No te conocia capitulo 34

“En ti encontré las fuerzas para continuar”

“En ti encontré las fuerzas para continuar”

CAPITULO 34

Sara y Valeria llevaban quince minutos en la sala de estar del apartamento de la primera, de frente la una de la otra en una ridícula batalla de miradas. Sara tenía toda la intención de decirle todo lo que sentía, pero nunca se le había declaro a nadie a excepción de Nicole. No obstante, su ojiazul era tan noble a diferencia de la pantera que tenía al frente que le asustaba que la respuesta de Valeria fuera un “No” contundente bajo el argumento de que perdería su libertad, pero tenía que arriesgarse, total, era mejor el diez por ciento de algo que el cien por cierto de nada y posiblemente Valeria podía aceptar quedarse junto a ella, aunque no fuera completamente suya.

-          Ya Sara. O me dices lo que quieres o me voy de aquí – Dijo tajante

-          Pues si te quieres ir vete, nadie te obliga a quedarte – No importaba el esfuerzo que hiciera por controlar sus ganas de pelear, siempre iban a salir a flote

-          Pues ahora no me voy, me quedo sentada como una boba viéndote

-          Pues has lo quieras

-          Pues lo hago, pero tráeme algo para beber por lo menos

La rubia soltó una sonora carcajada al darse cuenta del comportamiento completamente infantil de ambas. Era la hora de la verdad, el momento de compartir sus sentimientos, tratando de no espantarla y en ese momento se le ocurrió que la mejor forma de hacerlo era quedándose callada y que alguien con una mejor voz, le dijera a Valeria todo lo que abrigaba por dentro

-          Es que no se… No sé cómo decírtelo para que me creas –  se acercó al reproductor de música y puso una de sus canciones favoritas, se devolvió nuevamente a Valeria y le ofreció la mano – ¿Quieres bailar?

-          ¿Qué es lo que te traes? – Dijo dándole su mano algo desconfiada

-          Creo que esta canción expresa todo lo que siento por ti, escúchala mientras bailamos

♪Háblame, ♪

Que en tus palabras no hay tiempo

Llévame,

Entre tus alas me pierdo

Y hazme creer que si me suelto volare

Que en este cuento no hay por qué caer

Que poco a poco y en silencio me dirás

Que solo tú serás...

Serás el aire

Que me permita respirar

Serás la lluvia que calmara mi sed

Y mañana

Volveremos a intentar

Que el deseo no nos deje

♪ Despertar una vez más ♪

Valeria se sintió completamente extasiada cuando empezó a escuchar la letra de la canción. Si algo así lo hubiera hecho cualquier otra mujer lo habría considerado un acto tierno, pero completamente ridículo, porque ella era puro deseo y pasión, sin embargo, era Sara quien tenía ese hermoso gesto. La mujer que amaba y quien hacia relucir a la blandengue esponjita que era pon dentro

-          A mí no me salen muy bien las cosas buenas y por eso me volví una experta en hacer las cosas mal – Expreso mientras acomodaba su cabeza en el hombro de Valeria para que esta no la pudiera ver en su momento de fragilidad – Y por eso, no sé cómo decirte lo que siento sin que termines por salir corriendo completamente enojada conmigo como siempre, pero… Te amo – Suspiro - Eso no significa que quiera atarte a la cama para no dejarte salir jamás. Yo entiendo que es tu naturaleza, bueno… Acostarte con varias mujeres y no te voy a detener. No va hacer fácil aceptar esa condición, pero haría cualquier cosa para que te quedes a mi lado

-          Entonces ¿Me dejaras acostarme con otras sin decir o hacer nada?

-          Si

-          ¿Incluso con esa chica hermosa del Spa que te cae tan mal?

-          Bueno… supongo que si – Sara estuvo a punto de darle un puntapié en el tobillo, pero se contuvo.

-          No te creo

-          ¿Crees que no podría aceptarlo?

