No te conocía capitulo 35
El fin de sus días
(Lo vuelvo a publicar porque me di cuenta que quedo mal el título, pero es que estaba tan cansada cuando lo subí que...)
EL FIN DE SUS DÍAS
Capítulo 35
La lluvia empezó a golpear las ventanas, pero para Nicole no solo el cielo estaba ensombrecido había algo en ese día que le causaba nostalgia, tal vez era el hecho de no ver a Camila por los corredores del concesionario. Si eso tenía que ser, extrañaba mucho a su morena a pesar de ahora estar más cerca de ella, pero se tendría que acostumbrar a no volverla a ver en la oficina. Sara fue muy dadivosa con haberla ayudado a sacar a Camila de la cárcel y suponía que ese era el límite de su nobleza, pedirle reintegrarla seria como pedirle que se cortara la cabeza. Igual tenía que ir agradecerle por todo lo que había hecho por ellas
- Nicole…
- Hola Julieta ¿Cómo va todo? – Saludo a la asistente que parecía apenada por verla
- Bien… Bueno… en lo que cabe
- Te entiendo, pero seguro que pronto todo mejorara. ¿Sara esta? tengo que hablar con ella
- No… Digo… Si. Es que Yo… - Se levantó y luego se volvió a sentar nerviosamente - Quería primero pedirte perdón por lo que te hizo Jorge y segundo agradecerte por pedirle a la doctora Fernanda que llevará su caso. Te juro que te lo voy a pagar todo, voy a pedir un crédito y…
- Espera un momento Jul – Nicole se acercó a la asistente - Primero tú no tienes que pedirme perdón por lo que hizo Jorge, yo sé perfectamente que tú no tuviste nada que ver. El hace algún tiempo me confeso todo y me pidió perdón llorando, así que ya lo disculpe. Y de lo segundo. Lo siento, pero no sé de qué me hablas yo no le he pedido a Fernanda que sea su abogada
- ¿En serio? pero ella está llevando el caso. El viernes ella misma me llamo para decirme que era su nueva apoderada y hoy me mando una copia del expediente
Nicole quedo impresionada por lo que le contaba Julieta. Sara no solo había decidido ayudar a Camila sino también a Jorge a pesar de todo el daño que estos le habían hecho a ella y al concesionario. En verdad que cuando la rubia decía lo siento lo decía en serio y ni hablar cuando escogía perdonar.
- Creo que deberías hablar con Sara, ella te puede despejar mejor esa duda
- ¿Tú crees que ella…? - Nicole solo levanto los hombros en respuesta – No… No puede ser, es imposible
- Pues parece ser que lo imposible para Sara estaba hecho de sus miedos y por lo visto ya los supero ¿Esta en su oficina?
Julieta solo afirmo con la cabeza. Seguía impactada por la generosidad de su jefa. Su esposo fácilmente pudo dejarla en la calle y ella en vez de hundirlo en la cárcel, les tendía una mano para sacarlo. No sabía cómo se lo iba agradecer tal vez volviéndose su devota esclava.
- ¿Crees que estas son horas de llegar? – Dijo Sara en tono de broma
Estaba realmente contenta de ver a la ojiazul en su oficina, después de creer que solo se iban a volver a ver en tribunales, pero Nicole estaba a un más feliz. Sara básicamente, le había dado el más grande regalo de su vida y a pesar de no haber sido la mejor novia si era por mucho la mejor amiga que pudo soñar; la adoraba, la amaba, tal vez de forma diferente al tiempo que estuvieron juntas, aunque sin duda con la misma intensidad.
