Noche de cacería
Como perro en celo, salí por la noche de caza para ver si encontraba alguna presa que comerme, y vaya que si encontré.
Cuento mis experiencias a modo de diario personal. Esta vez, les contaré el relato de una noche de cacería.
El día había empezado bastante caliente. Nada más encender el móvil ya tenía varios mensajes en mi grindr y unas cuantas fotos de pollas y traseros que ya me pusieron bastante cachondo. Quería quedar pero era imposible por tener que ir a currar. Así pasó el día, epro cada vez la cosa estaba peor… clientes buenorros vestidos de deporte y con pantalones que les marcaban todo, chicos jóvenes con caras bonitas, traseros de infarto…. O yo estaba muy cachondo o todo estaba indicando que hoy debía de pillar cacho.
Llegó la noche y no había plan… los de por la mañana ahora no podía, los follamigos no están disponibles, los colegas para salir de marcha tampoco… un sábado noche y yo en este plan…
Pues nada, que cuando la polla pica hay que rascarla, así que me fui a una zona de cruising que queda por donde yo vivo a ver si cazaba algo…. Y vaya que si cacé. Decirles que soy de Tenerife, España y actualmente tengo 30 años. Moreno, alto, buen cuerpo, ojos verdes, masculino y con barba. A lo que iba, me fui de cruising a una zona que hay por el norte de la isla y aunque no había mucho movimiento de coches ni de gente me quedé un rato. Me fui de paseo por los oscuros pasillos del parque mientras me iba fumando un cigarro y me senté en un banco, como animal que espera ver pasar a su presa. Pasaron unas cuantas pero no llamaron mi atención hasta que vi pasar un tío, como de 35-40 años, moreno, más bajo que yo, como de 175, de cuerpo normal, con barba, vestido con unos vaqueros y una sudadera. Lo vi entrar entre en las plantas del jardín, que son bastante grandes y ocultan a los que están detrás, y ahí que fui detrás. Para mi sorpresa no solo estaba él, habían unos cuantos más, y bueno…. fui inspeccionando el terreno. Altos, bajos, flacos, patitas de pollo… había de todo paseando por esa zona solitaria, oscura y alejada del pasillo central. Al final, la cosa se fue calmando, los paseantes fueron disminuyendo y yo seguía asechando a mi presa, que se fue disimuladamente a una zona más apartada y tranquila, tras la gran vegetación que había por allí. Lo segui, fui tras sus pasos, pasé a su lado y seguí hacia delante mientras el quedaba inmóvil. Miré al frente, oía el mar y veía las estrellas, y poco a poco me fui dando la vuelta hasta quedar de frente a mi presa. Decir, q a pesar de lo que pueda parecer, estas cosas me dan bastante corte pero la calentura a veces nos hace hacer cosas que en otro no haríamos. Lo estaba viendo de frente, oculto en la oscuridad de la noche y del lugar, pero podía percibir perfectamente que se estaba sobando el paquete y mirando fijamente; señal de la presa había caído en la trampa. Se siguió sobando el paquete y bajo mi mirada atenta, comenzó a desabrocharte el cinto, luego el pantalón, bajo su cremallera y se sacó la polla. Veía como se la sobaba, como se la estaba pajeando a un ritmo suave pero continuo, y sin quitarme la mirada. Ya estas alturas, sobra decir, que yo estaba ya como empalmadísimo con la polla como una roca y aprisionándome los pantalones. Mientras él fue haciendo todo su show, yo me iba acercando hasta llegar a plantarme delante suyo, momento en el que nuestras miradas se cruzaron. Yo empecé, sin quitarle la mirada, a desabrocharme el pantalón, y sacarme mis 18 cm aprisionados de dentro de mis gayumbos. Cuando ya la liberé, nuestras miradas solo se fijaban en la polla del otro, y ahí fue cuando, alargando nuestras manos, nos tocamos mutuamente nuestras herramientas de juego y que tanto nos hacen perder la cabeza. Ahora que ya la tenía agarrada, si podía sentirla y verla bien, una polla no muy gorda, si larga, como de 20 cm, con gran dureza y con pellejo, que mirándole, se la pajeaba de adelante a detrás, era una buena polla, como a mí me gustan. Nos estuvimos masturbando un rato, tocándonos los cojones, sobándonos la zona y vigilando, a través de los arbustos, que nadie viniera a interrumpirnos. Aquella