Noche bodas,
Aquella noche de bodas, fue magica, el sexo que recibi fue algo maravilloso, me subio y bajo al mismo cielo.
Cuando llegamos al hotel donde pasaríamos nuestra “noche de bodas” los empleados del hotel nos miraban con curiosidad, la diferencia de edades era evidente, Gerardo tenia un poco mas del doble de mi edad, sin embargo nadie en ese lugar sabia que solo se trataba de una noche de bodas falsa o mejor dicho, que solo estaba cumpliendo un sueño sexual de Gerardo, mi amante en turno.
Al pie de las escaleras me tomo en sus brazos, camino cuesta arriba sin ninguna dificultad, un empleado caminaba por delante nuestra con nuestras maletas, se apresuro a abrir la puerta y nos dio el paso.
El empleado salió cerrando la puerta tras el… tengo que reconocer que me sentía excitada, comparando mi noche de bodas con Mario, ahora parecía algo que me hubiese gustado sentir aquella noche.
La habitación era muy amplia, jamás había estado en un lugar de igual elegancia, las ventanas daban justo a la playa, al abrirlas la brisa entro recorriendo mi rostro, Gerardo se aproximo y tomándome por la espalda rodeo mi cintura y con una suavidad enloquecedora desabotono mi vestido, el cual cayo al piso, Gerardo lo levanto y lo doblo cuidadosamente para depositarlo en el closet, me miro con esa sonrisa cautivadora y con rostro de alegría se apresuro a decirme lo siguiente.
Sonia, luces tan hermosa, que me gustaría que este momento jamás se terminara, ¡gracias por aceptar mi propuesta!
Unas medias blancas de seda, sujetas por un liguero blanco de finos encajes, una tanga blanca con tirantes amarrados a los costados y un delicado corazón cubriendo mi monte de vellos, no podían faltar las ligas de encajes en las piernas y el sostén de finos encajes, como ultimo las zapatillas blancas de tacón de punta, y pulsera en los tobillos.
Gerardo camino hasta quedar a mi lado, mi cuerpo temblaba como no lo hacia en mucho tiempo atrás, Gerardo me abrazo y me beso con verdadera pasión, eh tenido que parame en puntas y el agacharse para poder alcanzarlo, sus fuertes brazos aprisionaron mi cintura, ahí de pie, iniciaba una verdadera noche de bodas.
Sus manos buscaron las ataduras de la tanga, primero una y después la otra se soltaron, la tanga cayo a mis pies, ahora el broche del sostén se abrió y este igual cayo al piso, solo quedaba con las medias, las ligas y el liguero, claro y las zapatillas, así con esas prendas encima se inicio el delicioso ritual del amor.
Me ayudo a sentarme en una esquina de la cama, separo mis piernas y me pidió quedarme así, sin moverme, me observaba con mirada de deseo, sus manos se apoderaron de mis tetas, y con suavidad apretó mis pezones, los acaricio hasta que se hincharon por el deseo, ahora su lengua inicio un largo y lento recorrido, iniciando en mi cuello y terminando en mis pies, beso cada centímetro de mi cuerpo, pero todavía no tocaba mi rajita, yo deseaba sentir una caricia en ella, pero nada, la espera aumentaba el deseo a cada minuto.
Golosamente chupo mis tetas, mi cuerpo se estremecía de placer, apreté mis piernas un poco para frotar mi clítoris, el cual ya pedía ser acariciado, me palpitaba exigiendo su parte.
Por fin su mano busco mi raja, la cual al sentir sus dedos se contrajo en un movimiento enloquecedor, sus dedos recorrieron los labios vaginales, suavemente, llevándose a su paso líquidos de mi rajita, la cual estaba muy mojada, ah,ah,ah,ah,ah,ah, se escucharon mis gemidos.
Ven amor acompáñame , me ayudo a ponerme de pie y camine con el unos pasos, me recargo en la pared y separo mis piernas, sus dedos acariciaron mi clítoris, primero con suavidad, después con un poco de brusquedad, lo aprisiono en sus dedos y lo estrujo, sentí lo inevitable, mis piernas se doblaron y casi caí al piso, en el justo momento que un torrente de liquido fluía de mi rajita.
Me dio la vuelta y ahora mi espalda quedo recargada en la pared, nuevamente separo mis piernas y sus dedos buscaron mi clítoris nuevamente, el cual estaba enrojecido por la caricia anterior…lo atrapo en sus dedos y nuevamente logro hacer que me viniera con facilidad, era la segunda ves en pocos minutos y el seguía aun vestido, yo estaba excitada como jamás lo había estado, no había duda esa era mi verdadera noche de bodas. En mi mente agradecí a Mario su accesibilidad para dejarme ir con Gerardo a solas.
