No te cases amigo, pues follarás menos

Y ahí vez como mi esposa se coloca de rodilla sobre el suelo, colocándose en posición de perrito, mientras voy por detrás y se la introduzco. Comenzando a moverme con rapidez, penetraciones fuertes y profundas, mientras la tengo sujeta por las caderas, ¡no dejando ella de gemir y sollozar… uuummm!!.

No te cases amigo, pues follarás menos

El pasado fin de semana, coincidió con el aniversario de nuestra boda, no son bodas de bronce, ni de plata y mucho menos de oro, simplemente tiempo en el cual nos hemos estado aguantando, bueno si es nuestro aniversario de ‘bodas de hierro’.

Y el recuerdo vino a raíz de la conversación con unos amigos, uno de ellos que nos ha dado la noticia que se iba a casar, y aunque el resto hemos intentado quitarle las ganas. Donde en especial yo, donde no he dejado de decirle que una vez te cases dejaras de follar, pareciendo el apareamiento como algo forzoso y no como algo pasional. Amigo que lo veis y para nada lo vez un adonis, pero que folla más que tú, que yo y que todos juntos, es un triunfador en la cama. Un tío con cara de tonto, delgado, vago, nada deportista, juerguista y fumador, aunque esto último es lo de menos, pero quizás por estas características tiene más relaciones sexuales (o quizás sea porque aún es soltero, cambiando ese rol en el momento en que pasa por el altar, acabando seguramente con ese estatus de follador).

Y echas una vista hacia atrás, y piensas en como conocí a mi mujer por entonces, chica que incluso antes de casarse, ya sabía que lo mío no era los compromisos, ya sea por motivo de vivir la vida o porque me había cansado de que me dieran calabazas. Pero lo que, si sabía por oídas de que lo mío no es cantidad sino más bien calidad, no diciendo esto por decir, ni soy persona que se echa flores. Pero como ella misma sabe, son otros los que alargan mis aventuras (curriculum/experiencias), ya sea desde su propia hermana. Querida hermanita que en su día le previno de mí, haciéndole saber que soy un libertinaje, una persona que va de flor en flor, no ‘casándose’ con nadie. Y como dice ella...

  • “Eso fue lo que me atrajo de ti”.

Pues cuando nos conocimos, esta comenzó a contarme entre otras cosas… ‘que había salido de una relación de cinco o seis años de noviazgo, no teniendo ganas de comenzar una nueva, sino más bien… vivir la vida”.

Dijo y me conto cosas de su anterior exnovio, como que ese chico por muy extraño que lo parezca, no llego a desvirgarla, raro digo porque ella misma me conto...

  • “Pues Antonio tenía un buen pollón, no pasando de masturbándonos el uno al otro, donde como mucho se la chupaba, pero él a mí, solo me comía los pechos y poco más, no gustándole para nada la práctica del sexo oral”.

Donde pensativa calla, prosiguiendo después...

  • “Aunque algo que no me gustaba de él, es que una vez se corría se le acababa las ganas, teniendo que acabar yo solita en más de una ocasión”.

Confidencias que poco a poco nos fue uniendo, pues yo le fui mencionando algunas mías, continuando ella a relatarme eso y otras cosas. Pero como os he mencionado, cuando ella me conoció, yo estaba en esos momentos saliendo con dos chicas a las cuales me beneficiaba al mismo tiempo, extraño... verdad, pero cierto. Una de ellas un pibón de cabellos y ojos marrones (y encima bisexual), una de esas que piensas que no crees que se fije en una persona como yo (pero del dicho al hecho...). Chica que, a pesar de tener novio formal, tipo… ‘hasta que la muerte nos separe’, también es de esas que le soltaba... ‘me duele la cabeza’ o ‘tengo que estudiar’. Para que esté la dejara en su casa, llamándome a los cinco minutos y pedirme que la recoja. Chica ardiente que me ponía a rabiar, o como aquella vez que me llamo al trabajo, soltándome...

  • “Hoy ando muy caliente y eso que con esté ha caído un mañanero, pero sabes bien que con mi chico... son de esos de poco moverse, siendo yo finalmente quien debe de cabalgar, ¡y… uuummm!!”.

Acabando…

  • “Y tú sabes bien lo que necesito, ¡sabes que necesito más... uuuffff!!”.

Dice mientras no deja de mandarme fotitos suyas, ¡fotos explicitas y sugerentes... uuummm!!’, acabando por soltarme después...

