No soy tu sobrinita, follame

La segunda parte. Sigo intentando que mi tio me folle y lo consigo.

SEGUNDA PARTE

Cuando llegue al trabajo, me entere por Jaime que se había ido dos días de viaje. El fin de semana siguiente Jaime hacia una barbacoa en su casa, como cada año estábamos todos invitados. Me decidí por algo informal ya que era al mediodía. Me puse una falda muy, muy corta, una camiseta ajustada y unas sandalias de cuña. Llegue a la casa y Jaime me saludo con una enorme sonrisa mirándome de arriba abajo.

Salí al jardín seguida de cerca de Jaime, salude a una Susana también preciosa con un vestidito de flores, aunque el suyo largo. Me presento a su novio y en esos momentos un chaval de unos veinticinco años me saludo.

-hola guapa, si mi padre me hubiera dicho esto, ya habría ido a secuestrarte antes.

Me dio dos efusivos besos y me llevo a un grupo de gentes de su edad, saludando antes a Susana y su pareja. Estando de charla animada con el grupo, llegan Rafael y su mujer, ella se une enseguida a la mujer de Jaime y sus amigas, el saluda a Susana y luego a Jaime y a los demás.

No puedo mantenerme alejada y con una excusa me separo del grupo y me acerco a Susana. Alguien del grupo de ellos llama al novio de Susana para pedirle algo y los tres nos acercamos.

-hola Gabriela, como estas?

-muy bien

-estoy de acuerdo –comenta uno de los amigos flojo, pero lo oímos-

Nos llaman para acercarnos a las mesas y los dos nos quedamos a unos pasos

-hoy no hay ninguna sorpresa, o se la has dado al hijo de Jaime?

Me había visto y estaba picado, bien!!  La comida fue bien, entretenida, el hijo de Jaime se sentó a mi lado y estuvimos riendo, me parecía un encanto, aunque sexualmente no era mi tipo. Se ofreció a acompañarme a casa y acepte ante la tensa mirada de Rafael. Antes de irme, cuando nadie me miraba y al pasar por su lado, fingí atarme los zapatos y deje algo a sus pies, el miro a ambos lados y recogió lo que le había dejado. Eran mis braguitas de florecitas, vi como las guardaba.

El chaval aparco ante el portal de mi casa y debía esperar que le invitara a subir, pero me despedí con un simple beso en las mejillas y subí a casa.

Los siguientes días no pasó nada, el miércoles entre en su despacho, se me había ocurrido algo.

-hola tío, el hijo de Jaime me ha invitado a cenar, acepto o no?

-porque me lo pides?

-porque eres mi tío, no? Que mejor que la familia para dar consejos

-te quiere follar, si quieres eso acepta sino no aceptes. Quieres follar?

-es una oferta?

-contesta a lo que sabes que te pido

-no quiero follar con el

-con quien quieres follar Gabriela?

-contigo tío

Podía negármelo a mí, pero el bulto de su pantalón evidenciaba que le gustaba lo que acaba de decir, me incline en la mesa y deje que viera bien mis pechos, sus ojos se clavaron hipnotizados

-te gustan tío?

-claro que me gustan Gabriela, pero no voy a tocarte

-entonces al final de la tarde te espero donde el otro día, no me toques, me basta con que estés.

Recogí nerviosa, entre en el ascensor y me dirigí al segundo piso, recorrí el pasillo, él había salido diez minutos antes, cuando gire la esquina le vi, apoyado en la pared.

-dámelas

Se lo que quería, me bajo las bragas y se las doy, saca de nuevo su polla y se masturba con mis bragas, mientras yo le miro, me arrodillo ante él y mete mi mano entre mis piernas, empiezo a masturbarme, sin dejar de mirarle, sin tocarle a cinco centímetros de su polla, el suspira, jadea y miro mis bragas enrolladas en su polla, se la menea con furia y de repente se corre jadea mientras un chorro de semen cae en mis labios, otro en mi escote y apunta de nuevo para terminar otra vez en mi cara, mientras me corro yo jadeando.

