No te conocia capitulo 5

Culpas y casualidades.

CAPITULO 5

Para Camila mantener relaciones sexuales con Antonio era una cuestión de resistencia. Para ella era muy difícil resistir los dos minutos de lo que él llama juegos previos y los otros tres minutos de meter y sacar, que con un poco de quejidos y movimientos le hacían creer al tarado egoísta que tenía encima “lo mucho que lo disfrutaba”. Durante esos tres minutos le fue inevitable pensar que se sentiría hacerlo con Nicol. Muchas veces fue testigo de la cara de ponqué que Sara tenía después de que Nicol salía de su oficina. Últimamente no dejaba de pensar en ella y eso la tenía muy confundida.

-          ¿Qué tal amor? – Antonio había acabado en el tiempo establecido.

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-          Estupendo como siempre - ( pedazo de cretino ) Pensó la pelinegra - Jamás había sentido un orgasmo estando con él, pero bueno en general nunca lo había sentido con ningún hombre.

-          Te extrañaba tanto – al notar los besos en la espalda Camila decidió levantarse de inmediato de la cama, no fuera a volvérsele a parar a ese tarado. No es que Antonio no fuera un hombre atractivo, todo lo contrario, sí que lo era, alto, con una linda cara y un buen cuerpo, pero lo que tenía de Apuesto lo tenía de narcisista, egoísta, haragán  e hipócrita y esos defectos nunca son buenos en la cama.

-          ¿Mañana no es el cumpleaños de Sara? – pregunto la pelinegra poniéndose una preciosa bata de seda negra que se ajustaba muy bien a su cuerpo, mientras se dirigía al sillón de cuero negro que tenía frente a la cama, para fumarse un cigarrillo. A Antonio ese ritual le parecía muy sexi y creía que Camila lo hacía porque se sentía completamente satisfecha con el increíble sexo que le había proporcionado a su mujer, pero en realidad no era un ritual solo era una forma sofisticada para alejarse de él.

-          Si hemos quedado para más tarde, pero últimamente esta insoportable, no hace otra cosa que quejarse de la empresa y francamente quiero mandarla a…

-          Es tu teléfono, contesta – El teléfono de Antonio empezó a sonar y Camila se alegró por ello, no soportaba escucharle las quejas al maniquí bronceado. Estaba segura que ni siquiera Sara se podía quejar tanto

Antonio contesto de muy mala gana, de nuevo era Sara. No le había contestado la ultima hora porque cuando estaba con Camila el resto del mundo desaparecía para él. Encontrar a esa hermosa morena y tenerla tan locamente enamorada de él era lo mejor que le había pasado en la vida.

-          Hola amor

-          ¿Dónde estás? – Sara no entendía porque nunca antes el lenguaje meloso que usaba su prometido le había parecido tan molesto como ahora.

-          En la oficina de un cliente.

-          Claro, en la oficina de un cliente – Respondió de la forma más sarcástica posible. Si a duras penas ese inútil trabaja dos horas seguidas en la oficina, no se iba a tomar la molestia de trabajar fuera de ella.

-          ¿No me crees?

-          Por supuesto que te creo – mentía, ya no le creía nada a Antonio. Más de una vez lo había descubierto mintiéndole, pero a su padre le encantaba a diferencia de Nicole y en estos momentos necesitaba que su padre estuviese contento con ella de lo contario le quitaría la presidencia  y ella necesitaba mantenerse allí para recuperar su dinero y volver a poner a el concesionario entre los primeros lugares de venta, lo que siempre fue su obsesión.

El haberse ennoviado con Antonio y al haber culpado a Nicole de todo parecía mantener tranquilo al amargado viejo a pesar del robo – Solo quería informarte que olvides lo de la cena tengo otro planes y me voy a demorar toda la noche.

-          Bien cariño nos vemos mañana un beso

-          Si un beso ( Pedazo de imbécil ni siquiera pregunto qué era lo que iba hacer pero que importa, mejor para mí) – Pensó Sara.

-          Listo Amor me deshice de la bruja – Camila se había levantado a ver la ciudad por los grandes ventanales de su cuarto. Mientras que Antonio la abrazaba por la espalda

-          ¿Qué es lo que te pasa Antonio? ¿A caso se te fundieron las neuronas con tanta agitación? – Decía una Camila desesperada, mirando de frente al alto moreno. Se enorgullecía de tener la paciencia suficiente para tratar con la estupidez de los demás, pero esto ya era la tapa – ¿Qué fue lo que te dijo Sara?

-          Que no podía quedar conmigo – Al pelinegro lo había tomado por sorpresa el intempestivo cambio de posición de su mujer.

-          ¿Y te dijo por qué?

-          No

-          Antonio, una persona enamorada actúa siempre como si le importara, incluso y aunque tú no lo creas de forma algo posesiva. Si tú no le preguntas a quien supuestamente es el amor de tu vida que es lo que va a ser y con quien va a quedar ¿qué crees que va pensar?

-          ¿Que soy un hombre compresivo? – Increíblemente Antonio respondió con la máxima capacidad que le permitían sus neuronas

-          ¡NO! pedazo de cretino, va a pensar que no le importas, ahora mismo te vas de mi apartamento a buscar a Sara.

-          Pero… pero… pero

-          Pero nada. Vístete y vete, me voy a bañar y cuando salga espero no encontrarte aquí o en verdad Antonio, en verdad me voy a enojar.

Si algo tenía claro Antonio en la vida era el miedo que le provocaba ver a Camila enojada, era una mujer muy controlada pero cuando se enojaba temblaba el infierno y el muchas veces había sido testigo de ese hecho, así que sin chistar se vistió y salió corriendo a buscar a su Rubia.

