¡No te enfades conmigo!

Yo se como hacer pasar el enfado a mi hermana, (me ha pillado con otra).

La estratagema de unir nuestras fuerzas para seducir al chico o chica que más nos guste nos funciona a la perfección. Hace unos días le dimos su merecido a Sary, una chica de cuerpo despampanante y con un punto débil al que atacar: Es muy vanidosa, cree que todos los chicos van a ir tras ella si se lo propone, y no duda en ir a por cualquiera que le apetezca. Para ella la recompensa es mayor si además la víctima en cuestión ya tiene pareja, disfruta levantando el chico a todas las chicas que haya a su alrededor.

Lo suele hacer con tanta discreción que su propia pareja no se da cuenta, y sus logros van desde una mirada indiscreta a tocamientos diversos, y en alguna ocasión apretones y besos furtivos en algún rincón de la sala de fiestas.

Lo que conseguimos mi hermana y yo, llevándonosla a mi apartamento para que le comiera el coño a Gabi y que yo la pudiera encular bien duro, no es algo frecuente entre sus aventuras. Si duda ella lo paso genial y a nosotros nos proporcionó una noche llena de morbosidad.

Esto solo y no puedo disponer de la ayuda inestimable de Gabi para mis conquistas. De en medio del gentío aparece Sary con su pareja, me pregunta por mi hermana y comenzamos a charlar como si fuéramos buenos amigos, Sary, su pareja JuanMa y yo.

Hoy le va a tocar probar su propia medicina, vamos a ver qué tal le sienta ser ella la que tiene que aguantar las caricias en presencia de su pareja. No pierdo el tiempo y me coloco d forma que puedo tocarle el culo con facilidad y a cubierto de miradas indiscretas. Lleva puestos unos leggins push up que le sientan genial y que se adaptan perfectamente a su culo.

Es la oportunidad de mi vida, de pongo la mano encima y recorro sus curvas, aprieto los glúteos y cuelo mis dedos entre las piernas en búsqueda de su sexo. Al principio se resiste, no me lo pone fácil, la percibo incomoda, quizás es la primera vez que alguien llega tan lejos metiéndole mano en presencia de su novio.  Me gusta verla así… inquieta y a la vez disfrutando del roce de mis dedos.

Sary disimula muy bien, es una buena actriz, ha practicado mucho mientras juega con las parejas de sus amigas, seduciéndolos y provocándolos. En esta ocasión le ha tocado ser la que aguanta el tirón, y se está saliendo bien del compromiso. A pesar de ello veo que ciertas caricias entre sus muslos la sacan de sus casillas, y tienes dificultades para mantener la compostura.

En un momento de descuido de su novio me confiesa:

—Me tienes a tope…debo estar mojando las bragas… ¿quieres que vayamos al aparcamiento un poco? —

Me enciendo y no veo la forma de arrancarla de los brazos de su pareja y llevármela a cualquier sitio donde le pueda dar un buen pollazo. La ocasión se presenta casi de inmediato, Sary dice que quiere ir al baño, su pareja quiere aprovechar para ir al bar a pedir más bebida, por lo que los tres no vamos en direcciones opuestas.

Voy directamente al aparcamiento, enseguida aparece Sary buscando con los ojos donde me puede encontrar. La cojo de la mano y la arrastro tras de mi hasta donde tengo aparcado el coche. Por suerte es un sitio relativamente discreto, rodeado por una semi oscuridad y alejado del paso dela mayoría de la gente.

Abro la puerta de los asientos traseros, atraigo a Sary y la pongo de espaldas al auto. Nos besamos apasionadamente, la cojo por las nalgas y la aprieto contra mi polla. Antes de que pueda decir nada, la volteo, hago que apoye las manos en los asientos inclinándose hacia delante y de un tirón le bajo los leggins hasta la rodilla. Me desabrocho el pantalón y saco mi polla que ya esta a punto para clavarse en ese culo tan espectacular.

La pequeña braguita tanga no es obstáculo, al segundo intento la tengo dentro y comienzo un desenfrenado mete y saca. No hay tiempo para preámbulos, su coño esta hirviendo y mi polla tiesa como un palo. La excitación es tal que en menos de cinco minutos de bombeo alocado, ya nos hemos corrido los dos y volvemos a la sala de baile satisfechos pero disimulando como si nada hubiera ocurrido en los minutos anteriores.

