No te pongas mis calzones, dos
Sigue la fantasía de mi vida
Capitulo dos
Consecuencias y serias, pero eso solo sería palpable después algunos dias después mientras tanto con Cecilia, estábamos como en un estado de gracia, ella me decía que de siempre le gustaron las mujeres, y yo cumplía con creces ese competido al ser mujer y tener lo otro que a ella le gustaba y mucho, esos encuentros se repitieron durante el tiempo que duro el trabajo en conjunto, y fueron tarde de sexo, rico y placentero, en la próximas vez que nos vimos me toco a mi recibir su furia al usar un consolador para gozar y hace debutar a mi trasero y dejarme toda llena de ella, me lo metió lentamente pero con decisión fue horadando mis paredes, y sentí que ahora si era toda una mujer, ella me decía que rica eres que divino es tu cuero de niña, tus tetitas mínimas son mi delicia, y me las comía con furia y yo en la gloria, al tenerme ensartada me chupaba mis tetitas, me sentía mas que linda mas que hermosa me sentía adorada y deseada, toda una hembra, sintiendo como le pertenencia, mi debut con su vagina, fue esa misma tarde llena de jugos estaba y fue delicioso como entre en ella y ella me recibió pegándose más aun a mí, éramos las dos un solo cuerpo, fundido, pegado y que delicia, sentir sus jugos en mi piel, cuando terminamos fue un torrente de explosivo, no desatendió mi culito también recibió sus dedos generosos, termine por ambos lugares y fue toda un gran culminación que quedamos tan cansadas que nos dormimos un buen rato. Repuestas después de algunos minutos de dormir no besamos y nos juramos que seriamos novias, y que nos amaríamos toda la vida. Tomadas de las manos me dijo yo te ayudare a ser toda una nenita, te prestare mis ropitas para que cuando podamos seamos dos mujercitas amándonos, con ganas y deseos. Esta nueva promesa me lleno de alegría, podría ser nenita también con ella en secreto nos tratábamos como dos nenas, y en público eran novios formales.
Tardes llenas de gozo, éramos jóvenes lindas y gozábamos las dos plenamente de nuestros cuerpos, al ser hija única, y sus padres trabajaban en su propia empresa por lo disponía de recursos ilimitados creía yo, ella me compraba ropitas, calzones, sostenes, medias, faldas y blusitas y además compartíamos su guardarropa, plenamente, esas tardes generosas de sexo, con bocas, vaginas, trasero, todo era usado para gozar, nos hicimos fanáticas de nuestros culitos tanto ella como yo alternativamente éramos ensartadas sintiendo en nuestros cuerpos, entrar en y moverse con locura, gritábamos y chillábamos como nenas, que gimen al ser ensartadas, expertas en disimular tanto con sus padres como con las compañeras y compañeros, pero no con mi tía, que tenia un sexto sentido para todos, para ella no paso desapercibido nuestra cercanía, de tantos dias, aunque en su casa siempre procuramos no hacer nada extraño, tanta cercanía despertó sus sospechas que algo más había entre nosotras.
Y empezaron mis problemas en casa, aunque ella seguía permitiendo que yo me transformara en nena en casa, ya no era lo mismo me regañaba por todo y por nada, hasta que un día no se aguanto mas y me llamo a su cuarto para conversar, presentí que seria serio lo que ella me diría por el tono que empleaba ahora conmigo, sentí en mi piel el temor por sus reacciones, me hice la que no le daba importancia al asunto y me dirigí, así como estaba, con delantal para cocinar a su habitación, ella muy seria empezó así:
Mira niña, desde hace un tiempo observo cambio significativos en tu comportamiento, ya no eres tan ordenada como antes, solo tienes tiempo y atenciones para con tu amiga y ya no me buscas para que aconseje en cosas de mujeres, sospecho que tú le dijiste lo que eres en realidad, y eso habíamos quedado que era solo entre nosotras dos, me gustaría que me dijeras que tipo de relación tienes con ella, y si sabe de tu condición de querer ser mujer, creo que merezco que me digas la verdad, pues yo he sido muy generosa contigo y te he ayudado en todo, no creo merecer, que este fuera de tu vida y que seas aquí en casa solo una visita que cumple con sus deberes y nada más, yo creo que he sido contigo mas que generosa, y pido tu atención, pues somos las dos solas en casa y no podemos vivir cada una por su lado. Ahora cuéntame que son ustedes, y como se relacionan íntimamente, pues creo que eso ya ocurre con frecuencia, lo noto en tu semblante y en tu ropa, cuando llegas se nota que te vistes apurada y no cuidas los detalles como siempre te he ensañado. Quede de una pieza al oír todo esto, me sentía triste, porque yo quiero mucho a mi tía, y me sentía que la había traicionado, pero era tal mi felicidad con Cecilia que sin darme cuenta había excluido de mi vida al ser mas importante en mi condición actual, mi tía. Esas reflexiones llenaron mi cabeza en los minutos que tarde ella en darme ese sermón, rompí a llorar porque sentía que ella tenía razón.
Tratando de contener mis lágrimas, y sin saber que decir o hacer me acurruque en sus regazo y entre lágrimas le pedí perdón, que trataría de ser mas cuidadosa en casa y fuera de ella que le contaría todo lo que ocurría con mi novia, en este punto me detuvo y me dijo muy seria, no me contaras nada más porque no podrás seguir con ella, esa es mi decisión irrevocable, entenderás que no puedo compartir con nadie tu vida porque esa vida tuya me pertenece, eres mía eres mi creación, yo hice de ti una mujer y no estoy dispuesta a compartirte con nadie, desde este día me dirás todos los pasos que haces y debes ir y regresar del colegio directamente a casa, sin estar con nadie y menos tener intimidad con ella, no se como harás pero no puedes seguir con ella, te repito eres mía y de nadie más, sino te cambiare de colegio para que no tengas contacto con ella ni nadie.
Mi mundo se hacía añicos, entendía que no podía oponerme, pues dependía de ella en todo y por todo. Y podía hacer de mi vida un caos, tanto como había hecho de mi vida una delicia. Ella era una mujer de temple se había formado solo, y había asumido mi crianza, y mi formación con generosidad y además me había permitido ser una mujer, y tratado como tal, me sentía perdida, esa orden resonaba en mi cabeza y en mi cuerpo al volver a mi habitación y volver a llorar a mares, encima de la cama, con mis lindas ropas de nena puestas, pero eso no contaba ahora, mi vida divina con Cecilia debía terminar y eso me producía gran temor y desesperanza, como seria mi vida ahora en adelante, como podría estar sin ella y que explicación de daría para terminar nuestras relaciones tan placenteras sobre todo esas tardes de sexo, donde era amada con locura, sentirme penetrada, y disfrutar de su boca en mis tetitas, era algo celestial, entrar en ella por todos su lugares que generosamente me ofrecía, lo mismo que yo, mi cuerpo necesitaba de ello para vivir, todo lo que compartíamos dichosas y felices. Así me quede dormida.