada. otros pies sostenían mis piernas, unos dedos morenos (los del preferido de ralph) apretaban mis pies como tenazas y sus uñas rasgueaban mis diminutas plantas produciendo una liguera cosquillas. La fría suela de las sandalias de uno de ellos, me empujaba por las costillas como queriendo voltearme y llegar mi espalda, mientras otros dedos me despeinaban mi cabello, en fin estaba todo rodeado de patas sucias y apestosas que me ocupándose de mi indefensa figura. Mis ojos se encontraban cubiertos por los pies del apuesto joven con piel bronceada, cuando súbitamente me sentí bañado por un caliente liquido. En uno de los violentos movimientos del pie que castigaba mis mejillas, pude ver por entre medio de sus dedos que había un gigante de piel muy blanca parado justo arriba de mi, apuntando con su pene sobre mi rostro y bombardeándome con sus orines que caían vertiginosamente sobre mi. Casi instantáneamente los demás gigantes se fueron parando también y comenzaron a derramar sus aguas doradas sobre mi, inundando rápidamente la pileta en la que me encontraba. Tuve que levantar un poco mi cabeza ya que empezaba a ahogarme de tantos orines que habían llenado por completo la letrina en la cual yo me encontraba navegando. Esto no hizo mas que provocarme una desesperante sed, pero quería tomar orines de yacimiento termal, jalarla y subcionarla desde la raíz, así que me colgué de una de las vergas que estaba mas a la mano y que me parecía mas linda y salvaje y abrí mi boca al máximo para extraer y deleitarme de sus orines resagados. Era evidente el asombro de los gigantes al ver que lo que para ellos era considerado como un castigo, no hacia mas que alterar mis hormonas e incitarme para emprender nuevos retos sexuales. Cuando termine con los encantadores orines del primer gigante me prendí de otro y de esta forma continúe chupando y mamando cuanta "pinga" ( esta palabra va con cariño para mis amigos del Perú) se me ponía a mi paso. Arrase con todas metiéndome como podía las enormes cabezas de al menos 10 cm de diámetro, afortunadamente, mi garganta es muy flexible y media vez conseguía entrar en mi boca, esta parecía adaptarse rápidamente al igual que mi lengua que no se cansaba de lamer troncos, cabezas y testículos. La situación violenta y la resistencia de los gigantes me permitía realizar proezas inimaginables como la de mantenerme pateando los huevos de los gigantes, meciendo y machacando con mis pies sus potentes testículos. Mi grado de excitación era evidente y estaba vuelto loco con tanto hombre masturbándose a mi alrededor. Sus gruesas manos recorrían cada punto de mi cuerpo y a mi me encantaba sentirme utilizado por todos, me gustaba sentir que todos me manoseaban y abusaban de mi sin ningúna pena. Mientras estaba distraído rascando con mucha fuerza y dedicación los colgantes huevos de uno de los gigantes que se acariciaba el pene en mi costado derecho, sentí mi primer baño de semen que venia con una presión inmensa desde uno de los machos que me chupaban los pies. Aquel liquido callo sobre mi pecho y yo me pase rápidamente la mano para llenarla de semen y restregarmela en la boca, pero fue entonces cuando uno de los gigantes mas viriles se coloco al frente de mi, tomo mi mano a la fuerza, la hizo puño y la introdujo por su enorme y salado hoyo del culo. Unos gigantes continuaban azotándome de semen y expandiéndolo por todo mi cuerpo, otros mas se iban incorporando a la orgía fetiche y por una extraña razón estos muñecos acostumbran comenzar por una bueno meada sobre el cuerpo de la víctima que en este caso era yo, y luego se disponían a masturbarse o a meter sus despiadados penes en mi boca. Volviendo al gigante al cual me encontraba taladrando, era de suponerse que mi mano no seria suficiente para hacer un digno "fisting" a aquel enorme hombre así que mientras meneaba mi puño en el interior de su ano, me fui acomodando de manera a que mi verga quedara en dirección de sus nalgas y en un descuido de la bestia, le metí hasta el fondo y con todas mi fuerzas mi extrovertida culebra rosada y cabezona. Ya con mi mano y mi verga adentro pude ver que la capacidad de el gigante y la lubricación de mis manos llenas del semen y orines de otros gigantes me permitía introducir mi otra mano. Mis dos manos, mi pene y gran parte de mis brazos dentro del gigante era una experiencia calenturienta al maximo ya que podia sentir como aquel enorme semental se doblegaba ante mi y eyaculaba temblorosamente lanzando su semen blanco sobre mis pies. Yo estaba con mis manos listas para el próximo fist, pero el gigante bronceado de quien ya me había tragado su semen mientras le metía la verga al otra gigante, me tomo y me cargo hasta afuera de la pileta, me levanto como si fuera un recién nacido y desde lo mas alto me dejo caer sentado, aterrizando estacado en su enorme verga. Mis gritos fueron intensos y debo admitir que me dolió mucho pero al cabo de unos minutos mi infalible y fiel culito ya se había adaptado y el dolor se fue transformando en un intenso placer. Los gigantes admirados por mi valentía y mi alto grado de degeneración, fueron pasando uno a uno sobre mi y yo continúe hasta acabar con la ultima gota se semen de cada uno de los machos que se me impuso. Después me acosté a descansar y pedí hacerlo dentro de la pileta que se encontraba llena tanto de semen como de orines, y sudor de pie. Creo que esto fue lo que mas conmovió a los gigantes ya que el día siguiente mi vida fue perdonada y fui liberado por el líder de la congregación de gigantes. A mi salida de la casa me sentía muy complacido aunque un tanto triste ya que ignoraba el destino de mi amado sirviente, quien probablemente había muerto colgado en la enorme verga de alguno de los gigantes. Cuanto tiempo habíamos compartido juntos! Habíamos mamado muchos penes juntos! Nos habíamos metido toda clase de cosas en nuestros hoyos. Cuanta falta me haría el tufo de sus patas después de un buen día de caminata. Quien exploraría el mundo ahora con migó en búsqueda de aventuras fetiches? Imposible reemplazarlo! Pero de pronto, como en el mas infantil de los cuentos, pude ver que detrás de mi se divisaba la silueta de un pequeño hombre que corría hacia mi. Se trataba de Ralph! Había pasado su prueba al igual que yo!, yo sabia que su culo no podía defraudarlo! Que alegría!!!! Corrí hacia el y lo abrase. Que prueba tan macabra habíamos vivido! Pero que tanto la habíamos gozado... Mientras nos contábamos nuestras experiencias en la casa de los gigantes nos fuimos desnudando y en medio de la selva nos hicimos un interminable 69, como nunca antes lo habíamos efectuado.. Gracias por leer mis relatos Balcop Espero tus comentarios..