Noche calurosa

En una noche de verano en la que ansiaba refrescarme, recibi una llamada muy interesante.

Como estaba siendo costumbre esa semana, estaba hablando con mi compañero de las grandes fiestas que se hacían en casa de mi mejor amigo, le hablaba de ellos, y de lo magníficos que eran los baños en esa piscina...todo el mundo bañándose como venimos al mundo...el se ponía cachondo cuando le hablaba de mi y de mis amigas, pero trataba de que yo no me diese cuenta, cosa que me hacía mucha gracia, y por tanto le provocaba contando cuando todas aprovechábamos para quitarnos los bañadores cuando los chicos estaban en la cocina...no nos dábamos cuenta que los vecinos nos podían ver, pero eso, en el fondo, nos daba igual...

Yo quería que el viniese a una de esas fiestas así que no paraba de insinuarle lo bien que se lo pasaría si viniese, nuestra relación era de amistad aunque de vez en cuando nos liábamos, pero no quería que viniese cuando había mas gente, quería estar a solas con el y disfrutar realmente de esa piscina, que posibilidades tenía...

El caso es que le conté donde estaba, le indique poco a poco cuales eran las carreteras que debía de recorrer hasta llegar a la casa, él tenía buena memoria y sabía que no se le olvidaría.

Pasaron unos días y me entere de que mi amigo se marchaba a pasar el finde fuera, por lo que me lance a proponerle que quedásemos en la casa, le llame un par de veces, pero no cogió el teléfono. La noche del viernes fue bastante calurosa, así que decidí irme yo sola a la casa, llegue al chalet y como de costumbre salte la vaya, entre en la casa cogí una botella de vino blanco bien fresquito, una copa y me dirigí al jardín, me tumbe en el suelo para ver las estrellas, no se oía nada, solo mi respiración y como entraba el vino en mi cuerpo, disfrutaba de mi soledad, empezó a chispear un poco, y me hizo mucha gracia, me puse de pie y empece a bailar, estaba desinhibida, con los brazos levantados y dejando caer esas gotas sobre mi cuerpo, poco a poco me fui mojando más y más, mi ropa se pego a mi cuerpo, y se veían mis pechos a través de mi blusa, así que me la quite...que tormenta de verano mas placentera... poco después cuando paro la lluvia y entre en mi de nuevo escuche mi móvil, tal vez llevase sonando un rato, corrí hasta encontrarlo y conteste, era mi compañero, me alegre de escuchar su voz.

Le conté donde estaba y que le echaba en falta, de pronto me vi envuelta en un tipo de conversación que hasta entonces no habíamos tenido, le dije que estaba en la piscina, que estaba yo sola, desnuda y le echaba de menos...el me dijo que estaba cachondo, por primera vez lo reconoció, tal vez fuese la distancia lo que le hacía hablar sin tapujos, me dijo que me recostase, y que comenzase a tocarme los pechos, yo también estaba muy cachonda, con los pezones durísimos, ansiando una boca que los chupase y que les diera pequeños mordisquitos, seguí cada uno de los pasos que el me susurraba al otro lado del teléfono.

Fui bajando poco a poco la mano desde mis pechos, pasando por mi ombligo hasta llegar a mi coño. Me sorprendí al comprobar que estaba bastante húmeda, y latente...introduje mis dedos en él mientras escuchaba su voz, diciéndome todos los lugares en los que me follaría, y las cosas que me haría si estuviera delante mía, no podía estar más excitada. Mi cuerpo notaba el frescor en su espalda, por las gotas que habían caído anteriormente, y yo notaba que cada vez mi sexo estaba mas necesitado del miembro de mi compañero.

Yo no era capaz de hablar, estaba callada solamente guiada por la voz, toque mis labios de arriba a bajo y haciendo pequeños círculos en la parte superior de mi coño, acariciando mi clítoris con mucha dedicación, mucho más que cuando me masturbaba yo sola en mi habitación. Me mordía los labios por que ansiaban su cuerpo, necesitaba sentirle a el, chupársela, que me la metiese hasta el fondo, los latidos de mi corazón cada vez eran mas acelerados.

El me preguntaba que si quería que me la metiese, mi tono de voz estaba subiendo y yo ansiosa, sedienta de sexo, respondía que si, le decía que quería que se corriese dentro de mi. Mis respuestas eran entrecortadas y no era capaz de abrir lo ojos, me había dejado llevar por sus palabras y no escuchaba nada que no fuera su voz. Cuando estaba tocando mi clítoris, me volvió a repetir la pregunta...¿Quieres que te folle ahora mismo?...SI Follame!!!

Entonces note como su miembro entraba en mi cuerpo, era posible, dios mío, le estaba sintiendo a él, entonces abrí mis ojos, y le vi de rodillas a mis pies, ya estaba desnudo, había saltado la verja y yo en mi excitación no había sido capaz de escuchar nada. Sentía vergüenza por lo que acababan de ver sus ojos, me había visto masturbándome, pero por otra parte estaba allí, y la vergüenza no tenía sentido por fin iba a poder sentirle a el, y a su polla, me puse yo también de rodillas y me zafé de su miembro, acerque mi boca a su falo y con los labios un poco cerrados fui introduciéndomela poco a poco para que se sintiera en mi, le bese y le lamí, sentía sus venas que estaban muy marcadas, le mire con esa mirada de gatita en celo, que tanto le vuelve loco, yo también estaba excitaba y ansiaba su polla pero quería que el también sintiese lo mismo que yo, el trataba de que dejase de chupársela, me decía que ya no podía mas que se iba a correr pero no, aún no, no era el momento de parar quería que estallase de lujuria, hice que se volviese loco, se echaba para atrás, hasta que se tumbó, y se dejo llevar, sabía que yo no pararía por el momento así que cerro los ojos, yo al escuchar sus gemidos me ponía a mil, no sabía quien estaba más cachondo.

Entonces pare y deje que me chupase los pechos mientras yo cogía su miembro y me lo introducía, le quería para mi, y le hice mío, entre mis piernas tenía lo que había ansiado durante toda la semana, por fin! Comencé con movimientos lentos, para sentirle bien dentro mi cuerpo, que gemía de placer, le podía besar, morder, nuestras respiraciones eran una... y por fin sentí como se contraían los músculos de mi coño a la par que su leche salía de su cuerpo para meterse en el mío... nos fundimos en un uno, y descansaron nuestros cuerpos, uno encima de otro, el calor era dueño de nosotros, giré mi cara al ver como la luz de la piscina se encendía, mi cabecita ya había descansado lo suficiente como para querer llevarle dentro de la piscina y hacerle de nuevo mío, así que me levante y me tire al agua, desde allí le miró su gatita, y sin decir ninguna palabra el vino hacia mi, se tiro a la piscina y comenzó todo de nuevo, pero eso ya es otra historia...