Noche de desenfreno

Soltando una risa malévola al verme estremecerme, y decirme con un tono grave… “Menuda putita estas hecha, te he visto como devorabas con la vista a mi mujer, y me he dicho que antes de poseerla a ella, antes debería de poseerte yo a ti”.

Noche de desenfreno

Todo rondo la noche de un viernes noche en la cual salí con unos amigos junto a sus parejas, bueno no todos pues tanto una amiga como yo, éramos los únicos que no teníamos. Debo decir que parecíamos ‘carabinas’, como se le decía antiguamente a esa persona o personas adulta que acompañaban a las parejas de novio, ya sea como acompañante o como supervisor.

Pero también es verdad que a pesar de ser los únicos sin parejas, no puedo decir que no nos atraemos, pues no es que falte química entre nosotros. Ya que en su día salíamos juntos durante un tiempo, espacio de tiempo que fui yo quien tuvo la culpa de nuestra ruptura, pues acabé una noche por liarme con otra. Y ahora simplemente no se fía de mí… como es obvio, ni como amigos y menos para echar un ‘polvo’.

Pero bueno a lo que vamos, como he dicho, salimos de copas de local nocturno en local nocturno, pues, aunque buscábamos el divertirnos, no era lo primordial. Ya que pienso que no depende de la edad que tengamos, sino más bien de las ganas y que estamos buscando en realidad, ya que algunos buscaban escuchar buena música, otros bailar, y los más acaramelados, buscaban un local donde tuvieran de todo y de paso poder liarse. Acabando primero en la Sala Caramelo, y poco después en un pub que nos recomendaron, donde suelen poner música tranquilita de los 80, y que suelen ir cuarentones y cincuentones.

Recuerdo que entramos allí, perdiéndose tres de mis amigos con sus acompañantes muy rápidamente, dándome por acercarme a la barra a pedir algo, y de paso poder echar una ojeada a ver que podría encontrar. Pudiendo ver muchas maduritas de buen ver, muchas de esas que venían en busca de un ‘jovencito’ a echar un polvo, echándole el ojo a más de una. Sobre todo a una pelirroja del fondo, mujer a la cual eche los cincuenta y tantos, cuerpo de veinte años y una delantera de infarto, como su mismo trasero… uuuffff!!. Pero vi el problema, pues estaba acompañada por un tío corpulento y con cara de cabrón, hombre que llegué a creer que era ese sacerdote ‘ido’ que salía en la serie de Lucifer.

Y como os he dicho, era clavadito a esta persona, corpulenta de echar horas en el gimnasio, muy alto de cerca del metro noventa, calvo y con barba grisáceas, y claro esta mayor, pudiendo decir que tendría alrededor de los sesenta y pico de años. Hombre al cual no quite ojo pues se estaba poniendo las botas con la pelirroja, tanto que, sin cortarse un pelo, desde la barra pude verle allí sentado en ese reservado. Como el muy cabrón le había metido la mano entre las piernas a esta mujer, cuyos ojos cerrados me hizo saber que estaba en la gloria, ¡visión que me tenía todo empalmado… uuuffff!!.

Y que, al cabo de media hora, fue uno de mis amigos quien me saco del trance, haciéndome saber que se me veía el plumero, advirtiéndome sobre el ‘mastodonte’, pues me podría arrear un ostión. Cosa que hice caso al menos en parte, pues siempre que podía volvía a mirarlos, fingiendo y disimulando con cualquier cosa, o simulando una conversación con el de al lado mía.

Al cabo de un par de horas tuve que ir al lavabo, pues la gran cantidad de alcohol ingerido había hecho su efecto, pero acabando por detenerme antes de entrar en una máquina de condones, pues pensé en comprar una caja por si las moscas. Y al momento de inclinarme a coger la cajetilla de condones de la máquina, paso detrás de mí en dirección a los aseos una persona, hombre que más tarde supe que era el acompañante de la pelirroja. Y sigo…

Y al momento entre en los aseos, descubriendo al anterior mencionado ocupando uno de los orinales de la pared, dándome a mí por entrar en una de las cabinas vacías que había, pues quería evitar verle la cara. Escogí una de las cabinas y entre, no cerrando la puerta tras de mí, pero si la entorne un poco. Delante del wáter con las piernas separadas, me dispuse a soltar el cinturón, desabotone el botón de mi pantalón, baje la cremallera e introduje mi mano a modo de sacar mi miembro fuera.

