No se traiciona a un amigo (parte 3ª)
Nuestra relación avanza en buena dirección
Belén tomó por costumbre pasar todos los días por el bar a preguntarme mis horarios, y en cuanto podía me esperaba en el portal y nos dábamos unos homenajes de cuidado. Sólo practicábamos sexo oral; ella no era virgen, pero decía que no necesitaba ser penetrada, que estaba así muy bien, que el día que tocase follar ya me lo diría. Por supuesto que su hermana no sabía nada, y menos aún su madre.
Con Loli y Paco la relación seguía como siempre, con nuestras salidas y nuestros besos sin ir más allá.
Como no disponían de muchos momentos de intimidad por vivir con padres y hermanos, yo les prestaba mi apartamento para echar un polvo de vez en cuando; les dejaba hasta alguna botella de cava en la nevera para que lo hicieran de la manera más romántica posible. Luego siempre recogían todo, venían a devolverme la llave y me ponían los dientes largos contándome a veces alguna de sus "actuaciones".
Coincidiendo con mi 25 cumpleaños les invité a comer a casa. Preparé unos aperitivos y uno de los platos que mejor me salían, lubina rellena, regado por unas cervezas antes de la comida, un par de botellas de vino durante, y una botella de cava con la tarta. Al acabar nos sentamos en el sofá con cafés y copas y empezó a hacer efecto el alcohol.
Paco besaba a Loli y le iba metiendo mano bajo el jersey. Ella respondía con su mano en el paquete. Yo estaba un poco incómodo y les dije que se fueran a la habitación, que yo me iría a dar un paseo para despejarme y volvería en un par de horas, tiempo más que suficiente para que se desahogaran.
"Quédate", dijo Paco. "¿Quieres vernos?"
"Quédate", dijo Loli. "¿Quieres participar?"
Se me pasó la medio borrachera de golpe. ¿Me estaban invitando a follar con ellos?. Antes de darme cuenta Loli estaba besándome la boca y Paco quitándose la ropa.
Respondí a los besos con la pasión que desplegábamos por las noches en su patio, y mi pene se puso a cien. Paco empezó a bajarle los pantalones a Loli cuando a él solo le quedaba el slip, y el potente trasero de ella quedó al descubierto. Hundió su cara en él y empezó a masajear sus nalgas.
Loli me quitó la camisa y lamió mi pecho, deteniéndose en mis pezones duros como piedras, mordiéndolos hasta hacerme daño. La aparté y le levanté la camiseta, quitándose ella el sujetador, volviendo así a contemplar sus pequeñas tetas que no hacía tanto tuve en mis manos.
Paco tenía sus dedos metidos en el coño de su novia, que gemía placenteramente, mientras yo besaba sus pechos. Dirigí también mi mano a su vagina y allí coincidió con la de Paco. Yo le acariciaba el clítoris mientras él seguía con el masaje interno. En un minuto la vimos ponerse tensa y supimos que el orgasmo estaba a punto de llegar. Un grito que yo recordaba bien resonó en el salón y se nos cayó encima.
"¡Cabrones, hijos de puta..., esto no se me hace!. Os vais a arrepentir", decía entre risas y jadeos."¡Dos contra una no está bien...!".
Nos reímos todos y entonces reparé en la polla de Paco. Era bastante más grande que la mía, en longitud y grosor, tanto que me sentí un poco acomplejado cuando Loli se decidió a despojarme del pantalón y el calzoncillo que todavía llevaba y mi pene salió a la superficie en plena erección, pero parecía una baqueta de tamborilero comparada con una maza de un tambor de Calanda.
Loli se dió duenta de ello y dijo: "te aseguro que no me importa si la sabes usar como es debido... y pienso ayudarte a usarla".
Agarró una polla con cada mano y empezó un sube y baja al mismo ritmo que su boca alternaba las nuestras. Las manos de Paco y las mías acariciaban su cuerpo, pechos, vagina...
Se levantó y arrodilló en el suelo, haciendo que Paco y yo nos sentásemos juntos, comenzando una doble mamada impresionante. Como la de Paco la conocía bien, la abandonó unos minutos para dedicarse en exclusiva a la mía, mientras me decía al oído "te la debía...". Paco no se enteró porque en ese momento se estaba corriendo de manera brutal gracias a la soberbia paja que Loli le había hecho mientras me la chupaba. La leche salpicó el suelo, el sofá y el pelo de Loli, hecho que no le importó lo más mínimo, pues siguió con mi polla en su boca hasta que le avisé de que estaba a punto de correrme. Sacó mi pene y con unas sacudidas enérgicas hizo que mi semen le cayera en todo el cuerpo, desde el cuello hasta el monte de Venus, en un reguero interminable. Paco tenía más polla que yo, pero desde luego yo había demostrado más aguante.
Derrengados nosotros dos en el sofá, Loli fue a lavarse un poco, y cuando volvió nos tomó de la mano y nos llevó a la cama. Nos hizo tumbar juntos y ella se situó con una rodilla entre nuestras piernas, dejando el coño bien abierto al alcance de nuestras manos. La cama era de 90 cms y yo me temía que no fuera a aguantar el peso de los tres, mucho menos si nos poníamos a follar, como era el plan. Lo comenté en voz alta y Paco se retiró de la cama, sentándose en una silla frente a nosotros. "Comenzad vosotros", dijo, "aún no me recuperado. Ya me uniré más tarde..."
