Noche de Aventuras

Resuelvo finalmente probar la vida de la calle en una noche calurosa.

Capítulo I Nunca pensé que finalmente lo haría, pero siempre llega el día que una se arma de valor y  ese día o mejor dicho esa noche era el viernes pasado. Estacioné el carro en una calle transversal un poco oscura, lo cerré con llave y me dispuse a hacer lo que muchas veces había soñado hacer. Pisé con cuidado al abrir la puerta, ya que mis zapatos eran de tacón muy alto. Revisé mis medias panty, compuse mi minifalda y salí. La noche era calurosa y callada, por lo menos en ese callejón, pero a medida que caminaba hacia la avenida principal, sentía el rumor de una ciudad despierta y activa. Mi corazón se aceleraba paso a paso. Mi fino sweater negro dejaba ver mis pezones. Me costaba creer que lo estaba haciendo, pero no tenía intenciones de devolverme. Las luces de la ciudad ya se notaban cercanas, apuré el paso y  de repente ya estaba en la gran avenida. A esa hora cercana a la una de la madrugada, los carros pasaban a baja velocidad y es que el poco tráfico de esa hora está compuesto por aquellos hombres solitarios que desean alguna aventura sexual, y que van observando con detenimiento a las mujeres y hombres que se exhiben al borde de la acera ofreciendo su cuerpo. Allí, en ese grupo estaba y quería estar yo, quería ver que se sentía el ser mirada con lujuria, oír comentarios y propuestas vulgares. Me propuse estar una media hora caminando descuidadamente para sentir lo sórdido de ese mundo, oír los comentarios de las prostitutas, sentirme una de ellas.

Anduve unas tres cuadras y me regresé, fumándome mi tercer cigarrillo. Pasaban los carros, alguno se detenía, me decía alguna cosa ininteligible y seguía. Alguno llegaron a proponerme montarme en sus carros pero yo atiné decir que estaba esperando a alguien. Además me aterraba ponerle precio a mi cuerpo, no quería pedir ni mucho ni poco. Mi cuerpo se quemaba de calor, sentía un rubor no sé si de pena o motivado a la noche húmeda, pero pensé que ya era suficiente, estaba mojada de excitación y prefería ir a casa y ver alguna película o masturbarme. Además mi papá podría despertar y preguntarse que hacía tan tarde en la calle.

Caminaba ya cerca del carro, cuando un vehículo se detuvo a mi lado. Era un taxista, al cual le dije antes que hablara que no necesitaba sus servicios, cosa que le debió extrañar porque no creo que las prostitutas tengan carro. Pero él insistió en decirme que había tenido una buena noche, y que el resto lo quería pasar con alguien tan bella como yo. Le dije que ya había terminado por esa noche y esperaba que me fueran a buscar. El señor no se daba por vencido, el alcohol que ya había tomado se notaba en su aliento y le daba valor para insistir en su propuesta. Yo seguía caminando lentamente, alejándome sin mucha determinación, y escuchando sus insinuaciones amorosas.

