Noche de confesiones
Una de esas noches desperté en una cama extraña para mí, me dolía la cabeza, sudaba a mares, todo me daba vuelta, extendí los brazos y note un cuerpo igual de sudoroso a mi lado.
Nunca tuve reparo en contarles a mis amigos mi fantasía sexual, no era algo de lo que me avergonzara, mis amigas alucinaban, ¿ Cómo era posible que me sedujera más la idea de acostarme con otra chica y un chico, que no con dos chicos? Siempre les decía por respuesta, que si no sabía que hacer con una verga, menos con dos. Todos reían a carcajadas. En esa noche no confesiones, todos y cada uno de nosotros destapó sus más escondidos deseos. Así me enteré de cómo mi amigo de toda la vida, estaba loco por llevarme a la cama, que no soportaba pensar en otro hombre recorriendo mi cuerpo, porque eso lo enfurecía. Yo llegué a pensar si habíamos tomado el suero de la verdad o eso era lo que estábamos deseando hacer hace tiempo, decirnos todo lo que hacía años deseábamos decir.
Una noche de sinceridad, dejando atrás las noches de alcohol, en la que nos emborrachábamos hasta la saciedad y al día siguiente levantarnos y no acordarnos de prácticamente nada, solo pequeños fragmentos de lo que habíamos hecho y echarnos las manos a la cabeza.
Una de esas noches desperté en una cama extraña para mí, me dolía la cabeza, sudaba a mares, todo me daba vuelta, extendí los brazos y note un cuerpo igual de sudoroso a mi lado, en una fracción de segundo me vino todo a la mente, la discoteca, los amigos, las copas...las drogas y la cara de mi amigo Sergio. Recordé como me sacó de aquel sitio, casi a rastras, nos subimos en un taxi y llegamos a su casa.
Nena hoy te has pasado.- Me decía mientras abría la puerta y me levantaba en brazos.
Lo siento, de verdad, no se que me sucedió.- Le respondí y pasé mis brazos sobre su cuello.- Ahora estoy a salvo contigo.- Y lo besé.-
Me tumbó sobre la cama, se dirigió al baño, abrió el grifo de la bañera, tardo un poco en salir, pensé que estaría preparando un baño caliente, pero cual fue mi sorpresa cuando salió del baño, me tomó en brazos, y me lanzó a la bañera con el agua helada. Con el grito que le propine, debí despertar a la mitad del vecindario, pero me daba igual.
¡¡ Serás gilipollas!!!- Grité.- ¿ Se puede saber por que has hecho esto?
Para que te despejaras, me acabas de besar.- me respondió, mirándome a los ojos como si lo que había hecho, fuese a causa del alcohol.
Ya lo sé imbécil.- le dije, estaba totalmente mojada y tenía frío.- ¿ Esto se lo haces a todas las mujeres que te besan? Porque si es así no me extraña que sigas soltero.
Pensé que lo hacías porque estas borracha.- dijo extendiéndome una toalla.-
Lo hice, porque llevaba tiempo deseándolo.- le arrebaté la toalla de las manos con furia.- Pero cometí un error, ahora si me disculpas, me largo.- Le di un empujón y cayó al agua.-
Me dirigí a la puerta y él salió de la bañera para alcanzarme.
Espera, no te vayas así, estas empapada.- dijo reteniéndome por el brazo.-
No quiero permanecer a tu lado ni un segundo mas.- le respondí zafándome del brazo.- Sabía que te caía mal, pero no tanto, la verdad.
¿De donde sacas esa tontería?.- me preguntó.-Nunca me has caído mal.
Pues a mí me lo parecía, tu indiferencia, tus miradas asesinas.
Eso era solo una coraza para que no supieras realmente que te deseaba.- Mientras decía esto, se acercó a mí y puso su cara frente a la mía. No dijimos nada más, alargar aquella situación era una estupidez, los dos nos deseábamos, me besó, yo de un salto me enredé en su cintura, me llevó hasta la habitación, me despojó de mis ropas totalmente húmedas, se despojó de las suyas y nos tiramos sobre la cama. Estaba extasiada, pletórica, la mezcla de embriaguez y excitación me enloquecía, sus manos recorrían mi cuerpo con verdadera maestría, sus labios buscaban los míos. Así pasamos toda la noche, entre caricias y gemidos, hasta que finalmente culminamos los dos en un orgasmo apoteósico. Cuando desperté, recordé la que había pasado y me fui a mi casa.
Dos noches después de lo sucedido, nos encontrábamos todos reunidos, en esa noche en la que todo eran confesiones. Esa noche me enteré de todos los pensamientos y actos pasados de mis amigos, ellos de los míos, nos quedamos toda la noche en vela. La única pareja de novios que existía en nuestro grupo de amigos, nos confeso que también tenían mi misma fantasía, yo dije que estaba disponible y todos se lo tomaron a broma, menos la pareja y yo, que nos miramos y él me guiñó el ojo.
