Noche de chicas (1)

Una noche primaveral salgo con mi amiga de fiesta, conocemos a dos chicos y acabamos en casa de uno de ellos follando todos sobre la misma cama.

Fue en la Primavera de hace dos años. Estábamos a mediados de Mayo y ya empezaba a hacer calor. Las noches eran templadas y ya podías salir a la calle sin chaqueta. Las terrazas nocturnas empezaban a estar llenas, la gente hacía botellón en la calle y a todo el mundo le apetecía salir a tomar algo. A todo el mundo menos a mis amigas. Bueno, solo Elena se había animado a venirse a mi casa a cenar conmigo y a ver que hacíamos. Las demás se habían quedado en casa o estaban con sus novios. Era un Viernes y estaban cansadas de madrugar toda la semana para ir a la Universidad. Tenían 20 años y parecían unas viejas.

Elena no era mi mejor amiga pero siempre me había llevado muy bien con ella. Iba a mi misma Universidad pero a otra clase distinta. Nunca habíamos tenido roces, ni celos o envidias. Habíamos salido muchas veces juntas y siempre lo habíamos pasado bien. A si que se vino a mi casa y la invité a cenar. Cenamos bastante ligero y nos metimos en internet a buscar información sobre alguna fiesta que habría esa noche. No nos poníamos de acuerdo a que sitio ir, siempre acabábamos sacándole alguna pega a cualquier discoteca. Que si ahí el alcohol es malísimo, que ahí hay que hacer mucha cola y está lleno de babosos, que si ahí suele ir mi ex con su nueva novia…total que parecía que no nos íbamos a poner de acuerdo hasta que vimos que esa misma noche se inauguraba la terraza del ultimo piso de una famosa discoteca. Al ser la inauguración las chicas entrabamos gratis y teníamos un mojito y chupito también gratis. Nos encantó la idea y decidimos ir allí.

Nunca me he considerado una pija pero es verdad que me gasto bastante dinero en ropa y procuro ir a la moda. Tanto Elena como yo vamos a Universidades privadas y nuestros padres tienen dinero a si que siempre lucimos últimos modelos de ropa y solemos salir por los sitios caros de la ciudad. La discoteca a la que íbamos a ir era bastante pija y además inauguraba la terraza de verano a si que tendríamos que estar rompedoras esa noche. A si que fuimos a mi habitación a cambiarnos y ponernos guapas para salir.

Elena no se había traído ropa adecuada para ir a un sitio tan pijo pero no había problema porque usábamos la misma talla de ropa y somos prácticamente igual de altas. Yo soy morena, con ojos miel, labios carnosos, mido 1,75 y peso 54 kilos. Uso una talla 90, tengo cintura atlética y marco un poco de abdominales, tengo un culo pequeño y respingón y mis piernas son largas y delgadas. Voy bastante al gimnasio y me gusta llevar una dieta equilibrada. Me encanta el deporte y siempre he tenido un buen cuerpo.

Habíamos empezado a sacar ropa y ropa. Mi cama y la habitación estaban llenas de ropa por todos sitios. Al final decidimos que nos pondríamos las dos un vestido ajustado y corto de noche y unos tacones. La noche era calurosa y no pasaríamos frío. Yo elegí uno color azul eléctrico con escote palabra de honor y Elena eligió uno muy parecido pero de color granate. Elena empezó a desnudarse y es cuando me acordé. Se había operado las tetas hacía 3 meses y algo. Siempre había estado acomplejada y por fin había podido operarse. Elena era rubia natural, ojos azules, labios finos, mide 1,77 y pesa unos 56 kilos. Se había puesto una talla 100 de pecho, tenía una cintura muy moldeada, un buen culo y unas piernas largas y bonitas. También se cuidaba mucho y se notaba en su cuerpazo.

-“Se me había olvidado que te habías operado las tetas, tía.”- la dije

-“Joder, ya no me duelen ni me molestan ni nada, mira”- me dijo mientras se quitaba el sujetador.

