Noche con mi sobrina(Un dia de playa II)

Despues de estar con mi hermana en la playa, me dirijo con mi sobrina hacia mi casa.

Mi sobrina me siguió me acompaño hasta el coche. Iba con el bikini y una bolsa, en la que supongo que llevaría alguna muda de ropa. Eso esperaba.

Mientras íbamos  camino del coche, no dejaba de pegarse a mí y cogerme la mano como si fuéramos pareja. Esto hacia que más de uno me mirase, con envidia.

Esta chica joven, todavía saliendo de la adolescencia y con ese bikini, que dejaba poco a la imaginación, además de su inocencia, estaba seguro que no se daba cuenta, de lo perturbadora que era ese joven cuerpo y ese bikini.

Camino del coche cogidos de la mano mi sobrina Nuria no deja de hablar.

  • tío, espero que esta noche durmamos juntos- me dice.

  • a ver, si quieres vale, pero debes tener cuidado con lo que dices, que no todos lo entenderán.- le comente.

  • si, no te preocupes, se guardar un secreto- me dijo y me dejo intrigado.

No le quise preguntar y preferí esperar a que ella fuera quien me lo dijera. Llegamos al coche, la acompañe hasta el lado el acompañante y muy galantemente le abrí la puerta. La sonrisa que me dedico, me dio a entender, que le había gustado mi galantería y eso me hizo pensar que debía ser bastante cuidadoso con mi sobrina, debo ver hasta dónde quiere llegar. El visto bueno de mi hermana lo tenía.

Ya en el coche y mientras conducía, mi sobrina no dejo de hablar y sobarme la poya. Dios, me estaba poniendo como una moto.

  • Nuria estate quieta, que no soy de piedra.- le decía.

Ella sonreía y no dejaba de meterme mano, cuando ya tenía la poya a mil esta sacaba la punta por la pernera del pantalón, entre lo grande que era y lo que había retrocedido mi sobrina dicha pernera, no había problema, para que se vieran unos cm.

Mi sobrina, no dejaba de lamerse y mirar hacia mi poya, pero mientras yo conducía, sabía que no podía hacer nada, por el riego de tener un accidente.

Como mi casa, estaba como a una hora de la playa y la muy cabrona me tenía con la poya engarrotada, decidí buscar un lugar apartado y que se desahogara ella y así poder llegar a casa.

Encontré un lugar apartado o por lo menos lo parecía, en un lateral de la carretera había una pista de tierra, que salía.

Me metí por allí y aparque a un lado para no molestar.

Ya aparcados, mi sobrina no es tonta, en cuanto pare el motor, se abalanzo sobre mi polla, directamente empezó a lamerla, por el tronco e intentar chupar la cabeza.

Como las dimensiones de mi miembro son grandes, a la pobre niña le costaba tragar y apenas podía meterse la punta en la boca. Al tener la boca tan pequeña, el placer era enorme, además la niña le ponía empeño y se esforzaba por meterse el máximo de carne en su boquita. Después de intentarlo varias veces, solo pudo meterse el glande en la boca y empezar a saborearlo como una piruleta. Mientras hacía esto, le lleve una de sus manos hacia mis huevos y le dije que los masajeara. Eso era el cielo, me costaría correrme, pero la niña le ponía empeño. Y este empeño o esfuerzo hacia que me excitara mas.

Con sus labios, me apretaba la punta de la poya y esto era mucho mejor que alguno conejos que me había follado la presión que imprimía a mi polla y la succión que realizaba me estaban produciendo un placer, que hacía tiempo no recordaba con una mamada. Reconozco que igual era el morbo de la situación.

Después de un rato, mi sobrina algo indignada, me dice.

  • ¡no te corres y ya me duele la boca!- dice entre indignada y disgustada.

  • deberás hacer algo más que chuparla, para que me corra.- le digo socarronamente.

Empieza a subirse a horcajadas sobre mi y veo por donde va.

-Nena es imposible, que te metas esto- le digo mirando a mi poya- nada mas decirlo me doy cuenta de que voy a herir su orgullo.

  • da igual, lo intentare- me dice cabezota.

Yo que sé, lo que es meterle mi poya a una mujer por primera vez, la dejo hacer.

Una vez subida sobre mis muslos, se aparta la parte de abajo del bikini y mientras con una mano se agarra al sillón con la otra agarra mi miembro y lo apunta hacía su conejo.

Noto como la punta toca sus labios, no hago nada, prefiero que ella se dé, cuenta de su error.