Me ayudo a levantarme y me despojo de las ultimas prendas que tenia puestas, pero lo que escuche me dejo fría, ¿Cómo me decía eso justo cuando mas caliente me tenia? Pero después de escucharlo hablar comprendí el por que su actitud.
Mi cielo, vamos a salir a comer algo, después terminaremos con lo que iniciamos.
¡Pero Gerardo! Prefiero quedarme aquí, estoy muy excitada.
Lo se pequeña, pero seria fácil terminar en unos cuantos minutos, y tenemos mucho tiempo por delante, así que cuando regresemos te prometo que estarás mas excitada que ahora y me agradecerás por tomar esa decisión.
Mira, le pedí a Mario tu talla de vestido y te eh comprado este, espero te guste, ah y ahí en esa maleta esta algo mas tómalos y póntelos por favor mi cielo.
Se trataba de un vestido un poco largo de color rojo, con un gran escote al frente que dejaba verla mitad de mis tetas, contaba con una abertura por un costado, que apenas cubría la tanga roja que me dio en la maleta, me puse mis zapatillas negras y después de arreglar mi cabello Salí de su brazo, cruzamos el lobby y salimos para abordar un taxi de sitio.
Llegamos a un restaurant, donde ya teníamos una reservación, pero jamás imagine lo que me tenia como sorpresa ahí mismo. Apenas nos acomodamos en nuestra meza se aproximo un señor de edad un poco mas grande que Gerardo, se saludaron efusivamente y me presento como su esposa sin dudarlo. Lo que yo no sabia era que ese nuevo hombre estaba en la sorpresa de Gerardo.
Y dime Gerardo, que tal la estas pasando en tu luna de miel amigo.
De maravilla, no sabes mi esposa es la mujer mas caliente que puedas imaginar, ahora mismo debe tener mojada su tanga.
Mire a Gerardo extrañada y sonrojada, sin darme tiempo de decir algo se apresuro a decirle a su amigo.
¿Quieres sentir como esta? Vamos tócala por debajo de la meza.
La mano del extraño se escurrió por debajo y haciendo a un lado mi vestido acaricio mi raja por encima de la tanga, de verdad estaba mojada.
Vaya es cierto la tienes tan caliente que tu solo no podrás apagar su calor.
La llegada del mesero me salvo, continuamos con los alimentos sin mas comentarios de sexo, pero apenas terminamos nuevamente iniciaron con su platica, la mano se deslizo y se apodero de mi raja, mientras Gerardo decía lo siguiente.
¿Pedimos unas copas?
Claro, respondió el amigo yo me apresure a decir…yo solo agua Gerardo, no acostumbro a beber licor.
Vamos amor, solo será un par de whiskies, después nos retiramos a terminar nuestra faena.
Mientras tomábamos las copas, Gerardo le dijo a su amigo.
Acaricia la raja de mi mujer, ella lo desea, y dime ¿estas hospedado como quedamos?
Claro Gerardo, a un costado del cuarto de ustedes, así que llegare enseguida y te ayudare a apagar el fuego de esta nena.
Cerré mis ojos y deje que ellos hicieran conmigo lo que desearan, el morbo me había puesto caliente nuevamente.
Que ricas tetas tienes Sonia, espera a llegar al hotel, te daremos una deliciosa cogida que no olvidaras jamás pequeña .
El licor empezó a hacer efecto en mi cerebro me sentí desinhibida y les sugerí a ambos al mismo tiempo… ¿podemos retirarnos? No puedo mas estoy muy caliente.
Salimos juntos del restaurante, y nos fuimos en el auto del amigo de Gerardo, al llegar al hotel bajamos una calle antes nosotros y el se dirigió solo, cuando subimos a nuestra habitación, apenas entramos el entro y cerro la puerta, Gerardo me tenia en sus brazos dándome un prolongado beso en la boca, sentí como su amigo desataba el vestido de la parte del cuello y lo deslizaba hacia abajo, me lo quito por completo y ahora aprovecho para acariciar mis nalgas.
Me recostaron en la cama y mientras los miraba desnudarse, yo me retorcía deseando sentir sus vergas en mi boca. Gerardo zafó la tanga y me acomodo de tal forma que mi cabeza quedo en la orilla de la cama así su amigo me dio a mamar su verga y Gerardo me chupaba mi raja, oh,oh,oh,oh, dios mío, que ricoooooooooooooo.
No sabes que delicia de raja tiene esta nena, ven cambiemos de lugar y prueba este delicioso manjar.
