Noche de cumple FIN

Sigue la noche de copas con mi diosa. Ya llegamos a casa

Nos despedimos de tus amigas, eran las 4 de la mañana y había caído alguna copa más de la solitaria que me pensaba tomar. Después de nuestro affaire en el baño, tú pareciste tranquilizarte durante un rato, te vi contarle algo a Laura y como se sonreía y sonrojaba mirándote muy atenta.  Pero yo… yo no conseguí tranquilizarme en toda la noche, máxime cuando pasada la media hora, de vez en cuando te acercabas a mi oído y me susurrabas

-“qué ganas tengo de llegar a casa... tengo unas ganas de correrme…y tú cariño??jajaja”

-“ Mira que me vuelvo morbosa y cabrona cuando bebo…pobre…”

Todo eso con esa sonrisa tan tuya de saber que me estoy derritiendo por dentro, de morbo, de saber que lo tienes todo controlado, que estoy a tu merced.

El viaje a casa no era muy largo, no habría más de 10 minutos andando. Sin embargo nosotros tardamos casi media hora. Creo que te sobé en cada portal que había de camino a casa. Si había algún mirón desde luego dio buena cuenta de tu liguero.

-“Diosss, más te vale follarme ahora bien follada, y no empieces con que no puedes más y te vas a correr o te arrepentirás…Te he estado enseñando a controlarte para poder complacerme, y si no eres capaz me tendré que empezar a pensar alargar tus periodos de castidad y dejar de tocarte la polla hasta que aprendas…aunque tardes un año…jajaja”

No me dejaste ni procesar lo que me habías dicho porque nos fundimos en un morreo mientras te empotraba contra la puerta del portal y metía la mano por debajo de tu falda.

-“Chss, estate quieto, la próxima vez que toques mi coño será con tu lengua y no querrás hacerlo aquí en la calle…”.

Desde entonces nos empezamos a dar prisa y llegamos rápido a nuestro portal, cogimos el ascensor donde volvimos a darnos el lote acaloradamente y me apresuré a abrir la puerta de casa.

-“Espera, no tan rápido, no entres. Arrodíllate y bésame los pies”

-“ Aquí? En el rellano? Y se me ve alguien??”

  • “Sí, aquí .Qué pasa, te da mucha vergüenza? Estás seguro de que no quieres hacerlo??”

Una sonrisa sádica se dibujó en tus labios y ni lo dudé. Sabía que estabas muy cachonda y que el morbo hablaba por ti. No bromeabas. Me arrodillé rápidamente esperando que ningún vecino nos escuchase y mirase por la mirilla.

Te besé un pie, luego otro. Mentiría si dijese que la situación no me estaba matando de morbo. Todos mis sentidos alerta por si escuchaba algún ruido y a la vez la excitación que me producían los pies de mi diosa.

-“ No me vas a dar las gracias??”

  • “ Gracias, mi diosa” Te dije arrodillado mientras besaba con ternura tu pie izquierdo

-“ Gracias por qué??” Me volviste a preguntar con esa sonrisa burlona que me derrite sin necesidad de nada más

-“ Gracias por todo, mi diosa. Gracias por no dejarme correrme, por enseñarme a aguantar, por dejarme darte placer, acariciarte, cuidarte, mimarte. Gracias por ser dura cuando me lo merezco, por ser la mujer de mi vida, por conseguir que no pueda pensar en otra mujer que no seas tú, por hacer que no piense en mi placer sino en estremecerme al oír tus gemidos, tus gritos, tu cara de felicidad…” Me sorprendí a mí mismo siendo consciente de que pocas veces en mi vida había sido tan sincero como en ese momento.

  • “De nada cariño” me dijiste mientras con un gesto de tu pierna me indicaste que podía subir mis besos hacia ellas “ Y qué gano yo con todo esto, qué harías por mí para que no se acabe, qué me ofreces??”

Desde luego era un órdago en toda regla que no pensaba dejar pasar

-“ Te ofrezco ser la mujer con más placer del mundo, intentar darte placer cada noche y cada mañana, tratarte como a una reina cada día. Y para demostrarte que soy sincero te ofrezco mi placer, mi bien más preciado. Solo lo quiero tener cuando tú quieras que lo tenga, cuando creas que me lo merezco. Si no te doy placer, o no el suficiente, no me mereceré ningún orgasmo, aunque sienta que no puedo más, es solo tuyo, mi diosa”

Realmente te gustó mi respuesta porque antes de acabarla ya estabas abriendo la puerta y nos besábamos acaloradamente mientras entrábamos en casa. Fuiste directamente al sofá y te sentaste con las piernas abiertas. Te subiste la falda y apartaste el tanga. Mi reacción fue instintiva, en seguida estaba de rodillas entre tus piernas.

-“ Lo quieres?? Tienes ganas??

  • “ Sí , mi diosa, por favor” te dije, haciendo un esfuerzo inhumano por no abalanzarme a comértelo sin tu permiso.

  • “ Y si te digo que si me lo comes y me corro no te voy a tocar??. Que te vas a quedar así de cachondo toda la noche??” Ya estaba otra vez esa cara que sabías que me derretía…

-“ Me da igual mi diosa, por favor déjame comértelo y hacer que gimas de placer”

Una sola mirada tuya bastó para que me abalanzase y absorbiese tus labios. A los 10 segundos no tenía la barba húmeda, la tenía empapada, no podías estar más encharcada y más caliente.