  • “José… Armando me deja en casa después de la catequesis, que te parece si me recoges en media hora después, ya sabes donde siempre”.

Dice, y termina…

  • “Pero cielo, recuerda que tienes que comprar preservativos, no podemos hacerlo siempre a pelo, no vaya a pasar algo y tenga que adelantar mi boda con mi novio”.

Y esa noche como cualquier otra, acabamos donde nos venga en gana, como en un parque público donde las noches son oscuras y los bancos fríos. Golfa que viene preparada para gozar, pues viene sin ropa interior, zorra que tras dejarse comer y llegar hasta por venirse una o dos veces mediante ‘comidita de coño’. Le toca follar, dejándome penetrarla ya sea por detrás contra un árbol, ¡como tumbados sobre ese incómodo y frio banco… uuummm!!. Acabando en más de una vez por venirme en su boca, no poniendo pegas a comerle luego la boca, ¡aunque le sepa a mi ‘lefa’… uuuffff!!.

Y dejando aparte a esta insaciable, os contare esa otra relación que como la anterior, también tiene novio, pero esté es mas de conveniencia, pues ella es ‘testigo de Jehová’, chica pura que me atrae por ese motivo. Dulce, rubia y con ojos azules que se siente atraída por mi persona, pues como suele decir…

  • “Me gustas porque eres un chico malo, y me siento atraída por tus perversiones”.

A la cual, penetración no hubo penetración, pero sí que su virginal cuerpo ha sido mancillado como así me hizo saber, ya que no dejaba de recordarme los credos de su religión hacia los pecados de la carne. Y mientras disfrutaba de una e intentaba seducir a otra, no me importaba que otras cayeran, pero siempre tentándome por aquellas que están comprometidas, sobre todo.

Y mi novia… ahora mi mujer, no dejaba de decirme que yo era uno de esos que, estaba dentro del promedio del tipo de hombres que triunfan en el sexo. Personas corrientes que pasa desapercibido para algunas mujeres, pero para otras descubren a arrollador de la cama, chicos para nada llamativos, ya sea por delgadez, falta de musculación, aunque eso sí… ciertamente atractivo. Características que me contaba entre otras que, según ella… ‘dicen que poseen más relaciones sexuales’. Y que, en ese tiempo, ella era una de esas que intente tantear por no decir morder, pero que cuando le daba por ceder… yo no estaba por la labor, no poniéndonos de acuerdo.

Y como yo solía decirles a mis amigos… “Yo no tengo secretos, no me considero bueno en la cama, disfruto satisfaciéndolas, y simplemente me centro en hacer gozar a la otra persona, centrándome menos en mi propio placer”.

Callas y prosigo…

  • “Me esfuerzo en aprender de sus señales, estoy atento a cómo actúan ante una caricia, escucho atentamente sus gemidos y suspiros. Como se estremece o como tiembla ante una caricia, o simplemente un beso”.

Soltándome algunos… ‘eso es imposible’, pero finalizo por explicarles un matiz de mí, diciéndoles…

  • “Soy de esos que debo de estar siempre dispuesto a dar más de lo que recibo, incluso te digo más, no me quedo a gusto si noto o percibo que ella no ha disfrutado del todo, siendo mi obligación es esmerarme y hacer que ella salga plenamente satisfecha”.

Y me dio por contarle a mi amigo… ese futuro ‘marido’, como le va a ir su vida sexual, comenzando a decirle algo no tan nuevo para él, como que follas tanto porque ella está deseando tanto como tú. Pero cuando te cases, eso ira en descendiendo, pues todo comienza con el inicio de las facturas. Amigo que me llama exagerado, pero que otros lo colaboran, no dejando de recomendarle que haga ahora todo lo posible para ampliar su vida sexual, lugares, posiciones, etc., pues luego se vuelven estrechas y les parecerá todo inmoral.

Y ante su cara de incredulidad, me dio por contarle lo que hice ese mismo día que me case, día que tras la ceremonia y el irse a hacernos las fotos, toco el convite. Le narre lo salido que estaba sobre todo por llegar esa ansiada noche de boda, que lo realmente cierto que es como otra cualquier, pero que tiene su morbo por lo que es. Comencé a narrarle que, durante el convite, no dejaba de mirar a la que ahora es mi mujer, pues estaba esplendida sobre todo con ese vestido blanco, cuyo escote babeaba.