Le habían quedado preciosas, muy naturales con los pezones bien puestos y claros y apenas se veía la cicatriz de la operación.

-“Por 8.000 € que me costaron ya pueden estar bien”- dijo riéndose

-“Si algún día me las opero voy a tu cirujano, nena”- dije riéndome

-“¿Pero que dices tía? si a ti nunca te ha hecho falta. Acuérdate las tetas que yo tenía antes. Tu siempre las has tenido perfectas” –me aseguró.

Y era verdad, o bueno eso me habían dicho todos los que las habían visto. Tengo las aureolas y los pezones pequeños y un poco oscuros. A todos les encantaban y nunca había tenido complejo por ello.

Empezamos a desnudarnos y a ponernos los vestidos. Elegimos llevar las dos un tanga de hilo. El mío era negro con un cierre plateado a los lados y el de Elena era rosa clarito.

-“Siempre he envidiado tu culo”- -¿Cómo coño lo haces para tenerlo tan chiquitito y respingón? -me dijo Elena

-“Jajaja no lo se tía. Viene de serie” –la dije riéndome.

Mi culo era pequeño si. Pero no huesudo, todo lo contrario se me salía de forma respingona haciendo una curva perfecta. Si tienes las manos grandes tu palma me tapará toda una nalga.

No nos pusimos sujetador, claro está, y tuve que ayudarla un poco a meter sus tetas en mi vestido y que no se la salieran mucho. Al final lo arreglamos bien y las tetas quedaron mas o menos escondidas. Nos maquillamos, yo no uso mucho maquillaje pero nos pintamos los labios de rojo y nos peinamos. Yo me recogí el pelo en una coleta y ella se lo dejó suelto. Tras una larga hora y media cogimos nuestros bolsos y llamamos a un taxi para que nos llevara a la discoteca.

Llegamos a una buena hora y no tuvimos que hacer mucha cola. Debimos de tener suerte porque a los 10 minutos de llegar ya no podía ver cuanta gente había detrás nuestra. A los 20 minutos de llegar por fin pudimos entrar y subir a la terraza. Cuando llegamos ya estaba prácticamente llena. Por todos los lados de la terraza habían colocado sillones tipo cama y había gente tirada mientras bebía y charlaba. En medio había dejado la pista vacía y las barras estaban en las esquinas. Levantabas la vista al cielo y veías las estrellas en el cielo con la luna. Había quedado perfecto y parecía que iba a ser una gran noche. Conseguimos llegar a una de las barras no sin antes esquivar a unos cuantos plastas y nos pedimos nuestros mojitos. Brindamos y dijimos que que tontas habían sido las otras por quedarse en casa.

Llevaríamos unas dos horas en la terraza cuando fuimos a por nuestra cuarta copa. Los mojitos nos habían durado 10 minutos y desde entonces estábamos bebiendo ron con coca cola. Habíamos estado bailando en la terraza, conociendo a gente y riéndonos de alguna que otra fea. Había muy buen ambiente. Se notaba que la gente que había allí tenia dinero, lo pasaba bien y no trataba de disimularlo.

“Joder tía estoy empezando a ponerme pedo” –me dijo Elena en la barra

“Y yo” – la dije riéndome

“Oye, pídeme la copa que voy a mear que no me aguanto más”-dijo Elena mientras se iba.

Pasaron unos 20 minutos en los que yo me bebí mi copa y parte de la suya hasta que Elena por fin apareció pero no sola. Llegó acompañada de dos macizos rubios de ojos claros y de metro 90 al menos.