polla me estaba llamando, me gustaba… por eso me agache y empecé a comérmela, a saborearla, a metérmela toda en la boca y a darle a mi amante, una buena mamada. Lo oía gemir, eso era buena señal de que estaba disfrutando. Se fue animando y comenzó a follarme la boca, se veía que le gustaba metérmela toda en la boca y a mí también. Yo suelo hacer el rol de activo, llevando la voz cantante como quien dice, pero esa noche me estaba dejando llevar. Me gustaba su juego, su estilo….. como me ponía su mano en mi cabeza y me marcaba el ritmo, lo estaba disfrutando. No sé cuánto estuve comiéndosela, fue un rato, pero mi amante quería más, o eso entendía yo cuando comenzó a meterme la mano por el pantalón para coger mis nalgas…. las sobaba, las apretaba, me tocaba el ojete y empezaba a masajearlo. En eso me incorporé, me cogió de las caderas y me giró, me puso de espaldas a él y yo entendí lo que quería. Me terminé de bajar los pantalones y los gayumbos y deje mi culo a su merced. Le oí sacar un condón y abrirlo, y mientras él se preparaba yo me estaba masturbando y preparándome para lo que venía. Hacía ya tiempo que no me follaban pero venía con ganas desde hacía bastante, eso sí, para dejarme follar me tiene que gustar el tío, que tenga una buena polla y que sea dominante, cosa que se estaba dando. Al final no sé si el cazador fue cazado o realmente cacé, pero ahí estaba yo, a punto de ser follado después de un día bastante cachondo. Mi amante me tomó de nuevo, me acerco a él, restregó su polla por mi culo, me presionó para que me inclinara y finalmente dirigió su polla hacia mi ojete para metérmela. Tenía un buen cabezón, así que puso saliva para que entrara más fácil y presionó. Poco a poco fue entrando, y proporcionalmente el dolor fue aumentando, pero soportable ehh además que era con gusto jajaja así que siguió entrando un poco y empezó a bombear. Estocada iba, estocada venía, y con cada uno el dolor fue yéndose y el placer fue llegando. Ya la tenía toda dentro, sentía sus piernas chocar con las mías, sus manos en mi cadera presionándome hacia él y oía sus gemidos en cada embestida. Yo no podía contener los míos, pues entre la follada y el pajote que me estaba haciendo, me estaba poniendo malísimo. Así estuvimos un rato, no duró mucho, pues se ve que mi amante estaba bastante cachondo, y en una de esas estocadas profundas, pues sentí como se corría, además de oírlo gemir. Cogió aliento de nuevo, después de esos segundos de placer (ya podrían durar más) y me la sacó del culo. Se quitó el condón y yo terminé de hacerme la paja y me corrí. Yo, a pesar de lo cachondo que estaba, soy de aguante, y aunque con otros amantes que me han follado me termino corriendo mientras lo hacen, hoy no fue el caso, además de que me gusta correrme en la boca del otro cuando termino pajeándome, pero hoy no era la persona ideal para ello.
Pues mi querido compañero, por decirlo de alguna manera pues no supe su nombre, sacó unos clínex, nos limpiamos, nos colocamos la ropa de nuevo y con un gesto de la cabeza me dijo adiós. No oí ni su voz, no supe su nombre, me desquité con él mi calentura, no del todo y ahora cada uno cogió rumbo, ya un poco más desahogados. Salió el primero delante de mí, esperé un poco y ya salí yo de nuevo al camino principal, rumbo a mi coche. Pensando que todavía me quedaban ganas de fiesta jajaja así que me dije, seguro no tardaré mucho en volver si mis amiguitos siguen sin poder quedar.
Encendí otro cigarro mientras caminaba por el parque, y como es de esperar, era ya más de media noche, hora punta jajaja habían otros tíos buscando tema por allí. A mi amante, le perdí la pista según se fue, no lo volví a ver, pero a unos metros delante de mí, salió de los matos del jardín, un chico alto, delgado, con una sudadera y el gorro puesto, encapuchado como diríamos aquí jajaja y las manos en los bolsillos… que se quedó mirándome y siguió caminando delante de mí, se le veía bastante masculino hasta en la forma de caminar. En una de esas, se volteó de nuevo hacia mí, miro de nuevo al frente y se metió para los jardines. Era claramente una invitación para que entrara con él.
