No soy tan puta, sólo soy caliente (6)
En mi segundo día en la tienda de celulares, el dueño me vuelve a exhibir como su puta...
Hola a todos!! Continúo con lo que hice cuando trabajé temporalmente en una tienda de celulares. Les recomiendo que primero lean mi relato anterior "No soy tan puta, sólo soy caliente (5)".
Al siguiente día desperté muy excitada todavía por lo que había pasado en mi primer día de trabajo en la tienda de celulares. Nunca había tenido la experiencia de que alguien me luciera como su puta ante todo mundo y tampoco me había dado cuenta de lo mucho que eso me había excitado. Pero debía ser más cuidadosa porque las cosas se me podían escapar de control, yo únicamente quería provocar al dueño y a Joaquín, no quería lucir como la puta de nadie por la calle.
Ese día decidí andar con más cuidado, porque ayer poco faltó para que las cosas se me salieran de control. Me puse un pantalón que (según creía yo) me quedaba más flojo, era color beige con rayas blancas muy delgaditas que sólo era pegado de la cadera y a lo largo de las piernas era suelto, pero en cuanto me lo puse no lo podía creer, me quedaba tan pegado como el que me puse el día anterior y como el corte se volvía amplio terminando las nalgas, hacía que mi culo resaltara todavía más. Ya no disponía de tiempo para cambiarme y sólo me puse arriba una blusa de manga larga café de botones al frente y que me caía a la cintura exactamente, por lo que no me tapaba en absoluto el sorprendente culo que se me veía, ya que nuevamente mi tanguita de encaje se notaba incluso por delante.
Llegué a la tienda y ya estaban César y Joaquín. Los dos se me quedaron viendo otra vez con ganas de quitarme toda la ropa y sólo movían la cabeza sin acabar de creer lo que sus ojos miraban. A César sólo le dije buenos días de manera muy cortés y dirigiéndome con Joaquín lo saludé dándole un beso en la mejilla, el dueño respingó y me dijo " para mi no hay beso?? Sólo para el empleado y no para el dueño??? Eso está muy mal si a él se lo das en el cachete a mi debe ser en otra parte .." y muy serio me dijo que nuevamente lo acompañara a la agencia de autos porque ayer no pudo ver las camionetas. Otra vez nos íbamos a ir en camión urbano pero ahora cuando lo estábamos esperando César se separó de mi, se fue hacia atrás y se quedó contemplándome junto con otros que también esperaban el camión. Yo me sentí como una puta esperando cliente en plena calle, nunca me había sentido tan expuesta y César me exhibía como en un aparador, incluso hubo varios tipos que pasaban en sus carros y se paraban junto a mí ofreciendo llevarme o me decían insultos "mamacita, cuánto por una noche?" "estás riquísima, mi amor" y él no decía nada.
Cuando llegó el camión yo ya estaba muy excitada, las cosas no estaban saliendo como yo quería y amenazaban con ponerse peor. César nuevamente me tomó de las nalgas y me "ayudo" a subir al camión, el chofer se me quedó viendo con la boca abierta y me dijo "pásale mamacita, a ricuras como tu no se les cobra .y si me quieres regresar el favor, por mi encantado" dijo mientras se agarraba la verga. En cuanto entré busqué un lugar para ahora si sentarme, pero César me tomó de la cintura y deteniéndome a la mitad del autobús me dijo "aquí esta bien que nos quedemos de pie .para no estorbar", se puso nuevamente atrás de mí pero ahora no intentaba tocarme, o al menos no hasta ese momento. El trayecto duraba de 15 a 20 minutos, porque apenas habrían pasado unos 5 minutos cuando nuevamente empezó a tallar su verga contra mis nalgas. Al igual que el día anterior empezó suavemente pero no tardó mucho en hacerlo más descarado, los dos teníamos nuestras manos en el tubo pasamanos de arriba, por lo que la imagen que veían los demás del autobús era realmente excitante. Sentía como acomodaba su rígida verga en medio de mis nalgas y como él se movía simulando que estábamos cogiendo ahí mismo. De repente caí en la cuenta que esta vez no sentía su respiración cerca de mi cuello, me fijé por el reflejo de las ventanas y vi que movía la cabeza hacia los lados como si estuviera perdido lo que en realidad pretendía era que la gente se diera cuenta perfectamente de lo que estaba haciendo conmigo!!! Nuevamente me exhibía como su puta pero esta vez de una manera más descarada que el día de ayer. Yo estaba calientísima, mi tanguita la traía totalmente empapada en mis jugos, mis ojos se me ponían en blanco y no hacía nada por detener esa situación, incluso bajé mis brazos para agarrarme de los respaldos de los asientos y así poder parar aún más el culo para sentir su verga más profunda en medio de mis nalgas.