“Joder tía ¿dónde coño te has metido? Llevo casi media hora esperándote –la dije cabreada

“Hostia! Si tienes mi copa jaja. Se me había olvidado y todo. Es que he conocido en la puerta del baño a estos dos chicos, mira. Este es Cristian” –me presentó Elena

“Encantada” y le di dos besos

“Ese es el mío” me susurró al oído Elena

“Y este es Fran” –dijo Elena

“Encantada” –dije

“Es el tuyo” me dijo riéndose Elena

Fran, como ya he dicho, era rubio con ojos azules, con una boca pequeña y con el pelo corto cortado a lo militar. Media 1,92, pesaría unos 94 kilos, espalda y hombros anchos, con manos grandes, y pecho y bíceps fuertes. También tenia un buen culo. Vestía vaqueros, zapatos y camisa. Estaba buenísimo.

Cristian también era rubio con ojos azules, llevaba el pelo con una cresta pequeña y tenia los labios carnosos. Era mas bajito que Fran, media 1,87, 82 kilos mas o menos. Delgadito pero marcado y fibroso. Vestía vaqueros una camiseta de pico y zapatillas. También estaba buenísimo.

Lo que hablamos no tiene importancia. Solo destacar que eran amigos que habían ido solos como nosotras, que se habían tirado en la cola casi 1 hora y que nos habían visto entrar o eso decían. Eran estudiantes como nosotras y habían venido con más gente. Se habían reservado una de los sillones cama con otra gente y nos invitaron a ir con ellos. Y fuimos.

Al llegar al reservado nos tumbamos con ellos en las camas. Nos presentaron a mas gente y nos invitaron a copas. Eran muy agradables y simpáticos. Estuvimos riéndonos mientras flirteábamos, jugábamos con nuestras miradas y nos reíamos al oído. En un momento dado Elena me dijo que la acompañara al baño y la seguí. Al llegar nos metimos en un retrete y cerró el pestillo.

-“¿Bueno qué tía? –me dijo Elena mientras se bajaba el tanga para mear

-¿Joder, qué de qué? ¿están tremendos no? –la dije mientras me encendía un cigarro

-¿Y tan tremendos? Yo no me lo he comido porque me daba palo por si a ti el tuyo no te molaba –me dijo Elena mientras meaba

-¡Joder, yo igual! –y nos reímos las dos

-Bueno pues ahora salimos ahí, nos los llevábamos a la pista y nos enrollamos con ellos. –dijo Elena levantándose

Salimos a buscarles y nos los llevamos a la pista. Nos hicimos un hueco y empezamos a bailar con ellos. Fran me agarró de la cintura y me acercó a su boca y nos besamos. Nuestras lenguas empezaron a jugar mientras le agarraba de la espalda y sus manos agarraban mi culo.

-Creía que no te ibas a decidir- me dijo

-Nada como una charla de chicas para decidirse –le dije riéndome

Nuestras bocas volvieron a unirse y nos besamos lentamente mientras nos acariciábamos. Me di la vuelta y acerqué mi culo a su paquete. Agarró mis manos y empezamos a bailar. Pude ver como Elena se enrollaba con Cristian delante mía mientras yo movía mi culo de un lado a otro sobre el paquete de Fran. Empezaba a notar su polla dura bajo el pantalón y sus manos recorriendo mi cuerpo, mis ingles y a veces mis tetas provocaron que empezara a ponerme caliente. Pude ver como las manos de Cristian jugaban con el culo de Elena mientras ella le comía el cuello y la oreja. Se dio la vuelta y me sonrió, la sonreí y nos reímos. Nos acercamos las dos parejas y me puse a bailar con Elena mientras ellos hablaban. Un par de veces les miramos provocativamente y se acercaron a besarnos, a bailar con nosotras y a meternos mano.

Fue Cristian el que sugirió la idea

-“Oye chicas. Mirad, nosotros nos vamos a ir ahora de aquí a mi casa a terminar la noche. Vivo en un chalet a las afueras de la ciudad y estoy solo. Se van a venir unos cuantos de los que estaban en el reservado con nosotros y otra gente. Nos encantaría que nos acompañaseis sin ningún compromiso. Si os queréis ir os acercamos a vuestra casa u os pedimos un taxi, por eso no hay problema. Pero queremos que vengáis porque la noche está siendo de puta madre. ¿Qué decís?”- dijo Cristian

-“Vámonos” –dijimos las dos a la vez.