Finalmente llegué al final del recorrido, estaba frente a mi carro y el señor no dejaba de acosarme. Me detuve frente al auto pero no me atrevía a abrir la puerta, pensé que me seguiría y sería peor, tendría que correr y escapármele, pero todavía no tenía mucha experiencia manejando. Así que decidí enfrentarlo y me incliné sobre la puerta de su carro. -No creo que tengas lo suficiente para pagarme. -¿ Cuánto vales, mi amor? -¿ Cuánto crees que valgo? -Una carajita como tú vale los 200 mil pesos que te ofrezco. ¡Guau! 200Mil pesos es una fortuna, pensé, es lo que me daba papá para mi diversión cada mes y este señor me lo ofrecía por un rato conmigo. ¡Con razón hay tantas prostitutas! concluí, o era posible que realmente estuviera sobrevaluando mis condiciones. -Oye, de verdad no tengo tiempo, búscame mañana. - No mi amorcito, mañana quizás ya no tengo el dinero ni la oportunidad. - No te preocupes que aquí estaré, éste es mi trabajo. - No te hagas rogar o es que soy muy feo o muy viejo para ti? Me asomé y lo miré fijamente por primera vez. Era, a simple vista, de escasos recursos, mestizo como la mayoría de este país, con lentes, sienes canosas, una barriguita de cerveza, ya viejo o lo que yo consideraba viejo a mis 22 años, es decir mayor que mi papá. - No es que seas viejo para mí sino que tengo otro compromiso. - Vamos, mi tiernita, no seas mala, te ofrezco más si quieres. Te doy dos mil bolívares y es solo un ratico, preciosa y a lo mejor ni embarcas a tu novio. Mientras me hablaba, pensaba rápidamente, luciendo ante el señor como que dudaba por el precio, que estaba a punto de convencerme, lo que era verdad en cierta forma, no por el monto que ofrecía que ya lo había gastado mentalmente en ropa, sino la confianza que me trasmitía en su conversación, por lo que analizaba los riesgos de proseguir o no la aventura. Estaba en un sector de prostitutas y transformistas, recostada a la ventanilla de un carro en pose de prostituta, mirando a un hombre desconocido, poco atractivo, pero que me solicitaba como prostituta. Busqué en mi cartera un cigarrillo, como ganando tiempo o disfrutando el momento, no lo sé, a la vez que el señor sacaba su mano y envolvía mi cintura suavemente en señal de súplica. A mi alrededor todo estaba tranquilo, nadie nos miraba, solo el calor nos hacía compañía. Trate de no lucir muy falsa ni nerviosa, -¿ me prometes traerme en una hora? -¡Claro mi amorcito, te lo prometo! Mientras su mano se sintió autorizada a subir a mis pequeñas teticas. La detuve con cariño, mientras me separaba de la ventanilla, y comencé a caminar hacia la puerta del acompañante. Cuando lo hacía empecé realmente a asimilar lo que estaba haciendo y me sentí excitada, no me podía reconocer. Caminé despacio, exhibiéndome a los carros que pasaban, quería sentir las miradas de los que pasaban o estaban cerca, quería testigos de mi locura. Abrí la puerta y me senté sabiendo que mi falda se corría y exponía con descaro mis piernas y muslos. No había trancado la puerta cuando ya su mano sudorosa me acariciaba la pierna izquierda. El me miró de reojo, pidiendo consentimiento y yo me sonreí mientras acariciaba su mano en señal de aprobación. Y es que ya estaba adentro, ya estaba decidida. -¿Cómo te llamas, mi amorcito? Lo pensé un poco, dudé, pero decidí agregarle mas riesgo a todo esto. - Mariángela, y tú? -Que nombre tan bonito, aunque no pareces tan angelita, Ja, ja, comentó mientras  subía su mano hacia mi panty. Mi excitación crecía, no por el atractivo del hombre, que no lo tenía, sino por lo insólito de mi comportamiento. Para facilitar su caricia, me rodé hacia él y acaricié el brazo que me tocaba. -La verdad soy Mariangela de día, de noche solo soy Mari, le dije sonreída con la tonta ocurrencia. Oye pero no me has dicho tu nombre. Armando Moreno, a tu orden y me acariciaba con mas decisión. Me miraba de arriba abajo. -¿cuántos añitos tienes mi amor? soltó de repente -22, dije rápidamente Sonrió de satisfacción, como disfrutando el premio. -Y tú? Repregunté - Un poquito mas que tú, y luego de una pausa, dijo 63, lo que eran solo 5 menos que mi abuelo Erasmo. Mi cabeza daba vueltas sin entender claramente lo insólito de lo que iba a hacer. Me acerqué mas hacia él y comencé a sobarle la pronunciada barriga. Cada vez se animaba mas y ya su mano se atrevía a traspasar mi panty. -Mi amorcito, para donde quisieras ir? -No sé, para donde tu digas, y era verdad pues mi experiencia se reducía a tres moteles visitados con mi novio. -Hay un hotelito por aquí cerca, no muy bonito pero la verdad sea dicha no me queda mucho después de pagarte a ti,   espero que no te importe. -No te preocupes, para mí está bien. El hotelito"no muy bonito" era en realidad una vieja casona medio destartalada, que como único aviso tenía indicada la palabra entrada con una flecha sobre una pared. El pavimento era solo tierra, no había casi luces, solo la luna, lo que cubría lo poco de pena que todavía sentía. Me bajé del auto muy segura de mí misma. Me abrazaba fuertemente, mientras caminábamos hacia la recepción, donde un hombre de facciones indias miraba desinteresadamente un televisor en blanco y negro. Encendí un cigarrillo, para pasar el tiempo en que el señor Armando daba sus datos y cancelaba la pieza. Miré hacia fuera, todo estaba tranquilo, se escuchaba una música vallenata en las cercanías y algunas risas. Me sobresaltó la voz de Armando. -Mi amor, dame tu cédula porque el caballero piensa que eres menor de edad. Se lo entregué con cierto recelo, mientras sentía sobre mí la mirada del recepcionista. Verificó y devolviéndome el documento me dijo: - Disculpa mi amor pero es primera vez que te veo por aquí y la verdad luces menor de edad. Noté como me observaba, sobre todo hacia mis pechos que lograban entreverse bajo mi sweater. Aspiré el cigarrillo antes de botarlo y me acerqué hacia donde estaba Armando de lo mas desenfadada, aceptando de buena gana las miradas morbosas de ambos. El recepcionista le entregó la llave y el juego de toallas y dijo que enseguida nos hacía llegar las cervezas que Armando había requerido. Caminamos  a lo largo de un pasillo bordeado por un patio central. La habitación era la número cinco. Al fondo se oían unas voces conversando. Armando abrió la puerta y tuve ante mis ojos una escena que jamás olvidaré. Un bombillo colgaba de un altísimo techo y su luz la interrumpían las sombras de un ventilador que giraba sin fuerzas. El baño no tenía puerta. Una mesita a la entrada hacía juego con un espejo manchado. El piso era de cemento. La cama era grande y la cubría una sábana floreada, limpia pero amarillenta. El conjunto era sórdido, como lo había imaginado, mi cuerpo se erizó de arriba abajo. Armando se recostaba a la puerta entreabierta esperando las cervezas y el cambio de su pago.  Me llamó en voz baja y me acerqué hacia él. Sacando su cartera juntó los 200 mil pesos, los puso en mis manos y me dijo: -Mari, no me hagas arrepentirme de darte tanto dinero, me lo prometes? Lo guardé en mi cartera, lo miré a los ojos. Era un hombre bueno, tenía una mirada tierna. Le tomé el rostro entre mis manos y le dije: -No te preocupes mi vida, que te voy a complacer en todo, te lo prometo. Me provocó y le di un pequeño beso en la boca, se sonrió aprobadoramente y luego de una pausa, sus labios abrieron los míos atropelladamente y acepté que su lengua recorriera toda mi boca. Sus manos empezaron a trabajar subiendo mi sweater. -Desnúdate mi amor, susurró mientras apagaba la luz Me zafé de sus brazos y caminé hasta el centro de la habitación, lo veía a trasluz lo que le dio un aspecto más alucinante a todo. Sentí el aire del ventilador sobre mí, solo el rayo de luz del pasillo entraba  e iluminaba mi cuerpo que se estremecía en escalofríos de adelantado placer. Por segundos traté de analizar lo que hacía pero concluí que ya era tarde. Estaba en un hotel con un desconocido cualquiera, acepté su dinero y estaba dispuesta a satisfacerlo sexualmente. Tenía que asumirlo, a partir de ese momento era una puta. Puta..., puta...la palabra sonó repetidamente en mi cabeza, mientras comencé a desvestirme muy despacio, disfrutando cada segundo. ___________________________________

