No soy tan puta, sólo soy caliente (8)

El cuarto día de trabajo en la tienda de celulares es más caliente de lo que había pensado...

Era mi cuarto día en la tienda de celulares, el día anterior ya había pasado el límite y sería muy difícil impedir que pasara algo más. Joaquín debía estar esperándome con ansias después de haber dejado que se corriera tallando su verga en mis nalgas y haberle dado una buena mamada. No sabía que podía pasar el día de hoy pero iba a toda costa a tratar de controlar a Joaquín para que mi juego durara un poco más.

Ese día me disfracé de secretaria "sexy", me puse un traje sastre de saco y minifalda gris oscuro, un blusa blanca de manga larga, una tanguita blanca de encaje que por detrás se perdía totalmente entre mis nalgas, un sujetador de media copa blanco también de encaje y completé mi atuendo con unas medias blancas que me llegaban a medio muslo y como la falda era muy corta, se alcanzaba a ver el encaje que tenían incluso con sólo estar de pie, por lo que al sentarme forzosamente tenía que poner mi bolsa sobre mis piernas ya que al subirse la faldita se notaba la parte de arriba de mis muslos desnudos. Me recogí el cabello hacia atrás con una trenza, me puse unos zapatos de tacón alto y me fui rumbo a mi trabajo.

Me sentía muy sexy y llegué a la tienda ya un poco excitada al ver el impacto que había causado en el camino desde mi casa. Joaquín nuevamente había llegado antes que yo y me estaba esperando, en cuanto me vio me recorrió de los pies a la cabeza desnudándome con su mirada, lo saludé como si nada hubiera pasado el día anterior y ahora fue él quien me dio el beso en mi boca. Me escapé de él dirigiéndome a la oficina para guardar mi bolsa, cuando regresé al mostrador me senté en la silla y me arrepentí de haber dejado mi bolsa, pues ahora Joaquín tenía una vista inmejorable de mis piernas aunque intenté taparme un poco con mis manos. Joaquín se acercó y sin decir nada empezó a acariciar mis piernas haciendo mis manos a un lado "te ves hoy más hermosa que nunca…….que bien lucen tus piernas………" me empecé a poner nerviosa y trataba de detenerle "espera Joaquín……..este……..tenemos que hablar de lo de…..ayer…….espera por favor……" afortunadamente en ese momento llegó un cliente el cual se me quedó viendo peor que como hacía unos momentos me había visto Joaquín, me puse de pie para atenderlo y una vez que se fue Joaquín se me acercó por atrás repegándome en mi trasero su verga, que ya se sentía dura como barra de metal, me rodeó con sus manos y me empezó a besar el cuello "nunca imaginé poder tener a una mujer como tu……estás buenísima……y que rico mamas la verga……"