-          Estoy segura de que no, porque esa no eres tú – Valeria la tomo del rostro para poder mirarla directamente a los ojos - Tu no soportarías saber que me acuesto con otras porque te respetas a ti misma y eso terminaría haciéndote mucho daño y yo nunca buscaría hacerte daño. Yo también aprendí de mis errores. Ahora se lo fácil que es el sexo y lo difícil que es el amor y yo a ti te amo por sobre todas las cosas – Le dio un beso corto en sus labios - Te prometo que te seré fiel como lo he venido haciendo desde hace bastante tiempo - Esta vez fue Sara quien la beso larga y profundamente – Pero que sepas, que, si te atreves a engañarme, yo no intentare vengarme como Nicole, simplemente te sacare todo el relleno

-          No lo dudo – Respondió desabrochando el primer botón de su camisa – Pero te juro que yo tampoco te voy a traicionar

Los besos entre ambas empezaron hacerse más profundos, tanto que terminaron excitadas en el sofá con Sara ahorcajadas sobre las piernas de Valeria, hasta que esta decidió que iban a estar más cómodas en el cuarto. La levanto sin dejar de besarla y al llegar la acostó delicadamente en su cama. Valeria se tumbó sobre la rubia, intentando que sus besos y movimientos no fueran tan violentos como siempre. Esa noche quería tomarlo con calma, quería recorrer su cuerpo con ternura, como si fuera la primera vez que fueran hacer el amor

Valeria empezó un el lento y tortuoso recorrido, mordiendo el labio inferior de Sara suavemente para después deslizar su lengua por su cuello y succionar el lóbulo como si estuviera comiendo una jugosa fruta. Bajo dando besos por todo su cuerpo hasta llegar a su ombligo, se entretuvo un poco besando su alrededor mientras se deshacía del pantalón de la rubia.

Sara se volvía loca al sentir los besos continuos en sus muslos, hasta que la ardiente pelirroja llego a su tanga, la cual bajo con sus dientes adentrándose cada vez más en su intimidad. La sensación era tan placentera que la rubia tomo la cabeza de su amante guiando sus movimientos hasta su perla. Cada trazo circular que Valeria hacía con su lengua alrededor del clítoris, se sentía como una descarga de goce, pero no era suficiente, así que levanto sus caderas y cerro los mulos sobre la cabeza de su amante para incrementar la sensación, hasta que esta se detuvo

-          ¡Ni, se te ocurra! – Grito la rubia, pensando que iba a empezar con sus maquiavélicos juegos

-          Tengo que hacerlo me estas ahogando

Entonces Sara cedió la presión de sus muslos. Lo que facilito que Valeria pudiera penetrarla con su legua una y otra vez hasta provocarle un sonoro orgasmo que la dejo completamente agotada. Valeria se incorporó para darle un beso con su propia esencia, entonces Sara aprovecho para quitar su camisa y poner a Valeria a su merced acostándola sobre la cama, mordisqueando sus hermosos senos.

Como pudieron se deshicieron de lo que quedaba de sus ropas. Sara se apoyó sobre Valeria colocando las piernas entre las suyas, friccionando acompasadamente sus sexos, puso su mano entre los pliegues empapados de la pelirroja y con el dedo pulgar empezó a frotar su clítoris hasta ponerlo firme, la propia Valeria tomo la mano de su amante para llevar sus largos dedos hasta el fondo indicándole el ritmo en que quería ser penetrada, acompasándolo con el movimiento de sus caderas. Valeria termino corriéndose, pero en vez de gritar prefirió morder el hombro de su ahora novia

-          Oye eso me va dejar marca – Riñó

-          Pues lo siento mucho, pero tú tienes la culpa y hasta mejor, así todos se van a dar cuenta que ahora me perteneces

-          Yo creo que la cosa es más bien al revés

-          Te voy a demostrar que no

Valeria ágilmente logro girar a Sara de cara contra el colchón. Muy despacio recorrió con sus labios su columna vertebral bajando y luego subiendo, para terminar, recostándose contra su espalda. Con su mano derecha empezó a masajear el trasero de la rubia adentrándose entre sus piernas, masajeando ahora su húmedo sexo, froto su clítoris con fuerza hasta que Sara chillo

-          Adentro ya

-          No lo creo, primero quiero escuchar que eres mía

La rubia intento con todas sus fuerzas contener las ganas de decirle que era completamente suya con tal de dejar claro quien mandaba, pero Valeria no dejaba de castigarla con sus labios mordisqueando exquisitamente su oreja, mientras que, con sus dedos, masajeaba su cavidad. Deslizo adentro apenas la primera falange para explorarla y de paso provocarla hasta que gritara sus deseos – Está bien, soy tuya – Valeria sonrió y hundió los tres dedos completamente en ella mientras que Sara se empujaba hacia atrás con fuerza, empalándose a un ritmo perfecto. Valeria sintió como su intimidad se estrechaba contra sus dedos y siguió follandola hasta oírla estallar en otro placentero orgasmo

-          Te amo y siempre lo hare – dijo Valeria en su oído. Sara se volteó para poder verla a los ojos

-          Yo también te amo y voy a “arte”

-          ¿Qué?

