No te conocia capitulo 3
Una Visita inesperada para Nicole
CAPITULO 3
Otra mañana en ese espantoso hospital del que yo quería escapar más que de la cárcel, pero no porque fuera peor sino por el par de visitas que había tenido en ese día.
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Papito… ¿Estás enojado? – Mi padre era un hombre relativamente joven, pero cuando se enojaba se le hacían unas pequeñas arrugas alrededor de los ojos que lo hacían verse unos cuantos años mayor de lo que era.
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Nico, para mi es inexplicable como siempre sos capaz de meterte en semejantes problemas – decía mi padre frotándose la cien como si quisiera detener una jaqueca o un pequeño derrame – Cada vez que salís de uno te metes en otro peor. Decime ¿Tenes mucho tiempo libre? Porque yo te puedo poner a hacer algo constructivo.
La verdad es que ese comentario de papá me produjo algo de gracia y cuando pretendía reírme recordé que estaba en una cárcel y que casi me matan.
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Papá no me puedes culpar de esto. Está bien me metí con una desquiciada prepotente, sin sentido común, pero eso no me hace culpable, me hace la victima
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Está bien cariño, por esta única vez tenes la razón. Espero que esto te enseñe a elegir mejor a tus… mujeres – A papá todavía le daba un poco duro que su preciada hija menor fuera lesbiana, pero con el tiempo lo había asimilado tanto como podía - contrate a los mejores abogados y me dijeron que no hay ninguna prueba en tu contra, así que será fácil que de aquí vayas directamente a casa.
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Espera, espera. Si te enteraste ayer ¿cómo es que ya tienes abogados y todos eso? Y ¿Cómo así que a casa? ¿tus abogados no saben que me la quitaron?
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Nico, sabiendo de la facilidad que tenes para meterte en problemas no podías pretender que no estuviera siempre tras tus pasos.
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¿Me estas siguiendo? No ¿Compraste a Fabián? – En verdad que ese pequeño gusano algún día me iba a producir una apoplejía.
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No es necesario comprarlo, con lo cobarde que es – Papá sonrió como si fuese el padrino hablando de como utilizo a uno de sus peones.
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Voy a matarlo
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Sabes perfectamente que Fabián solo hace las cosas por tu bien. Es un entrometido descarado, pero no existe una persona más leal y digna de confianza. Si no fuese por ese chico yo prácticamente no sabría nunca de vos.
Esas eran las cosas que más amaba de mi padre. Era un exmilitar duro y ambicioso, pero tenía un increíble sentido de la lealtad y de la justicia que podía borrar de tajo cualquier resentimiento por cualquier cosa que nos hubiésemos dicho o echo.
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Esta tarde tengo una reunión con los abogados. En 6 días te dan el alta, pero si los abogados me dicen que no pudieron lograr tu libertad, hare todo para que permanezcas aquí hasta que te pueda llevar conmigo ¿entedes? ya sé que te quitaron el apartamento por eso vivirás conmigo mientras empiezas de nuevo.
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Pero, pero… - La cara de advertencia que papá puso fue suficiente para ceder - Está bien Pa - Lo abrace tan fuerte como pude, lo bese y le prometí desde el fondo de mi corazón que iba a llamarlo a menudo, cada noche si era posible. El solo sonrió y me dijo que con que lo hiciera por lo menos una vez a la semana estaría contento
No había podido dormir muy bien pensando en la visita de Papá. hasta ahora me había esforzado tanto por hacerlo sentir orgulloso de mi y que el esfuerzo de tantos años se hubiese ido al diablo por culpa de una loca sin control y su sequito de idiotas útiles, aunque pensándolo bien era más seguro que Sara fuese la idiota que estaba siendo utilizada.
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¡¡¡Carajo!!! – Grite del susto al ver a esa preciosa loca rubia de ojos verdes viéndome directamente a la cara
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Recibí tu mensaje y no me gustó nada – Se notaba por su mirada de te voy a matar.