A los 20 minutos ya estábamos en el coche de Cristian camino de su casa. Tenía un BMW X6 negro con las lunas tintadas último modelo. Él conducía y Elena estaba a su lado. Yo iba atrás con Fran. Otros coches nos seguían por la autopista. Tardamos 15 minutos en llegar a una cara urbanización. Me pasé el trayecto enrollándome con Fran. Le acariciaba su pecho y metía mi mano bajo su camisa tocando su fuerte torso. Él me correspondía agarrándome las tetas y metiendo la mano entre mis piernas. La excitación se me mezclaba con el alcohol y provocaba que estuviera cachonda y mojando el tanga. Empecé a manosearle el paquete y a notar su polla dura cuando justo llegamos a casa de Cristian.

Metió el coche en el garaje. Abrió la puerta para que entrase la demás gente y entramos en su casa. Nos contó que acababa de mudarse y es por eso por lo que prácticamente no había muebles. En el amplio salón solo había sillones, sillas una tele y un equipo de DJ. Alguien se puso a pinchar música y nos pusimos unas copas. Cristian nos llevó a uno de los sillones y nos sentamos con ellos. Empezamos a enrollarnos otra vez cada una con el suyo. En un momento dado Elena se puso encima de Cristian colocándole las tetas en la cara y riéndose. Nosotros nos reímos también. Se la veía medio culo. Fran me agarró he hizo lo mismo. Noté frío en mi culo y supuse que se me estaba viendo pero me dio igual porque empecé a frotarme fuerte contra su paquete mientras nos besábamos. Nuestras lenguas jugaban y nuestras manos empezaban a explorar nuestros cuerpos. Mi mano se empezó a deslizar dentro de su pecho. Acaricié sus abdominales y me estiré para desabrocharle el pantalón. Me agarró fuerte del culo, metí la mano dentro de su bóxer y le agarré el duro capullo con los dedos. En ese mismo momento alguien me agarró del brazo. Cuando miré quien era vi a Cristian de pie agarrando a Elena.

-“Vamos a arriba que estaremos más tranquilos” –dijo

Salimos del salón y le seguimos por un pasillo hasta llegar a unas escaleras. Cristian iba primero con Elena detrás. Yo empecé a subir detrás de Elena moviendo mi culo provocativamente para que me viera Fran. Me agarró de la cintura y me dijo:

“Me encanta tu culo”

“Lo sé”-respondí.

Al llegar a arriba Cristian abrió una puerta con una llave. Pasad, nos dijo.

Entramos en una gran habitación en la que había un gran ventanal a uno de los lados, en el otro lado había una puerta entreabierta en la que se veía un baño. Había una gran cama de 3,20 metros de ancho en el medio de la habitación y una tele. Nada más. Cerró con llave la puerta detrás de nosotras y bajó un poco la luz.

“A lo mejor no os gusta la idea, pero el problema es que solo hay esta habitación montada en toda la casa. Es la mía. Mandé que hicieran la cama a medida y la trajeron esta semana. A lo mejor os apetece seguir abajo enrollándonos, bailando y bebiendo pero si os apetece hacer algo más tendrá que ser aquí o en el coche porque no hay otro sitio en toda la casa. A lo mejor es una situación incomoda pero yo no lo veo mal. Hay hueco de sobra en la cama para dos o tres parejas. Si queréis ir al coche aquí tengo la llave como queráis aunque creo que aquí lo vamos a pasar mejor”

Hubo unos segundos de silencio que se hicieron eternos. Elena y yo nos mirábamos y los mirábamos a ellos. A mi no me importaba que estuviera ella al lado, yo iba a estar concentrada en Fran. Ya había tenido una experiencia parecida. Una amiga y yo nos habíamos follado a unos en la misma habitación pero en camas diferentes, nunca en la misma cama. Estaba muy excitada y sabía que Elena también. A si que me descalcé, lancé los tacones lejos agarré a Fran de la mano, le besé y dije:

“Yo quiero follar en esa cama”

Todos se rieron. Elena agarró a Cristian y dijo:

“Joder, nena y yo!!”