Capítulo II Comencé a desnudarme lentamente..... De espaldas a él, subí lentamente mi sweater y luego de sacarlo me di vueltas.... Una exclamación de admiración salió de la garganta de Armando..... - Mari..... Mamita..... Que ricos tus pezoncitos.... Que exquisita eres amor..... que teticas tan divinas.... - ¿De veras te gustan?..... Yo las encuentro chiquitas, dije con voz excitante mientras soltaba el cierre de mi falda..... - Oh, si, si, si..... Me encantan.....  No te saques la falda todavía.....dijo acercándose a mí..... Sus ojos irradiaban calentura..... Al contrario de lo que pensaba, me abrazó suavemente y comenzó a besarme en el cuello.... Sus manos empezaron a acariciar mis pezones endureciéndolos.... Respiraba hondamente mientras sus labios descendían por mi pecho hasta llegar a mis senos...... Yo me dejaba hacer.... La situación me provocaba un placer extraño que no podía definir...... Me recostó sobre la cama..... Rápidamente se desnudó de la cintura para abajo y se montó encima de mí.... Sentí el roce de sus testículos a la altura de mis senos e instintivamente mis manos tomaron su verga.... Un ligero temblor me invadió en ese instante.... Sin haberla visto, tan solo al tacto me di cuenta que la tenía mucho más grande que mi novio y me dio susto aquello..... Capaz que me parta, pensé con algo de temor..... Pero ya estaba  allí y debía asumir mi rol de puta..... Jugó largo rato con mis senos acariciándolos con su miembro provocando en mí una agradable sensación.... Jadeaba y me decía cientos de frases apasionadas..... Estaba obnubilado con mis pezones y eso me agradaba..... Qué fascinación de los hombres por las teticas, pensaba mientras él se solazaba en ellas... Me hizo ponerme de pie y el mismo me desnudó completamente..... - Que muñeca tan deliciosa eres..... Jamás imaginé encontrar a una hembrita tan rica como tu, mamita, decía mientras giraba alrededor de mi cuerpo contemplándolo.... - No exageres, atiné a contestarle.... Debe haber muchas mujeres mejores que yo.... - No mi vida.... Nadie como tú... Y 22 añitos.... Ahora verás como te puede llegar a disfrutar y darte todo un orgasmo riquísimo un hombre mayor.... Ven acá mi cielo... exclamó tomándome de la cintura y atrayéndome para sí.... Sus manos se transformaron en un verdadero pulpo.... Me tocó con pasión por todo el cuerpo.... Sentía su enorme verga a pesar de su panza a la entrada de mi cuquita.... Abriendo un poco las piernas la aprisioné entre mis muslos y comencé a moverme a un ritmo lento..... Esto lo enardeció más.... Bufando acariciaba con fuerza todas mis partes íntimas, como si estuviera amasando pan...... Al cabo de unos momentos no aguantó más y retiró su huevo durísimo de entre mis piernas.... - Ricura.... Casi me vengo amor..... Que rico lo que me hacías, eres divina, gemía desesperado..... Tiéndete en la cama, por favor..... Me tomó de los tobillos y empezó a recorrer mis piernas colmándolas de besos hasta llegar a mi cuquita.... Se arrodilló en el piso y su lengua enloquecida la recorrió entera  entrando y saliendo con frenesí..... Luego, me volteó y comenzó a besarme el culito con una calentura terrible..... Musitaba frases entrecortadas y estaba como en un éxtasis cercano a la locura..... Nuevamente me hizo dar vueltas pero esta vez posó su verga en mi cara..... - Mámamela, mámala por favor.... suplicaba casi a gritos..... La tomé entre mis manos y comencé a masturbarlo furiosamente, mientras cada cierto tiempo le daba besitos y lengüetazos cortitos que aumentaban su pasión..... El se retorcía por el placer... Echaba su cabeza hacia atrás y emitía gemidos lastimeros..... Mi lengua inició un recorrido lento por todo su miembro, probando cada rincón de ese grueso pene. Eso lo volvió loco.... mis labios se abrieron lo justo para deslizarse sobre su tronco.... Su cara se contrajo totalmente... Sentí la rigidez de su cuerpo entero tratando de evitar la eyaculación......no quería que se corriera porque hasta ahora no me había penetrado, pero la sensación que sentía mamándole el grueso pene a un extraño me hacía enloquecer de placer. - Dame, dame tu leche de hombre Armando... La quiero ahora dentro de mi boquita, toda, toda, toda... grité .... me oía y no lo creía pero mis deseos eran sinceros. - Te la doy, te la doy toda, mijita rica, ricaaaaaa.... Se me viene Mari, se me viene, putica..... Al momento de soltar el primer chorro caliente de leche dentro de mi boca la abrí en señal de aceptación, de complacencia..... No sé cuantas veces frenéticamente la metió y sacó entregándome toda su leche....le lamí la última gota que colgaba de su cabeza enrojecida e hinchada. Y me encantó sentir su calentura, su rostro desencajado por el placer, sus ojos brillantes que me miraban como perdidos y sus manos que enloquecidas me recorrían..... Quedó desplomado encima de la cama..... Instintivamente, le di un beso en la mejilla y me acosté a su lado..... la poca acción lo había agotado , el respiraba pesadamente mientras , a su lado, yo saboreaba en mi boca el resto de semen que todavía sentía en mi paladar.

-que te pareció mi leche?

-divina mi papi, le dije , mientras pasaba mi lengua por mis labios.....hummmm que puta me sentía. Me había atrevido a realizar mi fantasía y la había cumplido. Merecía mi descanso y mi dinero.Cerré por un rato los ojos.

-La cerveza ..................murmuró de repente.

Ciertamente no la habían traído y la verdad que el calor nos puso sedientos. Se puso el pantalón y la camisa a medio abotonar y salió de la habitación,

Me acosté boca arriba y mirando el hipnótico ritmo del ventilador, analicé todo lo sucedido hasta ahora y no había queja.....  Me levanté y me detallé en el viejo espejo del baño, mi maquillaje estaba corrido, mi cabello algo despeinado y un sudor pegajoso se adhería a mi cuerpo......bueno no podía ser de otra forma, sonreí aprobadoramente aunque con cierto nerviosismo.

Armando tardaba, me asomé al pasillo que daba al patio interior....... todo estaba oscuro con excepción de una luz que venía de la recepción, no parecía haber mas nadie.....oi la voz de Armando y me tranquilicé.

Su gruesa silueta se dejó ver y se acercó a la puerta. Me alargó la botella de una cerveza que apuré de un viaje.

Le agradó verme que lo esperaba afuera y al envolverme con sus brazos fue que noté que no me había cubierto con nada.....me rozó las nalgas con la botella fría lo que me estremeció de gusto....... Me recostó contra la pared y comenzamos un ritual de caricias....la brisa de la madrugada endureció mis pezones y bajé mis manos hasta su pene que todavía estaba flácido. Él me besaba el cuello y lamía mis teticas, comenzó a embestirme con fuerza a lo que yo respondía con gemidos de autentico placer.