Me mira mientras se coloca la ropa y se agacha a limpiar el semen de mi escote con mis bragas, cuando va a limpiar el de mis labios lo relamo, chupo todo el que puedo, hasta la puntas de sus dedos, que succiono con mi boca ante un jadeo de él, que tira y sale casi corriendo de nuestro rincón.

Al día siguiente es viernes, al llegar él ya está, le noto avergonzado por lo de ayer, me levanto y voy hacia él.

-mira tío, ya que el hijo de Jaime no me apetece y tú no quieres, me he comprado esto.

Le enseño una especie de pirámide, con base plana para colocar en una silla, ese día me he puesto un vestidito de vuelo, así poder levantar mi falda y sentarme en esa pirámide sin que se note.

Me quito las bragas ante el con un rápido movimiento para no ser cazada, se las dejo en la mesa y me voy a la mía, giro un poco la silla para que vea bien lo que hago y me agacho hacia adelante para colocarla, dejándole una perfecta visión de mi culito sin bragas, desde mi puesto oigo su suspiro cuando ve mi culito desnudo, coloco entonces la silla de lado y me siento despacio, subiendo mi falda por detrás, luego la dejo caer en la silla y la pongo sobre mis muslos, pero por el lado que el ve dejo destapado mi muslo.

La pirámide me mantiene el coñito abierto, la sensación es muy placentera. Paso todo el día así, moviéndome sobre la pirámide y corriéndome varias veces ante su atenta mirada, cada vez que me ausento de mi silla, echo una chaquetilla encima para que no se vea, en una de esas veces voy al despacho de Jaime mi coñito está chorreando y encima sin bragas, eso me mantiene excitadísima todo el día, solo nosotros lo sabemos, es nuestro secreto. Pero no estoy preparada para ver lo que veo al salir un momento a por las gafas que he olvidado, veo a Rafael ante mi silla, pasando un dedo por la pirámide.

Me quedo parada un momento y me sorprendo al ver como lo coge y se va al baño. Le sigo y entreabro un poco la puerta, le veo lamer la pirámide, lame todos sus lados y me escondo para ver cómo sale y lo devuelve a su sitio.

Salgo del despacho dos minutos antes de irme. El entra al despacho de Jaime cuando yo salgo y cuando sale le dice:

-Jaime se queda, puedes marcharte, buen fin de semana.

-gracias, igualmente.

Recojo y salgo de la oficina, suena mi móvil y hablo con el hijo de Jaime diez minutos, al final le digo:

-ya veremos si me animo te llamo Jesús

Rafael aparece justo antes de mi frase, los dos entramos en el ascensor, estamos solos y yo estoy a mil, le pido:

-Rafael, te ha gustado?

-si

-te ha excitado?

-sabes que si Gabriela, no soy de plástico y haces lo que puedes por hacer que me excite y pierda los papeles como ayer, por cierto siento lo que te hice.

-correrte en mi cara? Me encanto.

En ese momento se para y entro más gente. Se acercó a mi oído y me dijo desde atrás

-te gusta desquiciarme verdad? Es tu venganza particular?

-más que desquiciarte me gusta excitarte y no es una venganza, solo me apetece.

-no te das cuenta que esto es antinatural?

-no es cierto.

No dijimos nada más, el ascensor paro y yo salí, el siguió hacia el aparcamiento, fuera llovía a mares y yo disfrutaba con la lluvia. Andaba mojándome completamente, el vestido se pegaba a mi cuerpo y un coche paro a mi lado.

-sube –era Rafael-

-no quiero molestarte, además te mojare el coche

-te he dicho que subas, estás loca, cogerás una neumonía

-me da igual

No sé por qué empecé a llorar desconsoladamente, no podía parar, eran lágrimas de rabia, de soledad, de tristeza, de añoranza.

-no llores Gabriela

Aparco a un lado de la carretera, llovía torrencialmente, se giró en su asiento y me abrazo, olí su perfume y el olía la humedad en mi pelo, sin darnos cuenta estábamos besándonos con rabia, con hambre, le mordía la boca y el me devolvía los mordiscos.