Me acerqué a la cama con Fran agarrado de la mano. Nos pusimos junto al borde derecho de la cama, de pie. Le rodee con mis brazos su cuello y acerque mis labios a los suyos. Elena estaba al otro lado de la cama, también de pie junto a Cristian. La cama era tan grande que parecía haber un mundo entre las dos parejas. Fran empezó a desabrocharse la camisa y empecé a besarle el pecho musculado. Le agarraba la espalda mientras le besaba el pectoral y los pezones. Lanzó la camisa lejos y comenzó a desabrocharse el pantalón. Se lo quitó mientras le besaba el cuello y estiraba mi mano hacia su paquete. Le agarré fuerte la polla por encima del bóxer. Estaba dura y parecía bien grande. Apartó mi mano de su polla y empezó a bajarme el vestido. Mientras lo hacía vi como Elena estaba tumbada en la cama sobre Cristian. Él estaba sin camiseta y ella le besaba mientras le manoseaba el paquete.

Fran me quitó el vestido y lo apartó de mis pies. Estaba en tetas frente a él. Con los pezones erectos y duros. Se acercó a mi y puso sus dos manos sobre mis tetas. Estiré la mano y la metí dentro de su bóxer mientras me manoseaba y lamia mis pezones. La respiración se me empezó a acelerar, empecé a gemir cuando conseguí agarrar su dura polla dentro del bóxer y empezar a menearla suavemente. Su capullo estaba empapado y ardiendo. Se llevó uno de mis pechos a la boca y deslizó su mano dentro de mi tanga. Me acarició suavemente el coño húmedo antes de sepáramelo con sus dedos y empezar a explorarlo. Yo empecé a meneársela rápido y él me metió un dedo dentro. Empecé a gemir aún mas rápido. Me agarraba a su espalda mientras me movía con él. Sacó sus dedos y me sacó la mano de su polla. Me dio la vuelta y me dio un azote en el culo antes de bajarme el tanga.

“Me encanta tu culo, nena. Me entra en una mano, mira” –dijo antes de levantarme en brazos desde el culo y pegarme a su cara.

Reí antes de besarle de nuevo. Me dejó caer en la cama. Miré a un lado y vi a Elena desnuda encima de Cristian. Él también estaba desnudo. Elena le masturbaba mientras él le comía las tetas. Tenía una polla gorda. No muy grande, lo justo. Pero gorda como nunca había visto. Mientras que le comía las tetas a Elena se escuchaba:

“Que tetas, nena. Qué tetas mas buenas”

Fran y yo empezamos a reírnos a carcajadas. Ellos pararon y nos miraron riéndose también.

“¿Qué os pasa? Jajá Es la verdad ¿no? Mirad que tetas” -dijo Cristian

Levantó a Elena y ella se incorporó mostrándonos sus preciosas tetas operadas

“Lo mío me han costado jajá” -dijo una excitada Elena

“Son preciosas, nena. Ya te lo he dicho antes” le dije.

“Si lo son, si” –dijo Fran. “Sentimos haberos cortado el rollo” –concluyó

“Si ni siquiera hemos empezado” dijo Elena

“¿Estáis cómodas chicas?” –preguntó Cristian

Las dos contestamos que sí.