Me safé como pude de sus brazos "mira Joaquín, tenemos que hablar de lo de ayer…….todo fue un accidente…un error…..yo no quería………tu empezaste con esto y……." no me había dado cuenta que mi faldita me la había subido casi hasta la cintura dejando ver el inicio de mi tanguita "….es mejor olvidarlo Joaquín…..trabajamos juntos y hay que fingir que nunca ocurrió…..si?....es lo mejor…." yo caminaba hacia atrás porque él me seguía como me fuera a acorralar mientras se tallaba la verga sobre el pantalón, ya estaba a la entrada de la oficina cuando de repente llegó César, tanto a Joaquín como a mi nos tomó por sorpresa. "En dónde está Ginella?...si vino a trabajar?" salí de la oficina y de nueva cuenta me sentí violada con la mirada, intenté taparme con mis manos el encaje de mis medias que se alzaba a notar y que era a donde Joaquín y César dirigían sus miradas, afortunadamente traía el saco cerrado y no podían ver mi sujetador a través de la blusa. "Necesitamos ir a algunos lados…….. así que vámonos de una vez…." me dijo el dueño sin quitarme la vista de encima. Cuando salí de la tienda no vi la camioneta que hace un par de días había comprado y me empecé a poner nerviosa al imaginar lo que podía pasar si nos íbamos en el camión urbano como otras veces y yo vestida de esta manera. Mis temores se confirmaron cuando César me indicó que fuéramos a esperar el camión, no podía creer el impacto que estaba provocando en todos los que me miraban, sentía sus miradas llenas de lujuria y eso me estaba gustando. En cuanto subimos al camión, fui el centro de todas las miradas, algunas señoras me miraron con disgusto y los señores con deseo, afortunadamente había 2 lugares desocupados y sin permitir que César dijera algo, me senté del lado de la ventana mientras él pagaba, pero un nuevo problema se me presentó: la falda era demasiado corta e iba a ofrecer un espectáculo a todos los pasajeros. Traté de bajármela para que no se viera el encaje de mis medias, pero mis esfuerzos fueron en vano, si me la bajaba de enfrente, por los lados se me subía dejando ver un poco de mis nalgas, finalmente decidí poner mi bolsa a un lado y mis manos sobre mis piernas, tratando de tapar lo más posible. En cuanto llegó César se me quedó viendo y con una sonrisa burlona me dijo "no sea malita Ginella, déjeme el lugar de la ventana, me siento un poco acalorado….." no tuve más remedio que recorrerme hacia el pasillo y otra vez sufrí para acomodar mi minifalda, como si no le fuera suficiente con lo que me hacía pasar César agarró mi bolsa y me la quitó para cargarla él diciéndome "no vaya a ser que se la arrebaten….aquí pueden pasar cosas muy feas…" todos los que estaban a mi alrededor clavaron sus ojos en mis piernas que lucían totalmente libres, ya no tenía con que cubrírmelas excepto mis manos que en realidad no ayudaban de mucho, las crucé y me resultó contraproducente ya que se me subía todavía más de un lado.

Todos los que subían y pasaban junto a mi se quedaban viendo a mis piernas con ganas de acariciarlas, de subirme la minifalda y cogerme ahí mismo, no creían la imagen que contemplaban, varios de ellos decían cosas en voz baja para sus adentros pero era imposible no oírlos "mira nada más………mamacita estás riquísima…." "no mames….que puta tan deliciosa….." "como puedes vestirte as텅.está pidiendo verga a gritos….." los que venían de pie se agarraban la verga y se la sobaban quedándose junto a mí sin querer recorrerse hacia atrás hasta que los demás les reclamaban "órale!!....recórranse…..yo también quiero ver el show" "ya!....quítense!......es para todos…..no vaya a ser que se baje la puta y no alcancemos!!" . Estaba empezando a ponerme nerviosa, me sentía como corderito en medio de lobos hambrientos, aunque también me estaba excitando un poco al ver cómo se ponían. César fingía no darse cuenta de nada y yo no sabía que hacer para controlar la situación, en eso se subió un tipo que parecía obrero, traía uniforme de overol y cargaba una caja de herramientas, era bastante alto y fornido, tenía cara de pocos amigos como si estuviera enojado, se me quedó viendo en cuanto subió y sin dudarlo se dirigió hacia mí, yo me hice la distraída pero vi como se abrió paso hasta quedar de pie junto a mi lado, su mirada la dirigió a mi piernas, se aferro del pasamanos para no caerse y poniendo sus herramientas en el suelo para liberar la otra mano, se empezó a agarrar la verga descaradamente. Yo volteé la mirada hacia la ventana para ver si así se iba pero no dio resultado, cada vez se agarraba su tranca más fuerte y decía cosas como "ve no’más……..que ricura…mamacita….cómo puedes vestirte as텅..eres una puta exquisita…" yo no sabía que hacer, realmente me estaba calentando y mi rajita emanaba líquidos que estaban empapando mi tanguita. César se daba cuenta de todo lo que pasaba y disfrutaba exhibiéndome cómo puta ante todo el mundo. El mecánico empezó a arrimarme un poco más su garrote hasta tocar levemente mi hombro, intenté quitarme recorriéndome hacia César, pero él recargó su peso en mi obligándome a acercarme aún más a ese tipo. Me di por vencida y dejé que me tocara con su tranca, la cual sentía dura como piedra y cada vez más cerca hasta que finalmente me repegaba con total descaro en mi brazo. Habrán pasado menos de 5 minutos y César me indicó que ya debíamos bajarnos, se levantó y se fue por delante sin importarle lo que pasara conmigo, me levanté y el mecánico me abrazó por la cintura y agarrándome de las nalgas me jaló para darme un beso en la boca, estaba muy caliente y me dejé hacer, sentí como su lengua se metía en mi boca y como me apretaba más contra su verga, también empecé a sentir varias manos que tocaron mis piernas a su entero gusto, incluso algunas las sentía por debajo de mi faldita. Salí como pude recibiendo a lo largo del camino hasta la puerta de atrás del camión, múltiples caricias en todo el cuerpo, cuando me bajé traía la falda arriba de la cintura y mi tanguita desacomodada mostrando mi rajita que estaba ya muy mojada.