-          Amarte, Valorarte, respetarte y hasta violarte si me dejas

-          Tu sigue con confianza


Camila logro entrar al apartamento gracias a la copia que Nicole mantenía escondida en uno de los matorrales. Lo primero que noto al entrar fue las botellas de coñac esparcidas por la mesa de centro y vidrios rotos frente a una pared machada por algún líquido, pero lo que más le impresiono fue lo que encontró en la recamara de su mujer. Ella estaba acostada boca abajo, con unos jeans que se ajustaban deliciosamente a sus extremidades y una camisa azul oscura que se subía por su musculosa espalda permitiéndole ver esos hoyitos esquicitos que se forman al final de ella. A pesar de su estado patético se veía apetecible así que se acercó aprobarla solo un poco

-          Sara quítate de encima. Deja de ser tan aprovechada. No me importa si me estoy cayendo de la borrachera. Yo ahora amo a Camila y eso nunca va cambiar, no me voy acostar contigo

-          Oye… ¿Cómo es eso de Sara? … No te atrevas a compararme con esa rubia tonta

Nicole de alguna ridícula forma termino dando una voltereta sobre la cama que la hizo caer de espaldas contra el suelo. Camila no supo si reírse o ayudarla a levantarse

-          No eres tu… no puede ser que seas tú… ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Tu dijiste que…? – Dijo de rodillas en el piso con sus manos sobre la cama mirando de frente a la morena como si fuera un espejismo

Camila no la dejo continuar solo el callo con un profundo beso. Nunca nada en su vida se había sentido tan bien. Saber que la persona que se ama con el alma corresponde al cien por ciento y aparte sin ningún obstáculo de por medio. Para ella representaba la libertad, la sensación de saltar al vacío y de repente tener el poder de desplegar unas hermosas alas para volar. Eso era amor, eso era el verdadero sentido de estar vivo

-          Cambié de opinión cuando me di cuenta de que iba a perder lo único que me importa y lo que más amo en mi vida. A ti

Intensifico más el beso tratando de trasmitirle a su ojiazul toda la felicidad que le producía tenerla cerca.

-          Te veías tan decidida en quedarte en la cárcel las veces que hable contigo, que no puedo creer que estés aquí. Incluso traje a Emo creyendo que no ibas a… Emo… Dios santo Emo – Nicole salió corriendo a buscar al animalito por todo el apartamento

Busco en cada cuarto, en los baños, arriba y debajo de las camas, entre los armarios y en la cocina, pero nada, no había una sola pista del Golden, hasta que llego a la sala de estar. Estaba buscando debajo del sofá mientras Camila intentaba infructuosamente llamar su atención

-          Amor… Amor… - intento varias veces - ¡AMOR! – tuvo que gritar -  Ya no lo busques. No está en la casa, mira, dejo una nota

Querida Nicole:

Aprecio que me hayas hospedado por unos días, pero me voy de aquí porque ya no soporto tu olor a ebrio

He encontrado un par de mujeres formidables, hermosas y encantadoras con quien estar mientras mami vuelve a casa

Nos Vemos

Att: Emo

Pdt. Por favor Báñate

Camila noto al instante, quien fue el autor de la nota por la impecable caligrafía. Valeria no había perdido su acido sentido del humor, una de las cualidades o defectos (dependiendo a quien se lo preguntaran) que más había amado de ella. Interpreto el hecho de volverla a tener en su camino como la forma en que el universo le decía que había llegado la hora de perdonar, suponía que eso debía ser lo siguiente en su lista. Helena, su madre adoptiva se iba poner feliz cuando lo supiera.

