Noche con mi vecino 2
Unos meses después...
Algunos meses después....
Despertando poco a poco pero con los ojos aún cerrados, noto movimiento en el otro lado de la cama.
La persiana esta medio abierta y se ve lo justo y preciso con la poca luz que deja entrar.
Estoy bocabajo liada en una sábana.
Mi vecino ya se ha levantado con más ánimo que yo, agotada por el polvazo de la noche anterior.
El recuerdo de lo pasado, el frescor de la mañana y un leve sonido de fondo que iba en aumento me puso los vellos de punta con un escalofrío.
La música que había puesto ésta mañana, era perversa e insinuante. Mi compañero de folleteo se ha despertado con ganas de seguir la fiesta de anoche, y yo ahora también, pero me hago la dormida para ver cómo actúa.
La música suena más fuerte, y noto el movimiento del colchón al tumbarse cerca mía.
Un leve cosquilleo desde la nuca hasta la espalda por sus dedos tocando. Llegan hasta mi culo un poco en pompa y mete la mano comprobando mi humedad, lógicamente estaba ya mojando porque me estaba dando mucho morbo la situación.
De un golpe noté como quitó la sabana, se recuesta un poco sobre mí y de un empujón en seco mete la polla dentro haciendo que mis ojos se abran de golpe.
....................
( contado por él)
Arrastrando su cuerpo y poniéndole la almohada debajo de la pelvis, boca abajo con el culo en pompa.
Abrí los cachetes de un culo grandote y ví como de los pliegues de su coñito rico caía un hilito de líquido vaginal, haciendo brillar esa bolita gorda y salida hacia fuera.
Palpitaba.
Parecía un corazón bombeando sangre.
Me la puso tan gorda que en en ese mismo momento solo quería follarla, estaba fuera de mi, salivando, inmerso en el placer de ese coño pidiendo guerra. Y así sin más.
Sin darle tiempo a que se despertara golpe, le quité la ensoñación metiéndole la polla de una vez. De un empuje, abriendo de golpe la puerta al goce....
Con ésta embestida dura que hunde mi polla en su coñito la hago despertar de golpe, empiezo a bombear, arrancando ese gemido inevitable, follando sin cuidado su coño derretido. Quería hacerla sufrir de placer, quería que cada vez que se masturbara lo hiciera pensando en mí, en mi polla llegando a lo más hondo de su interior.
La quería dejar siempre apunto de caramelo, llegando a la punta del clímax y parar, torturar su vagina de placer, no paraba de contraer por dentro para hacer un vano intento para que yo acabara sin saber que lo que hacía era engordar mi pene, me encanta la sensación de que una mano está estrujando mi polla, cuando en su lugar es un coño gordo, unos labios carnosos abrazaban el tronco de mi erección extrema. Entraba y salía sin problemas, rebasaba los fluidos resbalando sobre mis huevos.
Paré de golpe, me incliné y cogiendo un cachete con cada mano descubrí dos agujeros muy ricos bañados en ricos jugos. Sin querer desperdiciar nada, saqué la punta de la lengua y con un suave roce desde el clítoris hasta el culo recogí un poquito de esa sustancia que salía de ella.
Casi exploto y me corro sobre la cama al sentir el sabor dulce y salado que me puso a mil.
En lugar de eso, utilicé todo ese subidón para darle una rica comida de coño y de culo. Tenía ganas de ella de probar hasta el último rincón de su cuerpo. Sobre todo de esa parte, esa postura me facilitó mucho el trabajo para poder comer agusto. Empujé las rodillas de ella hacia fuera, abriendo las piernas y el culo hacía arriba, tenía la visión perfecta de todo su ser. El coñito abierto mojando todo y el culo estrecho y apretado expectante..
Palpitaban, su culo y su vagina se contraían de tal manera que me dejó hipnotizado, yo salivando y mi polla goteando también votaba en tensión.
Necesitaba follarla, necesitaba darle lento y fuerte, necesitaba oír sus gemidos pidiendo más. Pero aguanté.