- Gracias, gracias, gracias… no sé cómo agradecerte lo que hiciste por mí, esto compensa con creces todo, te adoro – Le afirmo, mientras la levantaba de su silla para esparcir pequeños besos por todo su rostro
- No tienes que agradecer nada Niko. Hice lo que correspondía, además te lo debía por todo el daño que te causé – Dijo apenada abrazándose fuertemente a la ojiazul – No era justo que sufrieras tanto por algo que Camila y yo podíamos solucionar hablando. Y bueno, después de todo lo que pude comprobar de mi propio padre sin duda creo que ella merecía vengarse
- Sí, pero sus acciones te hicieron muchísimo daño
- Cierto ¿y que hice yo? Desquitarme contigo, así que si comparáramos el nivel de vileza, yo soy la que merecería estar en una cárcel
- Pero…
- No digas nada mas Niko. Yo solo quiero cerrar las heridas y sobre todo que tu sigas a mi lado aunque sea como mi mejor amiga. Incluso estoy dispuesta a tener una relación diplomática con tu novia, pero por favor no me pidas más por ahora
Nicole se abrazó aún más fuerte a la rubia mientras seguían dándose mensajes de afecto y perdón sin que ninguna de las dos notara quien había entrado a la oficina. Y aunque Valeria sabía que esa demostración de cariño era completamente casta no pudo reprimir la sensación de enojo e inseguridad que le producía ver a Sara en los brazos de su ex
- Por tu bien cucarachita. Suelta a mi mujer inmediatamente
Aunque el comentario de Valeria podía ser solo una broma, algo en su tono le sonaba a Nicole como una amenaza y estaba en lo cierto. Por muy novia que Valeria fuera ahora de Sara la pelirroja no podía olvidar que la ojiazul fue su gran amor y para la muestra estaba que el dolor que Sara sufrió por su ex provenía de un profundo arrepentimiento que solo una persona que ama de verdad puede sentir
- Otra vez tu ¿Es que te despidieron? – Expresó Nicole mientras Sara se despegaba rápidamente de sus brazos para estamparle un beso a Valeria en sus labios. Ese día había empezado de una forma grandiosa con el completo perdón de la ojiazul y con su amorcito pasando a saludarla
- No te pueden despedir de tu propio negocio y como yo tengo tantos y tan diferentes, pues también tengo mis eficientes “esclavos” como mi amor – Dijo para seguidamente besar a su rubia con una profunda pasión, en cierta forma porque lo deseaba, pero no iba a negar que también quería marcar su territorio
- Yo… No les voy a mentir – expreso algo aturdida por presenciar ese ardiente beso - Es un poco raro y hasta aterrador verlas juntas – Suspiro – Pero me alegra volver a verte sonreír de felicidad Sara
Se abrazó a ellas, en un emotivo gesto de hermandad, lo que hizo que Valeria bajara su guardia. Nicole no podía ser más empalagosamente dulce. Sin embargo, tenía muy claro lo difícil que iba hacer que Sara confiara completamente en ella, después de una relación tan bonita con alguien tan fiel, alguien a quien ni siquiera podía hacerle mala cara, aunque siempre podía mortificar
- Bueno, Nico esto ha sido muy conmovedor y todo, pero necesito que nos pongamos a trabajar – Se deshizo del abrazo para acercarse a su escritorio – Esto es todo el papeleo que Jorge dejo sin resolver, necesito que hagas las mejoras y que logres que esos vagos de sistemas se esfuercen más y por cierto te devuelvo tu cargo como jefe de área, con el mismo salario de antes
- Yupi… - expreso con una falsa alegría, estaba tan cómoda en su nuevo puesto sin tanta responsabilidad, pero bueno era su turno de devolver el favor
- ¿Y cómo sigue tu cabeza? - Pregunto Valeria con una sardónica sonrisa, mientras la veía revisar los documentos que Sara le había entregado, pero Nicole no respondió solo se quedó viéndola con sospecha – Digo, después de haber bebido tanto coñac seguramente casi te mueres del dolor
Sara se quedó petrificada por la ligereza de Valeria. Ella había pasado el fin de semana preocupada por el golpe que sin querer le había dado a Nicole y a la pelirroja no le importaba hacer bromas sobre ello
- Si claro, el coñac – Exclamo, tocándose la parte de atrás de la cabeza donde aún tenía la inflamación. Y sin querer ahondar en detalles de lo que había pasado esa noche, temiendo alguna clase de espectáculo vergonzoso que no recordaba finiquito – Vale, me voy que tengo muchas cosas que hacer. Y tú también, vete a trabajar vaga – Se despidió Dándole a Valeria un pequeño golpe en la frente.
