No soy el héroe de este Isekai Capitulo 1

Glosario: MMORPG (juego de rol online multijugador másivo) - Debuff (Efecto negativo que empeora las caracteristicas o salud de un personaje o enemigo) -- PK (Jugador asesino " que asesina a otros jugadores") -- Macro (Secuencia de habilidades o acciones de forma automatica)

Capitulo 1: Hijo de puta

-¿Que quien soy preguntas?, ¿es que vives bajo una roca?, soy Lothrond GreenBlack, Mago corrupto de nivel máximo, Derramador de sangre, miembro honorario del mejor gremio PK en el "Continente de los inmortales" y si te digo que me entregues todo tu oro lo harás a menos que prefieras ser asesinado una y otra vez  hasta que no te quede nada o tengas que desconectarte y enfrentar la penalización por abandonar en combate, no le queda mucho tiempo al debuff paralizante que te apliqué, así que deposita tu oro en la ventana de intercambio o muere.- Escribió Edgar en con su teclado mientras observaba su viejo monitor y jugaba al mmorpg "Continente de los inmortales", un juego muy viejo dejado atrás hace mucho por otros nuevos que ofrecían mejores gráficas y jugabilidad, sin embargo, es lo único que podía jugar Edgar en línea en su ordenador de segunda mano.

El patético jugador monje tirado en el suelo, deposito su oro en la ventana de intercambio como Edgar lo ordenó; 62 monedas de oro. - es una burla este jodido es más pobre que un jugador novato o quiere verme la cara de tonto, da igual, iba a matarlo de todas formas-

Dos segundos para que se termine el estado de parálisis sobre el monje, llevo su dedo a la tecla a la cual asignó la macro más fuerte y a milésimas de segundo antes de presionar el teclado, el monitor y CPU se apagan.

-!PUTA MADRE!- Exclamó Edgar poniéndose de pie al quitarse los auriculares de la pc. Se había ido la luz y no era la primera vez que sucedía en los últimos meses. Al quedarse a oscuras en su habitación y sin el sonido del videojuego, el rechinido de la cama del cuarto de al lado junto con los gemidos de su "literalmente" puta madre, se hicieron eco por todo el departamento.

Normalmente Edgar se haría una paja espiando como se follan a la zorra que me le dio vida, pero en ese momento estaba furioso. El mismo había conseguido el dinero para pagar la luz, a pesar de tener 18 años, trabajaba en las tardes y ahora era su único día libre. Sin embargo por ser aún menor en el distrito 46 donde vivo, los depósitos de mi trabajo se van a la cuenta de esta zorra.

Enfadado salió de su habitación, y sin avisar abrió de golpe la puerta del cuarto de su madre. Se encontró con la espalda peluda de un asqueroso obeso, mientras se follaba a su madre quien estaba acostada boca arriba en la cama con las piernas abiertas. Ante tal interrupción, el gordo desagradable retiro su diminuto miembro de la vagina de su creadora cubriéndose con ambas manos su ridícula miseria.

-!¿Quién coño eres tu?!- pregunto aquel asqueroso hombre. Ignorándolo Edgar se acercó a su puta madre para exigirle respuestas, pero ella se le adelanto.

-!Lárgate a tu habitación imbécil, ¿No te das cuenta que estoy ocupada?!- Exclamo su madre furiosa.

-!Y una mierda! - Exclamó Edgar -! No te has dado cuenta que nos hemos vuelto a quedar sin luz, ¿dónde quedo el puto dinero que te di para que la pagaras?, contéstame madre!

-¿Madre? - Repitió el señor obeso confundido -¿No me dijiste que nunca habías tenido hijos?, con razón no apretabas tanto como decías, yo me largo tu servicio es pésimo, eso me gano por contratar putas baratas- continuaba alegando el cliente de la madre de Edgar mientras se vestía, y a pesar de los intentos de ella por retenerlo o hacer que le pagara se fue azotando la puerta sin dejar un solo centavo.

-! Ves lo que ocasionas, puto retrasado! - le gritó su madre parándose frente a Edgar completamente desnuda. Ella tenía exactamente el doble de su edad, un cuerpo moreno bien mantenido ya que era su herramienta de trabajo principal, tenía unas tetas medianas y un coño peludo muy a lo vintage.