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¿Y eso? ¿qué te disgusto? Ya se la parte de “me las vas a pagar” pero es que decir te voy a destruir lentamente hubiese sonado demasiado dramático ¿no te parece? - Pregunte a Sara socarronamente mientras me sentaba para verla directamente a sus ojos esmeralda
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¿Qué te hace creer que puedes amenazarme sin esperar consecuencia? Mírate Nicole no eres nada, no eres nadie y en estos momentos te encuentras en mis manos
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Umm… ya, pero la vida da tantas vueltas, Si yo fuera tú me tranquilizaría no sea que por destino tu termines en las mías
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Ja, claro con el dinero que me robaste – Lo dijo con una sonrisa sarcástica, cosa que me sacaba de quicio ¿cómo podía ser tan tozuda?
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¡Yo no te he robado nada y más temprano que tarde te lo voy a demostrar! – Grite, pero el esfuerzo me hizo sentir un dolor agudo en las costillas. Creí ver en el rostro de Sara una pequeña muestra de preocupación, pero solo me estaba engañando. No sé porque la seguía queriendo.
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Y yo más temprano que tarde voy a demostrar que si lo hiciste – rezongo acercándose a la puerta para salir
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No tienes pruebas contra mí porque no existen, Tampoco existe forma de que las puedas inventar porque encripte la información de esa fuga de capital que solo yo puedo hacer visible. Y lo hare solo con la orden de un juez.
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Ves, admites que estás jugando sucio seguro esa información de la que tanto te jactas dice a que cuenta enviaste el dinero. Pero voy a buscar quien pueda desencriptarla y te voy a hundir.
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Suerte con eso guapa – dije mandándole un beso, logrando que Sara me diera un último vistazo con una cara que no supe descifrar una combinación entre odio y tristeza.
Sara se encontraba en la mesa de estar de su cocina tomando una bebida caliente. Le dolía la cabeza y su mente a un no podía olvidar el trauma de haber visto a Niko tan golpeada. Tal vez era por los buenos recuerdos que tenía con ella, pero al entrar a su habitación dispuesta a ponerla patas arriba, arrojando todo lo que encontrara en su camino se detuvo en seco al ver sus moretones. De repente sintió como si un sensor de protección se activara. No quería verla así, no soportaba verla así, tenía unas ganas locas de buscar a quien fuera que le hubiese hecho eso para arrancarle la cabeza con sus propias manos. Pero al verla despertar y al discutir se dio cuenta que el querer protegerla ya no era una opción, ahora eran enemigas y Niko estaba más interesada en destrozarla a ella que a quien le rompió las costillas.
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¿Que pasa hermanita? – Sergio saludo a su hermana con su usual beso en la mejilla
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Umm. Nada solo pensaba Sergio – El rostro de Sara, no demostraba que pasara nada. Su hermana desde hacía varios meses permanecía es ese estado, era raros los momentos en que la veía sonreír. Cualquiera pensaría que siendo la presidenta de un concesionario y estando a puertas de su matrimonio era suficiente para que se sintiera feliz, pero nada de eso parecía entusiasmar a su querida hermana.
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Déjame adivinar ¿Nicole? – Su excuñada seguía siendo la clave para todo lo que parecía atormentar a su hermanita. Las cosas entre ellas habian pasado tan rápido que ni siquiera él tuvo tiempo de procesar lo que ocurría. Cuando se dio cuenta Sara tenía un nuevo novio y Nicole estaba en la cárcel.
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No voy a empezar a discutir contigo sobre ella
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Sara, yo se lo mucho que la amaste y sigo sin entender porque crees que ella es la culpable del robo. Estuviste tres años con ella como para no conocerla de pies a cabeza
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La gente cambia
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Tienes razón, después de meterte con “Toñito” tú lo hiciste – Sin tener nada más que decirle, Sergio puso andar su silla de ruedas saliendo de la cocina dejando a su hermana completamente sola.