Mi mano derecha lo aferraba a mi cuerpo mientras con la izquierda acompasaba sobre su verga un ritmo constante de masturbación, algo que nunca le había hecho a mi novio. Me paré en puntillas y levanté mi pierna derecha en clara señal de que quería ser penetrada.... el hizo un gran esfuerzo pero su miembro no estaba listo. Nuestros abdómenes estaban pegados, decidí darle tiempo......nos encerramos en un gran abrazo.

Tomando fresco, ah?

Mi cuerpo dio un salto involuntario y al voltear, vimos que era el hombre de la recepción trayendo una cajetilla de cigarrillos y fósforos.

Armando alargó el brazo sin ningún sobresalto.

Pensé que se te habían olvidado, dijo con toda naturalidad y volteando hacia mí aclaró:

Los pedí para ti, mi cielo, ya yo no fumo.

Mi corazón recuperó la palpitación normal, a pesar de que noté que ya el hombre había detectado mi desnudez.

El hombre se adelantó a Armando y me brindó uno, el cual acepté con mucho gusto, pues hacía ya un rato que mi cuerpo requería nicotina.

El destello del fósforo terminó de insinuar mi total desnudez, aunque el cuerpo de Armando tapaba la mayor parte.

Hay mas fresco afuera que adentro, reclamó Armando.

Les traigo otras cervezas?

Yo asentí a la mirada de Armando, y el hombre se retiró.

Toda esta interrupción , nos hizo comenzar el ritual otra vez de cero, pero le pedí a Armando que entráramos al cuarto, aunque aceptamos la sugerencia de dejar abierta la puerta, pues realmente el ambiente interior era muy pesado.

Armando se desvistió, y esperó que José, que así se llamaba el hombre, trajera las otras cervezas y un cubo con hielo y vasos plásticos.

Se acostó boca arriba y tomándome con delicadeza me insinuó que me montara sobre él. Lo hice de inmediato, abriendo mis piernas lo mas posible para poder abarcar toda su humanidad.....comencé un movimiento lento y giratorio sobre su vientre, con mis brazos sobaba su pecho, mientras el tomaba su cerveza.

Estiré mi brazo hacia atrás y con mi mano tomé el todavía flojo pene y lo acaricié en busca de una reacción......contorneé mi cuerpo exageradamente ....pero nada.

Me recosté sobre él y esperé.

Me dejas descansar, Mari?

Claro, mi gordo, no te preocupes

Pero descansar se convirtió en un pesado sueño que su larga jornada de trabajo, provocó. Intenté despertarlo pero un ronquido y un gruñido, fue su respuesta.

De pronto, me pregunté como regresaría.

Me puse las sandalias y me sente al borde de la cama....Comencé a ponerme el panty mientras pensaba como salir de allí. Una silueta en la puerta me detuvo.

-¿ ya te vas mi amor? Soltó José.

-Si, tengo que irme y no creo que despierte ya . Ya es tarde,.... le dije mientras me colocaba el sweater. Noté que me vestía frente a un desconocido sin ningún recato, pero bueno si a ver vamos, había ido a la cama con un total desconocido, que mas daba.

Mirando al Sr. Armando recalcó:

Siempre le pasa lo mismo, se queda dormido. Y tú que piensas hacer?

-¿dónde puedo tomar un taxi?

-¿ a esta hora? No te recomiendo que camines por allí.

Miré el reloj, tres y quince, que barbaridad. Decidí despertar al Sr. Armando.

Entre José y yo lo movimos, le hablamos, pero solo gruñidos fueron su respuesta.

Le había tomado confianza a José.

-¿ tu podrías llevarme en el carro de él?

Su respuesta fue rápida.No, mi cielo, no puedo dejar el negocio solo, de verdad que no puedo. Anda quédate a dormir que cuando Armando se despierte te lleva.

Eso no era opción para mí. Por primera vez en la noche, me preocupé, me sentí que no tenía control. Temía no poder regresar a tiempo para devolver el carro de mi papá. Temía por tener que andar sola en la calle.

José interrumpió mis pensamientos.

-Se me ocurre algo mi linda. Déjame preguntarle a alguno de los que están jugando dominó en la casa del fondo si te quiere llevar. ¿ que te parece?

Asentí sin pensar.

José me acarició el rostro y se dirigió a la puerta. Caminó hasta el otro extremo del pasillo, abrió con alguna dificultad una puerta, por donde de inmediato entró un fuerte sonido vallenato. Mire a todos lados y me dí cuenta que en ese momento, no había mas nadie en el hotel que Armando roncando y yo. Sentí unos escalofríos de nervio y excitación. Entré de nuevo a la habitación para terminar de arreglarme, compuse mi falda y me maquillé.

Por el reflejo del espejo, podía detallar el cuerpo desnudo del Sr. Armando, totalmente desplegado sobre la cama, y roncando ruidosamente. Involuntariamente hice una mueca de satisfacción.....su estampa era muy poca atractiva, no desagradable pero muy contrastante con mi cuerpo delgado y joven. Pero ese hombre viejo y barrigón, me había excitado enormemente, al punto de aceptar tragarme toda su leche, sin ningún asco. Es mas, me gustaría hacerlo de nuevo......noté que estaba excitándome de nuevo

Me levanté y me acerqué a él, en su oído susurré su nombre y con mi mano sobaba su barriga. Le agradecí todo, pero le dije que tenía que irme.

Búscame otro día, OK, te estaré esperando......solté con sinceridad.

No contestaba nada pero decidí seguir

-Ay mi vida, que lástima que estas tan cansadito.......fui bajando mi mano hasta su miembro dormido. Lo acaricié con ternura, sabía que no se iba a parar mas pero me salió hacerlo.

-Mi amor, no hay problema, me asustó otra vez José .El Sr. Luis te lleva pero tienes que esperar a que termine la partida, porque tiene apostado mucho dinero.

--No hay problema, acepté resignada

Por mucha oscuridad que había, sé que me había observado acariciando al Sr. Armando. Creo que mi cara delató mi pena de haber sido sorprendida.

-¿ Que quería Armando? ¿ Quería echarte otro polvo?

Me sorprendió el término, no es que no lo hubiera oído, pero jamás lo habían dicho referido a mí.

-Parece que sí, mentí, pero lo he ayudado un poco y nada, no reacciona, dije mientras sin ninguna pena tomaba su miembro colgando como muestra.....ufff, como me costaba reconocerme.

José se acercó a la cama y se sentó a mi lado.