No era la primera vez que Edgar la veía desnuda, pues tenía muy poca o nula vergüenza al pasearse por la casa, en lencería o sin nada puesto. Pero esta vez fue diferente, Edgar la tenía a pocos centímetros, con su cuerpo sudoroso, su respiración agitada que hacía subir y bajar su pecho a causa de la ira que la poseía en ese momento, y aparte el apestoso olor a sexo que inundaba la habitación hizo que su miembro se endureciera como nunca lo había hecho.

La tomó por su cabellera y la besó a la fuerza mientras le magreaba con fuerza una de sus tetas, pellizcando su pezón marrón, acto seguido la arrojó a la cama y se desnudó en un segundo lanzadose sobre ella. Se apodero de sus muñecas para evitar que siguiera lanzando golpes colocándolas sobre su cabeza mientras poseído mordía, lamia y succionaba las tetas que le amamantaron de bebé.

-!Suéltame hijo de puta! es que eres tan inútil que no puedes conseguirte una mujercita de tu edad que te quieres follar a tu propia madre, puto hijo perdedor tengo¡

-Cállate zorra, cualquier desgraciado puede follarte a cambio de unos efectivos, pero yo que prácticamente mantengo este lugar no? -

Edgar no pudo resistirlo más, no entendía que se apoderó de el en el momento, talvez la mierda de vida que llevaba, la vergüenza de ser hijo de una puta, el estrés de que su jodida madre se gastaba su dinero en vicios y ropa. El punto fue que todo explotó, aún sujetando sus brazos, apunto bien su verga erecta a la entrada la vagina de su madre y empujó con todas sus fuerzas, ella pegó un grito al instante, pero Edgar sabía que estaba exagerando porque su miembro penetro sin ninguna dificultad su coño aun humedecido por la cogida que estaba teniendo cuando llegó a interrumpir.

Debido a la ocupación de su madre, no apretaba como Edgar hubiera esperado, sin embargo era su primera vez dentro de una mujer y la sensación le embriagó, la calidez y humedad que sintió en su verga fue mucho mejor de lo que jamás hubiera imaginado al perder su virginidad, la penetro dos veces mas con todas sus fuerzas y se corrió mas rápido y en mayor abundancia como nunca lo había hecho, este momento se sentía extasiado, le temblaron las piernas y toda su energía le abandono por un momento, como un buen orgasmo tiene que ser. La cosa es que su madre aprovecho este instante y pudo soltar una de sus manos, cuando Edgar reacciono ya era tarde ella había tomado una botella de tequila del buró al lado de la cama y le había golpeado la cabeza, la botella no se hizo pedazos como en las películas, pero fue suficiente para tumbarlo de encima de ella, mientras caía pudo ver la esquina de ese mueble acercándose directo a su cráneo en cámara lenta, pero no pude hacer nada, simplemente  escucho sonido sordo, sintió una tremenda cantidad de dolor por un segundo y todo se volvió negro.

Ahí debió de haber terminado todo, pero no lo hizo, no supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero la vista se fue aclarando poco a poco, cuando su mente se aclaró se dio cuenta de que ya no estaba en el distrito 48, se encontraba recostado en el suelo, recargado en un viejo árbol de madera grisácea, al parecer un bosque, apenas lograba vislumbrar unos 15 metros en la distancia pues estaba rodeado de una niebla espesa que no dejaba ver mas allá. Se puso de pie y algo llamo su atención; En la esquina superior derecha de su campo de visión aparecían tres barras unas sobre otras con números sobre puestos y las reconoció al instante; la Barra roja era su barra de HP (health points/ puntos de vida), una azul que eran sus puntos de Maná, y una verde que mostraba su resistencia, justo como en el mmorpg "Continente de los inmortales". Edgar se congelo, su mente aun no lo podía asimilar, era demasiado absurdo. Para el esto solo sucedía en esos mangas o novelas ligeras de oriente, donde el prota muere y se ve transportado a otro mundo para convertirse en héroe. --estaré soñando o realmente morí y este es algún tipo de broma infernal, ¿No estaré en coma y me despertare sin piernas verdad?, a la mierda ya estoy aquí si es un sueño o lo que sea lo aprovechare hasta que termine. -- Pensó Edgar para si mismo y decidido a aprovechar esta oportunidad siguió analizando la interfaz que aparecía en su campo de visión.