Me acomodé la ropa o más rápido que pude, nos dirigimos a un edificio de oficinas en dónde, según me dijo, estaba el distribuidor mayoritario de los celulares que nosotros también manejábamos. Llegamos y nos atendió un tal Miguel Angel, era un señor de unos 50 años, muy gordo, calvo y que traía un traje que apenas le cerraba por lo panzón que estaba, nos dijo que tomáramos asiento y sin ninguna discreción se me quedaba viendo a mis piernas agachando la cabeza para ver si lograba ver algo más, yo trataba de acomodarme la minifalda para evitarlo pero él insistía acomodando su silla frente a mi, me acerqué lo más que pude a su escritorio para que me sirviera de pared e impedir que me siguiera desnudando con la mirada, pero nos pidió que mejor pasáramos al sillón que tenía al fondo de su oficina. Me quedé petrificada pero tuve más que obedecer, César no soltaba mi bolsa y estaba a merced de ellos, me senté en el sillón y mi falda se levantó casi totalmente, luché para bajarla pretendiendo ya no taparme el encaje de mis medias que se mostraba completo, sino que ahora luchaba para que no se viera mi tanguita. El señor Miguel Angel se regocijó de poder ver ahora si con todo el esplendor mis piernas sin que nada se lo evitara y no conforme con eso me dijo: "permítame su saco señorita, hace demasiado calor, no cree……..y aquí todos andamos sin él, sería una majadería que usted lo trajera puesto….." volteé a ver a César pero no decía nada, así que no tuve más remedio que levantar mis manos (las tenía sobre mis piernas para que no se viera mi tanguita) y dejarle toda la vista libre de mi rajita, me quité el saco y se lo di, pero él sólo lo puso sobre su escritorio sin dejar ver mis tetas que ahora se mostraban a través de la blusa. Me sentía desnuda y exhibida, pero eso me empezó a calentar de sobremanera, me estaba mojando muchísimo la manera en que se me quedaba viendo, Miguel Angel y César empezaron a hablar de negocios pero no me quitaba la vista de encima y se estaba agarrando la verga con descaro.