Empecé a jugar con tu clítoris y no tardaste mucho en empezar a gemir

-“Desnúdate”

No tardé 5 segundos en obedecerte mientras intentaba no dejar de darte placer. Me apartaste un momento y te acercaste a mi glande. Estaba recubierto de preseminal. Lo cogiste con tus dedos y me lo metiste en la boca, mientras me decías en tono juguetón

-“Vaya… ya veo cómo estás…me puedes decir quién te da dado permiso para estar así?? Te he dado permiso para expulsar todo ese preseminal? Me dices que no te correrás si no te dejo y me encuentro tu glande así?? Quien te ha dado permiso para que no esté totalmente seco??

-“ Lo siento , mi dio…”

-“ Chssss!!” Exclamaste mientras pasabas un dedo muyyy despacio por mi glande “ pensaba tocarte y darte placer ahora , pero me encuentro esto… qué decepción… no me dejas otra opción que tener que ser muuucho más estricta con tu placer…hasta que aprendas…” justo me diste 3 manotazos con todas tus fuerzas en la polla al acabar la frase.

Mis suspiros se deberían poder oír en toda la casa, mi ritmo de respiración era como el de un velocista de los 100m lisos en unas olimpiadas, cuando volviste a abrir las piernas y no me lo pensé.

En pocos segundos, estabas no gimiendo, bramando con mi lengua en tu clítoris y empezaste a apretar mi cabeza con tus piernas cuando tu orgasmo llegaba a lo bestia, no gemías, parecía que estabas llorando de lo intenso que era. Yo empezaba a estar rojo de lo fuerte que apretabas, y además tenía una necesidad de frotarme y aliviar un poco de tensión, pero no duro mucho…

Tras el último grito te quedaste muerta, aflojaste y abriste las piernas. Subí y nos fundimos en un beso profundo pero…al subir a la altura de tu cabeza mi glande se posó en tu pepitilla y me puse a suspirar como un poseso, no me faltaba ningún músculo de mi cuerpo por tensionar…

Nos dimos la vuelta y te pusiste encima de mí

  • “ Te lo dije antes, me muero de ganas de que me folles. Fóllame, demuéstrame que de verdad quieres verme disfrutar, fóllame como un hombre, no empieces todo el rato a pararme porque te corres…”

En ese momento te la metiste de golpe y yo exhalando un gemido sabía que estaba perdido….era verdad que me habías enseñado un montón a controlarme, estaba seguro de que podía aguantar follando lo que quisiese a cualquier otra mujer, pero contigo, mi diosa… me era imposible… te deseaba demasiado, eran demasiadas horas al día soñando con tu coño ardiente como para ahora conseguir aguantar.

A las pocas embestidas, y cuando tú ya empezabas a gemir noté que no aguantaba más

-“Para, para, mi diosa me corro, no aguanto más”

Noté tu mano derecha palpar tus testículos y apretar con fuerza

-“ Y ahora puedes??” El dolor era indescriptible pero el morbo que me daba la cara de morbosa que acababas de poner mientras me decías eso compensaba todo. Gemí de dolor con fuerza, y eso te hizo cabalgarme con más vigor. El dolor me ayudó a poder aguantar unos segundos más, pero rápidamente de nuevo…

-“ Para para , por favor mi diosa, no puedo más, lo siento lo siento , mi diosa”

Volví a notar tu mano alrededor de mis testículos y follándome muy lentamente mientras apretabas ligeramente..

-“ Está claro que de momento no te puedo follar…no te puedo tocar la polla..enseguida te quieres correr, te empapas sin mi permiso…. De hecho sabes que estaba pensando??”

Te quedaste encima de mí sin moverte, con mi pene justo en la entrada pero sin meterlo, en una calma tensa…haciéndome pensar…

-“ que como no te puedo tocar porque no aguantas, habrá que buscar otra manera…qué te parece si compramos un Paul más pequeñito, y cuando me pidas placer primero lo chupas bien con cara de vicio como te gustaría que chupase yo tu polla para lubricarlo y luego te lo meto por el culo hasta que gimas??”

Tu cara al decírmelo y que justo en ese momento te la metieses entera y la sacases hizo que me fuese imposible no correrme…solté un gemido gutural, sentí la electricidad por todo mi cuerpo y empecé a descargar chorros de semen sobre tu clítoris y sobre tus labios…sentía que no acababa nunca, me estaba quedando realmente vacío…

Cuando terminé te encontré a ti con una cara de satisfacción plena por ver cómo me había descargado entero por unas palabras tuyas y…tu pepitilla llena de mi semen.

Te recostaste sobre la cama y abriste las piernas. No hizo falta que dijeses nada. Acerqué mi boca a tu pepitilla y la imagen era bestial, no era un poquito de semen…era tu coño absolutamente cubierto.

-“ Ya que te has corrido, espero que sepas compensármelo…”

Sin dudarlo, hice de tripas corazón y busqué con mi lengua tu clítoris. Los primeros segundos fueron difíciles, pero según iba quedando menos semen y tú gemías más aceleradamente sentí como me volvía  a empalmar. Aceleré el ritmo y metí dos dedos en tu vagina, follándote tan rápido con ellos como no pude antes, mientras recogía cada gota de semen que quedaba en tus labios, hasta que volví a sentirte estremecer y estallar, menos explosivamente, pero de forma mucha más duradera que la primera vez…

Sin duda, fue una buena noche…