No te conocia capitulo 26
El amor nace de la necesidad y cuando ya no te necesitan se aburren y se van
Capítulo 26
Nicole iba demasiado deprisa en su moto. Camila calculo que eran unos cien kilómetros por hora y para ella era muy difícil seguirla, con la ojiazul zigzagueando entre los demás autos. Estaba asustada que pudiera chocar a esa velocidad. Ella no iba a poder soportar si algo le pasa a Nicole, ya era suficiente con el dolor que había tenido que soportar en su vida como para ver a su amor morir en un accidente por su culpa. Si algún Dios existía tenía que escucharla para que algo la hiciera detenerse sana y salva. Afortunadamente pareció que allá arriba, atendieron sus suplicas porque luego de casi cuarenta minutos de perseguirla, por fin se detuvo al frente de un Bar
Hace mucho tiempo que Nicole no pisaba ese lugar y no era para menos. El lugar les pertenecía a dos mujeres detestables. Roció Martí mejor conocida en el ambiente como Rose y Valeria Santana. Ambas modelos, mejores amigas, socias y unas ninfómanas pervertidas que tenía por pasatiempo fastidiar a los demás y ella ya había tenido el disgusto de comprobarlo principalmente con Roció, ya que gracias a ella casi termina una vez su relación con Sara.
Hubiese seguido derecho, pero algo muy dentro suyo le decía que si no se detenía se iba a terminar estampado de frente contra algún auto y esa era una horrible forma de morir.
- Hola, me das una botella de coñac por favor – Nicole ni siquiera se fijó en quien estaba atendiendo la barra, ya que su móvil sonó justo cuando se sentó frente a ella. Una vez más en su teléfono replicaba el número de Sara, ya tenía once llamadas perdidas suyas
- Nicole Fonzi que milagro tenerte por acá, no te veía desde que…
- Desde que esparciste el rumor de que yo había sido el peor polvo de tu vida. Aunque no recuerdo haberte dado tan siquiera un beso en la mía – Era la detestable Rose y aunque ella la odiaba de todas las formas posibles no podían negar que era hermosa. Una mujer también de estilo Andrógino con unos hermosos ojos verdes y labios carnudos pero lo que más destacaba eran sus tatuajes
- Tenía una pequeña esperanza de que no lo recordaras. Por favor acepta mis disculpas por esa tremenda estupidez de mi parte – Busco en el aparador la mejor botella de coñac - Pero es que tú eres tan hermosa y cuando me dijiste que no y me mandaste a volar pudo más mi dolido ego que mi madures. Además, lo había apostado con la estúpida de Valeria, aunque por lo que se, ella tuvo mejor suerte contigo que yo
- Así que todo fue una apuesta entre tú y Santana – Rose afirmo – Debí haberte roto la cara y también a ella cuando tuve la oportunidad, pero eso ya no importa. Aunque hay algo que no entiendo, a qué te refieres con mejor suerte – Nicole tomo de un solo trago la copa con coñac que Rose le sirvió. No noto cuanto la necesitaba hasta que recorrió su garganta
- No me digas que ya olvidaste la ardiente noche de pasión que pasaste junto a Valeria. Ella me mostro esos mensajes que se enviaron por WhatsApp y déjame decirte que fueron muy explícitos. Demasiadas posiciones para una sola vez ¿no te parece?
- Umm… Ya veo y dime ¿Qué perdiste?
