No te pongas mis calzones, tres
Sigue mi vida con un cambio significativo
Capítulo 3
Dormía inquieta me revolvía en la cama toda la noche fue un continuo revolverme en la cama y a pesar de dormir linda con mi dormilona de niñita, así y todo el sueño no fue reparador y desperté toda traspirada y con una gran pena por lo que había sentenciado mi tía, porque así había sido una sentencia, que debía cumplir so pena de sufrir las consecuencias, así baje a desayunar bastante tarde y ya con mis ropas de calle sin ser para nada la damita que todos los dias bajaba con mi dormilona de lunares rosados que tanto me gustaba, a preparar nuestro desayuno que compartíamos como dos mujeres que viven juntas y ese momento era para comentar lo que había ocurrido el día anterior y como habíamos dormido, todo lo compartíamos, salvo mi relación con Cecilia, que siempre mantuve en secreto porque sentía, que ella no seria partidaria de algo así.
Fui caminando lentamente al colegio con la esperanza que Cecilia no estuviera esperándome en nuestro lugar de encuentro, como teníamos acordado, y entrar juntas, estábamos siempre en todo momento juntitas, en el aula y en los recreos, en fin todo lo hacíamos las dos, incluso mas de una vez, me aventure al baño de niñas para verla como se bajaba sus calzones para orinar, era todo un poema verla con la gracia me mostraba sus tesoros, para hacer sus necesidades, rapidito para que no fuera sorprendida allí, era algo que no se toleraba de ninguna manera, pero para nosotros era casi un ritual, ver su cosita casi lampiña, reluciente y rica, me hacia forzar un posible regaño o algo más, eran tantas cosas que hacíamos las dos, que no sabía como haría de aquí en adelante, que tenía terminantemente prohibido siquiera juntarme con ella, cavilaba en esas cosas cundo me sorprendió al llegar por detrás mío y abrazarme y pegar sus tetitas a mi espalda, sentirla solo así era una delicia tremenda, me busco mi boca y me beso con ganas, yo fingí enojarme y salí disparada a la clase sin decirle nada y se quedo pasmada por mi reacción, enojada entro al aula, hecha una furia y me fulmino con su mirada.
Durante toda la mañana la evite lo mejor que pude pero a la salida me agarro de un brazo y me llevo aparte e indignada pregunto “y a ti que bicho te pico, que no quieres ni siquiera hablar conmigo”, no me quedo más remedio que hablar con ella, y contarle en parte lo que mi tía me había ordenado, las dos nos sentimos morir, quedamos sin palabras, al fin ella fue la primera en reaccionar, me has dado una puñalada artera y no sé cómo seguiré de aquí en adelante, me siento perdida sin rumbo, mi vida no tiene sentido sin mi niñita regalona, te quiero con locura, y nuestras vidas son para estar juntas y disfrutar de nuestros cuerpos y de nuestra femineidad, yo te he ayudado a que seas toda un damita, delicada, tierna, y muy sexi, te ayude en el aprendizaje de maquillarte, para ser muy coqueta, combinar tus ropitas para que estes linda y arreglada, como disfrute tu proceso conmigo ya venias con aprendizaje que tu tía te había dado, y por eso aun no entiendo que ella tomo esa decisión tan terrible para nosotras, que haremos ahora que además nos tendremos que ver todos los dias en el colegio, sentiré que te tengo y no será así, no sabes como sufro con esta situación, me hace sentir que no puedo vivir así, le pediré a mis padres que me cambien de colegio yo no puedo vivir viéndote y sin poder besarte y acariciarte y tenerte toda para mí.
Efectivamente, a los pocos dias dejo de asistir a clases, dejándome a mi sin su compañía, así se lo hice saber a mi tía, para que viera que se cumplían sus órdenes, y ahora solo ella seria dueña de mi vida, y claramente así seria, ya nos mas trabajos compartidos con Cecilia, nada de eso, y sentiría luego que la vida que llevamos hasta ahora cambiaria radicalmente, pero no para mal, entiéndase, solo que ella y yo compartiríamos no solo la casa también la cama, una de las primeras medidas que tomo fue que trasladáramos todas mis cosas a su dormitorio y también mi baño a su baño, ahora competiríamos todo.
