No te fíes 2

Continuación del primer relato de no te fíes

Después de la humillación perpetrada por estas dos jovencitas, y un rato en posición fetal conseguí levantarme con cuidado, me dolían las bolas, llevaba un boxer que le daba plasticidad a mis pelotas ya que se adaptaba a ellas, lo cual en ese preciso instante no ayudaba y unos vaqueros cuyo roce me hacía ver las estrellas, con paciencia y fuerza de voluntad me fui recuperando y me levanté, con ánimo de terminar la compra, los pasillos eran largos, pero por suerte estaba todo en el pasillo de manualidades. Así me dirije con el carro, andando con las piernas abiertas para tratar de evitar en lo posible el roce de mis testículos doloridos en mis muslos lo cual me hacía sentirme muy dolorido, lamentaba a ver sido presa tan fácil de esas dos mocosas, siendo derrotado demasiado rápidamente, solo han sido dos patadas pensaba para mis adentros, no tenía que haberme fiado, así con esos pensamientos y con calma llegue a la caja para pagar, agacharme para coger los productos y ponerlos en la caja me resultó un auténtico suplicio, ese punterazo último sin mucha fuerza pero una perfecta colocación había resultado devastador para mis dos joyas, de frente me encontré a la cajera, sonriente, con un uniforme de camisa blanca y falda negra, que en otra situación me hubiera resultado provocativo por su esbelta figura y juventud, que transparentaba un sujetador rosa y las formas de sus pechos que eran como globos muy hinchados...

  • te ayudo? -me dijo sin dejar de sonreír

  • no, gracias, ya sólo queda esto -dije mientras cogía lo último en posición de V invertida, notando un último calambre en mis testículos lo que hizo que resoplar apoyando mis manos en las rodillas

  • pues parece que estás de parto, te duele la barriga o tus gemelos -dijo entre sonrisas queriendo hacer un juego de palabras- o son gemelas? No habrás sido travieso o machito y alguien te habrá dado una lección?

En ese momento caí en la cuenta que los pasillos estaban vigilados por cámaras, justo detrás tenía el monitor con todas las cámaras, y en ese preciso instante al ser mediatarde, no tenía la tienda muy concurrida, me sonrojé pensado que era muy posible que hubiera visto cómo estás dos jovencitas me pateaban, me saco del ensimismamiento con otro comentario.

  • hay que ir con cuidado con quién se mete uno, es lo que tiene ser el sexo débil y llevar esos dos huevazos...-y diciendo esto, extendió la bolsa con los productos golpeando de forma totalmente provocada en mi entrepierna, no fue fuerte, pero dolió- uy...perdón, es que ahora todos los golpes van ahí.

  • No es nada, no te preocupes, solo un poco de dolor de barriga -dije haciendo acopio de mi orgullo herido después de dar un respingo por el golpe y abrir los ojos como platos.

  • Si necesitaras, en la sección textil, al final disponemos de coquillas masculinas de diversas tallas, nunca sabes cuándo te puedes meter en un lío o encontrarte con alguna jovencita traviesa que te pateé el orgullo. -dijo con bastante atrevimiento y llegando a un punto de insolencia que estaba resultando ya molesto.

  • sabre cuidar de mi -le dije, mientras pagaba, deseando escapar de esta situación tan incómoda.

  • de ti puede ser, pero y de ellas? No lo parece... -rio.

  • cobrate que tengo prisa -quise zanjar el asunto ya que ni tenía fuerzas ni ganas de alargar está conversación que no llevaba a ningún sitio, aunque si valoraba lo de la coquilla, para futuras ocasiones o para comprar en otra tienda, ya que ahora mismo estaba muy vulnerable.

Salí de la tienda humillado doblemente, la cajera estuvo muy rápida y yo muy torpe e indefenso para contrarrestarle, así me fui hacia mi coche, que estaba en la calle de atrás, que lejos he aparcado pensé, se me hacía eterno el camino, con la bolsa y sobretodo con mis ahora dos pesadas bolas, que solo hacían que reclamarme su atención, por haberlas dejado tan indefensas anteriormente, cual travesía en el desierto seguí andando y cuál fue mi sorpresa cuando escuché una voz femenina reconocible

  • galletaman! Cuanto tiempo! Ven a saludarnos!

Eran las dos jovencitas pateadoras que estaban sentadas en un banco de la calle.

Acelere mi pasó, pero ellas al verlo se levantaron y empezaron a correr hacia mi.

  • no huyas que solo queremos saludarte!

Ni pensarlo, reuní todas mis fuerzas y empezé a correr yo también, a pesar del dolor, y la carga, era más rápido que ellas y no podían recortarme distancia, en un momento que mire atrás, no me percate y tropece con una boca de agua para bomberos, cayendo estrepitosamente al suelo, después de rozar mis pelotas en ella, realmente la caída fue más evitando tropezarme de lleno y fue más aparatoso que doloroso para mi suerte.

  • vaya ostia en todos los cataplines - gritaron reduciendo su paso, hasta andar sabedoras que me iba a alcanzar, mientras se descojonaban.

Andando llegaron hasta mi, pero esta vez, no me iban a coger desprovisto. Puse mis manos en mis cocos protegiéndolos, esta vez no me iban a pillar desprevenido. Mientras almenos una mano protega mis testículos no podrán entretenerse y se aburrían. Solo tengo que ignorarlas.

  • a mi amiga Laura le asalta una duda -dijo la tetona.

  • siiii, se bueno y vuelvenos a prestar esas dos canicas para experimentar.

Las ignore, me aferraba desde el suelo acostado a mis bolas.

Pero no iban a rendirse fácilmente, la muy zorra de Laura se puso en cuclillas delante de mi cara mientras me insistía.

  • esta vez no te haremos daño, si no te resistes, venga, seamos amigos.

Mientras decía eso veía sus muslos juntos, con su falda plisada, mis ojos buscaron sus braguitas, pero tenía las piernas juntas de forma perfecta, tenía unos muslos perfectos, de repente María desde atrás la empujó al grito de....

  • te pesan las tetas!!!

No dejaban de ser niñatas, pensé.

  • pero! Que cojones! - dije sin poder evitarlo sorprendido

Laura había caido de espaldas y por el impulso se le habían abierto las piernas, dejando ver... QUE NO LLEVABA BRAGAS!!! Ante mí apareció perfectamente expuesta, en el suelo, con una ligera apertura de piernas a escaso medio metro de mi, pudiendo contemplar un perfecto coñito rosadito y virginal, con una mata de pelo perfectamente arreglada. La visión y el tener mis manos en mi paquete hizo que mi pene empezará a reaccionar.

Continuará? Depende si os interesa....