- Casi nada mi BMW Z3 el amor de mi vida
- Así que Valeria Santa te hizo creer que ella si había podido acostarse conmigo y tú le diste tú auto. Pues déjame decirte que te estafaron Martí – Nicole no pudo aguantar la risa. Valeria Santana era un ser despreciable, pero aceptaba que esa malicia tenía su encanto
- ¿Que? ¡¿No te acostaste con ella?! – Nicole negó con la cabeza aun destornillada de la risa – Eso no puede ser, ella me mostro los mensajes de WhatsApp que compartieron después de esa noche, era tu número de teléfono y tu foto de perfil. Incluso me mostro una foto de ti durmiendo aparentemente desnuda en la cama
- Tengo una teoría sobre lo que paso – Tomo un nuevo trago de su botella - Yo si tuve un encuentro cercano con Santana durante un evento de marketing en un ascensor. Se me insinuó, pero no pasó nada. Casualmente ese día desapareció mi móvil y no lo note hasta el día siguiente porque había tomado unas cuantas copas de más. Así que lo fui a buscar a la recepción del hotel donde se llevó a cabo el evento y allí estaba. Supongo que esa astuta muchacha me lo robo sin darme cuenta y te hizo creer que me había acostado con ella mandado mensajes desde mi teléfono al suyo y viceversa, y la foto seguramente fue una que me tomo Sara con mi teléfono mientras dormía, porque según ella me veía muy tierna. Cuando Santana concluyo su jugada simplemente borro sus datos y devolvió el móvil
- Que idiota fui. Debí haberle pedido un video porno o por lo menos fotos junto a ti desnudas en la misma cama como prueba – Se miraron seriamente a los ojos y ambas empezaron a reír - Supongo que me lo merezco por cretina. Ya va a ver esa pelirroja lo que le voy a hacer cuando la vuelva a ver. A propósito que hace mucho tiempo que no se aparece por aquí – Ya se imaginaba Nicole porque o más bien con quien estaba llenando sus noches de sexo salvaje – ¿Y esa fue la razón por la que dejaste de venir? ¿porque dañe tu imagen de seductora irresistible?
- Lo que casi dañas fue mi relación con Sara. Cuando se enteró de tu patraña me echo de la casa y tuve que llorar sangre para que me creyera que no había pasado nada contigo y obvio prometerle que no iba a volver aquí
- Oye Nicole en verdad lo siento. Mira, como pago a tu indulgencia el trago va por cuenta de la casa. Es que cualquier otra persona me habría matado por mi completa estupidez, pero te juro que ya maduré bueno una persona me hizo madurar
- Pues es lo mínimo que puede hacer por haberme difamado, pero ¿enserio Martí? ¿Estas enamorada?
- Enamorada y casada mira – le mostro la hermosa argolla con incrustación de diamantes que tenía en su dedo anular – Es una preciosa psiquiatra y si no voy ahora mismo a buscar a Valeria para matarla es porque es su prima y ella me la presento
Hablaron un poco más de las anécdotas de Rose con Valeria antes de que se convirtiera en una estable mujer casada, hasta que el bar se llenó y Rose Tuvo que apoyar a sus camareros. Nicole estaba agradecida por esa agradable conversación que habian tenido. Rose la ayudo a despejar bastante su furia, e incluso la divirtió contándole historias graciosas de Valeria que la bajan un poco del pedestal, en que muchas mujeres y hombres la tenían.
Sara aún se encontraba en el cocesionario intentando por todos los medios localizar a Nicole. Fue tanto su desespero por saber dónde estaba y como se encontraba que incluso llamo a Fabian, pero afortunadamente su teléfono lo contesto su novia quien le informo que no sabían nada de ella. No tenía idea a quien más llamar cuando su móvil sonó.
- ¿Qué hace mi Sailor moon?
- Ahh… Valeria eres tú – Dijo en un tono taciturno
- Pues sí, soy yo, pero por tu tono parece que no te hace la más mínima gracia
Eso era lo que más odiaba Valeria de Sara, su bipolaridad. Unas veces era como un tierno gatito y al siguiente instante se volvía una pantera. Otras era pura algarabía y encanto y al siguiente la persona más depresiva del mundo. No entendía como se había enamorado locamente de esa mujer que todo el tiempo la sacaba de quicio
- No es eso Val. Me alegra que me llames, pero es que no sabes lo que paso hoy en la oficina
- No me digas, tu cucaracha andrógina ataco de nuevo
- ¡No sé cómo más decirte que no le digas así! – Esta vez Valeria si sintió el tono de verdadero enojo y nerviosismo de Sara, lo que le dio a entender que algo muy grave había pasado – Discúlpame, pero es que… Estoy muy preocupada
- Respira, calmante y dime que fue lo que paso
Sara le conto todo. Desde la discusión con su padre, hasta la cachetada que le propino a Nicole, aunque en la opinión de Valeria Nicole se merecía el golpe por haber insinuado que Sara era una zorra, aunque también entendía el enojo de la ojiazul. No debió ser nada fácil para ella ver como la rubia tenía doble rasero en cuanto a Antonio. Ese maldito imbécil, como deseaba haber estado hay para haberlo pateado junto a Nicole. Sin duda Sara debió llamar a la policía, pero también era cierto que hacerlo era demasiado riesgoso. Vaya en el enredo que se había metido sin querer, pero esta vez el amor que sentía por la rubia era mucho más grande que su egoísmo, así que una vez más iba ayudarla, aunque eso significara perderla.