Me miró con una sonrisa cómplice,

-¿quieres que te diga algo mamita?..........mientras esperas.......allí hay cinco hombres bebidos, y me imagino que alguno de ellos le gustaría cogerte...... y abriendo sus ojos exageradamente: .....o mas de uno, que te parece?....así ganas tú y gano yo alquilando la pieza, mientras esperas que te lleven ¿ que me dices?

Me costaba pensar. El hecho de que estuvieran bebidos me preocupaba .

¿ quien pudiera ser el hombre?

Las probabilidades que me conociera eran pocas, pero y si me reconocía?

¿ y si era muy feo, o gordo, o negro, o goajiro, o violento, o calvo? O todo junto?

-No creo que ninguno tenga para pagarme, dije para ganar tiempo.

Yo los conozco, y esos han pagado aquí 200 mil , por una puta vieja. A ti , dijo mirándome de arriba abajo, cualquiera de esos te da 300 o 400 mil .

Estaba nerviosa por la hora y dispuesta a irme, pero no contaba con la excitación que sentía por dentro de aceptar acostarme con alguien que ni siquiera había visto en la vida,...... o sí?.

Mi mente seguía preguntándose: y si era chino,.... o sucio,...... o hediondo? Pero, al mismo tiempo comencé la selección de las cosas que compraría con el dinero de mi trabajo.

-Si de todas maneras tengo que esperar, dije como desinteresadamente , bueno no estaría nada mal la idea, y mirándolo a los ojos, completé:........pero que me brinde otra cerveza.

Capítulo III

José abandonó la pieza , oí su voz entremezclarse con la música que provenía del fondo. Me levanté y encendí un cigarrillo nerviosamente , lo inhalé con fuerza , mientras daba vueltas por la habitación. Casi las tres y media, miré el reloj.

Me senté de nuevo en la cama, encendí otro cigarrillo, la sensación era muy extraña, porque en el fondo no quería irme, mi ansiedad y nerviosismo lo generaban la espera de lo desconocido.

Oí la voz y los pasos de José,…. definitivamente conversaba con alguien, se asomaron a la puerta, un hombre bajo se acercó a mí, era joven, en sus treinta, una barba de un día y evidentemente tomado. Me ofreció la cerveza y mirando al Sr. Armando, me preguntó:

-¿ y que le pasó a tu amigo?

Tomé un sorbo de cerveza que me hacía falta y sonreí sin contestarle.

Me tomó de la mano y me levantó.

-¿cómo te llamas?

Decidí mentir, con la complicidad de José, que ya sabía mi nombre.

-Magali, pero dime Maggie

-A ver Maggie, y que sabes hacer.

-Creo que todo.

Me apretó hacia su cuerpo, olía a ron.....con la misma abrió su cartera y mostrándome 300 mil pesos me preguntó:

-¿ y por esto, que me das?

Los tomé en mis manos, y sin ningún tipo de reserva le volví a contestar.

-Creo que todo.

José intervino antes que la acción siguiera, solicitando el pago de la pieza y comprometiéndose a sacar al Sr. Armando de allí.

Comenzamos a desnudarnos cada quien, un cosquilleo recorría mi cuerpo ante el hecho de que me estaba desnudando frente a tres hombres que me veían por primera vez.

El hombre se dejó caer en la cama apenas José logró sentar y levantar al Sr. Armando, quien volteaba y miraba confundido la escena ante sus ojos. Terminé de desnudarme y sentí de inmediato las miradas de los tres. Me dirigí a la cama, me quité mis sandalias y me acosté al lado del hombre quien me envolvió con su brazo.

José, ayudó a caminar al Sr. Armando fuera del cuarto, quien sostenía su ropa y volteaba a mirarme, todavía sin entender. La puerta se cerró tras ellos.

De primera , me sentí atraída por lo velludo de su pecho, era un hombre moreno, de contextura media. Instintivamente le acaricié el pecho, el por su parte sobaba mi espalda.

Tomó mi mano y la dirigió a su pene que poco a poco empezó a ganar dimensiones importantes.

-Dale una mamadita mi amor.

Lo miré con una mueca de obediencia. Mi cuerpo estaba erizado por el contacto con todo el vello de su cuerpo, la sensación era nueva y gratificante. Mi vagina lubricaba ya en abundancia.

Le besé con ternura la punta del pene , mi lengua empezó a recorrer el tronco que se levantaba con fuerza.

Poco a poco me lo metí todo en la boca, un olor a sudor, saliva y lubricante se mezcló en mi nariz y me gustó.

Sin sacármelo de la boca, se arrodilló en la cama , lo que me hizo erguir el cuello. Sus bolas, obviamente velludas, aparecieron frente a mí y sin pensarlo mucho las introduje en mi boca, saboreando una textura y sabor que no había degustado con mi novio.

Lo sacó de repente, dejándome con el sabor en la punta de la lengua. Se levantó y con sus manos, me rodó al borde de la cama, siempre boca abajo. Separó mis piernas y con una pequeña pausa para apuntar bien, empujó suavemente su cabeza dentro de mí. Levanté mis caderas para facilitar la penetración, Su huevo empezó a embestirme con firmeza y yo a gemir de placer. No podía evitar acordarme todo lo que le costó a mi novio desvirgarme, fueron cinco largos intentos hasta que al fin, lo dejé. Y ahora, un hombre( ¿cómo se llamaba?) totalmente desconocido me lo metía a los diez minutos de conocerme.....la verdad que la vida es injusta.

La puerta se abrió y José entró con su cargamento de toallas, sábanas y cervezas.

La verdad que su presencia ya era casi familiar para mí.

-Y entonces Ender¿ como está ese polvo?

Finalmente supe como se llamaba.

Rico, como me gustan a mí, tiernas.

Yo escuchaba, complaciente como si no fuera conmigo. Me meneaba y seguía gimiendo. Ender apuró los enviones y tomándome por las caderas me lo empujó todo.

Abrí mi vagina lo mas que pude y le apretaba la verga de vez en cuando para producirle un masaje vibrador interno.

-así mamita, así.........contestó a mis meneos, ya yo estaba a punto de acabar.

Me zafé de todo principio, y teniendo a José como testigo grité:

-Dale mi vida.....metémelo todo....así, así....que rico.......cógeme toda.....así, aaayyyy

Mi clamor fue recompensado con un orgasmo fabuloso que jamás había experimentado.