Que en un momento dado mi mujer desapareció, dándome por buscarla por toda la hacienda, y darme por entrar en unos aseos que había en el interior de ese lugar, aseo que abrí la puerta y la vi dentro. Lanzándome a besarla y ser correspondido, mientras mi mujer no dejaba de decirme las ganas que tenia de cogerme esta noche, ¡previniéndome en no beber demasiado pues tenía que cumplir con creces… uuummm!!.

Y aunque le decía que estaba que me subía por las paredes, no sabiendo si aguantaría pues ignoramos la hora que finalizaría, no dejando de besar sus labios y su cuello. Mientras ella no deja de sermonearme, cogiéndose sus pechos y apretándoselos al tiempo que me decía…

  • “No te imaginas como están de duros, ¡y no mencionar lo sensibles que están mis pezones… uuuffff!!”.

Dice y vuelvo a besarla, continuando por descender mis labios hasta su cuello, besar y lamer con suavidad, dándole a mí mujer para aprovechar por quitarme la corbata y continuar por la chaqueta.  Deslizándose por mis brazos y ser yo quien la deja a un lado, no dejando mi mujer de relatarme lo que me espera esta noche, no dejando de contarme el cómo y dónde comenzaría. Y entre narración y narración le beso, saboreo esos labios carnosos, ¡muerdo con suavidad… uuummm!!.

Dándome por comerle el cuello sabiendo de sobra que es su punto débil al mismo tiempo que mis manos, tengo una en cada uno de sus pechos, acariciándole con cuidado y pellizcando sus pezones. Dándole a mi mujer por aprovechar e ir desabotonando los botones de mi camisa, mientras mis manos abandonan sus senos y desciende hasta sus nalgas, ¡acariciándolas y magreándolas… uuummm!!.

Ella acaba por deslizar la camisa como anteriormente hizo con la chaqueta, acabando por quitármela y echarla sobre la otra prenda, mientras me da por tirar de su vestido hacia arriba, advirtiéndome ella de lo frágil que es. Y ante sus quejas… lo suelto, dedicándose ahora ella a quitarme el cinturón, mientras vuelvo a besar sus labios y cuello. Y en esos momentos sentir su mano deslizarla sobre mi miembro, mano cuyos dedos agarra con fuerza y me suelta…

  • “Esto está así por mi causa… verdad, ¡o es que otra por ahí se ha restregado… eeehhh!!”.

Y obviamente ante tal apretón, confieso que ella es la culpable de mi erección, cosa que es la verdad. Dándole ahora por desabotonar el botón de mi pantalón y bajar la cremallera, y darle por masturbarme sobre mi prenda, ¡mientras le subo el vestido dándome igual todo lo frágil y delicado que es… uuuffff!!.

E introduzco mi mano por entre sus piernas, sintiendo la suavidad de sus muslos, pues puedo apreciar las medias de ligas que lleva y con agilidad, comienzo a soltar las ligas de su corpiño que sujetan las medias. Finalizando por deslizar las yemas de mis dedos sobre sus braguitas de seda, percibiendo lo húmedas que están, dedos que introduzco por un lado y continúo frotando sobre su vulva y labios vaginales, ¡soltando mi mujer algún que otro suspiro… ooohhh!!.

Y ahora es ella la que sujeta mi mano a modo de no apartarla, dándome por tirar de sus braguitas hacia abajo con mi otra mano, ¡mientras le miro y en sus ojos percibo deseo… uuummm!!.

Y es cuando mi mujer tira de mis prendas hacia abajo, quedándose a medio muslo y saltar mi verga sola fuera, ¡tomándola esta y sonriente comienza a masturbarme… uuummm!!. Siendo ella misma quien restriega mi glande por su vulva y orificio, apartándome al tiempo que, sin llegar a soltarla, ¡veo cómo se arrodilla y se la lleva a la boca… ooohhh!!. Comenzando la muy puta a chupármela como otras tantas veces, pero que ahora se le ve distinta, no me preguntéis el porqué, ¡pero que esa fue mi sensación… uuummm!!. Y soltarme…

  • “No me digas que te has tomado viagra esta noche, ¡pues está más gruesa que de costumbre… eeehhh!!”.