-déjame tío, pasa de mí como siempre –le decía empujándole-

-no putita, no puedo seguir pasando, no puedo seguir deseándote

Bajo el tirante de mi vestido y sobo mi teta, pellizco mi pezón y bajo a morderlo, yo suspiraba extasiada.

-necesito follarte ya

-vamos a mi casa

Aparco cerca de mi casa, bajamos sin hablar empapándonos, no notábamos ni la lluvia, entramos en el portal y me arrincono para devorar de nuevo mi boca, no era dulce y eso me enloquecía aún más.

Llego el ascensor y con el mi vecina, la salud y entramos, esta vez nada que ver como en el otro ascensor. Vuelve a bajar el tirante y luego el otro bajando el vestido a mi cintura, agarra mis pechos, los juntas y los muerde alternativamente, mis pezones se endurecen entre sus dientes y jadeo ante las caricias de su lengua y su bigote.

Salimos del ascensor y yo ni me coloco el vestido, busco las llaves y se me caen, él las recoge, abre la puerta, tira de mí y me aprisiona en la pared del recibidor, me sube desde detrás el vestido y oigo la bragueta de su pantalón, al momento su polla roza por primera vez mi culo desnudo, estamos como tantas veces pero sin ropa por en medio.

-nena vas a pagar cada erección que me provocaste, cada paja que me hice por ti, cada polvo que eche a mi mujer deseándote a ti.

-si tío fóllame

-hasta que me llames tío me excita

Se agarró la polla y me frotaba la rajita

-abre las piernas putita

Obedezco y noto la cabeza de su polla en la entrada, me coge de las caderas y empuja, todo, de una vez, me siento llena, abierta y mojadísima ante su rudeza.

Se queda parado, bien dentro de mí

-que estrecha, deseaba tanto estar aquí, que necesito un minuto

Me muerde el cuello, me soba las tetas sin piedad, frota mis pezones y baja a mi raja, busca mi clítoris y lo fricciona hasta hacerme chillar de placer, mil sensaciones me invaden hasta que terminan en un orgasmo devastador, grito como una posesa y el empuja, sale y empuja, dentro, dentro, fuera y me presiona mas contra la pared perforándome fuerte.

-voy a correrme, fuera o dentro?

-dentro, tío

Y nada más decirlo dos enormes chorros inundan mi cuerpo y me corro de nuevo con mi coñito lleno del calentito semen de mi tío.

Mis piernas tiemblan cuando se separa, el nota mi temblor.

-lo siento, demasiado duro para la princesita?

-no

-me alegro porque a mí me gusta follar así

Está enfadado por haber sucumbido, por haber perdido la razón, por haberme follado.

Voy a la cocina y traigo dos copas, una botella de vino y un poco de queso, le paso la botella y el la abre, echa en las dos copas y me pasa una, la cojo y doy un trago, cojo un trozo de queso y como.

-te gusta el queso? Come un poco llevas horas sin comer y te sentara mal el vino

Él no me contesta coge un trozo y se lo come, miro su boca masticar, me encanta su bigote corto, le da un toque de distinción y personalidad.

Me pongo de rodillas ante el que instintivamente acaricia mi pelo.

-cuando tienes que irte?

-cuando quiera, mi mujer esta de fin de semana de compras con su hermana y unas amigas a pesar de que le pedí que se quedara.

-por qué tío Rafael?

-para tener un escudo y que no pasara esto, si ella hubiera estado aquí ni me podía haber planteado venir a tu casa

-pues entonces me alegro de su fin de semana de compras, quédate conmigo

-no debería

-pero lo deseas?

-casi más que seguir respirando

Aprovecho su momento de sinceridad y me siento a horcajadas sobre él, beso sus labios, los chupo mientras muevo mis caderas y mi coño se frota contra su paquete.

-que putita eres sobrina, ya estas caliente de nuevo?

-sí, vas a darme polla?

-voy a dártelo que quieras, me vuelves completamente loco.

-pues fóllame tío Rafael.

Me separa sentándome en el sofá, se aparta de mí.

-abre las piernas, no imaginas la de veces que imagine como seria tu coñito, como estaría de mojado, a que sabrías… se ponía tan dura mi polla que me dolía putita.