Dicho y hecho, Loli y yo nos situamos como en nuestra única noche, frente a frente, dándonos besitos, acariciando nuestros cuerpos y nuestros sexos, que se mostraban dispuestos a la pelea. Se incorporó y se sentó encima de mí; notaba su coño húmedo en mi vientre y empezó a deslizarlo hasta llegar a la punta de mi polla, que estaba como una estaca de nuevo. Sin necesidad de utilizar las manos, mi verga encontró el receptivo coño y se deslizó en su interior suavemente, ayudado por la extarordinaria lubricación de la vagina de Loli. Un suspiro salió de sus labios y se inclinó para besarme en la boca mientras iniciaba un lento vaivén con nuestros sexos fundidos en uno.
Paco nos observaba desde la silla mientras sujetaba su gran polla con una mano y se acariciaba el cuerpo. Se la veía crecer al ritmo de sus caricias, y no tardó en levantarse y acercarse para que Loli se la metiera en la boca mientras me cabalgaba con furia. Unos minutos de mamada y Paco se retiró para situarse detrás de Loli para acariciar su trasero y su coño desde atrás. Besaba su culo y de paso mis huevos a punto de expulsar un nuevo chorro de semen.
Salí de su coño y la puse a cuatro patas para que Paco la penetrara desde atrás y poder descansar yo un poco. Me senté en la silla antes ocupada por Paco y los contemplé follar. Nunca antes había visto a nadie follar en directo -las pelis porno no cuentan- y era estupendo ver el gran trasero de Loli bamboleándose con las embestidas de su novio, oirla gemir de verdad, ver sus ojos en blanco y notar su respiración agitada mientras tenía el pollón de Paco ensartándola como una aceituna.
Me acerqué de nuevo y Loli atrapó mi polla en su boca, pero me soltó enseguida pues no se podía concentrar por los tremendos empujones que recibía. Me situé a un lado de la cama y entonces ocurrió lo inesperado: Paco tomó mi pene con la mano y comenzó a pajearlo. Loli y yo nos miramos con sorpresa, pero no dijimos nada y le dejamos actuar. De piedra nos quedamos cuando se inclinó y se metió en la boca mi polla y empezó a dale lametones. Lo hacía al mismo ritmo que la penetraba y al acelerar los empujones aumentaba la intensidad de la mamada hasta que sentí que me iba a correr y me aparté. Quería follarme una vez más a Loli y correrme dentro de ella. Se lo dije y con una sonrisa se apartó y la hizo tumbar boca arriba. La penetré y Paco se dedicó a besarle la boca y acariciarle los pechos. Se retiró al rato y lo sentí detrás de mí posando sus manos en mis nalgas y acariciando mis huevos a punto de estallar, acariciando también mi ano sin intentar penetrarlo. Noté que me iba a correr y entre los dos me aprisionaron y me corrí de forma brutal en el coño de Loli, cayendo encima de ella, sintiendo ahora el cuerpo desnudo de Paco encima de mí, su gruesa polla contra mis nalgas, aplastando a Loli con nuestro peso.
Protestó y Paco se apartó al momento, pero a mí me resultaba imposible moverme, desfallecido, jadeante... tal como había dejado a Loli el primer día.
Se echó a reír y me besó la cara y el cuello al tiempo que se incorporaba y me permitía retirarme honrosamente. De su vagina salía el semen de mi corrida y fue a lavarse un poco.
Cuando volvió fue la primera en hablar. Se dirigía a Paco.
"¿Qué ha pasado aquí? ¿Ha sido el alcohol..?"
"No creo... Ha sido la pasión, el deseo...", contestó Paco.
"Nunca te había visto así. ¿Dónde están tus celos...?"
"Sabes que los hombres somos muy tontos a veces, y yo lo era..."
"¿Y esa forma de tocarle? ¿eres homosexual?"
"Te juro que es la primera vez que toco a un hombre, pero me ha gustado hacerlo con él. ¿Y a ti te ha gustado?", dijo, dirigiéndose a mí.
La verdad es que era mi primera experiencia haciendo un trío, y nunca había tenido tampoco experiencias homosexuales, pero lo cierto es que no noté gran diferencia entre las mamadas que me hacía Belén, la de Loli y la de Paco, salvando las distancias de la mayor experiencia de Belén, pero todas me habían resultado muy gratificantes. Por supuesto obvié toda mención a la hermana pequeña.
"¿Y ahora que...?" quedó flotando la pregunta en el aire.
"Juremos que no habrá nunca reproches por lo que ha ocurrido. Lo que ha pasado, ahí está. Y si creemos que esto pueda repetirse, entre los tres o entre dos cualquiera de nosotros, que sea siempre sin ocultamientos, sin mentiras, con claridad..."
Nos fundimos los tres en un abrazo y desnudos nos fuimos al salón a tomar una copa y cantarme el cumpleaños feliz...
Continuará... o no