Ya de vuelta a la sala Sary se pierde en búsqueda de su pareja, yo me acerco al bar a por una copa…me he quedado seco de tanto resoplar. Al poco rato aparece mi hermana Gabi y trae la cara de pocos amigos. Le falta tiempo para soltarme a bocajarro:

—Eres un cerdo… y un cabrón de mierda…he visto como salías al aparcamiento—

—Cuando me he acercado y te iba a preguntar por qué te ibas ya, te he encontrado follándote al putón de Sary…¿Cómo ha podido?... ¡no te dije que esa chica no es buena gente! —

Con este mal rollo nos pasamos un buen rato, mi hermana echándome en cara que me haya ido con Sary y yo tratando de apaciguarla diciendo que no significa nada y que no volverá a suceder. Este mal rollo dura hasta la hora de volver a casa.

Gabi esta tan enfada que la veo capaz de hacer cualquier tontería para vengarse de mi, por lo que opto por esperar a que quiera irse a casa y llevarla yo mismo con mi coche. En vez de dejarla en casa de nuestros padres y yo volver a mi apartamento, decido que esta noche será mejor que me quede en mi antigua habitación para vigilar que no haga nada extraño. Tiene un pronto muy malo y no quiero que sufra por mi culpa.

La casa esta en silencio, puedo oír en el cuarto contiguo como Gabi parece que gime desconsolada. Según cree ella, le he fallado estrepitosamente. No pensé que le pudiera afectar tanto el que yo me fuera con otra chica.  Preocupado por tu exagerada reacción , voy a ver que le sucede a mi querida hermana pequeña.

—Déjame…estoy muy enfada … estoy muy molesta contigo… mejor vete… no quiero verte —

Entro sigilosamente en su habitación a obscuras, la encuentro acurrucada, en un lado de la cama y mirando a la pared, buscando protección y para alejarse de mi lo más posible. Igual que hacía cuando éramos pequeños y ella se enfadaba conmigo. Me tumbo a su lado de costado para acariciarle el hombro, tocarle el pelo y susurrarle al oído cosas agradables…todo ello para tranquilizarla y conseguir que me perdone. No me puedo ir sabiendo que está tan disgustada.

—Vete…vete…hoy no quiero hablar…me has decepcionado mucho—

No le hago caso, sé que antes de irme tengo que conseguir que me perdone y así ella podrá dormir tranquila. Me acerco un poco a ella, le paso el brazo por encima de la cintura para acariciar su brazo que lo mantiene recogido sobre el pecho.

­ —¡Que no!...¡Te he dicho que me dejes!— repite Gabi mostrando su enfado, acompañándolo con un pataleo que pretende expulsarme de su costado. Puedo comprobar que realmente esta muy dolida.

No me queda más remedio que pegarme a ella, abrazarla desde atrás para inmovilizarla y evitar que sus patadas me puedan dañar.

—¡Shistttt….shisttt…tranquila…tranquila….— la sujeto tratado de calmarla, se resiste, forcejea y me da culadas para separarse de mí. Aumento la presión para detenerla, tengo mucha más fuerza que ella y la postura me favorece, así que consigo inmovilizarla.

—Gabi… no te lo tomes así… tu no estabas y solo aproveche la oportunidad…no significa nada para mi—

—Además, quería darle a probar su propia medicina...con su novio delante de nosotros—

Parece que esto la tranquiliza un poco y deja de moverse. Nuestros cuerpos están en contacto, mis muslos pegados a los suyos, es la postura de la cucharilla perfecta. Me gusta tener a mi hermana así…sujeta y pegada a mi cuerpo…me gusta tanto… Mmmm me hace recordar aquellas tardes de verano que dormíamos la siesta juntos…se me está poniendo dura... no era lo que pretendía, pero no lo voy a evitar.

Tras unos minutos abrazados, Gabi está más relajada…me hace sentir bien y mi polla me delata pues va cogiendo volumen. La tengo apoyada contra sus nalgas, en el fondo me gusta que me note asi…es por ella que me pongo tan perro.

—No, nooo…hoy no quiero nada contigo…déjame…vete a tu habitación— me grita volviendo a patalear al darse cuenta que mi polla tiene una media erección y se acomoda entre sus nalgas.

Incompresiblemente, cuanto más se queja y más intenta liberarse de mi abrazo, más me excito y más gorda se me pone. Volvemos a las peleas de críos… que tiempos aquellos.