-          ¿Qué te dijo? . Pregunto Andrea la peli castaña, mejor amiga de Sara.

-          Nada, que nos veíamos mañana – La ojiverde tomo un trago de su bebida pensando que en realidad ya no le importaba lo que hiciera o dejara de hacer Antonio.

-          ¿En víspera de tu cumpleaños y no le importo? Tienes razón Sara te están poniendo los cachos, pero lo increíble es que ni siquiera lo disimule – Andrea era una mujer sin filtros, así que por lo general decía lo que pensaba. Aunque lo único que nunca le había podido confesar a Sara es lo enamorada que estaba de ella

-          Así es Andrea, por lo menos Nicole lo disimulaba – Diablos de nuevo pensando en ella. Nico la volvía a obsesionar y ni siquiera sabía cómo llamar a lo que sentía por ella ¿amor, odio, deseo?

-          Vamos a ver Sara, que llevamos una hora en el mejor club de striptease del mundo y tu solo hablas de Nicole ¿qué te pasa con ella?

Sabía que su salida a ese club era un intento desesperado de su amiga por escapar aunque sea unas horas del desastre que se había convertido su vida sin Nicole en ella.

-          No sé, desde que la volví a ver no puedo dejar de pensar en ella

-          Pero ella te robo millones sin contar con que te engaño con la morena de tu oficina

-          De lo primero ya no estoy tan segura- Sara tomo un trago de su bebida. Por primera vez desde que todo el desastre empezó estaba casi segura que había cometido un gravísimo error.

-          Espera, espera. Sara la enviaste a la cárcel, casi la matan a golpes ¿y ahora dices que no estás tan segura? No, uno no puede jugar con la vida de los demás así, si es verdad y ella no tuvo nada que ver con el robo tiene todo el derecho de odiarte eternamente.

Desde el principio Andrea había tenido muchas dudas sobre la responsabilidad de Nicole en toda la trama de la estafa, pero su amor no correspondido por su amiga y la seguridad con la que esta había sentenciado del fraude a su ex, le fue suficiente para tomar partido. Sin embargo escuchar esto le generaba cierta culpa, aunque no hubiese estado directamente implicada en el asunto.

-          ¿Y crees que no lo sé? No puedo comer, no puedo dormir pensándolo, siento que en cualquier momento voy a perder el control y volverme loca – La rubia se tomó la cabeza, mientras sus ojos se empezaban a humedecer. No era fácil para alguien como ella admitir semejante error, pero peor aun saber que la persona que más había amado en la vida, ahora la odiaba y tal vez con justa razón.

-          Cálmate, cálmate. Lo primero que tiene que hacer es salir de la duda y descubrir si te robo o no.

-          Eso es lo que llevo intentado hacer todo este tiempo, pero ella misma encriptó esa información

-          ¿Y eso significa?

-          Eso significa que Nicole guardo la información con un programa o algo así y solo ella lo puede ver

-          Pero entonces ella si es la culpable

Andrea intentaba entender lo que su amiga le decía. Y en el fondo quería creer que Sara no había cometido semejante error. Porque si la duda la había deprimido tanto, no quería imaginar lo que le pasaría si confirmaban que Nicole era inocente.

-          No necesariamente. Esa información permanece en nuestro sistema y nadie del exterior puede tener acceso a ella. Nicole dice que aseguro la información minutos antes de que la policía se la llevara para impedir que alguien más pudiera alterarla, y que solo la hará visible con una orden judicial.

-          ¿Y porque solo la puede ver ella si esta en tu oficina?

-          Porque el programa que oculta la información con códigos de acceso por decirlo así, lo diseño ella y solo ella sabe cuáles son y cómo usarlos – Sara observo a una de las chicas del club que le coqueteaba desde el otro extremo de su mesa. Ella solo sonrió y volvió a concentrarse en la conversación con su amiga

-          Pues, tal vez deberías intentar hablar con ella serenamente y tratar de conciliar algo – Hablaba enserio. Después de escuchar a la rubia, lo que Nicole decía parecía tener sentido. Podía ser una trampa y solo una persona podía ganar con ella. Desde que conoció Antonio noto que era un hipócrita adulador solo con las personas con dinero o poder, además nunca perdía la oportunidad de hablar peste sobre Nicole cada que vez que alguien la mencionaba y Sara por su parte prefería siempre cambiar de tema. Era obvio para todo el mundo que su ex la seguía afectando.

-          Si claro Andre y como hago ¿Me voy a la cárcel y pido una visita conyugal?- Una imagen instantánea de ella y Nico haciendo el amor entre rejas vino a su mente pero la desecho rápidamente cuando recordó la gravedad del asunto.

-          Pues no sería mala idea – Dijo Andrea restándole importancia al asunto mientras tomaba de su copa. Aunque sintiera tanto amor por su amiga, en el fondo prefería verla con Nicole que con el GI Joe tostado. Mientras pensaba en ello, se sorprendió mucho cuando vio quien atravesaba el local pero su amiga no pareció notarlo

-          Yo la puse en la cárcel y después fui al hospital a asegurarle que la iba hundir

-          Umm... Pues si te tiene cogida de los ovarios, pero por lo poco que la conocí parecía una persona muy razonable, tal vez si la busca y le hablas dulcemente obtengas algo y no creo que sea necesario que la busques en la cárcel.

-          ¿No? Y ¿Por qué?

-          Mira quién está detrás de ti

Sara volteo muy lentamente, creyendo que si lo hacía más rápido de repente se le aparecería un espanto, aunque no estaba tan alejada de la realidad.

-          No lo puedo creer

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DE NUEVO MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER. ESCRIBIR ES DIFICIL PERO CADA COMENTARIO ES MUY MOTIVANTE.