Pregunta y le hago saber que no, viendo como esta lame mi glande, como sin soltarla se traga el capullo por completo, ¡como continúa deslizando su lengua babeante desde la misma base hasta el glande y tragárselo de un solo bocado… uuuffff!!. Y no deja de mirarme con esa cara de niña buena, cara de zorra mientras me la chupa muy lentamente, disfrutando de ese momento mientras me habla, ¡contándome cosas que sabe que me pone aún más caliente… ooohhh!!. Llevándose cerca de seis o siete minutos eternos, tiempo que le suplico que se detenga pues puedo correrme, cosa que ella sonríe y sacándose mi polla de su caliente boca. Suelta…

  • “Entonces que, busco a mi amiga Ana para que me dé… un viagra que utiliza su marido”.

Marido de Ana que en esos momentos salta, pues es uno de los amigos que está escuchando mi experiencia, acabando este por decirme…

  • “Eso es mentira, y si lo ha contado mi mujer… que sepa que miente, yo cumplo como otro cualquiera, además sabes bien que tengo incluso más polla que tú”.

Suelta defendiéndose, y me anima a seguir narrando mi experiencia, cosa que hago mientras sonrió burlonamente. Y en esos momentos hago que mi mujer se levante, ayudándole a sentarse sobre la encimera de los lavabos, separando sus piernas y acercando mi boca a ese coñito casi rasurado, ¡pues sea dejado un pequeño montoncito de vellos con forma de corazón… uuuffff!!.

Dándome por saborear su empapado coñito, disfrutando de eso que tanto me gusta hacer, no siendo ese arte del oral a ella, lamiendo su vulva, clítoris y labios vaginales, siendo tan malvado como lo ha sido ella. Continuando mientras la escucho suplicar, acabando por sujetar mi sien con fuerza ante el supuesto orgasmo, y ante sus espasmos, me levanto con rapidez y le hago girar. Tomo mi miembro y se lo introduzco desde atrás, comenzando a embestirla con fuerza y rapidez… ooohhh!!. Mientras masajeo sus nalgas y ella gime, suspira y jadea, pidiéndome que no me detenga, acabando ella misma por inclinarse y pedirme que la saque y que se la vuelva a introducir, cosa que hago entre otras cosas, como tomar y subirle una de sus piernas… uuummm.

Volviéndosela a sacar y ella tomar mi muñeca y mirar la hora del reloj, llegándole a sugerir continuar esta noche cuando lleguemos a casa. Pero mientras ella sonríe y se arrodilla, tomando de nuevo mi miembro y volver a llevárselo a la boca, ¡y comenzar a chupármelo… uuuffff!! (dándome a entender que no es su propósito). Y pedirme…

  • “Ayúdame a quitarme el vestido”.

Cosa que hago con gran placer, quitándoselo con cuidado y siguiendo las indicaciones de ella, acabando por colocarlo sujeto a las llaves de paso que hay sobre la puerta. Y hay esta ella con una vestimenta de lo más sexy, corpiño blanco con ligas y medias de ligas, una visión de reyes. Pero tras apartar la vista, me da por atacar esos senos tan espectaculares, cuyos pezones están duros y erectos, masajeo y los magreo con saciedad, ¡deseando en verdad de morderlos… ooohhh!!. Y volverla a colocar donde minutos antes disfrutaba de su coñito, pero en esta ocasión me da por introducírsela, comenzando a penetrarla con fuerza, ¡gimiendo de nuevo y suspirando… uuuffff!!.

Siendo ella la que me pide que me tumbe en el suelo y colocarse ella encima, pues desea un rato cabalgar sobre mi polla, mientras me mira a los ojos, ¡y disfruta de mi cara de satisfacción… uuummm!!. Pero ambos disfrutamos de las vistas, pues me encanta ver como sus pechos se contonean al compás de su cuerpo, ¡sintiendo sus labios enfundarse mi miembro… aaahhh!!. No dejando de moverse al compás que mis manos se apoderan de sus nalgas, llegando incluso a dedear su orificio anal, cosa que me permite a veces y cuando sobre todo está muy excitada, ¡momento como ese… ooohhh!!.

Y volver a ser ella quien cambia de postura, pues como lo hacemos en la cama, no hay nada más que la satisfaga que cabalgar dándome la espalda, ¡o al menos así me lo hace saber… uuummm!!. Visión que disfruto al ver como mi verga entra y sale desde atrás de ella, y mientras se mueve, no puede evitar hacerse un dedo, escuchando como mi esposa se vuelve a venir, ¡como se estremece y vuelve a obtener otro orgasmo… uuuffff!!. Pidiéndome para esos momentos que me corra de una puta vez, sabiendo ella perfectamente cual postura debe de ponerse, no siendo necesaria pero que me falta en verdad.