Cambiaron de lugar y ahora el placer se acrecentó, Gerardo aprovechaba muy bien sus manos y mientras yo le mamaba su verga, acariciaba mis tetas, pellizcaba mis pezones y los hacia ponerse duros me dolían por lo hinchados que estaban.
Gerardo, dale vuelta, estoy ansioso por darle una rica mamada de culo, se le mira delicioso.
Me dieron vuelta y ahora mi ano era chupado con maestría, yo seguía engolosinada con la verga de Gerardo. Ayyyyyyyyy, aaaaa,a,a,a,a,a,a.
Mi cuerpo se sacudió violentamente mientras mi leche salía de mi raja.
Increíblemente aquellos hombres no parecían estar a punto de terminar, pues sus vergas estaban bien duras e hinchadas sus venas, pero podían aguantar sin problema alguno, por fin escuche lo que tanto deseaba escuchar.
Creo que es momento de darle verga a ese rico culo, se me antoja tanto que te pido ser yo quien le de por el culo, ¿puedo Gerardo?
Claro amigo, es todo tuyo, para mi será esa raja que escurre leche sin parar, ¡vamos no tardes mas y ensártale el culo!
Lo que estaba por ocurrir, me dejaría una deliciosa sensación de satisfacción total, que ha dejado una grata huella en mi vida.
El amigo de Gerardo me tomo de espaldas a el, paso sus brazos por mis piernas y elevándome me sentó en su verga con una facilidad sorprendente, mi ano se dilato poco a poco, dejándome inundar por tan rica verga, ensartada camino conmigo hasta donde estaba un gran espejo se detuvo quedando yo de frente y pude mirar mi ano ensartado y mi rajita escurriendo, esa imagen desato un infierno de placer en mi ser, y mas cuando Gerardo se aproximo y poniéndose de frente a mi, chupo mi raja, sin importarle casi tocar los huevos de su amigo, esa imagen era enloquecedora.
Su lengua acaricio mi clítoris y resbalaba por mi raja sin parar, repetía la acción una y otra ves, mis gemidos eran de verdadera locura…asiiiiiiiiiii, hayyyyyyyy, que ricoooooo, massssssss, ah,ah,ah,.
Minutos después me dejaron de pie, y ahora Gerardo me metió la verga en mi raja, la saco casi en segundos, totalmente llena de leche, se paro frente de mi y me dio a mamar, empinada su amigo separo mis piernas y me penetro por la raja, mientras yo saboreaba el liquido de mi raja en la verga de Gerardo, no recuerdo cuantas veces cambiaron de lugar, pero todas fue para saborear la leche de mi rajita en sus vergas.
Hagámosle un sándwich, Gerardo, vamos, yo por su culo y tu su raja.
Nuevamente me tomo de las piernas me ensarto en su verga y me dejo con la raja frente de Gerardo, antes de meterme su verga, Gerardo dio una mamada mas, saboreo mis líquidos como un niño, y por fin se puso de pie, dirigió su verga a mi rajita y me ensarto, convertidos en un solo cuerpo, se movieron acompasadamente, mi cuerpo sudaba en medio de ellos, por primera ves supe lo que era terminar en acoplamiento total, al unísono sentí mi raja recibir la leche de Gerardo y mi ano la de su amigo, parecía llaves abiertas, y claro yo solté un torrente de leche que escurría por las piernas de Gerardo.
Rápidamente el amigo de Gerardo se tendió en la cama me tomo de la cintura y me sentó sobre el, me ensarto por el ano y con sus piernas abrió las mías, Gerardo se puso a mi lado y me dio a mamar su verga, esta ves no pude evitar que terminara en mi boca, trague toda su leche, el sabor me enloqueció de placer, después saco su verga de mi boca, y con sus dedos me hizo una masturbación. Esta ves salió un gran chorro salpico a Gerardo y caí desfallecida al tiempo que su amigo me llenaba nuevamente de leche en mi ano.
Me fui a dar un baño, y en silencio agradecí por esta nueva experiencia que Mario había conseguido para mí, antes de regresar a casa, Gerardo me dio algo y me dijo lo siguiente.
Ten Sonia, dale esto a tu esposo, y dale las gracias por dejarte venir.
Al llegar a casa le di a Mario el sobre que me había dado Gerardo, se trataba de una memoria donde había grabado sin darme yo cuenta todo lo que habíamos echo, Mario la miro mientras yo le mamaba su verga, para mi mirar y recordar cada momento fue placentero, Mario me cogió esa noche y ambos quedamos agradeciéndonos mutuamente por nuestra participación.