-cómeme el coño tío, lámelo, muérdelo, dame placer

Se arrodillo en el suelo, le tire un almohadón y poniéndose encima abrió mis piernas, las coloco en sus hombros y me agarro por debajo del culo, bajo su boca y en esa postura empezó a lamerme, a morderme, a succionarme, a provocarme un orgasmo tras otro, lamiendo cada gota de mi flujo.

-que rica estas, me encanta como jadeas, me pones a mil.

Dejo de chuparme y sin bajar mis piernas de sus hombros, volvió a sacar su polla y volvió a clavarla en mi abierto coño, entraba y salía con facilidad, entre lo de antes y la pirámide, le habían allanado el camino, puesto que su polla era de las que cuesta entrar.

-te gusta mi polla Gabriela?

-si tío me encanta tu polla y lo que me haces con ella.

-si mi niña así mueve el culito, trágatela entera mi bebe, mi nenita que placer estar dentro de ti, jamás me había sentido tan apretado, tan mojado…

-si tío mas,me corro

-si mi pequeña, córrete yo también me corro, toma mi lechita, es toda para ti

Se sentó en el suelo, aún estaba vestido después de dos polvos, ni se había quitado el pantalón, ni yo el vestido.

Me arrodille ante él y empecé a desabrochar su camisa, sus pantalones y me ayudo a desnudarlo, yo me desnude y lo lleve de la mano al baño, nos metimos en la bañera y nos duchamos uno al otro.

Fuimos a la cama casi arrastrándonos y nos metimos en ella, fuera aun llovía a mares cuando me dormí. Desperté con sus caricias en mi trasero, lo acariciaba lentamente, sin intención de despertarme, estaba boca abajo, pegada a las sabanas, me abrió un poco las piernas con delicadeza, y poniéndose de rodillas en la cama empezó a lamer mi culo, se puso entre mis piernas y su lengua resbalaba por toda mi raja, me abre con las manos y lame el agujerito cerrado de mi culo, mete su lengua y lo ensaliva bien, luego se incorpora y mete la punta de un dedo, intento incorporarme, pero su mano en mis riñones me lo impide.

-no te muevas, vas a ser completamente mía?

-si

-entonces quiero todo tu cuerpo, no puedes negarme nada, estas dispuesta a dármelo todo?

-si tío

-entonces relájate

Metió medio dedo y note el escozor, entro y salió con ese dedo varios minutos, luego añadió otro y cuando estaba dentro los abría un poco durante otros minutos.

-ahora ponte como un perra sobrina, que el tío quiere tu culito precioso

Me invadió una mezcla de miedo y morbo, que mojo mi coñito, paseo su polla por mi rajita mojándosela con mis jugos. La apoya en la entrada y mete la cabeza, me escuece y me retuerzo.

-tranquila pequeña solo te dolerá un poco

Empujo más y el dolor era insoportable, las lágrimas mojaban mis mejillas al tiempo que mi flujo mojaba mi coño. Se apoyó en mi riñones y entro del todo, note sus huevos golpear y grite de dolor.

-así pequeña, tranquila ya está, ya estoy dentro de tu estrecho culito de puta. Ahora me moveré despacio, hasta que pidas más como antes.

Sale un poco y entra de nuevo, es suave hasta que noto desaparecer el dolor, el escozor y muevo el culo.

-así nena menéate golfa, que buena estas. Ya eres totalmente mía niña, dímelo.

-soy tuya tío, no pares

Empezó a bombear sin piedad mi culo, su mano acariciaba mi clítoris lo frotaba hasta que me corrí, no paro, esta vez me levanto pegando mi espalda a su pecho y empujaba deshaciéndome el culo, bien adentro, me estrujaba las tetas y me mordía el cuello.

-te voy a llenar de semen putita mía

Empujo más y más llevándome de nuevo a un devastador orgasmo al que se unió, llenándome de su semen como me había prometido. Salió despacio y caí en la cama, el a mi lado.

-iré al infierno por esto, si tu padre entrara ahora me mandaría el mismo, pero que gozada, valdría la pena mi niña, eres la bomba. No voy a poder dejar de follarte nunca sobrinita.