¡No sé qué hacer!
Una afligida chica, quien cae una y otra vez en la tentación de satisfacer los impulsos sexuales de sus sobrinitos y primitos jóvenes, acude al consejo de un hombre con muchos años de experiencia. La recomendación es
¡No sé qué hacer!
Cansado de estar tanto tiempo parado, es decir desempleado, un buen día decidí sacar utilidad a mi larga experiencia y me dediqué a la orientación sentimental y sexual vía Internet. Confeccioné un sitio web sencillo y habilité una casilla de correo electrónico. Establecí tarifas con precios muy módicos y advertí que, si bien no tenía títulos profesionales en el rubro, sí contaba con 969 años de experiencia o veteranía, como quieran ustedes llamarlo. Todo iba sobre rieles. En mi casilla de correo electrónico nunca faltaban los casos de gentes que requerían consejo o guía.
Hace algunos días me llegó un caso complejo que deseo compartir con ustedes:
"Consejero Matu:
Comienzo contándole que soy una profesional, independiente, inteligente, con un excelente trabajo y muy bien remunerado. Además, y modestia aparte, soy bonita, con una figura esbelta y apariencia angelical de rostro angulado y agradable, piel alba, ojos de color azul intenso, cabellos castaño claro, con hermosas y generosas tetas perdón pechos, una cintura pequeñita, un culo prodigioso perdón trasero quise escribir y piernas largas, robustas y estilizadas. Me comporto como una mujer muy atinada. Tengo 43 años, pero represento muchísimo menos, veinte y tantos como máximo. Y a mis veinte y tantos perdón, cuarenta y tantos estoy solita, pero eso no quiere decir que no tenga algún revolcón de vez en cuando por ahí.
Bueno, ahora paso a contarle mi culebrón. Me persiguen los hombres jóvenes y, casi siempre, familiares míos, o sea, los sobrinos y primitos veinteañeros de dieciocho a veintidós años de preferencia. Sólo me quieren para puro follarme perdón fornicar, pedirme dinero y después largarse. Si te he visto, no me acuerdo.
Yo engancho muy fácilmente, mi corazón es receptivo y generoso, soy cali cálida en mi trato con los demás. Soy californiana, esto es, nací en California, Estados Unidos, por accidente (mis padres no tomaron precauciones anticonceptivas). Además, soy una chica muy buena para conversar, compartir soy comprensiva. No sé en qué fallo. Trato de encontrar la solución por otro lado, buscando un tipo que sea de mi misma edad o mayorcito, forrado en plata y que viaje mucho, pero si no son casados, son separados y con tremendos dramones a cuestas, sobre los hombros.
Yo creo que mi problema es que les suelto muy luego la "niña", es decir, mi concha a los primitos y sobrinitos. Soy una chiquilla a quien le encanta tener sexo (copular) y me defiendo muy bien en estas lides .Hasta ahora nadie se ha quejado y, por el contrario, me aplauden de pie, y a veces, acostados. Pero que aplauden, aplauden. Además, no soy una tía aprehensiva o cargante. No molesto para nada, es muy poco lo que les telefoneo; y si no pueden hablar, bien, les quito las llaves de mi departamento y dejo que tengan su espacio y yo, el mío.
La verdad, "Matu", no sé qué hacer. Me encantaría encontrar un hombre que realmente me quiera dar cariño, atención, amor, dinero, en resumen, que se preocupe por mí. Que no únicamente quiera darme polvos para hornear postres.
El fin de semana pasado me sentí muy mal cuando estaba follando con un sobrinito de diecinueve añitos que tenía su lechita acumulada. En preparación a la urgente ordeña espermática, le hice un show erótico y mamé su polla, pero de pronto sonó la melodía de su teléfono móvil, me dejó botada, tomó aire y contestó:
Hola mi vida ¿cómo esta mi razón de ser? Sí aquí estoy trabajando aún. Este día ha sido duro. Si es que no se me hace muy tarde la paso a ver y le hago esas cosillas ricas que a usted le gustan. Tengo que colgar ahora, besitos cariño. La quiero mucho.