- Y porque no utilizas ese programa espía. Recuerdas, el que me contaste que habías descargado para poder tener a Nicole controlada y saber todo el tiempo su ubicación desde tu móvil
- Cierto, lo había olvidado. Espera un momento – Sara dio inicio al programa de GPS hasta lograr su ubicación – Dios. A que no te imagina donde esta
- ¿Donde?
- En Montecristo
Nicole ya casi llevaba la mitad de la botella tratando de ahogar sus penas. Se preguntaba cómo pudo ser tan ingenua al haber considerado que volver al concesionario era una brillante idea. No, ella no tenía el nivel de maldad necesario para tratar con semejantes arpías. Intento hacer justicia por su cuenta y termino cayendo en todas las trampas que aquellas mujeres le pusieron en su camino.
- Realmente no es muy común ver a mujeres hermosas disfrutar de un buen coñac – Estaba tan sumergida en sus pensamientos y en su botella que no noto a la hermosa mujer que se había sentado a su lado. Morena, de ojos negros y con unos encantadores hoyuelos en sus mejillas, todo en ella transpiraba sensualidad
- Y lo siguiente que dirás es que es trago para viejitos, Ahórratelo porque ya lo sé – Estaba realmente echa un fastidio y lo sabia
- Bueno pues cualquiera que te haya dicho eso está en un error. El coñac es la ambrosia de cualquier catador por algo es uno de los licores más caros
- ¿Y tú te dedicas a vender coñac acaso?
- No, soy ingeniera civil y trabajo en una constructora, pero eso no me impide apreciar un buen licor - Nicole se quedó observando a la morena un poco apenada, ella solo intentaba hacer conversación y la ojiazul solo estaba desquitando sus frustraciones
- Lo lamento. Por lo general no suelo ser tan grosera pero hoy no ha sido un buen día. Siento que mi mundo está siendo succionando por una aspiradora gigante – Trato de reír para evitar llorar. Toda esa rabia contenida se transformó en tristeza. No pretendía ser tan dramática delante de una completa extraña, pero ya todo le daba igual
- No te preocupes, lo comprendo perfectamente. Yo ahora mismo no es que esté pasando por mi mejor momento. Es por eso por lo que vine, a tomar un trago, pero te vi y me sentí atraída por tu tristeza. Llámemelo empatía
- ¿Amor o dinero? Porque no te vez para nada enferma – La morena sonrió por ese pequeño alago
- Amor. Mi esposa me dejo cuando descubrió que me estaba acostando con mi pasante – (Genial otra infiel) pensó Nicole
- Hablas, como si en verdad te hubiera importado
- Claro que mi importo. fue un estúpido error que me está destrozando por dentro
- Perdóname, pero la infidelidad no es un error es una elección. Y si tu elegiste traicionar a tu esposa es porque ella ya no te podía ofrecer lo que querías o simplemente te aburriste – Esta hablado desde su propia experiencia
- Tal vez tienes razón, pero es que el sexo es como una droga que te lleva a un mundo de ensueño en donde nada más importa. Al principio estaba como en un jardín de rosas, con una hermosa amante obedeciendo hasta el último de mis deseos y después todo se volvió un infierno, cuando desperté y me di cuenta de que había perdido lo único que ha tenido sentido en mi vida
Sexo, otra vez el maldito sexo. Seguramente era eso. Ni Sara ni Camila se habian enamorado intensamente de ella, porque no tenía el instrumental apropiado para retenerlas, pero hacerse una operación de reasignación de sexo no era una opción, prefería quedarse sola hasta la muerte, antes de perder el don dado solo a las mujeres de tener orgasmos múltiples.
