Noche Bruja
Noche de voyeur consentido.
Terminada la mili me reincorporé a la vida familiar en una ciudad del norte de Castilla. En esta ciudad (la cual no nombro pues todavía vivimos en ella), yo tenía toda mi herencia familiar y mi querida novia.
Mi mujer ahora, mi novia en aquel tiempo, era una chica de ciudad Castellana, recia, fuerte de carácter pero que no estaba para nada ligada a la mujer tradicional. Para aquellos años finales de los 80 y principios de los 90 era bastante, bueno éramos bastantes desinhibidos.
Cuando podíamos nos bañábamos en los ríos desnudos y practicábamos sexo, sobre todo en el coche. Antiguamente decían los viejos del lugar que se acudía a la era, pero nosotros en nuestro Renault 5 (que no era un Simca 1000) organizábamos unos buenos retoces, magreos y casi todo el tipo de posturas que podíamos hacer en tan estrecho habitáculo.
A muchos les sonará pues en aquel tiempo, los coches eran los lugares de sexo furtivo más utilizados por los jóvenes. Me vuelve a poner los pelos de punta el recordar que con una mirada nos decíamos que hoy teníamos ganas, la noche cayendo, la búsqueda del lugar adecuado, lo más oscuro posible y el primer beso antes de la lujuria desatada en el asiento de adelante o en el de atrás, lo mismo daba. Las ventanillas empañadas en vaho en invierno y en Castilla hace mucho frio en invierno, aunque lo mejor era en verano cuando podías abrir las ventanas y follar desnudos dentro del coche. Muchos que lo lean sabrán de que hablamos. Luego con el tiempo, mirando hacia atrás, creo que son esos los momentos de sexo genuino y puro que una pareja puede tener. Pero no nos vayamos por las ramas, al lio.
Un año antes de casarnos, en el verano de 199….. uf hace muchos años, como digo una noche mágica de San Juan, una noche bruja, sobre las 23:30 salimos del bar donde nos habíamos tomados bastantes copas (en aquel tiempo no había radares y casi ningún control de alcoholemia y además teníamos controlada a la Guardia Civil y sabíamos por donde no se colocaban, por lo que no teníamos miedo a beber y conducir. Ahora resulta extraño, pero en aquel tiempo no lo era) y nos dirigimos a follar en el coche. Yo la iba metiendo mano por debajo de la falda y ella me tocaba la polla por encima del pantalón vaquero y yo no veía sitio donde parar, para la jodienda.
Me dirigí hacia un arroyo que había a unos 5 kilómetros de la ciudad y allí en medio de la vegetación paré. Es un lugar poco transitado y no había visto coche ninguno ni nadie por el camino. Hacía calor y abrimos las ventanas para no cocernos en aquella sauna. La luz que había era de una luna casi llena que iluminaba el campo y dentro del coche. Yo veía la lujuria en su cara e imagino que igual se veía en la mía. Nos dimos unos morreos de los que duelen, mordiéndonos en los labios mientras sus manos me intentaban quitar el pantalón. Consiguió bajármelos hasta las rodillas y me bajo el slip que llevaba. Acariciaba mi polla lentamente con las manos. Yo sentía que me hacía cosquillas con las yemas de sus dedos y sus uñas, apoyo su cabeza en mi tripa y sentí su lengua como pasaba lentamente por mi polla, de arriba abajo, lentamente, buscando el máximo goce. Mientras yo levanté su falda y la empecé a tocar el culo. Metía mis manos por sus braguitas y la tocaba su agujero y pasaba a su coño, el cual estaba totalmente mojado. Los pelillos de su coño se me enredaban entre mis dedos y ella poco a poco iba abriéndose de piernas mientras yo la levantaba la falda completamente, la recogía por la cintura y podía ver sus braguitas blancas (me encantaban las de color blanco). Se las quité como pude y por fin accedí aquel día a su coño, de labios gordos y peludito, mojadísimo y apretando y frotando la fui viendo como alzaba rítmicamente las caderas y subiendo y bajando sabía que se iba a correr pronto. Ella no se cortaba y ya tenía mi polla (la cual es normal de tamaño) dentro de su boca totalmente y sin tocarme con las manos movía su lengua dentro hasta que no pudimos más y nos corrimos los dos a la vez, con grandes gemidos de placer por parte de ambos. Se levantó y me planto un beso en la boca y, para mi sorpresa, me metió la lengua y nos pegamos un morreo de infarto, con mi corrida y todo.
Paramos durante unos minutos y nos fumamos un cigarro sentados en los asientos, medio desnudos.
- Veo que te ha gustado todo- me dijo mirándome con mirada picarona-
La miré y pude ver una mirada de lujuria, rara y no sabía que me quería decir. La dije con tono libidinoso:
- ¿Qué te pasa niña? Ahora follaremos antes de marcharnos y si quieres te como el coño como te gusta ¿verdad? (a todo esto, la metía la mano en sus increíbles tetas) o ¿es que quieres que hagamos algo especial?
Nunca me olvidaré de sus ojos entonces pues se iluminaron de alegría. Muchas veces habíamos fantaseado con hacer un trio, pero nunca nos habíamos atrevido. En ese momento ella giró la cabeza y pude verlo. Como a unos 5 metros había un chico de unos 25 años más o menos, con una impresionante polla fuera de su pantalón, la cual se estaba pajeando. Ella acarició mi mano y me dijo:
- ¿y si es hoy el día del trio? ¿Te parece que le deje acercarse y que se cumpla una de nuestras fantasías?
Duro fue aquel momento para mi pues no sabía que contestar, pero un deseo irrefrenable por verla disfrutar se apoderó de mi mente y fue mayor el deseo que gozara que mis celos. La dije mirándola a los ojos:
- Vale mi niña, pero nada de follar que no tenemos condón.
- De acuerdo amor – me dijo con una sonrisa y se acercó a darme el morreo más excitante que nunca nos hemos dado-
Lo que paso a continuación lo tengo como en una nube. Ella abrió la puerta y le dijo al chico que se acercara. El chico se acercó un poco tímido al principio, pero ella le enseñó el coño y él empezó a tocárselo lentamente, mientras su polla crecía y crecía. Vi como la metía los dedos, como ella la agarrada la polla al chico con la mano derecha y con la izquierda me masajeaba la mía. El chico la sobaba el coño, las tetas, la dio un morreo y empezó a chuparle las tetas. Yo andaba frenético pues pocas veces había tenido un subidón así. El chico no se cortó y comenzó a comerla el coño. Ella se puso de lado en el asiento, ofreciendo todo el coño de frente al chico el cual sumergió su cara dentro de él. Yo veía como la lamia el coño con la lengua y mientras la metía dos dedos en su vagina. Mientras ella me chupaba la polla de lado y así, en esa postura ella se corrió dos veces, inundando el silencio de gritos. Se levantó y le agarro la polla al chico y se la metió hasta el fondo de su garganta. La oía como se la chupaba, como la lamia, como le lamia el capullo hasta que el no pudo más y se corrió en su boca y vi como la caía la corrida por la comisura de sus labios.
Se levantó y le dio otro morreo con la corrida que veía como se escapaba el semen del chico entre sus labios. Se separó de él, se vistió y se sentó en el coche y me dijo que ya nos podíamos ir.
Esa fue nuestra primera vez.
Luego habría otras……