Un baño de esperma caliente rodó por mis entrañas, y Ender después de repetidos empujones de su verga contra mis nalgas, se dejó caer sobre mi espalda, sus mojados vellos me dieron cosquillas, mientras con su aliento a ron me susurraba:

Estás rica, mi amor, que cuquita tan divina.

Su verga me goteó en las nalgas al sacármelo. Se puso de pié y caminó al baño.

José que había visto todo, se inclinó y me ofreció la cerveza. La acepté y tomé con gusto, estaba muy sudada y sedienta.

Le pregunté interesada por el Sr. Luis y me respondió que todavía no terminaba.

Luego se acercó a mi oído, y me pregunto:

-¿ Quieres otra cogida?

-Pienso que sí, dije insinuándomele. Creo que ya hasta me lucía atractivo y se había portado muy bien conmigo.

-Bueno no es para mí, se adelantó, es para un amiguito.

Lo miré con picardía....¿ que amiguito? Pero no me contestó y salió de la pieza.

Capítulo IV

Ender salió del baño y se sentó en la cama. Yo seguía acostada boca abajo, tomando otro trago de cerveza. Se inclinó y me besó las nalgas.....me ericé de nuevo.

-La próxima vez dormimos juntos OK?

-Como tu quieras.

Me encendió un cigarrillo. Aspiré cansada pero intrigada por lo pedido por José. Realmente hubiera aceptado dejarme coger por él. En condiciones normales jamás lo hubiera hecho, pero hoy era totalmente diferente a cualquier condición.

Mis pensamientos se interrumpieron al oír que José entraba acompañado de un muchacho que no tendría mas de quince años.

Se acercaron a mí. El muchacho no dejaba de mirarme.

Mi amor te presento a Alfonsito.

Lo miré con confianza, para quitarle el miedo que tenía, pero no me dirigió ni una palabra.

Ender completó la presentación:

-Alfonsito es el chamo que lava los carros aquí de día y a veces duerme aquí. Lo estamos "enseñando".

El niño tenía la cara muy simpática, , era de piel negra, con unos ojos vivaces, labios gruesos.

Al principio me sentí mal, pues lucía como si estaban utilizando al muchacho, pero el mismo aclaró mis dudas.

Quiero que me mames el huevo.

Todos rieron. Yo no pude disimular mi sorpresa, pues lo dijo con mucha soltura.

-Como?

-Que quiero que me lo mames, dijo mientras se bajaba el pequeño short y dejaba ver un pene muy desproporcionado para su edad y tamaño, y eso que no estaba parado.

Ante tanta desfachatez, decidí responder igual.

Lo acerqué con mi mano, se recostó a la cabecera de la cama, y con mucha suavidad tomé su ya casi endurecido miembro y lo introduje en mi boca ante la mirada complaciente de Ender y José.

Alfonsito se quitó la franela y se acomodó de forma tal que permitía que José observara en primera fila como yo succionaba rítmicamente su huevo. A la vez, Ender, se acercó por detrás, y sentí su huevo totalmente parado, intentando entrar de nuevo en mi vagina. Abrió mis piernas, y con la confianza que da el alcohol, lo metió de un solo golpe. Mis gemidos eran ahogados por la fuerza y tamaño del huevo de Alfonsito. Lo subía y lo bajaba, le besaba y lamía las bolitas duras.

Ender me bombeaba con fuerza , su gruesa verga llenaba mis entrañas y yo abría al máximo mis piernas para facilitar su labor. En cambio, Alfonsito se mantenía tranquilo, extasiado, dejando que yo tuviera el control sobre su negro miembro. Me gustaba..... a momentos separaba un poco mi cara para verlo en detalle y me gustaba el contraste de su oscura piel con mi piel, con mis labios, con la espuma que se formaba en su cabeza. Abría mi boca y con toda la lengua extendida, volvía a ponerlo en lo profundo de mi garganta.

Voces cantando muy desafinado, se acercaban por el pasillo. De reojo vi como dos hombres abrazados entraron en la habitación, con una botella de ron en mano. Luego de mirarme, interrogaron con la vista a José.

-Esta es la puta que estaba apurada por irse? Preguntó el que supuse era Luis.

José asintió con una sonrisa.

Los tres se quedaron observando, la acción que llevaban a cabo Ender y Alfonsito sobre mi cuerpo, que respondía complacido...... y la verdad es que ya no controlaba las reacciones y movimientos de mi cuerpo.

El Sr. Luis se acercó a la cama y sin dirigirse a nadie en particular preguntó:

¿ Hace cuanto tiempo no damos una "redoblona"?

Nadie respondió pero todos rieron y me miraron a mí.

Yo por mi parte no sabía que responder, pues en principio no sabía claramente que significaba redoblona, pero podía imaginarlo. ¿ sería una golpiza? ¿ Me cogerían entre todos? Quería preguntar pero no me atrevía, mientras tanto seguí aceptando a Ender penetrándome y a Alfonsito metiendo su verga en mi boca.

El Sr. Luis me ofreció la botella de ron, pues se ve que le costaba ordenar ideas.

Solté el miembro de Alfonsito, y para no provocarlo, acepté el trago a pesar de que nunca me había gustado.

Por primera vez vi su rostro, era alto, canoso, de unos cincuenta años, con un rostro muy viril. Era por mucho el mas atractivo de todos los hombres presentes.

Se sentó al borde de la cama, extrajo su pene y comenzó a masturbarse. Yo reinicié a mamar el de Alfonsito, que no se enfriaba.

Luis se puso de pié y con un gesto le pidió a Alfonsito que se quitara.....Ender hizo lo mismo.....parecía que él era el de mas liderazgo entre ellos.

Aun vestido, y con su miembro parado, me puso boca arriba. Su rostro me miró fijamente, realmente era buenmozo.

El momento era irreal, nunca me lo hubiera podido imaginar así. En apenas dos horas , había tenido relaciones con tres hombres y había tres mas en la habitación.

Todos miraban mi cuerpo desnudo.....podía negarme y alegar que me tenía que ir........mis pezones se endurecieron......¿podría reclamar mas dinero?.............¿ que hacer?

Mis piernas se abrieron voluntariamente.