“Si queréis podemos hacerlo más interesante” -dijo Fran

“¿Queréis que nos enrollemos no?” –le pregunté

“Sí, pero aún no. Podríamos jugar al espejo” –me respondió Fran

“¿Qué coño es eso tío?” –preguntó Cristian

“Una pareja repite lo que hace la otra. La misma postura, el mismo ritmo, todo.” –dijo sonriendo Fran

“Por mi no hay problema” – dijo Elena. Pero rápido que me enfrío

“¿Y por ti, nena?” –me preguntó.

“Tampoco hay problema jajá” –dije riéndome

“Cojonudo, quien empieza? –preguntó Cristian

“Nosotros” –dije rotunda

Tumbé a Fran sobre la cama y me puse encima de él. Empecé besándole los labios mientras poco a poco me iba escurriendo hacia abajo. Le besaba el pecho suavemente, mientras me iba deslizando hacia sus abdominales. Empecé a besarle la tableta mientras mis manos acariciaban su pecho. Continué bajando hasta llegar a su ombligo y me deslicé un poco mas abajo. Empecé a quitarle el bóxer. Él se incorporó y terminó por quitárselo. Por fin tenía la polla fuera y era magnifica. Se la agarré desde la base y empecé a menearla suave. Miré a un lado y vi a Elena hacer lo mismo mientras miraba a Cristian a los ojos. Me concentré en Fran y le solté la polla. Empecé a besarle la ingle. Rodeando su polla. Estaba totalmente erecta y no hacía falta que la agarrase. Empecé a besarle la base de la polla y fui subiendo poco a poco hasta llegar a su capullo. Puse mis labios sobre él. Lo besé y lo recorrí con mi lengua de un lado a otro mientras con mi mano le manoseaba los huevos y con la otra le acariciaba los abdominales. Él se retorcía y mi coño no paraba de mojarse. Al final puse otra vez mis labios sobre su capullo y dije:

“Ahora, Elena”

Y comencé a chupársela. Hice presión con mis labios y su polla abrió mi boca. El capullo entro suave y ardiente en mi húmeda boca. Mis dos manos estaban sobre su abdomen. Poco a poco su polla iba entrando más y más en mi boca hasta que ya no pude más. Empecé a subir y a bajar mi cabeza lentamente girándola al final al llegar al capullo. Cuando llegaba al capullo me entretenía con el girando mi cabeza sobre él, metiéndomelo un poco, luego un poco más y luego la polla hasta donde podía. Empecé a gemir y a respirar fuerte por la nariz y mi ritmo se aceleró. Su polla entraba dura y rápido en mi boca. Notaba las palpitaciones de sus venas en mi lengua. Se retorcía y gemía. Yo también. La cogí con una de mis manos y me ayudé. Le masturbaba a la vez que se la mamaba bien rápido. Cuando la sacaba veía su capullo lleno de mi saliva y se lo limpiaba con la boca. Fui tragándome sus líquidos mientras él se retorcía. Notaba mi coño arder y empecé a masturbarme mientras se la mamaba.

“Joder nena que bien la comes” –llegó a decirme

Miré a mi lado con su polla en mi boca y con mi mano en mi coño y vi como Cristian y él se sonreían y se chocaban la mano. No me había dado cuenta de que estuviéramos tan cerca. Me fijé en Elena y la vi comiéndole la polla al mismo ritmo que le masturbaba. Se echó el pelo a un lado y me miró. Se sacó la polla de la boca y me sonrió. No podía creer que esto estuviera pasando. Mi amiga y yo en la misma cama comiéndoles la polla a dos tíos que acabábamos de conocer. Solté una carcajada y todos se rieron.

