Noche Caliente...
Lo prohibido es más excitante y de eso se trata este relato; como me follo un hombre prohibido.
Un hombre con voto de castidad, eso es él. pero la lujuria pudo más en este encuentro.
Ese día quede de salir con este hombre, del cual no diré el nombre, era jueves que en Bogotá los bares son muy movidos. Quedamos en un lugar a eso de las 20h, era la primera vez que nos veiamos; únicamente habíamos conversado por chat y por telefono, al verlo noté que era más musculoso y no tan alto como creí ( yo mido 1,70 y el media alrededor de 1,75). Lo saludé con un beso en la mejilla yo no buscaba nada en concreto pero dentro mio tenía mi lado de puta que me exigia arrastrarlo a una residencia.
Nos dirigimos a un bar cercano y pedimos un par de cervezas entre charla y charla intentó besarme y rápidamente le hice la cobra y decidí jugar un poco; cada vez que quería besarme lo esquivaba y lo provocaba más y más. sonó un reggeton así que lo saqué a bailar y descaradamente le restregaba mi culo en su verga para excitarlo. al sentarnos me susurro que estaba muy caliente y que me sentara en sus piernas, y así lo hice. Sentada en sus piernas me tomo la cabeza y me acercó a él, ya sin poder moverme le dije: dejame a mi, me soltó y posé mi lengua sobre su labio superior y lo lamí luego su labio inferior y mordisquié suavemente. luego introduje mi lengua en su boca y la asalte con excitación y él no se quedó atrás me tomo con una mano la cabeza y con la otra tomo mi cintura para acercarme más a su cuerpo. nos besamos con tal locura que ya sentia mis pezones endurecersen contra su pecho y su entre pierna crecer. estuvimos así un largo rato hasta que sin poder aguantar más me dijo: vamos a un motel. obviamente no me resistí.
Pasó la cuenta rápidamente y nos dirijimos a un motel cercano, lujoso por cierto. cuando estamos ya en el cuarto empezamos a desnudarnos hasta quedar el en boxer y yo en ropa interior. al mirar su entrepierna, su verga estaba dura y el boxer ya estaba con una goticas. eso me provocó y baje mi mano hasta ésta bajé sus boxer y quedó ante mi una verga exquisita: grande y gruesa, ¿Qué más pedir?. la tome con mi mano y lo mire con cara de puta queriendo decir: voy a mamartela como nadie. posé mi lengua en la base de su mastíl y empezé a subir degustando suavemete esa verga que se endurecia más para mi, hice circulos en ella y bajaba y subia mi lengua para pasar a chupar sus grandes bolas. al subir nuevamente me quede en la cabeza de su mastíl lo introduje en mi boca y poco a poco fui chupando e introduciendolo más y más. era tan grande que no me cabía pero toda una garoza empecé a comerme su verga de una manera que a él le encantaba subia y bajaba rápidamente. era tan exquisito ese momento que el sujetaba mi cabello con fuerza, cosa que me pone a mil. tomé su verga con la mano y empecé a masturbarlo sin dejar de chuparle la verga. saqué toda mi lengua y y en cada subida y bajada de mi mano le chocaba su verga con mi lengua. eso le encantaba y así estuvimos un buen rato hasta que me grito que se venia y metió todo su mastíl en mi boca y soltó un buen chorro de leche que me tomé toda, sin desgastar ni una gota.
Me recosté boca arriba y posó su boca en mis pezones y con una mano agarraba mi otro pezón y lo pellizcaba y con la otra estaba jugando con mi clitoris, cosa que me enloquecia. así que le dije que la queria tener dentro mio. la tenia dura nuevamente y fue moverla un poco para que estuviera nuevamente bien parada y me penetró sin dificultad porque mi vagina estaba totalmente mojada por la excitación. inició un va y ven que hacia que mi espalda se arqueara de placer... una, dos, tres ... veinte embestidas y yo moria de placer y empece a empujar su culo para que me embistiera más duro y me llegóun delcioso orgasmo que me hizo gritar.
luego, le indiqué que se acostara y me subí sobre el y empecé a cabalgar cosa que le daba más espacio en mi interior y nuestras respiraciones estaba tremendamente agitadas. con toda esta excitación y sin pensar en el dolor que pudiera causarme le dije: penetrame por el ano y me puse en cuatro.
Él, ni corto ni perezoso empezó a mover su verga en mi ano sin penetrarme, que aún nadie había explorado, y empezó a metermela. yo gritaba tan fuerte del dolor que imagino que escuchó mucha gente así que ahogaba mis gritos en la almohada. cuando había metido su verga en mi ano totalmente empezó un va y ven que me hacia casi llorar de dolor pero con un placer diferente, morvoso y excitante. así estuvimos hasta que se vino en mi trasero.