- Jajaja… ¿viste la cara que puso? todo un poema – Finalmente pudo descargar la risa cuando Nicole cerró la puerta de la oficina
- ¿Porque eres tan mala? yo sintiéndome culpable por el golpe que le dimos y tu burlándote
- ¿Qué le dimos? Mucha gente mi amor ese golpe se lo diste tu solita – Sara puso un mohín de tristeza que enterneció a Valeria – Esta bien princesa “que le dimos”. Te prometo que voy a tratar de no molestarla tanto, aunque me vas a quitar una gran diversión – Le dio un beso y luego la abrazo – Pero Necesito que tú también me prometas algo
- Dime
- Si en algún momento, por cualquier circunstancia del destino tú y Nicole vuelven a tener una oportunidad de estar juntas y tú la quieres tomar me lo dirás inmediatamente. Porque, francamente no podría soportar perderte y al mismo tiempo saber que me estuviste engañando
- Si lo dices por lo de Antonio. Te juro que nunca más volveré hacerle ese daño a nadie y mucho menos a ti. No voy a volverme a meterme con alguien por miedo o dudas
- Precisamente lo digo porque Nicole no es como Antonio. A alguien como él lo podría odiar con toda mi alma y me haría sentir mejor, pero a ella… - Suspiro - Nicole fue el amor de tu vida, además es una persona grandiosa y de verdad mi amor que no me sentiría bien odiándola
Sara se quedó pensando porque Valeria le decía algo así. Seguramente era porque no le había demostrado lo suficiente lo mucho que la amaba. Y aunque aún sentía amor por su ex no era tan fuerte como el que sentía ahora por Valeria, además estaba segura que Nicole preferiría irse al fin del mundo antes de volver con ella y causarle dolor a alguien más, porque como decía su novia la ojiazul era extraordinaria, pero las palabras se las llevaba el viento, esta vez no iba a cometer el mismo error e iba a demostrárselo con hechos
- Si eso te hace sentir más tranquila, entonces te lo prometo
- Gracias. Y ahora dame un beso que yo también me voy, la verdad es que si tengo mucho trabajo que hacer
……………
- Antonio no se te ocurra hacerlo
Camila llevaba casi media hora en el teléfono escuchando todas las sandeces que decía Antonio. De alguna forma el hombre se había enterado de su detención y su salida por fianza de la comisaria. Lo que no sabía es que dicha fianza la había pagado Sara y mucho menos que ella en esos momentos estaba en el apartamento de Nicole básicamente en una luna de miel. El creía de alguna absurda forma que el juego continuaba, pero esta vez con una motivación distinta. Ya que Sara y Nicole habian mandado a Camila a la cárcel y por culpa de las dos la Fiscalía también lo investigaba a él, ambas debían morir.
- ¿Porque mi Amor? ¿Después de todo lo que nos hicieron que tenemos que perder? Sara es lo peor que me ha pasado en la vida y si no puedo obtener su dinero al menos voy a obtener el placer de verla muerta, junto a la otra asquerosa
- Vamos. No puedes matarlas pasaría el resto de tu vida en una cárcel
- Eso no va a pasar. Solo tienes que venir por mí y escaparemos. Cami yo te prometo que mientras estemos juntos estaremos bien
Antonio estaba sumergido en una especie de película de Bonnie y Clide, pero en su mente ellos si iban a salir vivos. Eso le producía a Camila aún más culpa, porque si bien Antonio no era una persona con sentido de la ética, tampoco lo creía un asesino, sin embargo, su juego se había salido de control. Ella nunca calculo lo inestable que podía ser Antonio cuando se sentía acorralado y a punto de perderlo todo. Haberlo utilizado fue casi tan cruel como lo que le hizo a Nicole
- Antonio, hagamos una cosa. Antes de llevar acabo tu plan lo mejor es que hablemos. Dime donde estas y voy a buscarte
Lo dijo en tono prácticamente de súplica sin saber que más hacer. La única forma de detenerlo era encontrándose con él. Mientras hablaban por teléfono había pensado rápidamente un plan. Camila tenía guardado uno miles de dólares que había ahorrado durante toda su vida. Su idea era entregárselos y pedirle que se escondiera en su pueblo mientras ella solucionaba todo. Le diría que estaba intentando sobornar a los jueces y fiscales. Eso le daría tiempo para contarle a Nicole lo que estaba pasando con él y buscar una solución definitiva.
