Noche de bodas

El día de ayer fue el día de nuestra boda. Estaba nervioso pues sabía que algo iba a pasar esa noche que iba a definir mi futuro como marido.

Noche de bodas.

El día de ayer fue el día de nuestra boda, después de la ceremonia religiosa y la fiesta, mi esposa y yo nos dirigimos al hotel. Estaba nervioso pues sabía que algo iba a pasar esa noche que iba a definir mi futuro como marido.

En cuanto entramos al cuarto ayude a Mely a quitarse el vestido, que le marcaba un hermoso par se senos, bastante grandes sin ser grotescos, y una hermosa cintura debido al corsé que llevaba, cuando calló el vestido al suelo pude contemplar lo hermosa que lucía en ropa interior, un bra blanco que le juntaba los dos melones haciéndolos parecer aún mayores de lo que son, un portaligas en su cintura que descendía y llegaba justo a unas lindas piernas enmarcadas en medias blancas haciendo juego con su bra y su panty que era blanco transparente, dejando entrever el vello del monte de Venus. Su vestuario quedó completado con unos zapatos blancos de tacón alto que en Mely se veían impresionantes. Al verla así tuve una erección instantánea.

Ella me dijo, espérame voy al tocador y regreso; mientras tanto, yo me recosté un momento y me quede dormido. A lo lejos escuche que tocaban la puerta, pero como entre sueños así que no supe que pasó, después escuche murmullos muy bajitos en el recibidor, que tiene una sala bastante amplia, esto me inquietó por lo que me levante y fui a la puerta que se encontraba entreabierta, lo primero que vi fue a Omar, un amigo que fue a la fiesta y que se hospedo en el mismo hotel que nosotros, estaba platicando con Mely, de seguro que Omar vino a brindar con nosotros pues tenían una copa de vino en sus manos, después de lo que me percate me dejo helado, Mely estaba solo con su ropa interior, como cuando yo la deje y ella se fue al baño, Omar no le quitaba los ojos de encima, primero las piernas después los pechos luego la entrepierna, parecía que a Mely estas miradas no la molestaban, pues seguían platicando muy normal, eso si bajito para no despertarme.

De repente Omar se hincó frente a Mely y le quitó una de las zapatillas, ella subió la pierna para que fuera más fácil el descalce, Omar se dedicó a sobar el pie durante unos instantes y luego se lo llevó a la boca, donde lo beso y lo metió completamente en su boca llenándolo de saliva, escuche un suspiro de mi esposa, lo que me confirmó que estaba de acuerdo en el masaje que le daba Omar, luego Mely cambió de pierna y Omar la descalzó siguiendo el mismo patrón que realizó con el primer pie. Mientras besaba los pies de mi amada, sus manos subían y bajaban por sus bien torneadas piernas, se veía que Mely estaba gozando.

Omar le separó las piernas y se hundió en ella, le comenzó a besar su rajita, que supuestamente iba ser mía esa noche, él la estaba disfrutando, como pudo le quitó el panty y metió un debo en su vulva, Mely soltó un gemido alto y puso los ojos en blanco, estaba gozando y mucho. Omar se levanto y se despojó de su ropa, lo que vi me dejó impresionado, un cuerpo delgado pero bien marcado por el ejercicio, y entre medio de sus piernas una verga grande, más grande que la mía, y gruesa, hasta ese momento yo creía tener una verga grande, pero comprendí que no era así, ésta si era grande y venosa, la mía era cosa de niños comparada a ésta, palpitaba de lo excitado que estaba, Mely la contempló por un instante y luego se la llevó a la boca, le beso la punta y luego se metió solo la cabeza de esa verga enorme, apenas entró en su boquita, luego, empezó a masturbarlo y cada vez entraba un poco más de verga en esa boquita, luego la sacaba completamente para volverla a meter a su boquita, chorreante de saliva, era increíble lo que veía no pensé que Mely fuera capaz de semejante acto, mientras tanto Omar masajeaba los pechos erectos de mi esposa, que parecían más grandes.

Después de un rato Omar se zafó de la boca de Mely y la acostó en el sillón, ella abrió las piernas desmesuradamente y Omar apoyo la cabeza de su verga en la entrada de la vulva de mi mujer, ella al sentir su cabecita le susurro con una voz mezcla de deseo y pasión métemela en mi noche de bodas, soy para ti. Omar en lugar de meterle la verga la frotó en sus hinchados labios durante unos instantes más, para que se lubricará más si eso era posible, después de repente se la enterró toda sin piedad, ella grito pero el contuvo su grito con su mano sobre la boca, los dos empezaron un mete saca que se convirtió en algo frenético, después de unos minutos de ese mete y saca vi como Omar se tensionaba y se quedaba quieto, también pude ver como Mely temblaba indicándome que habían llegado al orgasmo en el mismo instante.

Omar terminó dentro de mi esposa y ella estaba más que feliz, él se salió de ella y ella tomó su verga chorreante de líquidos de los dos y se la llevó a la boca, no se la metió como me imagine sino que le dio un beso y le dio las gracias por el disfrute de la noche. Omar se vistió y se fue, mi esposa se acomodo su ropa interior y después de despedirlo se dirigió a la habitación, inmediatamente me fui a la cama y me hice el dormido, como si no me hubiese enterado de nada, aunque mi verga hinchada y dolorida indicaban otra cosa. Ella se recostó a mi lado y me dio un beso, sabía extraño, pero no me importó, yo me desperté y me subí a ella para empezar a besarla y acariciarle los pechos y sus piernas, mis manos parecían tentáculos de tanto que se movían de lo excitado que estaba. Después baje a su entrepierna y comencé a besarle su monte de Venus, lo note sumamente húmedo y se lo dije, ella cínicamente me respondió: para que veas como me tienes, luego bese sus labios interiores, un sabor salado era el de su vagina, y supe de que se trataba, eran los jugos de mi esposa mezclados con los mocos de Omar, comí como desesperado ese néctar y le dije a Mely me encanta tu sabor, solo sonrió, ella a estas alturas estaba en la luna, y cuando volví a mi tarea de comerme todos sus jugos sentí como llegaba al orgasmo.

Quedó desfallecida, mientras tanto yo tenía una verga muy parada, ella la vio y me dijo, estoy rendida, podríamos dejarlo para mañana mi amorcito, además me duele mucho mi cosita, de seguro por tus besos, pues es la primera vez que me hacen esto. Esa fue mi noche de bodas, donde me convertí en cornudo, satisfice a mi amada y donde yo no pude terminar.

Espero les haya gustado este primer episodio de mi nueva vida, acabamos de empezar, que nos deparará el destino.