“Nosotros tampoco lo imaginábamos, nena” –me dijo Cristian

“Esto es la hostia, cielo. No pares ahora” –me dijo Fran

“¿Hasta el final, Aina? –me preguntó Elena

“Hasta el final” -la dije sonriendo a Fran

Me incorporé y me levanté de la cama. Cogí un cojín de la cama y lo tiré al suelo. Hice que Fran se levantara y me arrodillé sobre el cojín. Puse mis manos en su culo. Abrí mi boca y agarré su capullo con los labios. Empecé a comérmelo entero, solo el capullo. Entraba en mi boca y jugaba con mi lengua. Poco a poco iba entrando su polla. Cada vez un poco mas de polla, y más, y más hasta que me atraganté. Fran agarró mi cabeza, cogió mi coleta y empezó a follarme la boca suavemente. Empujaba al mismo ritmo que yo mamaba, los dos a la vez. Cada vez le sentía más duro en la boca y se retorcía mientras le miraba a los ojos y estiraba mis brazos acariciando sus abdominales. Pude ver a Elena hacer lo mismo un poco mas a lo lejos, mamaba y mamaba y Cristian empujaba. Deslicé mi mano de nuevo a la polla y le empecé a masturbar rápido a la vez que chupaba. Ahora si que entraba rápido. Él sujetaba mi cabeza fuertemente y empujaba a buen ritmo. De vez en cuando sus huevos chocaban en mi barbilla. Me atraganté un par de veces pero no podía parar de mamar. Me encantaba estar a su merced de rodillas.

“Me corrooo” –escuché decir a Cristian

“Dámelo, dámelo” –dijo una excitada Elena

Escuché un gemido largo y profundo cuando de pronto dijo Fran

“Y yo”

Lo primero que noté fue una contracción de su polla en mi boca. Su gemido llegó a mis oídos antes que su leche a mi boca. Yo chupaba rápido moviendo bien mi cabeza cuando se me empezó a llenar la boca con su semen. Cuando la abrí empezó a chorrear por mis labios. El seguía corriéndose y me salpicó la cara y un poco las tetas. Notar su leche caliente en mi boca y cuerpo provocó me excitara aún más. Vi todo su capullo lleno de leche y empecé a mamárselo para limpiarle.

“Que bueno, joder. Que boca tienes” –me dijo

“Me encanta chupar” –respondí sonriéndole

La chupé por un lado y por el otro. Rebañé el capullo y le pajeé para sacar las ultimas gotas. Se la dejé limpia. Tragué un poco y lo demás lo escupí sobre mis tetas. Me incorporó y me dio un profundo beso mientras me metía un dedo en el coño.

“Ve a lavarte, que ahora me toca a mi” –me sonrió

Caminé en dirección al baño justo en el momento que Elena se levantaba del suelo. Sus labios y tetas estaban llenas de leche. Cristian estaba rojo y la polla le estaba empezando a flojear. Elena me agarró la mano y me subió a la cama. Estábamos ahí de pie en medio de esa gran cama desnudas y llenas de leche con nuestros chicos a cada lado igual de sorprendidos que yo cuando me besó. En un primer momento me eché hacia atrás y casi me caigo de culo, pero ella me agarró la cintura y pegó su pecho al mío cuando metió la lengua en mi boca. Noté una especie de pinchazo que me recorrió toda la columna vertebral y las piernas me temblaron cuando mi lengua se puso a jugar con la suya. Nuestras bocas y nuestros pechos estaban llenos de leche de nuestros chicos pero se juntaban y se mezclaban como si de una sola corrida se tratase. Me agarró del culo y yo del suyo. Escuchaba a los chicos silbarnos y decirnos cosas pero no llegaba a entenderles. Estaba casi paralizada pero más cachonda que en toda mi vida. Conseguí apartarla y que dejara de besarme.

“¿Qué…Por..Por qué lo has hecho? –logré preguntar

“No lo sé, estoy cachonda y borracha. ¿Tú no? –me preguntó sonriendo

“Si. Pero nunca se me habría ocurrido” –la dije seria

“Pues ya está. Lo hemos hecho y punto. Además se que te ha gustado lo he notado. A si que venga, vamos al baño a lavarnos que quiero follar” –dijo mientras se bajaba de la cama.

Yo me quedé unos segundos de pie antes de seguirla mientras todos nos reíamos.

Continuará…