- No mi amor. No hay vuelta atrás. Ya tengo el arma y me tome dos pastillas de éxtasis. En estos momentos estoy yendo hacia el concesionario. Te espero en el mirador de la circunvalar en una hora – Colgó
El carácter calculador que poseía Camila la hizo reaccionar rápidamente, pero con cautela. Tomo su celular y las llaves del coche de Nicole con la única intención de ir al concesionario a tratar de detener a Antonio. Mientras se dirigía al estacionamiento llamo a la policía, después de proporcionar toda la información para que evitaran una tragedia, llamo a la ojiazul
El padre de Sara había arribado a las instalaciones del concesionario minutos más tarde de que Valeria se hubiese ido. Estaba Furioso después de que esa mañana llegara la fiscalía con una orden de captura en su contra por el delito de abuso de menores. Por un pelo se había escapado de la autoridad y evitado la captura, pero cuando se comunicó con su abogado y este le confirmara que no era ningún error y peor aún que su hija había puesto el denuncio entonces su ira se elevó a límites insospechados y solo quería estamparle la cabeza contra una pared, pero cuando llego a la oficina, Sara no se acobardo y lo enfrento como nunca lo había hecho
- ¿Cómo te atreviste? ¿Cómo fuiste capaz de poner una denuncia en mi contra por abuso sexual a menores? Yo que soy tu padre y a quien le debes todo lo que tienes
- Yo a ti no te debo nada viejo asqueroso. Todo lo que ves lo construyeron mis abuelos, mientras que tu pasabas tu insignificante vida abusando de otros
- Eso… Eso no es cierto. Sara, cómo pudiste ser tan imbécil de creerte esas calumnias en mi contra. Todo lo que yo he hecho es protegerlos a ustedes dos ¿Y así me pagan?
- ¿No es cierto? – Sara saco un paquete con fotos que conservaba junto a una copia del disco duro por si las autoridades se dejaban comprar por su padre. En un país tan corrupto era necesario – ¿Entonces qué es esto? Te diré, es la evidencia de que eres solo un maldito enfermo. Mientes y destruyes y todavía pretendes hacerte la victima
- Eso es solo un montaje de mis enemigos tu sabes que tengo muchos
- Claro, un montaje que conservas en la computadora que tienes en el estudio de tu casa, porque de ahí sacamos todo esto
- Pues bien. Entonces cree lo que quieras, pero recuerda que sin mi tú no eres nada niñita. Todo este concesionario me pertenece y cuando quiera tú te vas, sin un solo peso
- ¿Piensas que puedes seguir amenazándome? Solo mírate, eres un viejo decrepito y deseo con todas mis ansias verte pudrir en una cárcel. Después de todo el daño que has hecho es lo mínimo que te mereces. Quítamelo todo si se te da la gana, total me harías un favor.
- ¡PUES LÁRGATE DE UNA VEZ! ¡ESTAS DESPEDIDA!
- Como quieras y hasta nunca viejo miserable y asqueroso.
Sara tomo rápidamente sus cosas y salió de la oficina sin mirar atrás. Su vida era el concesionario y también el lazo que la seguía atando a ese miserable ser. Había llegado el momento de buscarse otra vida, un nuevo comienzo. Tal vez el primer paso no la llevaría a ninguna parte, pero por lo menos la sacaría del pozo en el que su padre la había sumergido sin piedad
- ¡SARA… SARA… ESCÚCHAME… NO ME DEJES HABLANDO SOLO!
Gritaba mientras perseguía a su hija. Esa muchachita no lo iba a dejar con la palabra en la boca. Estaba consiente que no podía permitirle renunciar, porque sin ella el concesionario quebraría definitivamente y él estaba muy viejo y “cansado” para hacerse cargo, pero no sabía que más chantajes usar para seguir manipulándola
- ¿Has pensado en Sergio? ¿Qué hará si le quito todo? Recuerda que gracias a mis contactos él tiene ese cargo en la farmacéutica y de la misma forma en que conseguí que le contrataran puedo hacer que lo echen ¿Tienes idea de lo difícil que es conseguir puesto en este país para un invalido?