Y no llevaría ni un par de minutos, cuando me dio por pensar si ese tío se había ido ya, pues la verdad es que no había escuchado el ruido de su meada. Dándome finalmente por girar mi cabeza hacia atrás, descubriendo a este tío a escasos metros detrás de mí, hombre que con descaro se estaba masturbando, fijándome sobre todo en su polla.

Creo recordar que le llame la atención, quizás más al estar en un local público, local que no solo nos pudieran echar a la calle con la vergüenza de toda la gente, sino que incluso podrían llamar a la policía. Y esté hombre no decía nada, simplemente no dejaba de masturbarse, ¡viendo como el muy ‘hijo de puta’ deslizaba su gran mano a lo largo de su tronco… uuuffff!!.

Debo de confesar que me tuvo hipnotizado, primero por lo que estaba haciendo y segundo por su pollon, momento inesperado que me cogió de sopetón y que ni lo esperaba. Pues esté se aprovechó el momento y mi estado, donde esté actuó, no solo metiéndose en mi cabina, sino que me dio tal empujón hacia atrás, distancia que le permitió cerrar la puerta tras de sí.

Viéndome sorprendido por su acción, pero al mismo tiempo por mí mismo al dejarle hacerlo, menos impedimento puse, cuando este tomo una de mis manos y la condujo hacia su verga. ‘Obligándome’ a cogérsela y agarrarla con fuerza, comenzando a deslizarla a todo lo largo de su tronco, ¡rozando sus enormes cojones y acabar en su glande… uuummm!!.

Aprovechando esté esos momentos míos de incertidumbre para comenzar a cogerme el culo, magreando a conciencia, ¡e incluso a intentar introducir uno de sus grandes dedos en mi orificio… ooohhh! Soltando una risa malévola al verme estremecerme, e ir a más, acabando por apartar su mano de la mía, permitiéndome continuar yo solo, mientras le escucho decirme con un tono grave…

  • “Menuda putita estas hecha, te he visto como devorabas con la vista a mi mujer, y me he dicho que antes de poseerla a ella, tú debías de caer antes”.

Dice mientras me iba desabotonando botón por botón de mi camisa, tirando de esta hacia atrás y tirándose encima, chupando mi pecho, ¡lamiendo y mordisqueando mis pezones… ooohhh!!. Y todo esto mientras uno de sus dedos no deja de penetrarme, sintiendo como me lo mete hasta los nudillos, ¡no dejando de gemir… ooohhh!!. Boca que asciende hasta mi cuello, besa y me da un par de muerdos, dándose cuenta como me estremezco, y sonriente busca mi boca, ¡cuyos labios permanecen cerrado y no le dejo… uuummm!

Y recuerdo como su segundo dedo al introducírmelo en mi orificio, me hace gemir de placer más que de dolor, expresión que este aprovecha para comerme la boca e introducir su lengua. Boca que me sabe a tabaco, cuya lengua llega hasta casi mis amígdalas y juega con mi propia lengua. Todo esto sin dejar de penetrarme con dos de sus dedos, ¡y de magrear mi pecho y acariciar la espalda… uuummm!!. Y soltarme al oído…

  • “¿Te quieres comer mi polla?”.

Y me escucho a mí mismo decirle que sí, sintiendo como esté le da por acabar de quitarme la camisa, y acto seguido, ver como este se sienta sobre la tapa del wáter. Tomando su polla con una de sus manos, y esperar que me arrodille para tragármela, cosa que hice y fingí inexperiencia, ¡no deseando delatarme del todo… uuuffff!!.

Chupe y lami su glande, ensalive todo su tronco hasta las pelotas, chupe e intente metérmelas en la boca, cuyo grosor no me permitió, volviendo a su glande… uuummm!!. Chupé una vez tras otra, metiéndome por fin su capullo, y quise ir a por más, acabando este por sacar algo del interior del bolsillo de su pantalón, no siendo esto otra cosa que un frasco de popper. Botecillo que me dio a esnifar hasta por dos veces por cada orificio nasal, continuando por comerme su pollón, siendo el mismo quien me ‘ayudo’ a tragar, ¡mediante sus manos presionando mi sien… ooohhh!

Ríe de nuevo mientras me ve mi mandíbula desencajada, no dejando de descojonarse cuando mis ojos lagrimean del mismo esfuerzo, mientras me insulta y me hace ver lo guarra y puta que soy. Y volver a decirme al oído…

  • “Dame esa caja de condones que has comprado, ahora me va a hacer falta más a mí que a ti”.

