Noche de copas, noche de bar
Mi primer corrida enfrente de todos.
Hola soy Vanesa, tengo mucho que contar, sin embargo como es la primera vez que lo hago de esta forma no se que tan bien queden las cosas, espero que con algo más de práctica mis relatos formen parte de sus favoritos:
Era un sábado y aunque parecía tan común como cualquiera no fue así, todo inicio cuando un grupo de amigas y yo, para divertirnos decidimos ir a un bar, de esos de moda, donde todo el mundo esta de pie alrededor de las barras, tomando alguna bebida y bailando así sin una pareja y sin un lugar fijo, así en un pasillo, frente a una barra, sobre las mesas, en fin donde puedas o donde el espacio te lo permita y, así empezamos a beber y a ver que se podía ligar.
De pronto ¡¡¡¡ woow!!!! Un bombón frente a mi, (uno de esos amigos con quien coger es todo un placer), el hombre que cualquier mujer desea tener en su cama, alto, delgado pero bien formado, con un perfecto lavadero y una cintura que muchas mujeres quisieran tener, sus piernas como las de cualquier otro deportista musculosas, con las nalgas más paradas que conozco ¡¡¡ mmm !!!, con manos grandes y que por el modo de cachondear las quisieras tener siempre encima y, bueno con un pene perfecto, largo ancho, suave, fuerte, juguetón, todo lo que necesitas para una buena cogida en un solo hombre y, lo mejor de la noche: Estaba sólo, sí solo.
Parado frente a la barra tomando una bebida, así que pensando en las muy buenas cogidas que habíamos tenido, deseaba que la próxima fuera ahí, así que decidí acercarme por atrás, justo al momento de llegar a él tape sus ojos con una de mis manos, mientras pegaba mis senos a su espalda, frotándolos con movimientos circulares, sin que pudiera reaccionar le voltee la cara hacia mi boca y aun con los ojos tapados me aferré a él con tremendo beso en los labios, al que no pudo resistir, ya que mi lengua se metió hasta el fondo de su garganta y le hacia suaves movimientos en el paladar, sintiendo que el respondía a cada uno de los movimientos de mi lengua, después de uno minutos y sin dejar de besarnos puso su mano sobre la mía y destapo sus ojos, estoy segura que desde que humedecí mis labios con los de él, ya sabía quien era yo y sabía también que el sería esta noche quien tendría que saciar mis ganas.
Poco a poco y ahí parados donde la gente pasaba sin más, empezó a acariciarme, bailando su cuerpo pegado al mío, a besar mi cuello y mi espalda, hasta que logro tenerme completamente de espaldas a él, así mis nalgas buscaban su pene, pegándose a él, quien evidentemente esta excitado, podía sentir sus ganas tan grandes como sentí su pene frotándolo sobre mi, así decidió llevarme con movimiento suaves al ritmo de la música hasta un taburete que esta cerca, donde ya sentado me recibió frente a él con las piernas abiertas.
Entre las copas y el ambiente tan obscuro, casi podíamos pasar desapercibidos y, creo que hasta ese momento nadie habría puesto atención a una pareja que cachondeaba con la música, además sin habernos quitado la ropa, entre sus jeans y los míos, más difícil aun que alguien se hubiera dado cuenta de que tan excitados estabamos.
Sin perder el ritmo, mías caderas se empezaron a mover de forma circular sobre su gran pene, que esta a punto de salir de entre su bragueta, sus besos inundaban mis labios y sus manos bajo mi blusa apretaban mis senos, los frotaban de adentro hacia fuera y cuando llegaba a mi pezón lo tomaba entre sus dedos con suaves masajes y fuertes apretones, poco a poco sus manos fueron bajando más mientras yo me entretenía besándole el cuello y frotando sobre el pantalón su pene, que sentía como seguía creciendo más y más (ya había comentado que este pene es el mejor que he visto, digno una buena mamada que pueda provocar sin remedio una corrida, una gran corrida), poco a poco sus manos fueron bajando cada vez más, pronto no sólo era su pantalón el que estorbaba, también el mío, con todo lo demás, para dejar este falle y comenzar una buena cogida.
Cuanto habremos bebido que no sentíamos a la gente del rededor, cuan excitados estabamos que nada nos hacía parar, de pronto sus manos sobre mis nalgas, una sobre el pantalón, pero la otra hasta dentro, llegando a mi culo y cachondeando con el, yo mientras jugaba con su pene con mis manos, haciéndolo crecer más y más con cada movimiento, yo ya no podía de tanta humedad, así que lo deje desabrocharme el pantalón y jugar con mi tanga la cual literalmente esta dentro de mi, en ese momento y sin dejar de chaquetearlo, sentí su mano en mi vagina, sentí como sus dedos buscaban mi hoyo y lo encontraban con gran facilidad, separando los labios para penetrar primero un dedo, después dos, moviéndolos de forma fascinante, rozando mi clítoris y recogiendo la humedad que salía de mi cuerpo, yo continuaba con lo mío, tratando de hacer llegar mi boca hasta su gran pene, para poderlo mamar a gusto y, terminar cogiendo, que eso no era ya tan importante, pues después de penetrarme con los dedos tuve una gran corrida, pero que sólo provocó en mi más ganas, ganas de tener su pene dentro de mi y que con gran fuerza lo metiera sacara, tantas veces como fuera posible, las veces necesarias para volverme a correr, sin embargo, esperaba que él también se corriera.
Pero las cosas habían llegado tan lejos que teníamos a muchos curiosos viendo como todo y, entre ellos el gerente del lugar, que no tuvo más remedio que sacarnos de ahí, así sin darnos oportunidad de nada más, claro que después de este calentón las cosas no podía parar ahí,
Otro día les contaré que paso después . . . . .