Por cierto, su nombre es Karen, y cuando vio que yo estaba ya, sin compromisos externos nos sentamos las dos en su cama, en una larga charla, que duro toda una tarde, me confeso que desde que yo llegue estaba enamorada de mí, y por eso le encanto tanto sorprenderme con sus ropitas, y solo esperaba que tuviera la edad suficiente para ser su compañera, su amada, su vida, así lo dijo con estas mismas palabras, por eso también se enojo tanto cuando me descubrió que tenia una novia, en el colegio. Me conto de su vida que siempre le habían gustado las mujeres, por eso continuaba soltera, y que cuando yo llegue a su vida, esta tomo un nuevo camino, hacer de mi su esposa, cuando tuviera edad suficiente, y ahora había llegado el momento de unirnos las dos, nuestros labios se unieron en un largo y rico beso, que, de alguna manera, sello nuestra unión.
Estábamos las dos recién bañadas y perfumadas, me paso una linda dormilona igual a la suya, que nos hacia vernos vaporosas, divinas, el beso se prolongo largo rato y nuestros labios y leguas, jugaron a conocerse íntimamente, sentir sus manos recorrer mi tetitas, y luego toda mi espalda, terminando en mi trasero, que sentía sus deditos como recibían sus intentos de entrar en mi cuerpo, yo en las nubes ahora si comprendía, por qué sus reacciones a mis andanzas con Cecilia, debía ser solo de ella y nada más, aunque aún la añoraba, en ese primer día de amor entendí que mi vida estaba con ella y con nadie más, sentí que podía yo también poner mis condiciones ya que era una relación de dos, me dijo que lógicamente que podía y debía opinar sobre la vida de las dos, eso me dio pie para empezar a ser yo también protagonista de nuestra historia de amor. Le consulte como podía hacer para ser una mujercita también en la calle, para no tener que transformarme en niño cada vez que salía a la calle y sobre todo al colegio conversamos mucho los pros y los contras de semejante cambio que seria radical, tanto para mí como para ella.
Después de esta charla, nos sentíamos mas unidas que antes, y vino la primera noche de amor, que fue linda, tierna, y delicada conmigo, nos besamos con pasión y deseo, nuestras lenguas exploraban cada rincon de nuestra bocas, y nuestra manos nos recorríamos toda, tenia unas tetas divinas, grandes generosas, que recibieron mi boca con ansias me decía al oído cómeme toda mi niña que deseaba tanto que me chuparas toda, toda, quiero ser tuya siempre, mi cuerpo y mi amor es para ti, sus manos hurgaban en mi trasero y mis tetitas chiquitas aun no desarrolladas, eso vendría después, pero mis pezones respondían a sus labios, me puse encima de sus piernas de forma que nuestras bocas y cuerpos se unieran sin dificultad, luego me puso en su piernas con mi culito a su disposición, y me dijo si quería que ella me penetrara, le dije que solo quería ser suya, y que mi culito era para ser gozado también, sus dedos empezaron la penetración con delicadeza y ternura y yo estaba en la gloria gozando sus caricias, sintiendo que le pertenecía, que podía hacer de mi lo que quisiera, y que ella se entregaba también si reservas, seriamos a partir de eses momento una pareja enamorada.
Saco de su velador un aparato que al principio no supe que era, pero luego cuando lo empezó a metérmelo, entendí que era, fue entrando en mí lentamente, yo solo quería que siguiera a pesar de un pequeño dolor, que entendía seria necesario sufrir para luego gozar como una autentica hembra. Mientras mis manos se apoderaban de su vagina perfectamente depilada, hermosa, y jugaba con ella, mostraba su placer con torrentes de jugos que facilitaban las caricias. Mis dedos hurgaban todos sus pliegues y me aventure a penetrar con mis dedos su interior que rezumaba placer a raudales. chillábamos ya a esa altura como dos hembritas en celo, gozándonos por todos lados posibles, el orgasmo nos sorprendió sin aviso, grite y grito más, mas, mas, torrentes de semen inundo nuestros cara y cuerpos. quedamos unidas una encima de la otra, y sin movernos nos quedamos dormidas, este sería el primer día de nuestra vidas.