Noche apasionada
Pasando una bueno noche llena de caricias.
Noche apasionada:
Esa noche Lucía me invitó a su fiesta de cumpleaños y, aunque no conocía a mucha gente que asistiría a la celebración, decidí armarme de valor y presentarme en su casa para traerle el regalo y felicitarla.
Cuando entré a su casa, encontré a mucha gente escampada por toda la casa. Gente en la cocina, gente en el comedor, en el sofá charlando tranquilamente .y entre toda esa multitud, hubo un hombre que me pareció algo especial. Nuestras miradas se cruzaron y me quedé petrificada por un instante. Era un hombre alto, moreno con una barba de 3 o 4 días y una sonrisa perfecta. Me fui acercando disimuladamente a aquel grupo donde se encontraba aquel hombre escultural y pude escuchar algo de sus conversaciones.
Viendo que aquel hombre era algo similar a la perfección y que no había ninguna chica a su lado que pareciera su pareja, decidí apostar por él y empezar con mi juego de seducción. El hombre se fue hacia la mesa donde estaban las bebidas y yo fui detrás de él.
Me quedé a un lado y empecé a mirarlo descaradamente. Al principio nos cruzamos las miradas fugazmente pero después él empezó a ver que seguía mirándolo y se quedó observándome un instante hasta que empezó a entender el juego. Yo jugaba con mi lengua, con mi mirada, con mi sonrisa y también fregando disimuladamente mi cubata entre las manos. Él miró detrás suyo para cerciorarse de que era a él a quien le estaba haciendo todo eso. Mi dirigí a él con la mirada clavada en sus ojos, y al pasar por su lado de dije.
- Quieres que mejoremos la noche? Yo se como . Solo tienes que seguirme
Él me miró con cara de deseo y sin mediar palabra, fue detrás mio.
Me dirigí al lavabo y cuando entro él detrás mio puse el pestillo y me abalancé hacia él.
Nos empezamos a besar apasionadamente, yo le acariciaba el pecho por encima de la camisa y él hacía lo mismo conmigo. Le estiraba del pelo, me mordía el labio, me acariciaba fuerte la mejilla y el cuello hasta que me hizo separarme de él y me empujó hasta la pared. Entonces cogió mis manos y las inmovilizó entre las suyas.
Siguió besándome por el cuello pero de forma más pausada, luego las orejas, los labios, jugueteando con ellos y dándoles pequeños mordisquitos que me hacían estremecer. Dejó ir mis manos y siguió acariciándome por encima de la ropa. Yo entonces me decidí por ir desabrochando la camisa para ir conociendo poco a poco su cuerpo, lo fui acariciando desde arriba hasta abajo y le quité la camisa. Lo besé por el pecho mientras él me iba quitando mi vestido dejándome en ropa interior. Siguió tocándome y empezó a hacer un recorrido de besos desde el cuello hasta el ombligo, donde se paró y con las manos me acarició por encima de las braguitas.
No pude más que emitir un pequeño gemido de excitación y mi mano se dirigió hasta su entrepierna. Su pene estaba duro, y parecía bastante grande. Le bajé los pantalones y los calzoncillos y me puse a la altura de su pene. Lo empecé a lamer poco a poco desde los huevos hasta el capullo y lo cogí entre mis manos y me lo introduje en la boca, saboreando ese dulce manjar durante un rato.
Luego me aparté y él me hizo levantar. Me quitó el sosten y comenzó a jugar con mis pezones, los lamía, los mordisqueaba, los pellizcaba y de repente me dijo.
- Da te la vuelta.
Yo ordené y me quitó las braguitas en un momento. Se acercó más a mi y pude notar en mi culo su pene bien erecto. Lo cogió entre sus manos y lo metió entre medio de mi rajita rozandome con él mientras que con la otra mano empezó a acariciarme el clítoris. Yo gemía de placer, estaba a punto de explotar y mi coño estaba muy mojado. Metió la puntita en mi vagina y yo me sentí estremecer de placer. Me hizo poner el culo en pompa para poder penetrarme mejor y fue metiendo su pene dentro de mi hasta que lo tubo todo metido.
- Estas muy calentita
Luego empezó a moverme más rápidamente mientras me acariciaba el clítoris y los pezones. Estaba super excitada y no paraba de gemir, estaba al borde del orgasmo y en una de sus embestidas empecé a notar que el orgasmo me venía y empecé a correrme gritando de placer.
Él al notar mis contracciones empezó a acelerar más el ritmo hasta correrse dentro de mí.
Cuando ya nos tranquilizamos y empezamos a vestirnos él me dijo.
- Por cierto, me llamo Pablo, y tu?