Me dice, viendo como yo mismo se la doy, una vez que la saco del interior del bolsillo de mi pantalón. Viendo como saca uno del interior del paquete, rasga el envoltorio y lo saca del interior, apartando de mi boca su polla, y bruscamente hacerme levantar. Poniéndome de pie y antes de girarme, ¡volver a comerme primero mi cuello y después la boca… uuummm!!. Acabando por girarme, quedando yo de espalda a él, y sentir como sus dedos separan mis glúteos, mientras noto su pecho velludo pegarse a mi espalda, y su boca a mi oreja. Soltándome…

  • “Te voy a follar”.

Dice y escucho, como es ahora él quien le da por esnifar popper, y ante que me diera cuenta, ¡ya me había introducido su glande en mi orificio… ooohhh!!. Viéndome sorprendido al ponerme de nuevo ese botecito de popper en mi nariz, ¡obligándome a oler y con ello la segunda embestida… ooohhh!!. Comenzando un mete saca endiablado, sintiendo su polla cada vez más a dentro, ¡mordiéndome los labios de placer… uuuffff!!. Mientras él, muerde mi hombro y cuello de satisfacción, ¡notando su polla golpear mi próstata para esos momentos… uuuffff! Y volverle a escuchar decirme…

  • “Como me hubiera gustado preñarte… eeehhh!!”.

Y sentí sus dedos coger mi flácido miembro, comenzando con un para a pajearme, acelerando el ritmo al mismo tiempo que me embestía, acabando almos al mismo tiempo. Quedándome desecho, y desvanecido, mientras sentía como esté sacaba su polla aún dura de mi dolorido orificio… ooohhh!!. Mientras me decía…

  • “Por mí, te echaba otro polvazo, pero tengo que cumplir con la señora, bueno tú ya me entiendes… o no”.

Tras sacarla y dejarme caer sobre la taza del wáter, vi como esté se arreglaba y salía de la cabina, entornando la puerta para no ser visto, y desde estoy veo como se lava las manos, la cara y el cuello, acabando por marcharse. Acabando por salir yo después, repitiendo lo mismo que había hecho él, todo porque nadie se percatara que he tenido sexo. Y salir de la zona de los baños, acercándome a la barra a pedir algo fuerte y fresco, acabando por acercarse uno de mis amigos y decirme…

  • “Tu as follado”.

Y recuerdo que le mire ciertamente asustado, cuando este me vuelve a soltar…

  • “Menuda carita de santurrón, menudo cabrón, dime quien ha sido la afortunada”.

Y callo, mientras este ríe y me da una palmadita en la espalda, como premio por lo echo, mientras callo y descubro que mi ‘empotrador’ sigue liado con la pelirroja. Hombre que veo a los pocos minutos, volver a levantarse y caminar en dirección donde estoy yo, no pudiendo hacer nada pues mis amigos me rodean. Persona que, al llegar a la barra, no me dice nada como es obvio, pero en nada me da un tremendo empujón y me echa en cara algunas cosas. Cosas como que me he llevado toda la noche haciéndole ojitos a su mujer, y mientras dice todo esto, noto como mete una de sus manos en el interior de mi pantalón.

Acabando por marcharse una vez que todos mis amigos se encaran con esté, mientras me respaldan y me pone como un ‘Don Juan’. Y acabando ahí prácticamente la noche, pues tras disculparme con mis amigos, acabe por marcharme a casa, quedando en llamarnos al día siguiente. Y creo recordar que mientras caminaba hacia mi casa, me dio por meterme las manos en los bolsillos, sacando extrañado del interior de uno de ellos, una tarjeta de visita. Donde se podía leer en una de sus lados… “Me llamo Tino, este es mi número, llámame para repetir. Posdata: Llámame ahora”.

Y haciendo caso a lo mencionado en la tarjeta, me dio por llamarlo, contestando esté al momento, y tras darme las gracias por llamarlo, me soltó…

  • “No me importa cómo te llamas, pero he de decirte que he disfrutado muchísimo, y ha sido una experiencia llena de morbo, pasión y desenfreno”.

Dice, y continua…

  • “Y quiero repetir, pues esa boca y ese culito que tienes se merece al menos dos polvazos más, pero en esa ocasión como Dios manda”.

Y fue decirme esto y colgar, quedándome más colgado que cuando salía de la cabina, o incluso por el numerito que formo y solo por darme la tarjeta. Pero en fin, para no alargar mucho más, puedo adelantaros que finalmente me llamo, citándome en vernos y poder hablar en un bar de la Alameda de Hércules (barrio del centro de Sevilla). Conversación que quizás en otro momento os haga participe de ella, vale, pues hasta pronto. Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida con pasión, y de una forma de libertinaje, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).