Esa noche nunca se volvió a repetir, pero siempre quedaría en nuestras mentes, cada una de las palabras que allí se dijeron, quedaron sepultadas en lo mas profundo de nuestras mentes, eso hizo que nuestra amistad se sellara aun mas, pensé que después de todo eso, no volveríamos a miramos a las caras, pero todo lo contrario.
Una noche quedamos todos en salir a cenar, ya que la pareja nos habían notificado que estaban prometidos y que se casarían enseguida. Quedamos en el restaurante de siempre, la noche se presentaba muy agradable, era cálida, estrellada, era magnifica, yo presenté en el restaurante con vestido negro, por encima de las rodillas y tirantes, el escote dejaba entre ver mis senos, redondos y morenos, mis pies lucían unos zapatos con un tacón de vértigo, mi melena rubia hasta la cintura estaba suelta, no me maquille mucho, solo un poco de colorete, rimel y los labios de un rojo pasión llamaban la atención. Al entrar todas las miradas se posaron en mí, algunos de los presentes murmuraron algo que no llegué a entender. Me dirigí a la mesa de mis amigos y me senté, al terminar de cenar nos fuimos a tomar unas copas en una discoteca que estaba de moda. Estuvimos bailando, bebiendo y riendo. Cuando ya estábamos con dos copas encima, nos comenzamos a sentir mas desinhibidos. Fui a la pista y con los ojos cerrados bailé. Sentí unas manos en mi cintura, y creí que era el chico con el que pase la otra noche, pero cual fue mi sorpresa al comprobar que era el novio de mi amiga, le sonreí.
No he tenido la oportunidad de felicitarte como mereces.- Y sin más le besé en la boca.-
Creo que esta noche es la idónea para realizar nuestras fantasías.-
¿Ella esta de acuerdo?.-
Lo desea mas que nadie, además hoy estas preciosa y eso hace que yo lo desee aún más.
Seguimos bailando, y al terminar la canción nos dirigimos a nuestros amigos, y tomando a mi amiga dije:
Nosotros nos vamos ahora, mañana nos vemos. Los tres salimos tomados por la cintura, nuestros amigos se quedaron atrás, perplejos, viendo como nos alejábamos.
Llegamos a mi piso los hice entrar y cerré la puerta tras de mí...
Desperté a las cinco de la mañana, enredada entre brazos y piernas gira la cabeza y vi a mi amiga, gire hacia el otro lado y mi a su novio, me levanté y me dirigí al cuarto de baño. Abrí el grifo del lava manos, me mojé la cara y detuve mi mirada ante el espejo.
Había realizado mi fantasía y había sido mucho mejor de lo que me imaginaba, tenía que repetirlo, si algunos de ustedes tiene una fantasía y se os presenta la oportunidad de realizarla, háganlo, os lo aconsejo.
El sentir como una mujer acariciaba mi cuerpo era nuevo para mí, como su boca besaba la mía era una experiencia única y si además añadimos el morbo de saber que tenemos un espectador, es el no va más. Me dejé hacer cuanto quisieron, no me importaba nada, solo sentía placer, ella descendió hasta mi fruto, jugoso, anhelando sus labios, la recibió como nunca antes había recibido ninguna otra boca, quien mejor que una mujer sabe donde tiene que lamer, morder y sorber... Mis manos se retorcían, mi cuerpo se arqueaba, mis labios pedían más, aceleró el ritmo y me corrí, vaya que si me corrí, que maravillosa sensación, ella se tumbó esperando ser tratada con la misma pasión, y no la defraudé. Estaba de rodillas, con mi culito en pompa, comiéndola el coño como nunca antes se lo habían comido, cuando sentí las manos de él sobre mis caderas.
No soporto ver como os lo montáis y permanecer impávido, yo también quiero placer.
Las dos le miramos y sonreímos. Él besó mi espalda y descendió hasta llegar a mis glúteos, los que abrió con verdadera parsimonia, mi agujerito aún virgen lo recibió expectante, dibujo círculos en él, y poco a poco lo fue introduciendo, el dolor casi muerdo a mi amiga donde no debía y ahogué mi gemido apretando mis labios en su coñito jugoso, poco a poco iba dilatando mi agujerito lo suficiente para poder penetrarme. Lo hizo sin mas miramientos, y el dolor y placer que sentía al mismo tiempo me enloqueció, al mismo ritmo que él me bombeaba, yo hacia estremecer a mi amiga, que en unos segundos se corrió en mi boca, bebí todos sus jugos, que se escapaban entre la comisura de mis labios y pegando mi lengua a su clítoris absorbía todo, arrebatándole otro orgasmo, él seguía bombeándome cada vez con mas furia, hasta que me llenó de su semen, que resbalaba entre mis piernas, esa experiencia fue maravillosa, nos tumbamos los tres en la cama, con nuestros fluidos aun emanando y abrazados nos quedamos dormidos. Ahora estoy frente al espejo, sonriendo y deseando volver a tener otra experiencia igual o mejor a esta.
FIN