César recibió una llamada en su celular y de disculpó un momento, en cuanto regresó me dijo: "tengo una emergencia y debo salir…….Ginella, te encargo hagas el pedido de aparatos…..Miguel te indicará como hacerlo…" sin decir más se despidió y se fue. Miguel Angel de inmediato se sentó a mi lado con los ojos clavados en mis tetas "así que tu eres la asistente de César……ven te voy a enseñar a llenar los pedidos…" y levantándose me tomó de las manos para que hiciera lo mismo, obedecí y nos fuimos a su escritorio nuevamente, al caminar se me quedó viendo a mi culo y movía la cabeza diciendo "no puede ser……está buenísima……." Me quedé de pie mientras se acercaba, sacó unos formatos de un cajón y me dijo "hay que llenarlos de esta manera" se colocó detrás de mí sintiendo como me repegaba su verga a mi culo, la tenía totalmente tiesa y al ver que yo no hacía nada para quitarme la colocó en medio de mis nalgas. Yo estaba perdida, entregada totalmente a él y sólo quería que me cogiera, Miguel Angel ya no perdió el tiempo y sus manos las puso sobre mis tetas acariciándolas, sobándome los pezones que de inmediato reaccionaron a sus caricias, me empezó a besar el cuello y me decía "estás buenísima………..se ve que eres una puta exquisita……te encanta la verga, verdad?.......se nota en tu manera de vestir…." Con mi mano le empecé a acariciar su garrote y se lo liberé del pantalón, me volteé y arrodillándome me lo metí en la boca para empezar la mejor mamada de su vida. El gemía como toro en brama " así puta…..trágatela toda………te encanta, verdad?....eres una perra…." Yo sólo me dedicaba a mamar ese hermoso pene, él me agarraba de la cabeza y me la movía como si me estuviera follando por la boca, me levantó y cargándome me llevó al sofá, se sentó poniéndose cómodo y sin que me dijera nada yo solita me ensarté en su tranca subiéndome mi faldita, sintiendo como me entraba de un solo golpe, empecé a montarla huyendo como una perra "te gusto papito?.......te excito mucho cabrón…….cógeme…..hazme tuya…así.........aaaahhhh………" me desabrochó la blusa y sacó mis tetas del sujetador para prenderse de ellas como becerro, las lamía y las mordía con fuerza haciendo que me corriera. Empezó a cortar su respiración y en un grito se corrió dentro de mí "aaaahhh….toma puta……toma mis mecos……….yaaaaaaa!!!"

Nos quedamos un momento abrazados, yo le besaba la cabeza y el mordía mis tetas por todos lados, seguía teniendo su verga adentro y sentía como se volvía flácida. Me levanté para sentarme a su lado y el tomó bruscamente mi cabeza jalándome del cabello para que le volviera a mamar la verga, obedecí sin decir nada y nuevamente me la metí en la boca, apretándola con mis labios y acariciándole los huevos con mis manos. No tardó en estar nuevamente dura, por lo que me bajó al suelo e hizo que me pusiera en cuatro "aquí te voy otra vez puta……..pero esta vez me voy a correr en tu carita de zorra….." me metió su garrote de un solo empujón y empezó a bombearme como desesperado, yo me sentía en la gloria y mis ojos estaban en blanco, Miguel me jalaba del cabello y no dejaba de insultarme, se recargó sobre mí para acariciar mis tetas y su meta saca era frenético, no para de gritarme insultos "desde que te vi te me antojaste puta…….estás preciosa……..César es muy afortunado al poder tenerte…." después de unos 10 minutos de gloriosa cogida se salió de mi para ponerse frente a mi cara "toma mi leche perra…..aquí te va toda….trágatela……aaahhh!!!!!!!!........estás exquisitaaaaaaa….." no pudo controlar su verga y derramó su semen por toda mi cara, también cayendo en mi cabello y escurriéndose hasta mis pechos, me la metió en la boca y todavía ahí aventó un par de borbotones más que tragué encantada. Me dejó su verga unos minutos más adentro de mi boca y yo se la lamía con mi lengua limpiándosela, el me agarraba las tetas pellizcándome los pezones, me la saqué y los dos quedamos tirados en la alfombra.

Me levanté como pude, sentía mi cuerpo tembloroso y traía la ropa echa un desastre, intenté acomodarla y sin decir nada me retir酅ya había pasado la hora de mi salida por lo que me fui directamente a mi casa.