Sara sabía perfectamente que su padre era lo suficientemente rastrero como para amenazar la carrera de su hermano con tal de seguir controlándola, pero Sergio y ella ya habían hablado de ello y su inteligente hermano se había adelantado a esa posibilidad pidiéndole ayuda a Nicole, quien a su vez se la había pedido a su padre y por supuesto el señor Fonzi utilizo sus contactos en el ministerio de ambiente para ayudar a un hombre ejemplar a conseguir un cargo acorde a su nivel de educación y experiencia. Sergio hace más de dos meses trabaja como coordinador en dicho ministerio, pero como siempre el egoísta ser que tenía enfrente nunca se enteraba de nada con respecto a sus hijos
- Afortunadamente Sergio a diferencia tuya es un hombre de verdad y estoy completamente segura que como siempre encontrara la forma de salir adelante sin ayuda de nadie porque el único invalido aquí eres tú. Solo mírate, con tu orgullo buscabas admiración y alabanza y solo lograste desprecio y repulsión de todos los que te rodeamos
Las palabras de su hija habían calado profundamente en lo poco que quedaba de su miserable humanidad. No solo por los años su cuerpo se había hecho más lento, sus excesos también le habian traído enfermedad, irónicamente un cáncer de próstata. Y en esos momentos en que tenía que pasar días en una cama de hospital, nadie ni siquiera sus hijos trataban de contactarlo. Su poca conciencia le hacía admitir que el único sentimiento que había plantado bien en el corazón de ellos era odio, el mismo que tenían todas las personas en especial mujeres que habian tenido el asco de conocerlo. Mientras zanjaba entre seguir amenazándola o admitir su derrota las puertas del ascensor se abrieron
- Miren que sorpresa. Hoy es mi día de suerte, creo que voy a matar tres pájaros de un solo tiro – Dijo Antonio acercándose a ellos apuntando con el arma – Por fin me vas a pagar todo lo que me has hecho Sara, hoy vas a conocer cuánto amor te tengo
Entretanto que todo esto pasa a tan solo unos pasos de la oficina de Nicole, ella era ajena a todo el escandalo gracias a que tenía sus audífonos puestos. Estaba escuchando a todo volumen crush #1 de Garbage en su iPhone cuando la canción se interrumpió por el timbre de marcado. Era Camila, lo que no le sorprendió porque después de como la había despertado en la mañana era obvio que la iba a extrañar todo el día
- Hola Galletita – sabia lo tonto que sonaba ese mote, pero le gustaban las galletas
- ¿Amor estas dentro de tu oficina?
- Si ¿porque? ¿Quieres que la cierre con llave para que nos digamos guarradas? Que por mi está bien – Bromeo mientras ponía las piernas sobre el escritorio
- Óyeme bien Niki. Sal de la oficina y pídele a todos que se escondan, ve hacia la oficina de Sara y enciérrate con ella y Julieta bajo llave. Tráncala con todo lo que puedas y por ningún motivo salgan de allí sin importar lo que escuchen
- Que pasa Cami me estas asustando – Se levantó abruptamente dispuesta hacer todo lo que Camila pedía. El tono inflexivo que utilizo le decía que algo grave estaba pasando
- Antonio me acaba de llamar dice que va para allá, está armado y la única intensión que tiene es matarlas a ustedes dos
Nicole quedo completamente muda cuando empezó a escuchar los gritos de auxilio por todo el concesionario mientras ella veía desde la ventana de su oficina a Antonio frente a Sara y al señor Álvaro apuntándoles con su arma.
- Niki… Niki… Háblame por favor ¡QUE PASA NICOLE DIME QUE ESTA PASANDO!
- Antonio ya está aquí. Está apuntándole a Sara y a su padre con un arma
- Mi amor no salgas por ningún motivo. Enciérrate ya voy para allá
Camila ni siquiera espero la respuesta colgó la llamada y se dirigió a toda velocidad al concesionario estaba muy cerca calculaba unos cinco minutos. Esperaba llegar a tiempo antes de que Antonio cometiera una locura o que por lo menos la policía lo hiciera, pero como siempre ellos parecían ser los últimos en llegar
- ¿Qué te pasa Antonio? ¿Cómo te atreves amenazarnos después de todo lo que hemos hecho por ti? Y en ese estado tan lamentable se nota que llevas días sin siquiera bañarte - Dijo el señor Álvaro poniéndose delante de Sara.
Álvaro Sandoval, notaba por la mirada perdida de su ex yerno que estaba drogado y por experiencia propia sabía que en ese estado se iba a atrever a cualquier cosa, no obstante, él no iba a permitir que nadie dañara a su hija. Ella podía odiarlo, pero el no. Tal vez Dios aun le tenía un poco de misericordia y permitiría que, en el último día de su vida, el pudiera salvar a Sara y reparar en algo todo el daño que le había hecho
- Cállate… Tu Viejo tramposo y asqueroso… Te creías muy listo, pero yo fui más listo que tú. Yo te robe en tus narices y enamore a la idiota de tu hija con la única intención de quedarme con su dinero ¿Qué creíste? ¿Qué tenías un amigo? – Rio estruendosamente – Viejo, metete en la cabeza que solo eres un cerdo, un lastre para los demás. Si soportaba toda tu palabrería mientras te emborrachabas es solo porque te estaba utilizando y sin embargo creíste todo lo que te decía, y hasta me llamabas hijo ¡Grandísimo pedófilo de mierda!