Luis se posó sobre mí, su verga dura rozaba mi clítoris.......bajé mi mano y lo ayudé a entrar..... lo hizo despacio pero sin detenerlo....lancé mi primer gemido de placer y mi cuerpo comenzó a menearse para satisfacción de los que miraban..... todos iniciaron una masturbación colectiva.......Luis inclinó su rostro y comenzó a susurrarme cosas al oido, expresiones vulgares, que había oído, pero que jamás pensé que me las dirían a mi.

Abre esa cuca para clavartelo todo.....te voy a empujar las bolas

Yo no paraba de gemir, de verdad me excitaba todo esto.

Le rodeé el cuello con mis brazos.

-Ayyy, dame mi vida, mételo todo.

Todos los demás disfrutaban el show en silencio, solo se oía el chasquido de sus manos meneando sus vergas y uno que otro gemido. Los veía de reojo y me aumentaba la excitación. Entonces tomé la determinación de acelerar todo antes de que mi poca cantidad de conciencia que me quedaba reaccionara. Todo se desató entonces.

Mis piernas se entrelazaron, estiré mis brazos y empecé a gemir y a contonearme como una verdadera puta.

-Ayy papi, que rico, que verga tan rica, dale, cógeme toda!

-¿ quieres mamar?

Si, claro que sí

Me la sacó, violentamente y se arrodillo frente a mi cara....sosteniendo mi cabello, lo empujó dentro de mi boca abierta. Al mismo tiempo unas manos , estiraron mis piernas y con precisión me metieron un huevo, no sabía de quien era pero mirando alrededor, comprobé que era Ender de nuevo.

José prendió la luz de la habitación, para que todo el mundo, incluyéndome, apreciara mejor.

Alfonsito se apoyó en la cama, como esperando turno, José me sobaba una pierna y el otro hombre empezó a desvestirse.

Luis me sacó su pene de la boca y llevó mi cabeza al borde de la cama, se puso de pie y me lo volvió a meter pero desde el angulo contrario, de forma de ver lo que me hacían y que los demás me vieran mamándoselo a él.

Aquello se volvió una locura.

Ender apuró sus embates y sacándolo de mi vagina chorreó su carga de leche sobre mi vientre. Debió ser muy sensual, pues inmediatamente Luis bañó mi cara de una inmensa carga de leche espesa que corrió por mis mejillas y ojos.

El otro hombre tomó el lugar de Ender, y sin ningún problema lo introdujo en mi muy lubricada vagina. Luis se retiró también.

José se acercó con una toalla e intentó limpiar mi cara. Con su otra mano se masturbaba......le sonreí y le extendí la mano invitándolo a acercarse......una vez lo hizo, tomé finalmente su verga en mis manos y acerqué mi boca para mamárselo......el seguía masturbándose mientras yo lamía su dura verga, el otro hombre nos miraba mientras mi chochito, cansado pero excitado se le abría generosamente.......Ender y Luis compartían la botella de ron y cantaban sin mucha atención a lo que me hacían los otros dos.......Alfonsito miraba.

José parece estaba muy a punto pues a los pocos minutos, apretó su cuerpo y apuntándome a mis tetas y abdomen soltó un inmenso chorro de leche, que se esparció caóticamente por todos lados, causandome una cosquilla de placer que nunca había sentido.

Se separó sonriente y satisfecho y me pasó la toalla por todo mi pecho.

El hombre que me cogía se abalanzó sobre mí, con sus brazos me levantó y me colocó sobre él con un movimiento rápido e indoloro. .....Ahora yo cabalgaba sobre él ante la atenta mirada de Alfonsito, los demás no habían abandonado el cuarto pero prestaban menos atención a lo que acontecía en la cama.....Ya notaba el cansancio de mi cuerpo y mi chochito quería un descanso, por lo que apelé a mis mejores movimientos, los mismos que usaba con mi novio pero mas marcados, mas atrevidos...... y su respuesta no se hizo esperar ......un largo aaaggggh, hizo que todos voltearan, mientras yo dejaba caer de cansancio mi cuerpo sobre el de él.

-¿ quien falta? Preguntó Luis, al compás de una carcajada colectiva.

Yo cerré mis ojos, oía sus comentarios, pero estaba agotada, mi cuca palpitaba, el último chorro de leche, corría pegajoso entre mis piernas, pero una sensación de gran satisfacción recorría mi mente...." Bravo, Mariangela, te atreviste y lo hiciste"

Repasé cada minuto transcurrido durante la noche, no quería olvidar ningún detalle.....empecé a sentir sueño.......una mano me acerco la botella de ron, la tomé en mis manos y tragué un largo sorbo que animó mi letargo.

Ellos conversaban entretenidos, sentía que algunos me acariciaban y besaban mis piernas , espalda. Alguna lengua se atrevió a recorrer mis nalgas.

Mis ojos se abrieron cuando oi:

  • Falta Alfonsito

Ya estaba muy cansada y con tragos encima, pero según mis cuentas, todos los presentes ya habían estado conmigo.

-Alfonsito no ha acabado, concluyó José.

Y era verdad. Logré recordar pues Luis había interrumpido el masaje oral que yo le daba.

Reconozco que estaba cansada, pero había algo excitante en permitir que él me cogiera. Primero que todo, era menor de edad, lo que hacía todo mas irreverente.....además su color contrastaba con mi piel .....y por último todos los que estaban allí mostraron interés por ver que seguía, había una sonrisa de perversión que me excitó.

Me incorporé un poco y me senté a su lado. Me miró con inocencia, lo besé en la mejilla.....deslicé mis labios y lo bese en la boca......me ofreció su lengua y la tomé para mí, nos abrazamos muy suavemente.....todos dejaron de hablar y observaban la escena.....cerré mis ojos y nos tumbamos sobre la cama.....sentí su huevo duro golpeando mi vientre, lo miré y esa negra dureza me hizo temblar.

Nos seguimos besando....yo trataba de calmar su rápida lengua, pero era como un potro intrépido......comencé a pensar si sería virgen y me excitaba pensar que lo fuera, quería ser su primera mujer.......todos miraban.

Mis piernas se abrieron generosas, mi mano guió a su dura verga hasta mi vulva y una vez enfocado, le indiqué con mis caderas que podía entrar, lo cual hizo con firmeza......y gemí de placer, a pesar de lo adolorida que estaba mi vagina....abrí mis ojos....la escena era espectacular....su cara fruncida de placer, sus ojos desorbitados y apuntando hacia el techo....y todos mirándonos....decidí desatar mi locura.

