No soy tuya - por Donnar
Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.
- No soy tuya, bardo. Ni tuya ni de nadie.
Ya me lo advirtió. Pero quise hacerme la ilusión, mientras modelaba su cuerpo entre mis dedos. Concebí de nuevo sus ojos, sus cabellos. Recreé otra vez sus senos, su vientre fecundo, su sexo hecho para gozar y ser gozado. Sus muslos como de alabastro. Sus manos, que saben pulsar en mí cuerdas de cuya existencia yo mismo no era consciente, arrancando de ellas acordes que vibran al unísono con el bordón de su orgasmo.
No es mía, porque yo no lo quiero. La prefiero así, libre y sin ataduras.
Mas, déjame aún unos instantes, mientras te contemplo desnuda en tu sueño, antes de volar fuera de mi alcance. ¿Sonríes?. ¿Cómo son tus sueños?. No tengo ningún control sobre ellos.
Debo creer que soy yo el que inspira esa sonrisa. Debo imaginar que, de nuevo, en tus visiones oníricas, tu cuerpo se debate bajo el mío, y se produce otra vez el milagro de la comunión de nuestras almas. Porque en esos instantes, cuando veo tu rostro traspasado por el placer, cuando siento tu orgasmo como mío porque yo también lo creé- olvido nada más por un segundo que debo entregarte, para que cumplas tu destino.
Por una vez, no me decido, pero debo hacerlo, porque no puedo mantenerte encerrada, oculta a los ojos de los demás; no serías apenas nada si lo hiciera.
Escribo por tanto la palabra FIN. Ya te he entregado. A partir de este momento, serás de todos y de nadie el mismo tiempo, aún sin dejar de ser mía.
Mañana volveré a dibujarte. Mis dedos volarán de nuevo sobre el teclado, y serás rubia, o castaña, o tendrás el pelo negro. Y tus ojos verdes, como las profundidades del Mediterráneo, o del color del cielo de verano. Aún no lo sé.
Pero serás mía, al menos durante unas horas. Luego
Me sentaré de nuevo ante el teclado, y todo recomenzará, por más que repitas cada vez:
- No soy tuya, bardo. Ni tuya ni de nadie.