Me arrodillé a su culo, tal cuál, saqué la lengua y sin darle más misterio empecé a rodear el anillo arrugado, ella empezó a apretar fuerte la almohada. Empapé su ano, lo dejé mojadito y gustoso con cada lamida, de arriba abajo, sin llegar al coño. Ella me insultaba pidiendo más. Obsecinades propias de alguien que está muy muy cachond@, y se siente poderos@ y muy guarr@.
Mi polla hacía un círculo de humedad en la sábana. Estaba para reventar, para reventarla.
Para hacerle suplicar que le dé tan fuerte para romperla.
Se creó un ambiente morboso, olía a fluidos, a una buena follada.
Mis dedos empezaron a jugar con los labios gorditos de su coño, a apretarlos a pellizcos, me dediqué a convertir en un río que vendría de la entrada de su coñito rico.
Su cuerpo parecía electrificado, se agitaba moviendo las caderas haciendo ochos sin parar, jadeaba, ahogaba los gemidos que yo quería escuchar y no iba a parar de torturar su clítoris y sus partes hasta que rogara.
Era el momento de ponerla a tope hasta que pidiera ser penetrada, pero qué cuando lo pidiera, no hacer caso.
Hice un amago de penetración rozando desde el capullo hasta la base por todo su coño.
Era el momento de darle unos azotes tirándole del pelo.
Mientras azotaba las nalgas y su vagina metí los dedos dentro de su boca. Mi polla rezumaba preseminal a goterones.
Cuando creía que mi excitación no podía ir a más, solté su pelo y agarré sus pechos retorciendo los pezones.
Vi cómo por sus muslos
corría
humedad, ese era el momento de penetrar con dedos su vagina y su ano sin pedir permiso o darle pistas.
Ella gritó de placer y dolor ,los gemidos me hicieron sentir poderoso y mi pene se levantaba como nunca
Saqué los dedos llenos de flujo y los chupo.
Mis manos la sujetaron por las caderas.
Y noto mi glande entrando hasta el fondo de sus entrañas .
- Cabrón!! ya era hora que me follaras.
Quedé quieto dentro de ella y poco a poco la saco y se la clavo de golpe,una vez y paro, otra vez de golpe y paro, y el último empujón el más fuerte antes de empezar con el vaivén más rápido.... Al compás de gemidos y jadeos....
Mi coño estaba dilatado y hambriento de una poya gorda y jugosa. Me la metía sin descanso, no daba tregua a relajarme, me follaba bamboleando la cintura. Haciendo ochos con la polla apretando mi coño mojado.
Yo mordía los cojines intentando suavizar los gritos. Los dedos clavados en la cintura marcaban el ritmo. Cada empujón parecía que entraba más al fondo reventando mis partes.
A punto de corrernos jadeaba pegando el pecho a mi espalda con una mano agarrando una teta y la otra tocando el clítoris, su boca chupaba y mordía mis hombros y la nuca gozando de lo lindo.
Y así,... Si me encantaba el cariz tan morboso, a un ritmo lento pero sin parar, así seguía con ese ritmo tan rico,,,, despacio pero sin pausa...apretaba por debajo mi coño, le daba amor y cariño a mi clítoris hinchado y gozoso. Y así, así... Tan intenso,,,mi vagina empezó a contraerse violentamente apretando todo lo largo de su poya. Llevábamos tanto rato follando que su poya estaba enorme, apretaba mi coño al mismo tiempo que mi interior apretaba y a la misma vez empecemos los dos a bombear después de los primeros gemidos... Una vez llegado al punto máximo del clímax, nos volvimos salvajes follando sin miramiento, nos corrimos como locos a gritos mojando todo de fluidos mezclados... Con sudor, besos,
mordidas, lámidas
y empujones por su parte y por la mía buscando exprimir al otro, jadeando cansados, reduciendo el ritmo... Me quedé tal cual en esa postura, rendida y espatarrada. El coño súper abierto y cayendo todavía jugos....