-Dale mi amor, dale negrito bello, cogéme rico

El respondía haciendo mas rápidos sus movimientos

-Ayyy Alfonsito como me hubiera gustado desvirgarte

Le hablaba bajito, lo tenía amarrado con mis brazos y mis piernas y me meneaba para los observadores. Decidí relajarme toda

-¿ lo has metido por el culo?

-No

-¿ te gustaría probar el mío?

Sonrió afirmativamente.....cambié de posición , girando media vuelta.....me puse sobre él....su huevo entró todo y todos lo pudieron ver, mis labios vaginales subían y bajaban sobre su tronco dándole a todos una visión clara y contundente de mis nalgas, de mi chochito, de mi culito, no tendría uno sino seis testigos presenciales de la irrepetible noche en la que fui toda una puta.....y es que yo sabía que lo que no hiciera hoy no lo haría mas nunca.

Cada segundo que pasaba me excitaba mas la idea de ser cogida por el culo por primera vez, sobre todo por alguien que no lo había hecho tampoco, por lo que el recuerdo sería imborrable para ambos. En mi mente le ofrecí disculpas a mi novio, por no haberle dado el honor, pero estaba impaciente por probar.

Tomé su negra verga en mi mano y apuntando lo fui acercando a mi ano. Todos callaron, esperaron, la cabeza empezó a entrar, sentí un intenso dolor que ahogué ....extendí mas las piernas, distendí mi culo y aguanté el siguiente embate....ya estaba adentro, lo sentía....comencé a menearme muy lentamente.

Empezaron los comentarios:

-dale Alfonsito, pártele ese culo!!.

-Empújale los pelos, vamos!

-Entiérralo todo, hazla gritar!!!.

Él se levantaba buscando meterlo mas, pero yo mantenía el control. A los minutos ya me había acostumbrado a ese duro y negro palo.

Alfonsito quería mas movilidad y entre tantas sugerencias y expresiones que oímos, decidimos la de colocarme en cuatro patas.

Me dolió al sacarlo, José le pasó una crema a Alfonsito , dándole instrucciones.

Di la vuelta y me puse en cuatro patas en el centro de la cama.

Todos miraron expectantes como Alfonsito embadurnó su verga y mi culo con un frío gel que alivió mi ardor.

Veía mi pose reflejada en el espejo y apenas lo creía.....mi rostro sobre la almohada, mi torso inclinado y las caderas abiertas mostrando mi chochito a todos, mientras una mano negra, metía sus dedos con lubricante dentro de mi culito.

Sentí cada nervio y vaso capilar de su verga mientras entraba.....grité sin pena, gemí con sinceridad, que rico era!

Me batía con fuerza, me separaba las nalgas.

Era una sensación nueva pero que estaba próxima a producirme un gran orgasmo.

Me dispuse a acariciarme el clítoris, lo que produjo murmullos de satisfacción y excitación en los otros, los miré a todos, con cara retadora, como diciéndoles que aprovecharan la única oportunidad que tenían de verme así.

¿ sabrían algún día que yo era una niñita clase media, graduada en colegio de monjas? No lo creí , así que seguí masturbándome.

Un calor intenso llenó mi recto, me excitó la cosquilla pegajosa que sentí. No paraba de soltarme chorros de leche. Me tumbó sobre la cama, lo sacó de un golpe y terminó su descarga entre mis nalgas. Volteé con curiosidad y me agradó ver grumos de leche sobre mis nalgas , que Alfonsito esparcía con su verga. Lo miré a los ojos y le di una sonrisa de aprobación.

Me paré de la cama y sin ninguna vergüenza, caminé frente a todos hacia el baño, con alguna dificultad por el ardor que sentía en mi culo, pero que traté de disimular.

Cuando pasé frente a Luis, le dije:

-Ahora si me puedes llevar.

Él me miro a los ojos, todavía se masturbaba.

-Tranquila ya casi termino, me dijo con su atractiva sonrisa, tomándome de la mano.

Un rápido y certero chorro de leche, mojó mi ombligo y bajó por mi vientre hasta enredarse en los pelos de mi pubis.

Fue un final inesperado para una noche ünica.

Capítulo V

El agua caliente de la ducha me fue trayendo poco a poco a la realidad. No sé cuanto tiempo había estado allí, pero me asombró ver por la ventana que entraba débilmente la luz del sol. Solo después de mirar alrededor, me aseguraba de que estaba en el baño de mi cuarto. La esponja eliminaba los vestigios de la noche. ¿ lo habría soñado?

El malestar de la embriaguez pero sobre todo el ardor de mi culito, me indicaron que todo había sido real.

Recordé entonces con cierta vaguedad, como regresé a la casa. Acababa de suceder pero aun así hacía esfuerzos por recordar.

Luis me llevó en su carro del hotel a la avenida. Al llegar, paró en la esquina y antes de que me bajara, nos besamos intensamente en los labios, incluso creo que le acaricié su bulto. Le prometí que nos volveríamos a ver.

Conduje con lentitud y estacioné con mucha dificultad frente a mi casa.

Todavía estaba oscuro cuando entré sigilosamente y descalza. Creo haber ido a la cocina y haber tomado un antiácido, no lo puedo asegurar.

Terminé mi baño y me puse mi bata, sin embargo preferí ir a la cocina a tomar algo que frenara el dolor de cabeza que sentía.

Mi papa ya se desayunaba, ufff que susto!

-Mari, que haces parada tan temprano?

-Es que me duele la cabeza, papi.

Sonrió, y dijo: ¿ Restos de la fiesta?

-Asentí.

-¿ que tal estuvo?

-Buenísima, me duele el cuerpo de bailar.

Me tomé mis dos aspirinas y cuando ya casi entraba al cuarto me dijo:

-Por cierto, conseguí este papelito en el asiento del carro, debe ser tuyo.

Lo tomé en mis manos con cierto nerviosismo:

" Luis 7513786"

Recordé el momento, era mi propia letra.

-Si, es mío, es que intercambié teléfonos.

Entré de nuevo a mi cuarto, me acosté y con los ojos abiertos y mirando al techo, recapitulé:

El Sr. Armando, Ender, Alfonsito, Luis,.....Jose, y ......el otro

Nunca supe el nombre.

Bueno, podía llamar a Luis y averiguarlo.

Me recosté a dormir profundamente..