- Y cuéntame ¿tus problemas son por una mujer o por un hombre? – pregunto la morena
- Por dos mujeres y un hombre
- Guau… y yo que creí que tenía una vida movida, pero la tuya sí que lo supera todo. Un poliamor de esa magnitud debe ser más trágico que una telenovela
- jajaja… Poliamor, no, yo no tengo un Poliamor con nadie. Es mucho más complicado que eso – Tomo otra copa de coñac - En fin. Todo empezó cuando…
Nicole ya estaba lo suficientemente alcoholizada como para contarle su vida íntima a cualquier extraño con el único deseo de desahogarse. Y eso fue lo que hizo con la linda mujer que se había sentado a su lado.
- Yo no sé qué decirte. Es increíble todo lo que me has contando, pero lo que más me sorprende es tu capacidad de perdonar. Si mi esposa tan solo tuviera un poco de esa indulgencia, te juro que nunca más le haría daño. Definitivamente Dios le da pan al que no tiene dientes. Esas mujeres deben estar locas para preferirlo a él
- Pues así es, y a mí solo me queda seguir adelante. Todo por no haber tomado los concejos que me dieron – Quedo en silencio escuchando los primeros acordes de una canción que le encantaba Don't speak de no doubt, la letra era perfecta para su estado de ánimo – ¿Te gustaría bailar?
Su acompañante acepto gustosa, mientras que Nicole solo deseaba poder olvidar todo en una noche de copas y mejor si era con esa hermosa chica. Así que la tomo de la cintura acompasando sus movimientos con los de ella siguiendo el ritmo de la canción, hasta que esta cambio a otra más sensual Havana de Camila Cabello. Lo que hizo que la hermosa morena entrara en una especie de trance, demostrándole a Nicole como bailar hasta hacer explotar las hormonas de cualquiera. Nicole hipnotizada por ese sensual baile, fundió sus labios con los de su pareja en un apasionado beso, hasta que fueron interrumpidas por alguien que jalo de su camisa con todas sus fuerzas “No de nuevo” Pensó Nicole
- No me vas a presentar a tu amiga MI AMOR – Dijo una ofuscada y muy celosa mujer
- Me imagino que tú debes ser Camila. Un placer conocerte he oído mucho sobre ti – Dijo la aun anónima morena, ofreciendo su mano como saludo, la cual Camila rechazo
- Si lo es y no entiendo que hace aquí – Respondió Nicole en un tono completamente indiferente, haciéndole entender a Camila que lo último que deseaba en ese momento era verla
En verdad que la pelinegra no quería molestarla. Solo quería cerciorarse que Nicole estuviera bien en ese sitio, al que incluso tuvo que considerar varias veces antes de entrar, no por la ojiazul, sino por gente de su pasado que no deseaba encontrarse nuevamente en la vida. Se sentó en una mesa cercana a la barra para seguir de cerca todos los movimientos de la ojiazul. Pretendía ser solo una compañía ausente hasta que esta llegara sana y salva a su casa, pero cuando la vio bailar y besarse con esa mujer, todos sus sentidos posesivos se activaron. Fue imposible para ella no apartar a su Nicole de esa descarada chica con sus bailes sensuales. Como se atrevía a tomar lo que le pertenecía solo a ella.
- Te dije en la oficina que necesitaba hablar contigo por eso te seguí – Camila intento imponer su presencia frente a la mujer que bailaba con Nicole aprovechando que era más alta que ella – Sino te molesta nos podrías dejar a solas – A la mujer esas palabras le sonaron más como a un “lárgate de aquí ahora, o lo lamentaras el resto de tu vida”
- Claro – La hermosa morena se volvió acerca a Nicole sin importarle la imponente presencia de Camila - fue un placer conocerte, por cierto, mi nombre es Adriana y este mi número – Le dio su tarjeta de presentación – Llámame cuando quieras. Ahora que ambas estamos solas espero volverte a ver. Le dio un último beso en sus labios y se fue de ahí con una maliciosa sonrisa
- Es tan hermosa y que bien besa – Dijo Nicole al aire, dando media vuelta para devolverse a su lugar en la barra, sin prestarle ninguna atención a Camila. Lo que hizo a esta enojar a un más “Como se atrevían esas dos a tratarla como si no existiera”
- ¿Es que no piensas hablarme nunca más? – Dijo sentándose al lado
- ¿Porque no me dices a que juegas Camila?