Una vez mi poya en su entrada, empieza haciendo presión, pero como es obvio, no entra y se queja del dolor al intentar meterse la cabeza a lo bruto.

Después de un tiempo le digo que espere a casa y que ya allí probaremos otras cosas y que no se apure, que se va a hacer daño y entonces sí que no podremos hacer nada.

Refunfuñando se retira a su asiento, y después de un rato, arranco el coche y me dirijo hacia mi casa, apenas habla por el camino y mira que es habladora. Me imagino que esta dándole vueltas a como meterse mi trozo de carne en su cuerpo.

Una vez llegados a mi casa, la cual es una casa terrera en alquiler, dejo el coche aparcado fuera y me dirijo hacia el interior, con mi sobrina ya no cogida de mi brazo, sino detrás de mí con aire pensativo.

Abro la puerta de la casa y decido ganarme un par de puntos más , me giro y cojo a mi sobrina en brazos, para su sorpresa y terminando de abrir la puerta con el pie, la introduzco en mi casa, luego cierro la puerta detrás de mi y la llevo hacia mi dormitorio. A mitad de camino ya iba comiéndome la boca y sonriendo.

Entro en mi habitación y la dejo en la cama, mientras me desvisto, que en mi caso, solo es quitarme el bañador, los zapatos y la blusa. Mi sobrina se quita el bikini y me mira totalmente desnudo. Obviamente no deja de mirarme la poya, que está empezando a crecer.

  • nunca he visto una tan grande- me dice acercándose hacia mi miembro.

Va gateando por la cama hacia mí, cuando llega a mi miembro empieza de nuevo a chuparlo.

Como quiero meterla, decido primero hacerle una mamada a ella, haber si se corre y se lubrica bien. Lo necesitara para poder metérsela, aunque sea la punta.

Le aparto la boca de mi poya y la acuesto de espaldas, en dejando su coño a la altura de límite de la cama. Me pongo de rodillas y le paso sus pies por mi espalda.

Empiezo abriendo algo sus labios y lamiendo de abajo hacia arriba. Cuando llego arriba, con la punta de mi lengua rodeo su clítoris. De vez en cuando le meto algún dedo y voy tanteando como esta su gruta. Al poco tiempo además de gemir, voy notando que empiezan a fluir jugos por su vagina y noto que puedo ir metiendo el dedo mas al fondo . Al rato se ha corrido ya que ha pegado un gran gemido y se ha relajado, aunque no he dejado de comerle la raja. Cuando puedo meter tres dedos sin que se queje, aprovechando que se corrido me pongo de pie y empiezo a pasarle la punta de mi poya por sus labios. Aprovecho sus fluidos para que mi poya este algo lubricada. Poco a poco, empiezo a meter la punta, Nuria da muchos bufidos, pero no le pregunto si está bien o no, voy empujando poco a poco y a cada rato me dice para.

Pero le meto unos centímetros y para, para que se acostumbre. Le meto un poco mas y sigo igual. Al final decido dejarle unos diez centímetros dentro y empiezo a bombear.

Después de estar bombeando dentro de ella durante unos minutos se vuelve a correr. Estoy de esa forma durante unos minutos, su útero está muy apretado y da un enorme placer, sus pareces aprietan mi tronco como si alguien me la estuviera apretando con varias manos a la vez. Al tercer o cuarto orgasmo mi sobrina o se desmayo o se quedo en un estado de cansancio ya que solo se movía por mis embestidas. A pesar de las ganas que tenia de correrme tuve que parar y buscar condones, me salí de Nuria y fui a buscar condones. Como ya estaba en mi habitación, no tuve problemas, cogí uno y me lo puse, me dirigí hacia mi sobrina y se la empecé a meter poco a poco. Bufo un poco al principio pero al tenerla de nuevo dentro y empezar a moverme, empezó a gemir de nuevo. Al cabo de un rato y puede que otro orgasmo de ella, me corrí en el condón.

Me quede un poco dentro de ella, hasta que se bajo la hinchazón de mi poya. Me quite el condón y lo tire al baño. Después me fui a tumbar en la cama al lado de mi sobrina. Que se giro y se pego a mí, quedándonos los dos dormidos.

Me desperté por el ruido del timbre de la puerta. Me puse el bañador que estaba en el suelo y cerré la puerta de la habitación.

Me dirigí hacia la puerta y al abrirla me encontré al otro lado a mi hermana Maite.

  • hola, le he dicho a Julián que me vengo a pasar la noche también contigo y Nuria.- me dice sonriendo y poniendo esa cara de traviesa.