Tenía 5 metros para pensármelo. Me acaba de correr y no soy de cargar rápido, necesito al menos, mis 15 minutos, y no hacía ni 3, pero joder, viendo al macho que se intuía quien se podía resistir. Pensé, bueno, lo puedo sobar, mamársela, quizás hasta termina el trabajo que el otro no acabó si es activo, porque anda que como sea pasivo vamos listos. Bueno, si la cosa no iba bien, siempre me podría ir ¿no? Pues nada, de perdidos al río, y me metí de nuevo hacia los jardines. Otra zona, otro tío, otra expectativa…. Allí estaba él, en medio de la arboleda, oculto entre ellas pero se intuía su silueta, y por el movimiento que estaba haciendo se la estaba cascando. Fui caminando poco a poco hacia él, hasta ponerme en frente suya, y si, efectivamente la tenía por fuera y se la estaba cascando. Yo, al igual que él me la saque, y comencé a pajearme. No tardamos nada en echarnos mano uno al otro, y vaya que sorpresa me llevé…. Una muy buena polla de unos 20 cm, similar a la del anterior, pero esta estaba mucho más dura, más gorda y empalmada hacia arriba que se le pegaba hasta el ombligo. Creo, que tan así, no recuerdo de ver una polla nunca. Pues ya con la polla del otro en la mano, y disfrutando de semejante elemento, me pregunta, con una voz muy masculina y a la vez rajada, que si me gusta chuparla, a lo que indudablemente le digo que sí, y me anima a que comience. Ponte de rodillas, esas fueron sus palabras. Acerque ese pedazo de falo a mi boca y comencé a comérmelo como pude, porque llenaba bastante. Poco a poco me lo fui metiendo más en la boca hasta comérmelo entero, mientras mi amante gemía de gusto diciendo: ummmm que bien la mamas, me gusta ummm sigue así.... ohh trágatela toda…. Se veía que a éste le gustaba hablar. Estuvimos así un rato, el disfrutando y yo mamando mi nuevo chupete…. hasta que llegó un tío por allí y nos interrumpió nuestros minutos de placer. Miró un poco, pero con la misma se fue. Como nos había cortado un poco el rollo, estábamos de pie, sobándonos las pollas… yo le metía bien la mano en el paquete, le tocaba los huevos, que eran grandes (sin ser colgantes), gordos y peludos, y cogiendo aquel trozo de carne que tan cachondo me estaba poniendo. Desde que vimos que la zona ya estaba de nuevo tranquila, me dijo que se la comiera de nuevo, así que me arrodillé de nuevo y seguí comiéndosela como antes, me la metía entera en la boca, la volvía a sacar, le comía la cabeza (Que le encantaba y me lo pedía) le chupaba el largo de la polla, le comía los huevos, me los metía en la boca…. Me estaba esmerando. Él solo gemía, me decía lo bien que lo hacía y lo cachondo que lo estaba poniendo…. me agarró de la cabeza y con sus manos me marcaba el ritmo de la mamad… cada vez me la metía más a dentro, y a veces hacía que me dieran arcadas, pero con la follada de boca que me estaba dando, eso era lo de menos, yo estaba disfrutando. Así estuve entre 5 u 8 minutos, allí mamándole la polla, hasta que empezó a acelerar el ritmo, sus gemido iban en aumento, notaba como se le estaban contrayendo los huevos y tensando más la polla, notaba bastante precum, me estaba follando sin piedad mi boca y yo mientras me agarraba a sus piernas, a sus caderas, me estaba dando gusto tocándolo….. él se bajó el pantalón de deporte hasta las rodillas y siguió follándome la boca…. Todo iba en aumento hasta que liberó sus tensiones con una gran venida en mi boca. Se corrió como el buen semental que era…. un par de bueno trallazos de leche me disparó en la boca, no sé cuántos fueron, pero me la llenaron, y tenía buen sabor… con las mismas, según terminó de correrse, me agarro de la cara, hizo que me levantará y me estampó un morreo de campeonato. Compartimos su leche en nuestras bocas, a la vez que me agarraba por todo el cuerpo, y yo él. Cuando terminamos de morrearnos hasta cansados estábamos…. nos colocamos la ropa, nos miramos de nuevo y me dijo que había disfrutado bastante, que a ver si volvíamos a vernos otro noche, me dio una palmada en el hombro y nos fuimos. Pasemos juntos por el pasillo principal y ya luego, cada uno cogió su camino. Lo vi irse hacia su coche, y todavía no me creía que le había comido la polla a semejante ejemplar. La verdad que fue una buena noche de cacería, que espero, volver a repetirla.
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