Y enseguida me metió la polla en la boca para que se la dejara tiesa de nuevo. Yo, como le dije antes, tengo buen carácter y me agrada más follar que contar plata, así es que volví a chupársela, pero el papanatas no supo contenerse y se corrió adentro de mi virgen boquita (todavía no como soufflé de testículos de faisán, cabrito al limón, ). Después no hubo caso que se le parara al chaval, por más empeño que puse; quedé con las ganas. Me puse a ver tele.
Quince minutos después, cuando se le paró, yo ya estaba fría, pero mi sobrino me la quería meter de inmediato. ¡Pobre sobrinito mío! Me dio tanta pena, estaba tan cariñoso me acariciaba el culo, me comía las tetas, me frotaba el coñito, No tuve corazón para decirle que no, que ya era tarde. Hice de tripas corazón y le dije que se tumbara de espaldas en mi cama y me subí arriba de él. Me encajé su polla en mi coñito y comencé a cabalgarlo, pero teniendo yo el control para que no eyaculara tan pronto. Igual se corrió en menos de tres minutos, se duchó y se fue diciendo:
Hasta luego tita. Si me pongo brioso más tarde, la paso a ver de nuevo.
Ni siquiera se le cruzó por la cabeza saber si yo había acabado o no. Debe creer que soy como un cajero automático. Es tan inexperto el pobre.
A los cinco minutos, llegó su hermano menor, mi otro sobrinito de mi hermano mayor. Tiene dieciocho años y es tremendamente cachondo. Apenas entró, cerró la puerta, se sacó la verga de la bragueta de su pantalón y me la puso en mi boca. Desconcertada y sin querer romper su corazón, mamé su juvenil y sabrosa polla. Mientras chupaba, él me desvestía y magreaba mis tetas. Mi clítoris era frotado con ansiedad y sin pausas. Retiró la polla de mi boca, me puso a cuatro patas y me enchufó la polla en mi lubricado coñito. Embistió como seis veces y se corrió dentro de mí. Se sacudió el pene, se vistió y se fue.
He llegado a la conclusión que a los hombres de mi familia les encantan las chicas que los cornamentan, que los engañan y los fastidian por todo, les hagan pataletas y que los estén llamando por teléfono cada cinco minutos para preguntarles "¿qué estás haciendo?".
Necesito su consejo, pues como dicen por ahí, más sabe el diablo por viejo que por diablo.
AFLIGIDA"
Yo estoy pensando contestarle:
"Viejita mía:
Cuenta con toda mi simpatía. Leí tu consulta de punta a cabo y pienso que tú eres una buena mujer, con gran calidad humana, sensible, cariñosa y presta a atender a los siempre urgidos y calenturientos jóvenes.
Sin embargo, estimada viejecilla, llegué a la conclusión que no puedes estar sin llevarte un hombre a la boca o a la cama y, por aquello, cuando sientes "el llamado de la selva" y tu cuerpo anda loco y excitado lo que deduzco que ocurre siempre que no estés dormida, agarras a quien tienes más a mano. La mayoría de las veces son sobrinitos o primos jovencitos y "siempre listos" para follar y que poseen un olfato y un ojito envidiable para saber cuándo una mujer está urgida.
Te aconsejo resistir a la pícara comezón para que no aumente su kilometraje sin amor.
Como te dije antes y por las fotografías que me adjuntaste, eres una mujer con grandes valores y con dos poderosas razones para tener esperanzas que, de repente, cuando menos lo imagines, surgirá en tu vida un hombre que valga la pena y que descubrirá que llegó tarde, que tu coño requiere urgente atención de un cirujano plástico, de los caros, con mucha experiencia y dueño de una clínica en medio de las montañas o del desierto. Es decir, un profesional ciento por ciento discreto. Pero como tú estás llena de cualidades morales e "inmorales", que son las más ricas, gustoso pagará el coste del recauchutado y esperará con ansias tu recuperación.
Creo que te mereces tener un buen marido, con el cual follar hasta que le salgan chispas a la "niña", hacerse pedazos, .
Adiós linda."
Sin embargo, es un caso difícil, con varias aristas y no estoy muy seguro de lo acertado de mi consejo o de si este le pueda parecer un poquillo crudo o franco. Sabiendo que son un grupo de renombrada sapiencia, amplios conocimientos y experiencia sobre estos temas, acudo a ustedes para que me asistan a dar la mejor orientación a esta chica. De antemano, muchas gracias.