- ¿Y quién te dijo a ti que estaba jugando? – Le sorprendió un poco que la ojiazul le preguntara lo mismo que Sara
- ¿Sabes una cosa? – Tomo otro trago de coñac - No puedes decirle a la gente que lo mejor es que se vaya y luego culparlos por irse. Hace unas semanas actúas como si no existiera, te enojas cuando intento hablarte como sino soportaras tenerme cerca, cuando te pido una explicación me dices que sientes que todo está pasando muy rápido y que necesitas espacio…
- Claro y como tú fuiste tan tierna conmigo para pedirme explicaciones
- Está bien, no te lo dije en los mejores términos, pero da igual. Tu querías que te dejara en paz y eso hice. Buscar sacarte de mi cabeza con alguien más, pero me sigues y me haces un show ¿Qué es lo que te molesta tanto? ¿que mi mundo no gire alrededor tuyo? ¿Qué no me quede en una esquina llorando porque no me quieres? Eso no va a pasar, ya lo hice una vez por alguien y al final resulto empujándome a un hueco sin ningún motivo
- ¿Estás Diciendo que yo soy igual a Sara? - A Camila nunca le gustaron las comparaciones y más si eran con esa rubia tonta. Ella estaba a pasos de llegar a su límite y Nicole insistía en seguir empujándola
- No lo sé. No sé si eres igual o peor, solo sé que como ella no lo vales – Plash… Camila no pudo soportar más y termino abofeteándola justos en el mismo labio que ya tenía roto. Pero ya era suficiente, Nicole la había ofendido todo el día y por mucho que la amara ella no tenía derecho a humillarla de esa forma
- Bueno Camila en eso sí que te pareces a ella – Dijo limpiándose la sangre que empezó a brotar por su labio con una servilleta. Sin duda la morena tenía más fuerza que Sara
- Te lo mereces. Tu no me conoces, no sabes nada de mí y no voy a permitirte que me compares con una niña mimada que no sabe nada de la vida porque todo se lo dieron en bandeja de plata, al igual que a ti. Creen que la fortuna de sus papis les da derecho a pisotear a todos ¡Pues puedes irte al infierno! – Nicole nunca había visto a Camila tan enojada, era la primera vez que la veía fuera de control,
- Ok, me voy. En este momento prefiero estar en el infierno que contigo. Salúdame a Toñito espero que al no lo trates tan mal
Nicole tomo la última copa de coñac y salió del lugar. Fue a buscar su moto, pero las lágrimas que empezaron a emerger empañaron su visión, así que se acomodó contra una pared mientras trataban sin éxito de tranquilizarse. Todo ese día había sido un tremendo desastre, de hecho, toda su vida junto a Sara lo había sido, pero ella obstinadamente intentaba una vez más, creyendo que todas las personas tenían algo bueno. Pero nunca más, ella podía olvidar lo que dijeron, incluso podía olvidar lo que le hicieron, pero jamás iba a olvidar lo que sintió por su culpa y ambas iban a pagar por ello
- No te ves nada bien Fonzi – (Como si él día no hubiese sido de lo peor tenía que llegar esta ninfómana a completarlo) pensó Nicole
- Y a ti que te importa Santana ¿porque no te metes en tus asuntos? – Dijo mientras trataba de erguirse, pero le resulto un arduo trabajo, al parecer había bebido mucho más de lo que creyó
- Oye, que estas al frente de mi bar y es mi obligación atender a la clientela, aunque seas tu
Valeria había decidido ir a último momento al Bar, a pesar de que su sentido común le decía que lo mejor era que Sara y Nicole arreglaran sus problemas y que todas siguieran adelante en su camino, pero su corazón se negaba hacerlo. Así que pretendía entrar por la puerta trasera y dañarles el momento cuando fuera necesario. Por supuesto nunca imagino encontrarse a Nicole recostada contra una pared, completamente borracha y envuelta en llanto
- Ya cállate. Déjame en paz y entra a tu estúpido bar, no necesito nada de ti – El alcohol estaba haciendo estragos en Nicole tanto que en vez de dar un paso hacia delante termino cayendo en los brazos de Valeria
- Si, claro. Se que no necesitas nada de mí, pero voy a hacer el sacrificio de llevarte a casa. No es porque lo necesites, solo es porque no quiero que termines matado a alguien en esa moto tuya
- Yo estoy bien… Mira – Se deshizo de su abrazo e intento ponerse en pie, pero termino trastabillando hacia atrás, para su fortuna Valeria la volvió agarrar – Tal vez si necesito que me lleven… Pero a mi casa, yo no quiero ir a tu cama. Rose ya me conto lo que me hiciste, bacante de porquería
- Si yo no te he tocado – Valeria se rio. Por fin su treta se había descubierto y ya se imaginaba a Rose furiosa exigiéndole que le devolviera el BM, pero igual no lo iba hacer, adoraba ese auto, así que iba a tener que negociarlo
- Pero le hiciste creer a todos que si… ¿Porque todo el mundo tiene que ser tan mierda conmigo si yo no les hecho nada?