Iríamos a medio camino aproximadamente cuando por el reflejo de la ventana vi que César al parecer intentaba decir algo a una persona, en eso, se desocupó un lugar y se sentó rápidamente diciéndome que se le había dormido la pierna, yo apenas pude darme cuenta de eso porque seguía sintiendo que alguien estaba recargado sobre mi y me estaba tallando su verga en mi nalgas aún y cuando Cesar ya se había sentado a unos metros de mí!!! Volteé mi cabeza y vi que un señor estaba detrás de mi y se movía al mismo ritmo que sentía su tranca en medio de mi culito. Tendría unos 50 años y vestía un traje corriente y feo que hacía juego con una corbata espantosa Yo estaba excitadísima y este señor no dejaba de moverse como si me estuviera bombeando a través de mis nalgas rompiéndome el pantalón. Su descaro fue total cuando me empezó a agarrar de la cintura para repegarse más a mí, yo simplemente me dejé hacer y volteando a ver a César cerré mis ojos y aflojé mi cuerpo para que hiciera de mi lo que quisiera, mi tanga a estas alturas estaba totalmente mojada y se me alcanzaba a notar un poc por encima del pantalón lo húmeda que me sentía. Cuando llegamos a nuestro destino César se levantó y tomándome de la mano me jaló hacia la salida, él pobre señor se sorprendió pero no dijo nada.
Llegamos a la agencia de autos y salió el mismo tipo del día anterior que por su mirada pude notar que se alegró de verme, César ya me abrazaba por la cintura como si fuera de su propiedad y yo no decía nada, le pidió que nos indicara en dónde estaba la camioneta y él nos respondió que en la bodega del fondo, nos pidió que lo siguiéramos pero César le comento que nosotros iríamos por delante y que nos indicara por dónde ir. Me di cuenta que lo que realmente pretendía era seguirme luciendo como su amante, como su puta porque en cuanto empezamos a caminar por delante de él, bajó la mano para tocarme el culo y empezar a acariciármelo. Durante el recorrido todos los mecánicos que nos veía se me quedaban viendo como si me estuvieran quitando la ropa. Algunos se tallaban la verga por encima de sus pantalones y otros me chiflaban o decía piropos en voz baja.
Llegamos a dónde estaba la camioneta que era para el negocio y César se subió para encenderla y me pidió que junto con el vendedor revisara el motor, estaba claro que ahora pretendía que el vendedor me disfrutara un poco. Yo tuve miedo porque estábamos en un lugar apartado y solo, si ellos me quisieran hacer algo yo no podría hacer nada para evitarlo, pero afortunadamente no pasó nada. César se bajo de la camioneta y le pidió al vendedor que se alejara un poco para que nosotros revisáramos los detalles de la unidad, se puso detrás de mí y otra vez acomodó su tranca en mis nalgas y se empezó a mover suavemente aunque su verga no había perdido su rigidez, yo estaba empinada como si estuviera viendo el motor y el vendedor no creía lo que estaba viendo. César le pidió que se acercara e invitándolo a que ocupara su lugar, le dijo "desde aquí como que se ve un detalle en el motor" y el vendedor de inmediato se puso atrás de mí entendiendo las intenciones de César,por lo que se agarró la verga con la mano por encima del pantalón y colocándola en mi trasero se empezó a mover frenéticamente como si me estuviera follando. La excitación que yo sentía hacía que estuviera entregada totalmente, el vendedor bajó sus manos para ponerlas en mis caderas y empecé a gemir un poco más fuerte. Girando la cabeza vi que César sólo sonreía viéndonos.
De pronto sentí como César me tomaba nuevamente de la mano y jalándome hacia él le comentaba al vendedor, "eso es suficiente para un buen descuento, me llevo la unidad". Firmó todos los papeles mientras me indicaba que lo esperara en la camioneta, no tardo mucho en salir y como si nada hubiera pasado nos dirigimos otra vez a la tienda. En cuanto llegamos recibió una llamada en su celular y se metió a su privado, yo estaba muy caliente y me quede sola en la camioneta aprovechando que nadie me veía para masturbarme por encima de mi pantalón, que por lo pegado que me quedaba lo permitía a la perfección.
César salió enojado de su privado, le dijo algo a Joaquín y se fue caminando. Yo no entendía, por lo que le pregunté a Joaquín que había pasado y sólo me dijo: "le llamó su esposa, me dijo que no va a venir en dos días y que guardara la camioneta, que tu ya podías irte a descansar. Me sentí aliviada, me despedí de Joaquín nuevamente con un beso y dándome media vuelta me fui a mi casa, mientras sentía como se me quedaba viendo a mis nalgas.