-          Esa letra es de Valeria, lo mejor es que la llames

Ni corta ni perezosa, Nicole tomo su teléfono y llamo enseguida a la pelirroja para ubicar a la mascota. Era imperdonable lo que le había hecho padecer al pobre animalito. Primero quejándose de Camila y de Sara con él, después llorando sus desdichas mientras lo abrazaba, para terminar permitiendo que esas dos granujas se lo llevaran, sin ni siquiera darse cuenta. Lo iba rescatar y compensárselo, pero antes iba tratar de recuperar el tiempo perdido con su ama

-          ¿Y bien, que te dijo? - Pregunto la morena, mientras recogía un poco el desastre que había hecho Nicole en la sala

-          Dice que Amo está bien. Parece ser que al principio no dejaba de gruñirle a Sara, pero su relación cambio cuando le dio medio pollo asado

-          Perro traidor me cambio por un pollo

-          Sí, pero yo no soy como él, ven para acá – Nicole atajo a Camila son sus brazos, y aunque sus besos eran deliciosos y apasionados. La morena también reparo en el tufo que empezaba a ser poco inhibidor de sus ganas de comérsela enterita

-          Oye…

-          mmm…Dime

-          Mi vida no te lo vayas a tomar a mal, pero lo que dice “Emo” es verdad, apestas un poquito alcohol ¿porque no continuamos en la ducha?

Nicole ni siquiera lo pensó. Levanto a Camila sobre sus caderas y la llevo directo hacia el baño de su habitación. Entro a la regadera y abrió la llave, besándola tan apasionadamente que si Camila no se hubiera aferrado tan fuertemente a su cintura la habría hecho caer

-          Niki, no – Reía mientras el agua las empapaba, aunque no se quejaba de poder ver como la ropa se adhería sensualmente a su cuerpo – Vamos hacer un desastre

-          No me importa. Dime que no estoy soñando, que te tengo aquí – Le dio otro beso lleno de necesidad, como si en verdad creyera que en cualquier momento podía despertar de ese maravilloso trance

-           Me tienes y esta vez hasta la muerte

Ahora fue Camila la que tomo las riendas, deshaciéndose salvajemente de sus empapadas prendas. La arrincono en una esquina, para luego besarla y empezar a explorar su sexo con su mano, metiendo sus dedos un por uno, muy despacio como si el tiempo perdido estuviera en sus manos. Cuando sintió que los músculos de su sexo empezaban a contraerse, descendió lentamente con besos y lamidas. Atrajo sus caderas contra su boca ansiosa, paso la lengua por todos sus pliegues, hasta apoderarse de su protuberancia oculta. Mientras lo succionaba, con tres dedos empezó una tortuosa penetración logrando que Nicole, entre gemidos y gritos llegara a un poderoso orgasmo

-          No sabes cuánto te extrañe – Dijo Nicole mientras su amante enjabona su cuerpo con suavidad y esparcía pequeños besos por su cuello

Los labios de Nicole volvieron a apoderarse de los de su mujer. Estaba ansiosa por devolverle todo el placer que le había hecho sentir. Pero quería hacerlo cómodamente en su cama, así que la volvió a posar en sus caderas y la saco de la bañera para luego dejarla caer lentamente en el lecho. Alargo la mano hasta su boca y acaricio tiernamente sus labios, para después besarlos, mientras, dejo que su mano derecha explorara su toda su anatomía. En verdad la extrañaba y no solo su cuerpo, su sola presencia la hacía sentir feliz.

Nicole bajo por su cuello llenándola de besos y se poso es sus senos, los cuales degusto uno a uno como si fueran un afrodisiaco hasta ponerlos duros, después viajo hasta su zona baja y delicadamente separo sus piernas. Empezó con un movimiento lento de su lengua sobre su sexo para después volverlo violento y exigente. Trazo círculos con su legua alrededor de su clítoris para después regodearse con él, chupándolo y luego soltándolo. Cuando estuvo lo suficientemente duro empezó a explorar su entrada con uno de sus dedos, luego dos, luego tres y ya al llegar al cuarto subió nuevamente para besar sus labios mientras la follaba con locura

-          Te amo. Te amo tanto que no puedo vivir sin ti – Grito Camila al odio de su amada disfrutando de un violento orgasmo

Ya cuando ambas se recuperaron, Nicole se quedó viéndola inquisidoramente acostada a su lado, como si tuviera dudas de las últimas palabras que le escucho decir. Camila no la culpaba, depues de todo lo malo que la ojiazul había vivido con dos personas que decían amarla, tenía derecho de dudar de su sentimientos, incluso tenía derecho a odiarla

-          En verdad te amo – Tomo su rostro y lo acaricio tiernamente, depositando un delicado beso en sus labios – Perdóname por todo lo que te hice pasar en la comisaria, pero en verdad tenía miedo de lo que te pudieran hacer

-          Es que no entiendo Cami ¿Porque las personas siempre buscan complicar las cosas? ¿Porque simplemente no haces lo que sientes en vez de lo que crees que deberías, sobre todo cuando amas? Si me hubieras dicho todo desde el principio seguramente te habrías ahorrado todas esas migrañas y yo me hubiera ahorrado como cinco botellas de coñac - Camila rio

-          Es verdad, todo sería más fácil así. Te prometo que de aquí en adelante voy a dejarme llevar solo por mi corazón

-          Eso espero, porque si me vuelves hacer algo parecido me largo y no vas a saber nunca más de mi – Camila le dio besitos cortos por sus mejillas para contentarla - Entonces cuéntame ¿Que te hizo cambiar de opinión?