Ver a Nicole llorar no fue nada agradable para Valeria. Aunque sabía que esas palabras no iban precisamente dirigidas a ella, Nicole tenía razón. El mundo era injusto y parecía que toda esa injusticia siempre se ensañaba con las personas más nobles, pero para ella era igual de duro cometerlas porque de uno u otra forma siempre perseguían al causante por el resto de su vida y Valeria los había experimentado en carne propia
- Tienes razón y lo lamento, pero es que mira ese auto ¿No es una belleza? – Señalo el BMW azul petróleo que conducía
- Eres tan, pero tan cretina. Quítate de aquí, me iré sola – La empujo e intento ir hacia su moto, pero Valeria la volvió agarrar
- Sabes que no puedes irte conduciendo en este estado a tu casa, así que déjame llevarte. Mas tarde enviare a alguien a que te regrese tu moto y cualquier otro día, cuando estés sobria, me podrás matar si te apetece – No dijeron nada más. Nicole se dejó guiar obedientemente hacia el carro de Valeria y partieron de allí
Camila quedo completamente impotente ante toda esa situación. Su corazón le decía que no la dejara ir, que eso la iba a terminar de destruir, pero su cerebro insistía que eso era lo mejor, si no la que iba a terminar destruida era Nicole, porque ella no merecía cargar con el peso de su alma rota. Camila no podía darle lo que merecía, porque simplemente no podía olvidar y entre más lo había intentado más fijamente se había gravado en su memoria. Definitivamente no iba a seguirla porque no quería llevarla consigo a ese espiral de autodestrucción, así que decidió quedarse allí y obtener un poco de olvido fugaz
- Dame una botella de vodka – Ordeno. No estaba de ánimo ni siquiera para mostrar buenos modales
- Con gusto Absolut o … Por Dios Camila, eres tú. Llevaba muchos años sin verte – Dijo una sonriente Roció
- Solo viene por un trago Roció. Dame la maldita botella sino es mucho pedir
- Ummm… Que geniecito. Aquí tienes va por cuenta de la casa
- Gracias, pero no quiero deberte nada a ti y mucho menos a ella – Puso dos billetes sobre la barra - Otra cosa. No te atrevas a decirle que estoy aquí, porque aún tengo aquellas fotos tuyas con todo ese polvo blanco y me imagino que querrás conservar tus contratos publicitarios
- Pues para que lo sepas ya no consumo drogas y no me tienes que amenazar, porque igual no pensaba decirle nada. Aunque no lo creas siempre lamente mucho todo lo que paso
- Claro, como fuiste tú la que la iniciaste en ese sofisticado mundo ¿Que paso Rose? ¿tú también casi matas a alguien en ese estado?
- Ya te dije que…
- No me importa lo tengas que decir, eso no va a cambiar las cosas. Dame una copa
Rose se la dio, deseando que Camila se marchara de una vez. Sus palabras solo la devolvían al peor momento de su vida del que no estaba nada orgullosa. Todo lo que ocurrió entre Camila y su querida amiga, fue tan doloroso incluso para ella, que ambas sintieron que habian tocado fondo y tenían que cambiar, de lo contrario iban a terminar muy mal.
Sara llego al parecer demasiado tarde al bar de Valeria. Por más que busco por todos lados a Nicole no había ningún rastro del ella en el lugar, pero se sorprendió al ver a Camila sola en una mesa consumiendo una botella de vodka. Seguro que Nicole la había mandado a volar y por eso se veía tan sola y deprimida, fue entonces que su lado perverso la impulso hacia su mesa con toda la intención de hundir más el dedo en la llaga si la morena le llegaba a dar la oportunidad
- ¿Hola Camila que haces tan solita?
