No soy como vosotros

Como sueño en ser como vosotros. Intento conocer lo que es ser sumisa.

Yo no soy como vosotros.

Ya me gustaría a mi.

Todo lo que relatáis es mi sueño, mi fantasía y una fuente de excitación ilimitada. Leo siempre vuestros relatos y ya tenía fantasías con ello antes de descubrir absolutamente nada de este mundo.

Leo vuestros relatos y sueño dormida y despierta con ellos.

Yo no soy como vosotros, simplemente sueño con ello.

Bueno, mentiría si dijera que sólo sueño. He hecho partícipe a mi pareja de mi fantasía pero sin decírselo. Tal vez se lo diga abiertamente algún día. Tal vez. De momento no me atrevo a más que insinuar y conseguir con ello mis pequeños premios. No, lo siento, me equivocado el destino me aporta esporádicamente agradables sorpresas en la que es él el que entra en el juego.

Mi pareja y yo mantenemos lo que se dice una relación sexual sana, satisfactoria, estimulante, incluso original. Los dos rondamos los 25 y salimos desde hace dos años. Pero como os contaba el destino me reserva mis pequeños premios. En este relato os narro como las cosas han ido cambiando. La cosa evidentemente ha ido aumentando muy poco a poco. Todo empezó como una tontería. Me pregunto si alguno de vosotros comenzaría así. El sexo, enseguida que nos conocimos lo suficientemente el uno al otro, ha ido de bien a mejor y cada poco encontramos mil detalles que nos hacen disfrutar más.

En los días de mayor locura, calentura, pasión..., en esos días en los que acabo gritando sin remedio alguno (soy muy propensa a gritos y gemidos, algo que a él le excita mucho), cuando parece que no tenemos más que cuerpos, la cosa se descontrola. Recuerdo la primera vez que se fue un poquillo de lo habitual. Estábamos en una postura que nos encanta, yo acostada boca arriba al borde de la cama, con los pies en el suelo y el entre mis piernas. Ese día disfrutamos mucho los dos, mucho no, muchísimo. Siento como entra, como empuja, como coloca las manos en mi cintura justo en esos huesos maravilloso para acomodarme mejor en la cama. Pero no las quita de allí y poco a poco las usa para manejarme a su antojo, para estirarme y empujarme en contra suya. Todo se acelera, le cambia la cara y parece que se olvida de que estoy ahí. En ese momento se descontrola, aumenta la fuerza y pierde el control. Los empujones son muy fuertes y los dedos acaban clavados en mi piel.

Al principio me revuelvo si me hace daño. Pero me doy cuenta ese dolorcillo es placer, una cosa es igual a la otra y ya no me opongo y me dejo llevar y manejar. Le sigo totalmente hasta morir los dos de placer.

Poco a poco surgen cosas que hacen que me sienta bien en mi sucedáneo de papel de sumisa. Intento ayudar. La relación va viento en popa pero no se puede decir que en todos los aspectos de mi vida sea sumisa. Soy una mujer con carácter e iniciativa. Pero he notado una gran diferencia entre discutir algo con él si simplemente me comenta algo; o si en cambio, incluso bromeando, me dice directamente “que haga algo concreto”. En ese momento sé que quiero hacer lo que él me dice, que es lo mejor y que cosas de este tipo le hacen feliz a él. Y me hacen feliz a mi. Pongamos por caso cuando un día me puse una camiseta de tirantes finitos y un buen escote. Tengo bastante pecho, así que siempre llevo sujetador, y él me dijo:

– No te pongas el sujetador, ni se te ocurra atrapar a estas dos!

Lo dijo claro y directo, no me lo pensé dos veces y su cara de felicidad y sorpresa valen la pena.

O el día que no me apetece, que se le va a hacer. Hay días que no me apetece tener sexo. Aquel era el único día de esa semana que podía quedarme a dormir en su casa y podéis imaginar la mala cara que me puso. No me dijo nada cuando me aparté varias veces que intentó acercarse. Ya con la luz apagada y cuando ya estaba por dormirme acurrucada de costado, con mi espalda contra su pecho; él me coge de una teta, la aprieta y me acerca a él. No puedo hacerle eso, él quiere sexo a mi no me apetece. ¿Pero como le voy a hacer eso? Y soy buena y pongo empeño en hacerle feliz.

Ya se que pensaréis que estos detalles no valen la pena en una sección como esta. Pero recordad que no soy como vosotros, simplemente sueño serlo.

Si queréis, puedo contaros cuantas cosas más he conseguido y en lo que voy avanzando.