-          Sara

-          ¿Quién? – Creyó no escuchar bien

-           Sara – Suspiro – Ella fue a verme ayer en la mañana. Dijo que tenía pruebas de lo que su padre era y que me creía. Además, aparte de amenazarme con hacer de mi vida un infierno si no hacia un preacuerdo – Ambas sonrieron falsamente - Me dijo que la decisión de permanecer juntas no debería ser mía, sino tuya y tiene razón. Yo no tengo derecho a decidir por ambas y más cuando mi único deseo en estos momentos es estar contigo. Por eso cedi al preacuerdo. El juez lo acepto y me dejo pasar el proceso en libertad, hasta que dicte sentencia, con la condición de seguir colaborando y no salir del país incluso me quitaron el pasaporte

-          O sea que los planes de fugarme contigo a la isla de Lesbos se fueron al diablo – Bromeo besando sensualmente su cuello - ¿Y Porque no me avisaste que ibas a salir?

-          Quería darte la sorpresa

-          ¿Y si me hubieras encontrado en una orgia con cuatro o cinco mujeres más?

-          Mi amor. Tu eres tan buena, tierna y sensible que estoy segura que nunca se te habría pasado por la cabeza algo así, por mucho dolor que tuvieras

-          En pocas palabras soy una completa idiota que siempre se queda esperando. Supongo que esta  historia no tendría ningún sentido si no lo fuera ¿cierto? – Dijo melancólicamente

-          No digas eso, nunca más repitas eso – Camila se sentó a ahorcajadas sobre su cadera y la levanto para poder abrazarla - Porque tú me salvaste del infierno y necesitaría una eternidad y mil años más para compensártelo. No eres una idiota eres un ángel. Te amo, te amo, te amo, más que a mi vida, más que a mi alma – Refuto mientras repartía pequeños besos con ternura por todo su rostro

-          Aush…

-          ¿Qué pasa?

-          Me duele mucho esa parte de la cabeza cuando me tocas – La morena tenía sus manos por encima de la nunca de la ojiazul, empujo su cabeza hacia abajo para inspeccionar mejor el bulto que estaba sintiendo con sus dedos

-          Mi vida tienes un chichón, seguro te lo hiciste cuando te caíste de la cama

-          No, No me alcance a pegar en la cabeza porque puse mi hombro, quien sabe cómo me lo hice

-          Claro, como te tomaste media cantina no te acuerdas de nada

-           No me moleste que tu tuviste la culpa, mejor sigamos en lo que estábamos ¿Ya te recuperaste ¿cierto?

-          Cierto

Ese fue uno de los fines de semana mas especiales para las cuatro, pero después de esos días de dulzura y amor todas intentaron volver a la rutina. Con excepción de Camila que resolvió junto a Nicole permanecer en el apartamento de esta, mientras se resolvía su situación. Aunque para la ojiazul, no fue plancetera esa decisión, ella también quería quedarse en casa disfrutando con su morena, pero Camila le suplico que ayudara a Sara a salir de la crisis en la que ella había sumergido el concesionario para sentirse menos culpable. Camila Estaba cavilando sobre esos asuntos en la cocina mientras prepara el almuerzo, cuando en su móvil sonó un número desconocido

-          Alo

-          Hola amor ¿Como has estado? Tanto tiempo sin hablarnos

-          ¿Antonio?

-          El mismo hombre de tu vida


Hola a todos.

Mi intención no es y nunca ha sido cortar la historia. Supongo que solo fue un lapsus por  estrés de diferentes cosas, pero tampoco es que sea el fin del mundo. Igual la historia si está a punto de acabar y el siguiente capítulo va hacer el más difícil de escribir así que ojalá sean pacientes porque puede que me demore mucho como puede que no, depende la inspiración y el trabajo.  Deseo que igual sigan la historia hasta el final.

De verdad mil Gracias.