- No estoy sola, tengo mi botella – Levanto su botella de absolut, mientras observaba a Sara con el entrecejo fruncido. No recordaba que la voz de esa tonta rubia fuera tan irritante – Y tu ¿qué haces aquí? ¿vienes amenazarme con otro cuchillito?
- No, de echo venía a buscar a Nicole, pero ya que estoy aquí, quisiera darte las gracias por haberme sacado a ese parasito de Antonio de encima. Me abriste las puertas de par en par para volver con Nicole. No sabes cómo te lo agradezco ¿Te puedo acompañar? – Camila asintió, sabiendo que las intenciones de Sara no eran buenas, pero si la mataba en ese mismo instante la agradecida iba a ser ella
- Te ofrecería vodka, pero no creo que te guste, seguro eres más de cocteles con cerecitas – Sara estaba impresionada de ver a Camila en ese estado de derrota. Le producía casi lastima ver a una mujer tan imponente y hermosa así, casi.
- No me conoces y parece que yo tampoco te conocía a ti – Sara tomo la botella y se sirvió ella misma en la única copa que había sobre la mesa. Pero tal como lo suponía Camila, Sara no era de licores fuertes así que su cara de desagrado hizo sonreír a la morena - ¿Y qué haces aquí sola, pensé que estabas con Nicole?
- Porque no vas al grano y me dices que es lo quieres saber, en vez de hacer esta ridícula pantomima de conversación casual – Dijo Camila mientras pedía a uno de los meseros que trajera otra copa
- Que pesar me das. Por esa actitud, parece que la cosas con Nicole no salieron como esperabas ¿No la pudiste converse de que eres una mujercita pura y virginal, como pretendías? – Dijo mientras serbia un nuevo trago para cada una
- Ella sabe que no lo soy. Se lo he demostrado miles de veces y en cientos de posiciones – Camila volvió a reír por la mueca de disgusto de Sara – Pero si lo que quieres saber son detalles. Con gusto te cuento todo
- Adelante, no tengo ningún afán. Si me quieres seguir dando la ventaja yo te seguiré estando muy agradecida
Camila le conto todos los detalles de su relación con Nicole, desde los momentos más eróticos, hasta los momentos más tiernos. Curiosamente por primera vez en su vida no tuvo que mentir. Lo que había comenzado como una completa farsa se había convertido en la verdad más maravillosa y estaba completamente orgullosa de todos sus sentimientos por esa increíble mujer. Tan grande era todo lo que sentía por ella, que termino hablándole a Sara por horas de su ex.
- Porque me cuentas todo esto maldita idiota ¿quién te dijo a ti que lo quería saber?
Dijo una borracha y muy molesta rubia. Estaba consternada por la euforia y el amor con que Camila le había hablado sobre su Nicole. Sino estaba profundamente enamorada, era una excelente actriz, porque aun estando tan borracha como ella, parecía totalmente franca y sus ojos denotaban ilusión cada vez que mencionaba su nombre.
- Pobre Sara, tan voluble como siempre. Sino es de tu completo agrado no lo puedes soportar y quieres escapar a como dé lugar – Sara se acercó más a Camila para verla fijamente a los ojos
- ¿Estás diciendo que quiero escapar de ti, porque te tengo miedo? – Fue una pésima idea acercarse tanto al rostro de Camila estando tan borracha. Era tan hermosa, que sus hormonas ahora descontroladas quedaron en un trance hipnótico por sus provocativos labios
- Si eso es lo que digo. Eres una cobarde patética y por eso perdiste a Nicole
Sara sujeto fuertemente del mentón a Camila y la beso apasionadamente. Era eso o golpearla, pero ella no quería más dolor y sus hormonas estaban a punto de explotar. Increíblemente cuando estaba esperando que la morena la empujara y la abofeteara, esta intensifico más el beso. Cualquiera que fuera el hechizo del que era víctima también estaba afectando a Camila
A que no se lo esperaban o tal vez sí. Tal vez el final no es con las parejas que estaban pensando. Juajaja…
Mil gracias a todos por leer. Y espero que hayas pasado un feliz cumpleaños. Como ya sabes desde aquí brindo porque todos tus deseos se cumplan, así como los de todos mis lectores que cumplieron, o están próximos, o a mediados, o al final…
Nos leemos en el próximo capitulo