- ¡Hijo de put…! - Grito Álvaro Sandoval lanzándose hacia Antonio, pero ni siquiera pudo terminar la frase antes de que le dispara directo a su pecho. Sara intento auxiliar a su padre que yacía en el piso, pero solo puedo escucharle decir “Te amo, perdóname” antes de verlo morir
- Levántate del piso maldita zorra, ya es muy tarde para esa basura, sin embargo, tú y yo tenemos unas cuantas cuentas pendientes
- Cálmate Antonio esto no tiene que acabar así – Decía mientras se levantaba lentamente mostrando sus manos en señal de rendición, al tiempo que veía a Nicole detrás del alterado hombre. Movió ligeramente su cabeza de un lado a otro indicándole a la ojiazul que no siguiera acercándose, al tiempo que caminaba hacia un lado para ocultarla del campo de visión de Antonio
- ¿Acabar querida? Si la fiesta acaba de empezar. No te vas a ir al infierno, sin antes escuchar unas cuantas cosas. Eres tan depreciable y patética como tu padre. Todo lo que padecí a tu lado fue una pérdida de valioso tiempo, pero debo admitir que disfruté cada minuto en que te hice creer que esa maldita lesbiana te engañaba y robaba. No tienes idea de cuánto me reía mientras tu llorabas a mares por el supuesto engaño de esa imbécil. Y por cierto que a esa también le tengo su regalito, pero primero te vienes conmigo
Antonio intento dar un paso hacia Sara cuando de la nada un policía estúpido grito alto lo que hizo que los ya destrozados nervios de Antonio lo traicionaran. Él fue mucho más rápido que los policías y alcanzo a disparar contra la humanidad de la rubia, antes que varios disparos directo a su humanidad lo detuvieran, sin embargo, la imagen de espanto que tenía su rostro no eran por sus heridas, era por a quien le había disparado realmente.
Nadie supo de donde salió, pero Camila estaba frente a Sara recibiendo los disparos que eran para ella. La rubia solo pudo sostenerla mientras la mujer caía con dos impactos de bala en su espalda. Nicole fue la primera en correr para socorrerla, pero no había nada que pudiera hacer, con excepción de abrasarla. De nuevo iba a comprobar que el infierno del más allá no existe, porque el miedo, el odio y la crueldad son como demonios que no lo hacen sentir mientras estamos vivos
- Camila, háblame… Cami mi amor háblame
- No te preocupes amor estoy bien, no me paso nada
- ¡Dios… ¡¿Porque me haces esto?! – Lanzo un lamento que desgarraba su garganta cuando noto la camisa blanca de Camila empezar a teñirse de Sangre. Ella estaba herida de muerte, pero no sentía dolor
- Nunca olvides que te amo y que pase lo que pase, siempre estaré a tu lado sin importar en donde estés. Solo quiero que seas feliz – Las lágrimas se derramaron por sus mejillas como una plegaria a la luz, para que jamás desapareciera del corazón de Nicole
- No me digas eso… No vas a morir. No puedes morir... ¡Llamen a una maldita ambulancia! – Grito mientras trataba con todas sus fuerzas de detener la sangre, que se derrama sin control como sus propias lagrimas
- La vida valió la pena por ver el milagro de tu sonrisa. Lo que yo siento por ti es eterno y te juro mi vida que mi corazón te seguirá hablan donde quiera que estés
Fue lo último que dijo antes de cerrar sus ojos. Deseando que sus palabras sacaran a Nicole de esa nueva oscuridad. La muerte no es fácil de aceptar, pero es algo por lo que tarde o temprano tenemos que atravesar todos, y es aún más difícil cuando la persona que se va, se lleva una parte de nuestra alma. Solo nos queda confiar en que en verdad exista una eternidad para volvernos a encontrar
¿Fin?
PDTA. En mi país al cualquier hijo del vecino se le dice doctor sobre todo si es abogado.
Gracias por leer