Y ahí vez como mi esposa se coloca de rodilla sobre el suelo, colocándose a cuatro en posición de perrito, ¡mientras voy yo detrás y se la introduzco… uuummm!!. Comenzando a moverme con rapidez al tiempo que la sujeto de las caderas, penetraciones fuertes y profundas, mientras ella no deja de gemir y sollozar. Viendo su cuerpo brillar por el sudor de su cuerpo, y notar como me estremezco, prueba que en minutos me voy a venir, ¡descargando en su totalidad dentro de ella… ooohhh!!.

Y explicarle que, tras la finalización, mi mujer se la saco con cuidado, mientras mi capullo aun gotea semen, comenzando ella a limpiarse con mi ayuda. Vistiéndome y esperando a ayudarla con el vestido, despidiéndonos con un piquito en la boca, pues nos uniríamos a los invitados que estarían preocupados al no vernos. Y asegurarme que esta noche me la iba a devolver, cosa que no fue así, pues tras entrarla en brazos como es la tradición. Mi mujer se fue despojando de sus prendas hasta que llego al dormitorio, encontrándomela desnuda y en los brazos de Morfeo, mientras casi en susurros se disculpaba. Digamos que era un presagio de lo que me esperaba a partir de ese momento, aunque el despertar comenzó con un mañanero, y después del desayuno continuar para perder ese café y esas tostadas, volviendo a descansar y continuar follando durante el día.

Y tras finalizar mi narración, percibo que mis amigos están ciertamente excitados, llegándome a preguntar aquel que desea pasar por la vicaría. Diciéndome…

  • “Y eso que significa, que antes follabas mucho y ahora ya no, no todas son iguales, quizás haya encontrado a otro que le da más caña, o quizás haya sido el confinamiento”.

Dice, y me suelta…

  • “No te ha dado por preguntarle los motivos”.

Y me dio por responderle… “Pues sí que lo hice, me dio por preguntarle... ‘Si soy tan bueno en la cama como dices... ¿porque motivo buscas a otro?’, y mi esposa me respondió… ‘pues quizás como tú, busco nuevos alicientes, además quiero a alguien que sea menos pasional’. Haciéndole ver a mi amigo que sus respuestas no me satisficieron, pero que no me queda otra que aceptarlo, quizás porque tengo también a otras personas que me dan lo que busco.

Callo y me da por felicitarlo finalmente, dándole la razón que quizás no todas son iguales, y este sorprendido de mi cambio de parecer, finaliza por preguntarme los motivos. Y explicarle…

  • “Pues en verdad, debo decirte que llevamos un mes que parece que hemos arreglado lo nuestro, aunque en verdad es ella quien lo está intentando, aunque sus cambios de humor ante cualquier llamada extraña, o incluso sus cambios de parecer no me hacen ya extrañarme”.

Y sigo…

  • “E incluso hemos vuelto a follar, te digo más, llego a preguntarme cierto día si le resulto atractiva y si la deseo”.

Cosa que me dio por responderle…

  • “Claro que sí, pues uno no es de piedra cuando pasea por la casa con un tanga y un trozo de tela que se le ven esos hermosos pechos”.

Suelto, volviendo ella a decirme…

  • “Y como que no te has tirado encima de mí y me has poseído, penetrándome como un animal y dejarme desecha”.

Volviéndole a responder…

  • “Fuiste tú la que en su día me amenazaste por denunciarme ante las autoridades, si llegaba a ponerte la mano encima, aunque esta solo vaya a acariciar tus cabellos”.

Y responderme mientras comienza a acariciar mi miembro, comenzando a calentarme, soltándome…

  • “Pues pareces que no me conoces, no entiendes que eso solo era una broma, anda no te comas la cabeza… quiero que esta noche vuelvas a la cama conmigo, además hace mucho frio y te necesito”.

Y la verdad es que me quede pensativo, no entendiendo de verdad a las mujeres, y en especial a mi mujer, pero que duermo con un ojo abierto y otro cerrado. Pues no hace mucho, me desperté amarrado a la cama y con ella encima, diciéndome…

  • “Bueno, vamos a ir cumpliendo, vale…”.

Y te quedas de piedra, no entendiendo de qué coño va, eso como puntos que le han dado, como el proponerme un trio con dos chicas, cosa que me dejo helado, lo único malo de ese trio es que la otra chica, no es otra que su supuesta amiga íntima, mujer a la cual no trago, pero bueno eso será para otra vez. Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida con pasión, y de una forma de libertinaje, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).