—Uhmmmm que rica estas cuando te enfadas…eres una fierecilla…que me encanta domar— la abrazo y le doy un par de empujones con la cadera para sienta en sus nalgas todo el bulto que me ha crecido entre las piernas.

—Déjame… si no me sueltas gritaré y despertare a papá. Hoy te estás pasando de la raya —

Lo que dice en vez de ahuyentarme, lo que consigue es encabritarme mucho más, le doy varias culadas seguidas simulando una buena cogida por detrás, lo que termina con su paciencia y hace un amago de gritar para pedir ayuda.

Con una mano, le cubro la boca, con la otra le sujeto la cadera para que sienta la fuerza de mis empujones contra sus nalgas denudas. Gabi trata de revolverse, no le dejo hacerlo, echo el slip a un lado y me la saco para ponerla entre sus piernas. Cuanto más culea y más resistencia opone, más me excito…no creía que me pusiera tanto abrazar a mi hermana mientras le pongo la polla entre las piernas.

—Eres muy egoísta…siempre pensando en ti mismo… no me consientes… y te vas con la primera que te dice que si…— se queja con tristeza.

—Tu eres mi princesita… lo que más quiero… con quién mejor estoy…¿me perdonas?... pensé que no me ibas a echar en falta—

Siento que se relaja un poco y deja de moverse, es mi oportunidad para colocarme mejor y dejar que la punta de mi polla se cuele entre la tela de su braguita y se sitúe entre sus labios.

—No, no y no… hoy no quiero nada contigo. Te perdono , pero déjame sola no quiero ser tu segundo plato de esta noche—

Lo dice con voz seria y convincente… es posible que diga lo que siente en este momento…aunque sé que en el fondo lo que mejor le va a sentar es que la folle haciendo alarde de mis habilidades como hermano conciliador. En un momento de pausa, la sorprendo con un fuerte empujón que hace que mi polla se cuele dentro parcialmente.

—Ay, ay…¡qué daño!...que malo eres — pone la mano entre su culo y mi pubis tratando de evitar que siga avanzando en la penetración.

—Gabi…Gabi…Gabi… yo te quiero…más que nada en el mundo… y quiero que seas muy feliz — voy apretando y aflojando para que en cada empujón mi verga entre un poquito más en su coño que ya está bien mojado.

—Eres muy malo…siempre consigues todo lo que quieres de mi —

Gabi se acomoda para recibirme con más comodidad, la postura es la de la cucharilla que ejecutamos a la perfección. Me muevo despacio, recreándome en el contacto con su espalda, sus nalgas y sus muslos. La polla dentro… cambiando de dirección en cada empujón para frotar bien en cada rincón de su conchita. Coge mi mano, estira de ella y la atrapa con la suya hasta ponerla delante de su cara…

Mientras la voy follando muy lentamente, Gabi me chupa los dedos como si tuviera la tetina de un biberón en la boca… el dedo pulgar, luego el índice…el medio… el índice y medio al mismo tiempo… son el chupete que calma a mi nena mientras la cojo muy despacio.

—Uhmmm ¡qué bien me siento ahora! ­— me susurra entre lamida y lamida, al tiempo que mueve sus caderas para acomodarse mejor a mis empujones.

—Me gusta mucho que me chupes los dedos y que me llenes de babas— le digo mientras empujo a fondo para que me sienta bien adentro, tanto que gime  fuerte y debe separar una pierna para conseguir un poco de más espacio.

—Abrázame! Abrazameeee! — suplica al tiempo que voy incrementando el ritmo de mis empujones.

—Así…asiiii… no pares… dámela …asiii… me corroo….me corroooo…. Ahhhh!…ahhhhh — echa la mano hacia atrás en busca de mi cadera para sentir con la mano mi enérgico vaivén

—uhmmmmm…..uhmmmm…para…para…pero déjala aquí dentro…no te muevas…así…así…quieto— me pide con la voz entrecortada debido al orgasmo que está disfrutando.

—Si…si…yo también me voy…uffff, ¡qué delicia! — le digo mientras dejo que mi leche salga en varias andanadas para llenar su vagina y mezclarse con sus propios fluidos.

—Abrázame fuerte…no te muevas…quiero dormirme así…uhmmmm… que gustito—

¡Ésta es mi querida hermana!, por la que hago todo lo que haga falta.

Deverano.